El viaje del pequeño migrante.
Este relato trata de lo que le acontece a un nene llamado Víctor en su viaje de Guatemala a estados unidos para unirse con su familia, este relato lo mezclare con el personaje de mis relatos con el titulo .
—- Por mi trabajo me era fácil conseguir nenes — espero les guste este.
Como todos mis relatos, nada es verdad, nada es mentira, todo depende con el cristal con que se mira, por lo que no es cien por ciento real, aún así espero les sea de su agrado.
Empiezo este relato escribiendo porqué el nene tiene que migrar a los estados unidos.
Vivía en San Pedro de los lagos uno de los muchos pueblos a las orillas del vello lago de Atitlán Guatemala, estaba al cuidado de mi abuela porque mi papá y mama migraron a estados unidos cuando yo tenía dos años, estando allá tuvieron a mis dos hermanos y una hermana que solo conocía por fotos.
Ellos le mandaban a mi abuela dólares para ella y para mí, pero mi tío Alberto se quedaba con el dinero y solo le daba un poco del dinero, mi tío no me quería porque decía que era un hueco así le dicen a los gay acá, aunque vivía en la casa de alado no me dejaba que conviviera con mis primos Alberto tres años más grande que yo, Julio de dos años más, Alejandra de mi edad y Carol la mas chica.
El tío trabajaba en la construcción de casas ganaba poco dinero por eso se quedaba con la mayor parte de dinero que me enviaba mi papá para gastarlo en emborrachase y comprarle cosas a su familia, por lo que desde los ocho años salía a ganar un poco de dinero para ayudar a la abuela con los gastos de la casa.
Con mi mamá mantenía comunicación por cartas y una vez al mes le hablaba por teléfono unos minutos porque decía que era costosa la llamada, mi abuela me decía que no le contara lo que nos hacia mi tío para no preocuparla.
Mis problemas mayores empezaron cuando cumplí ocho años, siempre me había gustado usar el cabello largo a los hombros como lo usaban los mayas y algunos turistas que llegaban al pueblo, por ese motivo en la escuela algunos compañeros y mi primo Alberto me molestaban diciendo que era un hueco y me tocaban las nalgas diciendo que las tenia de nena.
Una tarde termine de hacer la tarea de la escuela y salí un rato a caminar, pero me encontré a mi primo Alberto que me agarro del cabello.
—- a donde vas hueco, ven a mamarme la picha —
Me llevo jalándome de los cabellos a un lugar oculto tras de su casa, se bajo la ropa mirándole la picha parada.
—- mámame la picha nena —
Jalando los cabellos pego mi cara a su picha y me la metió a la boca, me dio asco con ganas de volver el estomago pero me tuve que aguantar.
—- así nena chúpamela rico —
No sé cuánto tiempo tuvo su picha dentro de mi boca, me soltó subiéndose la ropa.
—- hueco no le digas a nadie que te obligue a que me mamaras la picha porque nadie te va a creer, se te nota que eres un hueco y dieran que tú me lo pediste hacer —
Se fue a su casa y me senté ahí mismo a llorar por lo que me hizo hasta muy entrada la noche, fui a lavarme la cara para que la abuela no notara que llore, pero al entrar a casa.
—- tesorito, porque llórate te paso algo —
No le podía contar a la abuela lo que me hizo Alberto.
—- nada abuela, es que cuando venia me caí y lastime un poco —
Después de ese día al salir de casa si veía a mi primo me alejaba, pero no sirvió porque otras veces me llevo a lugares ocultos para que le mamara la picha, decidí no resistirme a mamársela para que no me jalara el pelo, ya no me daba asco y mientras se la chupaba mi picha se ponía dura sin saber el porqué.
En las tarde después de la tarea salía de casa y me iba corriendo para no encontrarme con mi primo, me iba al embarcadero a ver los botes de turistas y el lago, si hacía calor me metía a nadar en shorts o desnudo, caminaba mirando los puestos de artesanías y recuerdos del lago.
Una tarde termine en la puerta de un negocio de una señora de estados unidos que daba clases de yoga a los extranjeros, me gusto lo que hacían y fui otras veces hasta que la señora me dijo en español con asentó de extranjero.
—- hola nene, te gustaría aprender yoga —
La mire contestándole.
— no tengo dinero para pagarle —
Me toco el cabello.
— si quieres aprender ven los lunes, miércoles y viernes a las cinco de la tarde, me limpias el salón y te enseño sin cóbrate —
La mire a la cara.
—- gracias señora si me gustaría aprender esto del yoga, puedo venir el lunes para empezar —
Me movió el cabello con la mano.
— si nene, cuando quieras y puedas —-
Comencé a ir con la señora, le hacia la limpieza y después me daba la clase junto a turistas que llegaban a hacer yoga, la mayoría eran extranjeros hombres y mujeres que les decíamos jipis por cómo se vestían, al aprender el yoga me ayudaba para tener elasticidad y pode hacer las posturas, me gusto y no me perdía ni una clase porque al hacer yoga me relajaba de lo que me hacia mi primo.
Al cumplir los diez años entendí que si era un hueco como me lo decía mi tío, primo y los compañeros de la escuela, al darme cuenta que me gustaban unos amigos del colegio y me imaginaba que les mamaba la picha.
Mi primo Alberto continuaba haciendo que le mamara la picha, a veces llevaba a uno de sus amigos para que también se la mamara y le daban dinero a él, desde luego siempre me amenazaba que no se lo contara a nadie.
Los sábados y domingos después de ayudar a mi abuela con la limpieza, iba al embarcadero a trabajar al restáurate de la comadre de mi abuela a limpiar mesas y lavar platos para ganar un poco de dinero para ayudar con los gastos de casa.
Con el dinero a veces me compraba ropa por lo que la mayoría de la que tenia era usada de la que me daba mi tío de mis primos y primas que ya no la usaban porque le compraba nueva con el dinero de mi papá, cuando me daban la de mis primos ya estaba muy desgastada porque la usaba Alberto y después Julio, de mis primas solo podía usar algunas playeras, pantalones, shorts y pantis que estaban en mejores condiciones.
