El viejo exhibicionista III.
abre la puerta y me hace pasar. Dios, entré en el portal como alma que lleva el diablo, estaba muy pero que muy nervioso, hasta respirar me costaba trabajo, cosa que o bien él no vio, o le daba exactamente igual, lo que sí sé, es que nada más entrar en el portal y luego de cerrar la puerta, .
El día anterior había quedado con el viejo exhibicionista en volver a su casa y quedarme a dormir con él. Luego de haberme dado por el culo él, y el maduro que al parecer era amigo o conocido suyo, me había dicho que si podía quedar a dormir con él, que si tenía que estar en casa a alguna hora. Le había dicho que sí, pero que mejor era al día siguiente que era sábado y podría decir en casa que iba de fiesta a la discoteca con los amigos, que así no tendría problema alguno, pues ese día no tenía clase y me dejarían salir de fiesta.
Había quedado de ir a las 9 de la noche, era cuando ya los amigos habrían marchado de fiesta. Yo seguramente les diría alguna disculpa y así que quedara solo, iría para la casa del viejo. Además, que no quería ir más temprano, temía que algún amigo me pudiera ver por casualidad entrando en el edificio donde vivía el viejo exhibicionista, que me vieran entrar y supieran que me dejaba coger por el viejo aquel, me aterraba.
Al día siguiente que era sábado, yo andaba nervioso, no se me iba de la cabeza el viejo exhibicionista, recordaba su larga y curvada polla y me ponía cachondo recordando aquella polla. Recordaba cómo me había dado por el culo allí pegado a la ventana y luego como el otro maduro al que había terminado invitando, veía como el viejo exhibicionista me estaba dando por el culo.
No sabía si íbamos a estar los 2 solos, o al final también estaría el otro maduro. No me importaba mucho, al final hasta me gustaba, me gustaba que viera como me daba por el culo y hasta me había gustado la follada que terminó dándome él también.
La polla de este otro maduro era más gorda que la del viejo exhibicionista, recordaba como me había abierto el culo, hasta yo creía que cuando me la había metido por el culo, me había ensanchado más las caderas. Al principio me había dolido un poco, pero Dios cuando ya me la había metido toda, creí que me iba a morir del gusto que me daba el muy cabrón.
Recordaba todo eso y me ponía nervioso y muy cachondo. Según fue avanzando el día, yo estaba más y más intranquilo. Cuando por fin ya mis amigos se habían marchado, sería cerca de las 8 de la tarde, ya me había disculpado diciéndoles que no podía ir, luego de pasada una media hora más o menos, yo ya estaba que no podía aguantar más, estaba muy nervioso e intranquilo, así que haciendo como que me iba para casa, me fui a ver si el viejo exhibicionista estaba mirando por la ventana. No me atrevía todavía a ir directo a tocarle el timbre, prefería que me viera antes y así me pudiera abrir rápidamente la puerta para que no pudiera verme algún amigo o conocido, entrando en aquel edificio donde vivía el viejo exhibicionista.
Cuando ya estaba llegando a la acera desde donde había visto al viejo exhibicionista la primera vez, ya me encontré con el maduro que el día anterior había visto como me daba por el culo el viejo exhibicionista, además de haberme follado él también. El cabrón al verme ya me reconoció al momento. Dios con que cara de lujuria y depredador me miraba. La sonrisa le llegaba de oreja a oreja, cuando ya estuvo a mi altura, sin inmutarse ni un pelo ya me habló a la vez que echaba su brazo a mis hombros haciendo que fuera con él directo hacia el portal del edificio donde vivía el viejo exhibicionista.
