El Vendedor
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Hamlet666Gray.
Inicie mi negocio en diciembre del 2014.
Una farmacia.
Y poco a poco fui encontrando entretenimiento al ver a varios vecinos atractivos, sin embargo, no pasaba nada sexual.
Hasta que, en marzo de 2015, sucedió algo.
Anteriormente había ido un señor maduro de como 50, un poco robusto, que se dedica a vender camisas y me había preguntado sobre un chico que trabajó con mi hermana (18e trabaja enfrente de mi) y que le quedó a deber dinero y así, como que no le preste mucha atención al tipo, eso fue en febrero si mal no recuerdo.
Pasó como un mes, era días antes de la primavera y el calor ya empezaba a azotar.
El tipo reapareció, temprano como como a las 11 de la mañana y me volvió a preguntar por el chico que había trabajado con mi hermana, y pues volví a decir que no lo había visto.
Entonces me pidió da favor que sí le permitía entrar al sanitario.
Le dije que sí y entró.
Para esto, mi negocio, es dentro de lo que sería como una casa, el patio lo usó para tener los medicamentos, mientras que la otra parte la tengo como bodega y para estar yo, como oficina.
El baño se encuentra en esta parte.
vi al señor dirigirse al baño y me llamó la atención sus prominentes nalgas, las cuales no había tenido la oportunidad de ver.
Eso me provocó una extraña sensación.
Tras realizar sus necesidades fisiológicas, me agradeció y se retiró.
Un par de horas más tardes, casi me había olvidado del incidente, cuando el señor vuelve.
El calor estaba más fuerte y él estaba todo sudado, escurría sudor por toda la cara.
Esta vez me pidió que, si lo permitía sentarse un rato a descansar y recuperarse de los inclementes rayos del sol, a un lado del mostrador, ya que hay como tipo asiento y le dije que sí, que no había problemas, sin saber todo lo que se desencadenaría.
Le ofrecí agua y la aceptó, encantado.
Le di un vaso, bebió un poco y entonces se abrió la camisa, donde saltaron sus vellos del pecho y derramó el agua dentro.
Eso me dejó un poco sorprendido.
Entonces pude apreciar mejor al tipo, moreno claro, aunque un tanto quemado seguramente por su mismo trabajo de andar en las calles, velludo, barba de 3 días, cuerpo robusto…
Me pidió un poco más de agua y se la traje.
De pronto me halle hablando con el tipo, primero de cosas triviales, luego me preguntó sobre algún medicamento o consejo para ayudar en la “potencia”, ya que aseguró que luego tenía problemas para esto con su pareja.
Eso llamó mi atención bastante.
Le mostré medicamentos para la impotencia, pero él buscaba otra cosa, que yo no entendía.
luego sacó una supuesta historia de que un médico le había recomendado probara con hombres para ver si le resultaba mejor así.
Y empezó a decir que todo el día la traía parada, que hasta le dolía.
Entonces salió con que, si podía darle un diagnóstico de su “aparato”, yo le dije que no era doctor, pero seguía insistiendo en que por lo menos, le diera un vistazo.
Acepté, aunque ya alarmado, porque sentía eso ya viraba a otra cosa.
Pasamos adentro, casi hasta el fondo de mi local, Dejó sus camisas en una mesa que tengo, se acabó de desabrochar la camisa y se bajó el pantalón hasta los tobillos, y luego su trusa, dejando saltar una tremenda erección que tenía precum saliéndole.
Me quedé en shock, sorprendido de lo que veía.
Lucía de buen tamaño.
Aun así, estaba dubitativo de cómo reaccionar ante eso, tenía a un hombre maduro frente a mí, casi desnudo y con el pito parado.
-Anda toca -me insto.
-Mmmm ok.
-contesté.
La toqué y estaba muy caliente, no podía creer estar haciendo eso, de un impulso salte a tocar sus pezones, a continuación, lleve mi boca a lamerlos, lo cual le agradó bastante dada la cara que puso y sus expresiones.
Mientas chupaba sus pezones adornados de vello, con la mano le meneaba la verga muy rica.
En eso alguien llegó y tuve que salir a atender con toda la tensión.
Al regresar lo hallé, ya sin la camisa, y en el mismo lugar.
-Mejor vamos al baño -dijo, sugiriendo por la interrupción.
Entramos al baño, se quitó el pantalón por completo y solo quedó en calcetines, se colocó delante de mí y entonces me agaché, teniendo a esas nalgas que me habían fascinado unas horas antes justo frente a mis ojos.
Se las abrí y sin miramientos, se le metí la lengua en su culo.
De inmediato se puso a gemir, un olor fuerte impregnado por el sudor del trabajo entraba a mi nariz.
No pude evitar morderle un poco sus suculentas nalgas peludas.
La tenía yo ya súper dura, de estarle chupando el culo mientras seguía lanzando gemidos de placer.
-Ya métela -decía con voz entrecortada.
Tuve que dejarlo un instante, mientras iba veloz por un condón, me lo coloque y volví a la carga, abrí sus nalgas, le introduje los dedos para dilatarlo y se la fui metiendo, mientras él restregaba sus nalgas, mientras se empinaba, sosteniéndose con las manos a la pared.
Fue entrando poco a poco, aunque si lanzaba quejidos de dolor, hasta que por fin la tuvo toda dentro y lo comencé a cabalgar, para este momento yo traía el pantalón abajo y la camiseta todavía.
Le di con fuerza y no se quejaba, embestidas intensas mientras jadeaba vinieron a continuación en el pequeño espacio donde nos hallábamos.
Le pellizcaba sus tetillas o le acariciaba su erección.
Luego me dijo me sentara en el excusado y se clavó mi erección, sentándose sobre ella, aunque sin dejarme caer todo su peso.
Así un rato, ya quería me viniera, se colocó en cuatro sobre el suelo y le volví a mamar el culo un poco, para que entrara mejor.
Igual le metí los dedos.
Le di otras estocadas en esa posición, hasta que inexorablemente acabé por venirme y sintió mis espasmos, mientras apretaba con su culo mi verga.
Tras eso, nos limpiamos y vestimos.
Me dio un fugaz beso en la boca, en la que sentí más su barba rasposa y me agradeció mucho por todo lo que le había ayudado, no se vino, pero ya no lo cuestione.
Prometió volver en una semana.
Sin querer, cumplí una de mis fantasías.
Mis dedos aun olían a su culo y ese fue parte de su recuerdo.
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