La ropa de Alejandra al tener mi edad me quedaba mejor, la de Carol que tenía dos años menos sus shorts me quedaban muy pegados marcándose más las nalgas que decían que las tenia de nena.
Un sábado para ir a trabajar al restaurante me puse un short rojo de Carol que me quedaba pegado y una playera anaranjada, empezaron a llegar los botes con los turistas entrando algunos al restáurate, cuando se desocupaba una mesa iba a recoger los trastes de una mesa y limpiarla, en una mesa del fondo estaban sentados dos señores extranjeros ya de edad, se desocupo la mesa de alado y fui por los trates, cuando lo hacia uno de ellos me toco las nalgas, diciendo en mal español.
—- que ricas nalgas tienes boy —-
Di un paso atrás mirándolos reír, agarre la charola y me fui, regrese con el trapo para limpiar la mesa mirándolos, el que me toco me enseño un billete de cinco dólares me hizo una seña que me acercara, metió el billete a la bolsa del short tocándome la picha.
—- los dólares son por tus ricas nalgas, si quieres al rato te puedo dar más —
Me retire en eso llego una de las mesera que vio lo que paso diciéndoles.
—- que quieren con mi primo —
Los dos señores solo decían no problen, no problen, no poblen y le pidieron la cuenta, pagaron y salieron rápido.
Ella me llamo a solas.
— Víctor ten mucho cuidado con ese tipo de hombres porque seguro te quieren hacer cosas —
Asustado le conteste.
— gracias me voy a cuidar, no le digas a la señora —
Me dio un beso en la mejilla.
— eres aun muy nene y te quiero, pero como esos hombres hay muchos que te van a molestar queriendo que vayas con ellos —-
Ella me concia desde que era más chico y seguro sabía que era hueco por mi forma de hablar y caminar.
Cuando hablaba por teléfono con mi mamá me decía que estaba juntando dinero para que cuando tuviera doce años le pagaba a alguien para que me llevara a estados unidos con ellos.
A mi primo Alberto le empezó a salir leche, al salir de la escuela me decía que si no iba en la tarde a mamarle la picha iba con la abuela a decirle que se la mamaba, no me quedaba de otra y lo iba a buscar, pero un día le estaba mamado la picha la saco de la boca
—- bájate la ropa y ponte de perito porque te voy a meter la picha como a las nenas —
Lo mire saliéndome unas lágrimas.
— por favor no me agás eso —
Me jalo los cabellos.
— no llores hueco si bien que te gusta la picha por eso te voy a coger—
Sin soltarme los cabellos me bajo el short viendo la panti.
—- hueco, hasta usas calzón de nena jajaja —
Jalando el cabello hizo que me pusiera de a cuatro y sentí como me fue metiendo la picna al ano doliéndome, empezó a sacarla y meterla quejándome por el dolor.
—- Alberto me duele no me hagas eso no seas malo —
Continúo cogiéndome sin importarle lo que le decía hasta que termino echándome la leche dentro de mí, cuando termino la saco y se agarro la picha
—- hueco te comiste toda mi picha no seas llorón —
Se subió la ropa y se fue, me quede sentando llorando de tristeza y coraje por no poderme defender al tener diez años.
Alberto continua abusando de mi, llevaba a Julio para que mientras él me cogía se la mamara a su hermano, también a veces era con amigos que llevaba para que se las manara o me metieran la picha, al terminar me sentía triste desesperado y con mucho coraje, por no poder decirle a alguien para que me ayudara.
Por las noches me ponía a hacer yoga para relajarme y poder dormir.
Tuve que aguantar esos abusos hasta que cumplí doce años, mi mamá ya se había enterado por medio de su madrina, la dueña del restaurante donde trabajaba que mi tío se quedaba con la mayor parte que le nos enviaban, por lo que nos empezó a mandar nuestro dinero por medio de ella y a mi tío solo un poco diciéndole que o tenían más dinero por el momento.
Uno de los días que le hable por teléfono me dio la sorpresa que ya iba a ir a vivir con ellos.
—- tesorito, cuando termine el curso escolar le vamos a pagar a un señor para que te traiga a la frontera de México con estados unidos, tu papá pasa y te pasa la frontera de estados unidos, que tu tío no se entere el dinero para el viaje se lo mando a mi madrina y ella se los da —
Esa noticia me puso muy feliz, por fin iba a estar con mi papá, mamá y hermanos y lejos de Alberto para que no me volara con sus amigos, lo que me ponía triste era dejar a mi abuela que tanto me cuido y a Alan mi único amigo de la escuela.
Días antes de terminar el curso escolar hable por teléfono con mi mamá, diciendo que ya estaba todo preparado para el viaje, que fuera a una dirección que me dio para que hablara con el señor Octavio y me informara cuando saldríamos.
Un día al salir de la escuela fui a la dirección que me dio mi mamá, era en una colonia a la salida de san Pedro Atitlán, al llegar al lugar afuera estaba estacionado un camión grande fuera de la casa, toque la puerta salió una nena y pregunte por el señor Octavio, entro a la casa y salió un señor de unos cincuenta años medio gordo y sucio porque había reparado el camión, se me quedo mirando.
— que quieres niño —
Lo mire con un poco de miedo dándole una hoja que me dio la madrina de mi mamá.
—- buenas tardes señor, soy Víctor mi mamá me dijo que le diera esto —
Agarro la hoja y al terminar de leerla.
—- ya me hablo por teléfono tu mamá diciendo que me deposita los dólares en estos días, en dos semanas salgo cargado con bananas a los estados unidos, aun no sé el día exacto pero ven el lunes y te lo digo —-
Me despedí y regrese a casa sabiendo que pronto estría con mi mamá, papá y hermanos que los conocía solo por fotos.
El viernes fue la ceremonia de fin de cursos despidiéndome de mis amigos y amigas sabiendo que no los vería otra vez, quede con mi amigo Alan de vernos después para despedirnos porque era con quien me llevaba mejor y no me molestaba diciéndome cosas por ser hueco.