Bufff, yo creo que al verlo ya me puse de todos los colores, ver como me hablaba y como echaba su brazo por mis hombros llevándome hacia el portal del edificio donde vivía el viejo exhibicionista, me había echo enrojecer como un tomate maduro, miraba nervioso para todas partes por si me podía ver alguien conocido. No era capaz de decirle nada, ni siquiera escuchaba lo que me decía, cuando luego de esperar unos minutos a que el viejo exhibicionista nos abriera la puerta luego de haber llamado el maduro amigo del viejo al timbre, veo como abre la puerta y me hace pasar. Dios, entré en el portal como alma que lleva el diablo, estaba muy pero que muy nervioso, hasta respirar me costaba trabajo, cosa que o bien él no vio, o le daba exactamente igual, lo que sí sé, es que nada más entrar en el portal y luego de cerrar la puerta, aquel maduro amigo del viejo, ya me abrazó a él, empezando a meter mano.
¡Ay maricón que bueno estás! Me decía manoseándome el culo a la vez que me abrazaba a él.
¡Dios como me gustan estas cachitas que tienes! Decía manoseándolas a la vez que las apretaba con sus manos.
Yo no era capaz de decir ni hacer nada, solo me dejaba manosear tratando de que aquel nerviosismo se me fuera. Cuando por fin empezamos a subir las escaleras, yo todavía iba algo aturdido, entre el manoseo y el nerviosismo que llevaba, ni me di cuenta cuando llegamos al segundo piso que era donde vivía el viejo exhibicionista.
Nada más llegar, la puerta ya estaba abierta, ya el viejo exhibicionista nos estaba esperando. El cabrón ya estaba solamente con la bata puesta, debajo ya no llevaba nada puesto. Entramos y juro que, en esos momentos, tuve la sensación de cómo si me estuvieran llevando al matadero. Me sentí una putita a la que llevan a follarse y la verdad es que así era, aquellos 2 sementales me llevaban para darme por el culo, me iban a follar y hacer de mi una putita, una putita que además no cobraba nada, aquellos 2 depredadores, iban a gozar de mi cuerpo y satisfacer sus más bajos instintos sexuales. Eso era así de cierto, pero la verdad es que a mí me gustaba, me gustaba mucho. Me gustaban las pollas de aquellos 2 sementales, me hacían chillar y retorcer de gusto cuando me las metían por el culo, Dios como me gustaba.
Nada más entrar, el maduro amigo del viejo ya me llevó para la sala donde el día anterior me habían follado, me llevaba abrazado por detrás a él, el muy cabrón ya debía estar más salido que una jauría yendo detrás de la perrita en celo a la que van a montar y aparearse. Así me llevaba aquel depredador pegado a él, pudiendo notarle la ya hinchada verga que tenía, pegada a mi culito.
¡Ay maricón que ganas te tengo! Me decía mordisqueándome la oreja a la vez que me restregaba su hinchada polla por mi culito, cuando al llegar el viejo exhibicionista, dijo al ver como me tenía su amigo:
Joder, parecéis 2 animales apareándose en pleno celo, ¿no queréis beber algo antes de empezar?
No, contestó el maduro amigo de él, mejor dejar la cerveza para luego, ahora prefiero follarme a esta putita, me tiene muy caliente y quiero romperle el culito, le voy a meter la polla que le va a salir por las orejas, decía el maduro amigo del viejo, empezando a aflojarme la correa del pantalón.
Dios, yo estaba que me salía el humo por las orejas de lo enrojecido que estaba, todavía no me había pasado el nerviosismo y aquel depredador ya estaba empezando a bajarme el pantalón. Veía la cara de lujuria y lascivia con la que el viejo exhibicionista me miraba. No me quitaba la vista de encima, contemplaba allí de pie como su maduro amigo ya me empezaba a bajar el pantalón y como poco a poco me iba despelotando. Veía como me bajaba el pantalón, luego me bajaba el slip, dejándome desnudo de cintura para abajo y sin poder esperar más, empezaba su amigo a sacarse la polla de fuera y empezaba a restregarla por mi caliente culito.
¡Mira maricón, mira como me tienes! Gritaba el maduro restregándome la polla por el culo para que pudiera notar lo dura e hinchada que tenía la polla.