El lunes fui con el señor Octavio que me dijo que ya estaba pagado el viaje, que el viernes tenía que estar en su casa a las cinco de la mañana que si no llegaba me dejaría, además me dijo que solo podía llevar una mochila y un bolso mediano de los que vendían los artesanos, cuando me retiraba agrego.
—- nenito o nenita, el dinero que me mando tu mamá cubre el viaje, así que trae dinero para que compres comida y agua, tampoco incluye que te cuide las nalgas, te tienes que defender solo jajajaja —-
Me dieron ganas de llorar por lo que me dijo pero me aguante.
— ya me se cuidar solo señor —
Regrese a casa emocionado diciéndole a mi abuela que el viernes salía estados unidos, le conté a mi abuela que el señor Octavio me dijo que tenía que llevar dinero para comer durante el viaje, fui a donde tenía mis ahorros que no eran muchos y decidí ir sábado y domingo al restaurante para ver cuánto ganaba de propinas y tener un poco mas de dinero, pase por el puesto de la mamá de a Alan y quede con el de ir el miércoles a nadar al río por última vez.
La mochila de la escuela estaba ya muy vieja y chica por lo tuve que gastar comprando una nueva más grande para el viaje y nos zapatos deportivos porque también ya estaban rotos los que usaba.
El miércoles me fui desde temprano con Alan, al llegar al río caminamos alejándonos a un lugar algo escondido por la maleza donde nadie iba, nos desnudamos y metimos al río, me puse frente a él agarrándole la picha y le di un beso de piquito en la boca.
— amigo como voy a extrañar tu rica picha cuando me vaya —
Me acaricio las nalgas.
— yo voy a extrañar las mamadas de picha que me dabas y los rempujones de trias que te daba —
Nos besamos en la boca, salimos del río y le mame la picha hasta que le saque la leche, nos besamos mientras él me jalaba la picha hasta que me salió leche porque no le gustaba mamar a él, nos metimos un rato a refrescarnos antes de salir y ponerme de a cuatro para que me metiera la picha por última vez, goce tanto el sentir entrando y saliendo su picha del ano que termine echando fuera leche sin tocármela gozando lo que sentía.
Al terminar nos metimos a refrescar un poco para después salir a tomar Coca-Cola y comer lo que llevamos, ya casi era hora de regresar así que nos acomodamos para que mientras le mamaba la picha el me la jalaba hasta que me dio en la boca su leche y termine yo echado la mía fuera, cuando nos íbamos a poner la ropa me acaricio las nalgas.
—- Víctor déjame meterte por última vez la picha —
Me le puse disfrutando y gozando al sentir su picha dentro de mí dejándome la leche en las tripas, nos metimos al río a remojarnos antes de ponernos la ropa para regresar.
Durante el camino de regreso ni uno de los dos hablamos, antes de llegar a donde ya había gente pare, lo abrace besándonos en la boca de lengua.
—- Alan te amo, voy a extrañarte mucho, pero te prometo que tratare de regresar para verte —
Me miro a los ojos.
—- Víctor, también te voy a extrañar porque no tender con quien hacer sexo, nunca voy a olvidar tus ricas nalgas de nena —
Nos besamos apasionadamente en la boca manoseándonos, nos miramos a los ojos y caminamos agarrados de la mano sin hablar hasta entrar al pueblo nos soltamos, su casa estaba antes de la mías, antes de entran nos despedíos de mano.
—- Alan, gracias por quererme así como soy —
Me fui a casa antes de llorar frente a él, me fui a un parque a llorar a un parque sin que me vieran, al llegar a casa mi abuela se dio cuenta que llore y seguro sabio porque, me abrazo.
—- tesorito, tu corazón está llorando por tu amigo, así es el amor tesorito, tu corazón tendrá que sanar y después encontraras otro amor, así es la vida —
Me abrazo y me dio un beso mientras me calmaba y deje de llorar, me dio de cenar y fui a descasar recordado lo que hice con Alan.
Al otro día fui con mi abuela al hotel de el pueblo donde nos permitían hablar por teléfono a mi mamá, primero mi abuela hablo con ella y después conmigo, dándome recomendaciones para el viaje, que me cuidara, que me llevara su número de teléfono, dirección de su casa en estados unidos y si podía le hablara para saber que estaba bien, me dio muchas bendiciones.
Al terminar la abuela pago la llamada y salimos a casa de su comadre la madrina de bautizo de mi mamá, nos pasó a su casa a tomar una limonada mientras hablaban, después fue por un sobre y se lo dio a mi abuela.
— este es el dinero que te envió tu hija, me dijo que parte es para ti y otra para el viaje de Víctor que ya te dijo como compartirlo —
Mi abuelo lo agarro y le agradeció el favor de recibir el dinero para que no se lo gastara mi tío, la señora me agarro las dos mano me dio un beso.
—- Mi pequeño Vic, aun estas muy pequeño para este viaje, pero es necesario para que estés con tus padres y hermanos, solo cuídate mucho no te dejes engañar por la gente mala que te puede hacer daño, voy a orar mucho a dios para que le lleve con bien —
La abrase y le di un beso.
— gracias señora por ayudarme con el trabajo que me di, me voy a cuidar mucho no se preocupe —
Estuvimos un poco mas antes de regresar a casa a comer y preparar la mochila.
Después de comer me dio dinero la abuela para que fuera a la tienda para el viaje, compre dos litros de agua, una Coca-Cola, unos paquetes de galletas, frituras y chicles, al regresar agarre un libro de la escuela donde metí dobladas tres de mis actas de nacimiento, las boletas de calificaciones y otros documentos que me pidió mi mamá llevar, mi credencial de la escuela y fotos de mi abuela, mamá, papá y hermanos ,metí a la mochila los dos libros, un cuaderno de notas donde anote el teléfono de mamá y me lleve varias cartas que me mandaba.
Ropa no tenía mucha y la mayoría era la que mi tío me daba que ya no le quedaba a mis primas y primo, así que metí cuatro short, un pantalón de mezclilla, cinco playeras de las que estuvieran en mejores condiciones, dos tusa bikini de julio que me quedaban chicas y cuatro pantis de mi prima que estaban en mejores condiciones.
También me lleve unos lápices de colores y pluma, cepillo de dientes y crema dental, peine y cepillo de pelo, un cajita plástica con un jabón y estropajo un shampoo para cuidar mi cabello, un papel sanitario y otras cosas que pensé podría necesitar.
Después de cenar la abuela y yo oramos por mi viaje, antes de ir a dormir me dio el dinero que envió mi mamá.
—— tesorito, este es el dinero que te mandaron tus padres para el viaje, cuídalo mucho y no lo malgastes porque van a ser muchos días de viaje —
Me pidió el dinero que tenia juntado contado como todo eran quetzales me dijo que esa la llevara en la bosa para gastar antes de salir de Guatemala, el otro dinero eran dólares los metió un una bolsa de plástico y después en la bolsa que estaba cocida a un elástico.
—- tesorito, te hice esto para que te lo pongas y ocultes bajo tu trusa, que nadie se dé cuenta que lo traes, si necesitas dinero lo vas sacando poco a poco sin que te vean —
Ella misma me lo puso metiéndolo bajo la trusa para que viera como lo tenía que usar, nos acostamos a dormir, por los nervios del viaje no pude conciliar el sueño solo dormitaba a veces.
El despertador sonó a las cuatro y media, nos levantamos mi abuela preparo un café y lo tomamos con pan, me puse un pantalón deportivo azul oscuro de la escuela y un playera amarilla con mis zapatos deportivos nuevos.
Mi abuela insistió en acompañarme para cuidarme, me puse la mochila a la espalda el bolso colgado en un hombro, al ir caminado mi abuela me pidió ir orado, al llegar a la casa del seños estaban cuatro hombres, dos jóvenes, una parejas y tres mujer de unos treinta años.
Al verme el señor dijo que era el ultimo y no le gustaba que esperar mucho, saludo a mi abuela que le dio unos dólares más.
—- señor le encargo mucho a mi nieto —
El me miro contestado.
—- no se preocupe señora se lo voy a cuidar muy bien —-
Me paro a lado de los demás para escuchar sus instrucciones, diciendo que la entrada al camión se hacía por debajo por una puerta oculta, que no había mucho espació pero podíamos acomodar, que estaba oscuro pero siempre estaría prendidas las luces y un ventilador, que cuando fuéramos a pasar la frontera y retenes de revisión prendería una luz roja para que no habláramos ni hiciéramos ruido sino nos descubriría la migra, que cada cuatro o cinco horas más o menos pararía para que bajáramos a hacer del baño y caminar un poco, que pararía en algunos poblados alejados para que pudiéramos comprar en la tienda comida.
El señor empezó a meter a la gente, fui con mi abuela a abrazarla y besarla antes de entrar al camión, casi fui el ultimo me quite la mochila para entrar bajo el camión, metiendo la mochila y bolso antes de brincar para entrar, mirando que era un espacio de cuatro por tres metros, había unos ganchos para colgar las mochilas y bolsos y unas colchonetas para sentarnos en el piso, cuando entrarnos todos se asomo el señor.
— en diez minutos salimos así que siéntese para que no se caigan —-
Los cuatro hombres se conocían y se sentaron juntos, las tres mujeres no se conocían pero se sentaros del lado contrario de los hombres la mujer de la pareja se sentó con las mujeres y su esposo con los jóvenes, por lo que me tuve que sentar a lado de donde estaba la puerta por donde entramos, nadie hablaba solo nos mirábamos.
El camión empezó a moverse todos nos santiguamos y oramos para nosotros.
Algunos empezaron a hablar y otros se quedaron dormidos, el ventilador no echaba mucho aire pero como el camión estaba cargado con cajas de bananas iba refrigerado y las paredes de lámina del compartimento estaban frescas, después de un rato de cambio saque unas galletas y un jugo para comer algo y me quede dormido un rato.
El camión después de unas horas paro, el señor golpeo el piso indicado que iba a abrir, abrió asomado la cabeza.
—- ya pasamos Retahuleu, bajen de tres en tres a hacer del baño y no tarden —–
Las tres mujeres bajaron primero, al regresar bajo la pareja y me les uní, después los jóvenes y al final bajaron juntos los cuatro hombres, antes de cerrar se asomo el señor.
—- de aquí ya no paró hasta antes de entrar a Tecúm Umán para que bajen al baño y compren algo para cenar para pasar la frontera a las cinco de la mañana —
Se puso en movimiento el camión, el mismo señor nos vendió unas Coca-Colas frías y frituras al doble de precio que tuvimos que comprar para aguantar hasta la noche.
Pasaron varias horas y se paro otra vez el camión, después de un rato el señor toco para abrir diciendo que bajáramos de la misma manera, esta vez tardaron en regresar las mujer y nos dijo que bajáramos la pareja y yo, ya fuera del camión vi que estábamos en un paradero de camiones donde había una estación de gasolina y un restaurante.
— cuando lleguen las mujeres van rápido al restáurate a hacer del baño y compran para cenar sin tardarse tanto —
En el restaurante había mucha gente, después de ir al baño fui a comprar un jugo, leche y tres panes, espere a la pareja y regresamos juntos, cuando ya estábamos todos dentro del camión el señor se asomo.
—- mañana a las cinco los dejo salir para que vayan al baño y compren comida, porque no se cuanto tarde en pasar la frontera ya que tienen que revisar la carga —
Después de comer lo que compramos algunos hablaban hasta que todos dormimos, el señor nos despertó mandándonos rápido al restaurante, ya todos dentro se asomo.
—- cuando se prenda la luz roja no hablan y nada de ruido sino migración los regresan a todos perdiendo su dinero —
El camino se movió como una hora y se predio la luz roja, nos quedaron callados y solo nos mirábamos, se me hizo una eternidad porque el camión se movía un poco y paraba, hasta que se escucho que abrieron las puertas de atrás y se escuchaban que movían cajas, cerraron las puestas y unos minutos después el camión se movió apagándose la luz roja, uno de los hombres dijo.