Yo era incapaz de decir nada, todavía seguía muy nervioso y ver como andaba de salido el amigo del viejo, me tenía algo asustado, cuando el viejo exhibicionista, al ver mi cara y lo caliente y salido que andaba su amigo, acercándose por delante a mí, le dijo al maduro amigo de él:
¿Joder, no seas bruto, quítate la ropa y vamos a preparar al maricón, o le quieres romper el culo? ¿No ves el tremendo pollón que tienes, no ves que es muy gorda y le puedes destrozar el culito? Le decía el viejo exhibicionista a la vez que me abrazaba a él y empezaba a desabotonarme la camisa.
Venga, vamos a quitarnos la ropa y prepararle el culito para poder follarlo a gusto y no hacer una carnicería, decía el viejo exhibicionista, haciendo que su amigo me soltara y entrara en razón.
Tienes razón, Mauricio, tienes razón y cuando la tienes, hay que dártela. Bufff, es que este culito que tiene el mariconazo me trae por la calle de la amargura, decía dándome una palmadita en el culo, a la vez que empezaba a quitarse la ropa, viendo como el viejo exhibicionista, al que hasta ese día yo, desconocía que se llamara Mauricio, lo supe porque se lo acababa de escuchar a él, que luego también supe que él, se llamaba Pepe.
Una vez ya estuvimos todos completamente desnudos, sin nada de ropa, ni siquiera los calcetines, así como Dios nos trajo al mundo, Pepe, el amigo del viejo, me abrazó a él, empezando a comerme la boca, Dios, el cabrón estaba desesperado, tenía un empalme de campeonato, notaba su gorda e hinchada polla pegada a mi barriga mientras me comía la boca. Me metía la lengua y mordisqueaba el labio mientras me susurraba lo cachondo que lo ponía, mientras el viejo exhibicionista, me acariciaba la espalda y culito, iba pasando sus dedos por todo mi culito. Buscaba con sus dedos mi agujerito para irme preparando para la follada que aquellos 2 depredadores me iban a dar.
Viendo lo cerradito que yo tenía el culito, luego de pasar sus dedos mojados de saliva, varias veces intentando abrirme el agujero para que me fuese dilatando, sabiendo lo desesperado y gorda que tenía la polla su amigo y sabiendo que iba a querer follarme el primero, fue a buscar crema, crema que trajo y empezó a lubricarme. El día anterior no me había hecho falta, pero había sido porque ya mi culito estaba bien abierto y suficientemente dilatado y lubricado, pues ya me había follado él y no me había hecho falta, pero hoy, tal y como estaba la cosa, mejor era lubricarme con el gel que tenía el viejo exhibicionista para esas ocasiones.
Cuando sentí como aquellos largos dedos del viejo exhibicionista, pasaban por mi estrechito culito, como me iba lubricando, como iba metiendo sus dedos haciendo que mi esfínter se fuese poco a poco abriendo y dilatando, yo inconscientemente empecé a gemir a la vez que me iba estremeciendo de gusto. Ya tenía los labios enrojecidos e hinchados del tremendo morreo que me estaba dando el amigo del viejo.
Este al ver como yo me retorcía y gemía del gusto que me estaban dando, dejando que el viejo exhibicionista siguiera lubricando y dilatando mi culito, me separó de él a la vez que me hacía agachar para que le chupara la polla.
No hizo falta que me dijera nada, al verle la cara, ver como me miraba a la vez que se agarraba la polla con una mano y con la otra me empujaba para que me agachase, ya entendí lo que quería, así que mientras me agachaba abrí la boca todo lo que pude, empezando a chuparle aquel tremendo garrote con el que me iba a dar por el culo. Dios, apenas me cabía el glande en la boca, no me extrañaba que me diera la sensación el día anterior de que cuando me había metido la polla por el culo, las caderas se me habían ensanchado. Menos mal que el viejo exhibicionista me estaba dilatando y lubricando el culito, porque cuando me metiera aquella gorda polla por el culo, aquello me iba a doler.