—- ya estamos en México, pero unos kilómetros adelante esta un puesto de migración y pararan al camión para revisar —
Así fue, paso una media hora y se predio la luz roja, esta vez no paro mucho tiempo y continuo el viaje, el mismo hombre dijo.
— ya pasamos el segundo reten, hay varios más hasta salir de Chiapas, así que no la hemos librado aún —
Ese mismo señor por lo que hablaba con los otros, varias veces había hecho el viaje a estados unidos y lo habían regresado ya estando allá, también nos dijo que tendríamos que aguantarnos de ir al baño y comprar algo de comer porque no pararía el camión hasta kilómetros adelante de Tapachula después del reten, tuvo razón cuando paro el camión y bajamos ya estaba oscureciendo.
Esta vez paro el señor en una casa alejada de la carretera, los que vivían ahí lo conocían y nos dejaron entrar al baño y una señora nos preparo comida que tuvimos que pagar por medio del señor Octavio a precio muy alto.
Al terminar de cenar el señor Octavio se puso a tomar cervezas con los de la casa, los cuatro hombres y dos jóvenes que iban en el camión, las tres mujeres y la pareja se metieron al camión para dormir, hacía calor por lo que me quede caminando por ahí antes de entrar a dormir, las cervezas se les habían subido hablando fuerte y riéndose, yo estaba recargado en el camión mirando las estrellas y vi venir al señor Octavio, me agarro de la muñeca llevándome al otro lado del camión para que no nos miraran, me acaricio las nalgas sobre del pantalón.
—– hueco, tienes unas ricas nalgas de nena, duérmete en la cabina del camión para al rato hacerte sexo —
Me dio mucho miedo, jale el brazo para que me soltara.
—- yo no hago eso señor —
Corrí metiéndome al camión mientras decía.
—- putito esas nalgas van a ser mías antes de llegar a estados unidos —
Ya dormían los que estaba dentro agarre mi colchoneta, tenía mucho miedo por lo que paso y llore tapándome la cara para que no me escucharan.
A las cinco nos despertó para que bajáramos a desayunar y al baño, el señor y los cuatro hombres, dos jóvenes durmieron abajo y ya no estaban tomados, cuando baje el señor Octavio me miro riéndose burlonamente de mi, como traía solo quetzales me los compro muy baratos y me cobro muy caro lo que comí.
Subimos al camión y continuo el viaje, paro a las cinco horas para que bajáramos a hacer del baño y comprar a un hombre que él conocía agua, Coca-Cola, galletas y frituras para aguantar el hambre, al subir otra vez dijo.
—- ya no paró hasta pasando el reten después de pasar Tuxtla Gutiérrez —
En el trayecto tres veces se predio la luz roja, una hora después que prendió por última vez paro el camión, se abrió la puerta y nos hizo bajar.
Al salir ya estaba oscureciendo, el camión estaba oculto en una brecha tras unos árboles y se miraban pasar los autos por la carretera que estaba más arriba.
—- Aquí vamos a pasar la noche, como no hay tienda les traigo agua, Coca-Colas, galletas, pan y unos sándwich de jamón y café, para que compren lo que quieran, después pueden ir a refrescase o bañarse a un río que está más abajo —-
Tenía miedo de acercarme a él pero tenía hambre, cuando me decidí le pedí un sándwich, una coca cola y agua porque en mi bolso aun tenia galletas y frituras, apenas me alcanzo a pagarle con lo que me quedaba de dinero, al agarrar el dinero dijo.
—- putito, ya sabes si quieres comer mejores cosa y de a gratis me tienes que dar las nalgas —
Agarre mis cosa y me fui a sentar alejado de los demás a comer, al terminar todos se fueron a meter al río, agarre mis cosas me metí un poco a la maleza para quitarme el pantalón deportivo y ponerme un short, me quite el elástico con los dólares y los escondí en la mochila, me lleve el jabón para bañarme.
Me metí cerca donde estaban los demás el señor Octavio se quedo mirándonos cerca del camión tomando cerveza, no nos quedamos mucho porque había mosquitos, al salir me puse una panty amarilla, una playera azul claro, short azul fuerte de la escuela calcetas y zapatos deportivos, me puse otra vez el elástico con el dinero bajo la panti, metí lo demás a la mochila me la puse a la espalda y camine al camión para subir a dormir porque nos dijo que podía pasar la migara.
Al llegar ya todos estaban a dentro, el señor me agarro de la muñeca metiendo la mano bajo el short acariciándome las nalgas sobre la panti, me dio miedo y me quise zafar.
—- aunque te resistas putito van a ser mías tus nalgas de nena y no grites porque te va peor —-
Al acariciarme sobre la panti sintió el elástico y la bosa, jalándolo y sacándola de la panti
— que trae acá escondido putito —
Me movía tratado de defenderme y zafarme llorando.
— por favor dejen señor no me haga nada —-
El saco de la bolsa los dorares.
—- mira que tesoro trae el putito —-
No paraba de tratar de zafarme llorado.
— deme mi dinero, por favor seños es lo único que me queda —
El se guardo el dinero en la bolsa metiendo la mano esta vez bajo el short y panti acariciándome las nalgas.
—- putito si quieres tu dinero me vas a tener que dar las nalgas varias veces jajajajaja —
Continúe forcejeando para zafarme pero él era muy fuerte y me empezó a llevar a jalones a la cabina del camión aunque le suplicaba que me dejara.
—- por favor no me haga nada señor déjeme –
No sirvió de nada mi suplica.
—- no seas escandaloso todos se van a enterar que te gusta que te metan la picha —
Me dejo de manosear la nalgas para abrir la portezuela, estaba muerto de miedo pero le di una patada en la espinilla al tiempo que le mordía el brazo con el que me detenía, cuando me soltó salí corriendo al río sabiendo que no me alcanzaría porque estaba gordo pero escuche que grito.
—- chamaco ratero regresa acá, no me robes —
Al llegar al río seguí corriendo por una vereda estaba oscuro tropecé y caí ente la maleza, escuche que se acercaba el señor Octavio con los cuatro hombres y los jóvenes hablando diciéndoles que me había encontrado robándole unos dólares de la cabina del camión, del miedo y nervios que tenia me temblaba el cuerpo, me rodé un poco más adentro de la maleza y me quede muy quieto, se detuvieron antes de llegar a donde estaba y les dijo.
— vamos a regresar, el putito sabe dónde está el camión, si no regresa mañana lo agarrara migración y lo regresaran por ratero —-
Escuche que se alejaron pero me quede en el mismo lugar llorando sin saber qué hacer, había muchos moscos saque le la mochila el pantalón y me puse con dos playeras y una en la cabeza y cara para que no me picaran, de tanto llorar me quede dormido hasta que escuche el motor del camión, levante un poco la cabeza para ver si nadie estaba cerca, me levante un poco y entra las hoja vi que el camión subía rumbo a la carretera.
Me recosté llorando al estar solo sin dinero y sin saber qué hacer, quería morir y ya no saber nada más de la vida, recordé a mi maestra de yoga y me puse en flor de loto para relajarme y pesar mejor.
Recordé a mi mamá y abuela que se pondrían muy tristes al no saber de mí, me limpie las lagrimas, decidido a ganar dinero para ir en busca de mi mamá aunque iba a ser difícil, me quite la ropa y me metí a remojar al río para quitarme el calor y comezón de los piquetes de los moscos, salí a comer de las galletas que me quedaban y Coca-Cola, no sabía qué hora era pero el sol ya estaba muy arriba, me puse la misma ropa de la noche me cepille el cabello, guarde todo lo demás en la mochila y bolso.
Me puse de pie colgando la mochila a la espalda y subí a la carretera orando para que dios me ayudara a llegar con mi mamá y no me agarrara la migra.
Al llegar a la carretera había un letrero que decía Cintalapa una flecha un kilometro, camine hacia ese lugar sabiendo que ahí podría hacer algo para ganar dinero, llegue a un pueblo y casi entrado había una estación de gasolina que tenía una tienda donde vendían comida y se podía uno sentar en las mesas a comerla, me senté fuera a descasar antes de pedir trabajo en la estación de gasolina o tienda.
En ni uno de los dos lugares me dieron trabajo y los de la tienda me amenazaron de llamar a la migra, fui a caminar por las calles cercanas a buscar trabajo pero por el calor poca gente había en las calles, ya no tenía agua y me quedaba solo un paquete de frituras, regrese a la golosinería no había autos, me acerque a los trabajadores y con mucha vergüenza les dije.
— me regala una moneda para cómprame agua —
Uno de ellos me dijo.
—- mejor ve a vender el cuerpo putito para que tengas dinero jajaja —-
Todos rieron por lo que dijo pero uno de ellos me dio una botella con agua.
— chamaco tomo esta, regrésate a tu casa porque en la calle hay muchos peligros para un chamaco como tu —
Me santea la sombrea de un árbol que estaba al lado de la tienda a tomar el agua y comer las frituras, cuando ya no hacía calor fui por otras calles buscado ganar dinero, después de mucho una señora me puso a lavar su auto, al terminar me dio unas frutas, dos panes y medio litro de leche, ya estaba oscureciendo y no me podía quedar a dormir por ahí porque me podía ver la policía o migración, decidí ir al río para pasar la noche ahí.
Al llegar comí lo poco que tenia, me puse pantalón largo y playeras para cubrirme de los mosquitos, estaba cansado y me dormí rápido aun con el miedo que tenia al estar solo y que algún animal me atacara, soñé que me correteaba el señor Octavio y los hombre para violarme desperté sudado y llorado hasta dormir otra vez.
Me despertaron los cantos de los pájaros cuando empezó a amanecer, me senté en flor de loto respirado para calmarme porque lloraba por la situación en que estaba sabiendo que iba a ser muy difícil llegar a estados unidos y sin poder llamar a mi mamá para que supiera que no iba a llegar el día que quedamos.
Cuando amaneció bien me desnude y me metí a bañar, salí me comí tres últimas galletas que me quedaban, me puse una panti bikini rosa, un pantalón corto de mezclilla, una playera rojo, calcetas rojas y los zapatos deportivos, me cepille y peine para ir al pueblo.
Fui primero a un taller de autos que estaba al lado de la estación de gasolina a pedir trabajo, pero no me lo dieron, con mucha vergüenza empecé a podrir dinero a los que salían de la golosinería sin suerte y los empleados empezaron a molestarme diciéndome que mejor fuera a vender las nalgas, así que me fui a caminar por las calles de una colonia, donde después de cuatro horas solo conseguí ocho pesos que me dio una señora que le ayude a cargar su bulto de comida.
Estaba haciendo mucho calor y nadie salía de sus casas y tenía mucha hambre, regrese a la estación de gasolina que al estar en una calle más transitada a lo mejor consiga algo, fui otra vez con el señor del taller que me dijo que era muy chico para trabajar, le quise ayudar a uno que descargaba cajas para la tienda pero igual me dijeron que no, me fui a sentar a la sombra del árbol para descasar, paso al señor de la gasolinera que me regalo el agua.
— todavía andas por acá de ofrecido putito —
Mire el piso aguantándome para no llorar, salió de la tienda de regreso se paró a mi lado dándome una botella de a litro de agua.
—- toma putito, has de tener mucha sed —-
Me puse de pie.
—- muchas gracias señor —
Destape la botella tomando casi la mitad, la demás la tomaba de traguitos, un auto paro a que le pusieran gasolina al salir fue al taller, bajo el conductor hablo con el del taller y abrieron el cofre para revisarlo, el señor se veía que era muy simpático y reía con el del taller, al verlo pensé que a lo mejor el si me daba algo para comer.
El señor termino de hablar con el del taller y vi que camino hacia la tienda de conveniencia, me puse de pie colgándome la mochila y bolso acercándome a él con vergüenza.
—- buenas tardes señor, me puede regalar una moneda para comer —
Me miro de pies a cabeza y dijo.
— no acostumbro darle dinero a nenes, porque no se para que van a usar el dinero, pero si tienes hambre te invito a comer —
Lo mire nervioso y desconfianza.
— señor no puedo entra ahí, me corren los que atienden dicen le van a hablar a migración —
Me miro sonriendo.
—- mira nene, si vas a comprar no tienen porque correrte y si te dicen algo yo te defiendo —-
Me quede indeciso porque tenía mucha hambre, y el agrego.
—- si tienes hambre vamos —-
Camino para entrar y con miedo lo seguí.
Uno de los empleados al verme me dijo.
—- todavía andas por acá putito no te ha agarrado migración o la policía —
Sentí más nervios y me puse tras el señor ocultándome, pero él me puso su lado contestado,
—- el nene viene conmigo porque lo invite a comer, si hay algún problema quiero hablar con el gerente para reportéalos a la cadena de la concesión para que sepan como tratan a los clientes —
A los dos empleados se les fue la risa de la cara y el que hablo dijo.
— no hay problema señor, si usted va a pagar lo del chamaco —
El señor puso una mano en mi hombro y me llevo a donde estaban los alimentos preparados, agarro una charola, me la dio.
—- nene agarra lo que quieras y creas que te puedas comer —-
Lo miro tímidamente.
—- gracias señor —-
Agarre dos rebanadas de pizza, un sándwich, una Coca-Cola y pastel de chocolate, el puso en su charola lo que iba a comer y me llevo a sentar a una mesa donde se miraba el taller donde reparaban su auto.
Antes empezar a comer le dije.
— muchas gracias señor por comprarme esto, tenían dos días sin comer, porque me escape del camión de un señor que me llevaba a estados unidos —
Solo me dijo.
—provecho —
Empezamos a comer sin hablar nada, los empleados a veces me miraban enojados por lo que les dijo el señor, para mi mala suerte vi que se estaciono una patrulla de policía y entraron, uno de los policías se acerco a la mesa saludo al señor y hablo con él, me puse muy nervioso porque creí venían por mí, el señor le dijo.
— buena tarde comándate, como esta —
El policía me miro mientras contestaba.
—- Bien gracias, es la hora de descansar y comer algo —
El señor se dio cuenta que me veía el policía.
— comandante acá invite a mi amiguito a comer algo para que no ande en malos pasos —-
Llego su compañero con lo que iban a comer, mientras el otro respondió.
—- me parece bien mí estimado, buen provecho —
Se fueron a sentar algo retirados y le dije quedito.
— señor, usted conoce a todos los policías —
Me sonrió.
— no, solo conozco a algunos porque en otras ocasiones por mi trabajo nos hemos encontrado en la carretera o restaurants —
Termine de comer y cuando comía el pastel.
—- nene, cómo te llamas —
Lo mire desconfiado pero le conteste.
—- Víctor Matinés Ordoñez para servirle —
Cuántos años tienes.
—- doce años, usted como se llama —
—- me llamo Luis, donde naciste —
Mire a los policías desconfiado y agrego
— Víctor, tenme confianza, solo quiero saber cómo te puedo ayudar —
Baje la vista mirando la mesa y se me salieron unas lagrimas.
—- señor soy de Guatemala, mi papá y mamá viven el estados unidos y le pagaron a un señor para que me llevara con ellos, pero solo me trajo aquí y me quería hacer cosa, como no me deje me quito mi dinero y me dejo en un río cercano.—–
Me agarro una mano poniéndome nervioso al recordar cómo me la agarro el señor Octavio.
— Víctor lamentablemente hay mucha gente mala que le saca el dinero a los indocumentados, ahora que tienes pensado hacer —
Aun con lágrimas le conteste.
— no sé señor, creo trabajar y pedir dinero para ir poco a poco a la frontera a buscar a mí mamá —
Me apretó un poco la mano.
—- nene no llores, voy a pensar como te puedo ayudar, si quieres vamos al auto a hablar —
Nos pusimos de pie, agarre mi mochila y bolso, el se despidió de los policías y salimos, al llegar al auto saco de la cajuela unos paquetes de dulces.
— Víctor espérame un momento, le voy a regalar estos dulces a los policías y regreso a ver cómo te ayudo —-
Regreso al restaurant quedándome con miedo que fuera a ponerse de acuerdo con los policías para entregarme a migración, pesando si sería mejor salir corriendo pero el regreso rápido, el empleado del taller le probó que ya funcionaba el aire acondicionado y le pago, se acerco a mi abriendo la puertezuela.
—- Víctor súbete al auto para ir a otro lado a hablar —
Tenía desconfianza de él pero decidí arriesgarme porque no se veía que fuera mala persona, subí al auto y lo llevo al parque central de Cintalapa para ir a comer un helado.
Eso me calmo un poco, mientras comíamos el helado.
— Victor traes alguna identificación tuya y la dirección de tu papá y mamá en estados unidos —-
Saque de una bolsa de la mochila una credencial de escuela y unas cartas que me mando mi mama donde estaba la dirección de la casa de la abuela en Atitlán Guatemala y la de su mamá en estados unidos con un número telefónico.
—– le has hablado a tu mamá a este número de teléfono —-
Lo mire indeciso a contestar pero me arriesgue.
—- si señor es el teléfono de su casa en estados unidos, solo que no le hablaba mucho porque es caro hablar por teléfono y no tiene mucho dinero —
Me agarro una mano.
—- Víctor, te quiero ayudar porque no me gustaría dejarte solo en la calle con los peligros que hay, tú mismo ya lo viviste con ese señor —
Lo mire a los ojos y agrego.
—– tengo que pensar la manera de ayudarte, pero necesito que me tengas confiase y vengas conmigo a Tuxtla, así te quedas en el hotel conmigo para que duermas bien y descases —-
Lo miro nervioso y desconfiado sin responder, seguro noto en mi cara el miedo.
—- nene se que tienes miedo pero es la única forma en la que te puedo ayudar, no desconfíes yo no soy delincuente, trabajo vendiendo dulces de los que viste en el auto —-
Baje la vista.
—- es que en Tuxtla esta migración a donde me iba a llevar el señor para que me regresaran a Guatemala —-
Me toco el cabello.
— no te preocupes no dejaría que te lleve migración, déjame ayudarte —
Terminamos el helado y no estaba muy convencido de irme con él, lo mire a los ojos.
— voy pero no me haga nada malo, quiero ir con mi mamá —-
Me subí al auto, el me puso el cinturón de seguridad y agarro carretera para ir a Tuxtla, no tarde en quedarme dormido despertando cuando llegamos a la ciudad.
—- Víctor, descasaste —
Me estire un poco.
— sí señor, es que en el camión no podía dormir bien había calor y éramos muchos hombres y mujeres en un pequeño espacio—
El paro el auto en una plaza comercial, diciendo.
—- Víctor vamos a entrar para que te compres ropa, para que entres bien vestido en el hotel—-
Lo miro nervioso otra vez.
— señor no tengo dinero para comprar ropa ——
Me puso una mano en la cabeza revolviéndolo el cabello.
— nene, quien dijo que tú vas a pagar, yo te la voy a regalar —
Entramos a la tienda, me compro una bermuda de mezclilla, una playera, calcetas y unos zapatos deportivos que me gustaron.
Regaremos al auto, saco la ropa quitándole las etiquetas y me la dio.
— Víctor, desnudare y ponte la ropa nueva. —-
Lo mire nervioso.
— señor, alguien me puede ver cundo me cambie —
Me acaricie otra vez los cabellos.
—- anda cámbiate, solo yo te veo, te aseguro que en mi vida he visto a muchos nenes desnudos —
Con vergüenza me quite el short cuidando que no viera que traía panti, poniéndome rápido la bermuda y después me cambie la playera y zapatos, cuando termine dijo.
—- con esa ropa pareces otro nene jajaja —
Lo mire sonriendo.
—- gracias señor por comprármela —-
Camino al hotel metí la ropa a la mochila.
El hotel era bonito tenía cinco pisos, metió el auto a el estacionamiento y baje con mi mochila y bolso, el saco su maleta y dos portafolios, entramos y fue a un mostrador a hablar con un señor mientras vi que en el cetro había un jardín con piscina, me llamo el señor que estaba con un empleado que llevaba sus maleta y portafolios, subí por primer vez en un elevador, el empleado nos llevo a un cuarto.
Al entrar vi que tenía dos camas, dos sillones una mesa chica con sillas, una pantalla de televisión, refrigerador y baño, el empleado dejo las cosas del señor y le dio dinero, cuando se fue.
—- nene, te gusto el cuarto —
Seguía mirando todo.
— si me gusto, tiene baño, televisor y nevera y se ven las luces de la ciudad por la ventana, nunca había estado en un cuarto así —
El abrió la puerta del closet donde estaba una caja fuerte, le puso una clave y metió una computadora laptop, cámara fotográfica y otras cosas de valor.
—- Víctor, vamos a caminar un poco antes de cenar —
Me llevo a un parque cercano donde por las tardes los artesanos vendían su mercancía, como lo hacían en san Pedro Atitán, iba de puesto en puesto mirando las artesanía algunas parecidas a las de Guatemala, el me dijo.
—- si ves algo que te guste me dices y te lo compro —
Continuamos caminado y mirando artesanías hasta que empezó a oscurece.
Me detuve en un puesto que vendía pulseras tejidas de hilos de colores o con nombres.
—- Víctor quieres que te compre una —-
Lo miro sonriendo subió la mamo con los dedos abiertos pues me daba vergüenza pedírselas,
El movió mi cabello.
— quieres cinco pulseras, está bien escoge las que quieres y una con tu nombre —
La mujer que atedia me dijo donde estaban las que me quedarían en mi muñeca, mientras ella tejía la de mi nombre, busque las que me gustaron y las pagos, caminamos para ir a cenar.
—- muchas gracias señor por las pulseras, compre una por mi mamá, mi papá, mis dos hermanos y hermana —
Cenamos y regresamos al hotel, encendió la pantalla y me enseñe a usar el control para que buscara lo que quería ver, me dijo que se iba a duchar desnudándose frente a mi viendo que estaba marcado su cuerpo por hacer ejercicio, tenía unas bolas y picha grande aunque le colgaba, no tenia pelos porque seguro se los rasuraba, acomodo algunas cosas sin impórtale que lo viera, de verlo desnudo a mí se me puso dura la picha.
Se ducho y salió otra vez desnudo, estaba recostado mirando una película de dibujos animados se paró a lado de la cama y lo mire nervioso pues no sabía si me quería hacer algo.
—- Víctor, ve a ducharte para que descases —-
Me puso de pie sin dejar de mirarlo quitándome la playera y bermuda olvidando que traía panti donde se notaba mi picha parada, el me vio sin decir nada y camine rápido al baño, se fue tras de mí.
—- deja te enseño cual es el grifo del agua caliente y fría —-
Me explico lo del agua fría y caliente, cual toalla usara y salió cerrando la puerta, me duche por media hora disfrutado el agua y aproveche para hacerme una paja pues tenía días que no lo hacía, al terminar me seque y me puse otra vez la panti para salir.
El estaba acostado desnudo a viendo las noticias en la televisión, pase mirándolo y me acosté en la otra cama, me miro.
— nene, a mi me gusta dormir desnudo porque es más cómodo, tu puedes dormir como quieras —
Sin dejar de mirarlo.
— yo estoy acostumbrado a dormir con short o ropa interior porque dormía con mi abuela —-
Sonrió mirando la panti.
— mientras me duermo y en el transcurso del día de mañana pienso como ayúdate, que descases —
El noticiero termino y puso el canal de películas animadas para que lo viera, no tarde en quedarme dormido.
Acá termino el capitulo del relato, el siguiente será de la decisión que tomo el señor, el papá y mamá sobre qué hacer con el nene.
Sebas.
Exelente relato espero q tengas la continuación muy pronto
sabrosisismo