Así que ya me tuvieron preparado y ya mis mandíbulas casi se me habían desencajado, apoyándose a la ventana desde donde se exhibía el viejo, me hizo dar la vuelta y así mirando para el viejo exhibicionista, me hizo inclinar hacia delante a la vez que mi culito quedaba paradito y listo para ser enculado.
Noté como colocaba la punta de su polla en la entrada de mi agujero, como me decía que abriera un poco más las piernas y tirando de mí hacia él, dio un empellón a su pelvis, haciendo que aquella larga y gorda polla, me entrara por el culo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Grité a la vez que sentía un tremendo dolor, Dios que dolor me había dado cuando noté como aquel tremendo pollón me entraba por el culo, Dios, pensé que me partía en 2. Espera, espera le gritaba yo tratando de que aquella polla que me estaba metiendo por el culo, me la sacase. Pero ni caso me hizo, volvió a dar otro empellón a su pelvis, terminando por enterrarme toda aquella tremenda polla en lo más profundo de mis entrañas.
Ya maricón ya, ya la tienes toda dentro, ahora relájate y no aprietes el culito, deja que el culito se acostumbre a mi polla, ya verás como luego vas a chillar de gusto, ya verás cómo te retuerces del gusto que te va a dar y me pides más, me decía abrazándome a él a la vez que impulsaba su pubis, clavándome aquel tremendo garrote en lo más profundo de mis entrañas.
Dios, yo no dejaba de lloriquear, notaba como aquella gorda polla me abría en 2, como sus huevos los tenía pegados a la entrada de mi ano y como aquel hijo de la gran puta prácticamente me tenía suspendido en el aire. Notaba como me abrazaba a él, teniéndome ensartado en aquella larga y gorda polla que me acababa de meter por el culo. La polla se me había encogido por arte de magia, al sentir aquel tremendo dolor, mi pobre polla quedó completamente flácida.
Ya maricón ya, tranquilo que lo peor ya ha pasado, ya te la he metido hasta los huevos, ahora afloja el culito y deja que te folle, ya verás como te va a gustar, ya verás como gimes de placer, me decía mordisqueándome las orejas manteniéndome abrazado a él.
El viejo exhibicionista, al verme como me tenía completamente ensartado y ver como mi polla había desinflado, viendo mi cara de dolor, acercándose a mí, empezó a acariciarme con sus manos. Llevó una a mis genitales los cuales empezó a acariciar, mientras con la otra acariciaba mis hinchados pezoncitos a la vez que me iba diciendo:
Anda putita, relájate ya verás como tu culito se acostumbra y ya no te dolerá, me decía manoseándome los genitales para que me volviera a empalmar.
Eso precisamente era lo que yo intentaba hacer, aflojaba todo lo que podía el culito. Veía como el viejo exhibicionista me manoseaba tratando de que mi polla se pusiese dura de nuevo, veía aquella larga y curvada polla que tanto me gustaba y siempre me recordaba a un plátano, cuando empiezo a sentir como su maduro amigo, empezaba poco a poco a mover su pelvis, haciendo que su gorda polla se empezase a deslizar por mis entrañas. Ya el dolor había pasado, ya mi culito se había dilatado suficientemente y poco a poco los gimoteos que soltaba eran a causa del gusto que me estaba dando aquella gorda polla.
Dios, me sentía completamente abierto y ver como aquellos 2 depredadores me tenían, me estaba empezando a gustar. Ya mi polla volvía a estar completamente empalmada, ya mi cara no era de dolor, ahora el viejo exhibicionista sabía que estaba empezando a gozar, así que para que mi culito se abriera más y aquella larga y gorda polla de su amigo me entrara mejor por el culo, al ver que ya tenía los pies en el suelo, le dijo al amigo que me dejase inclinar.
Déjalo que se incline un poco, sujétalo por las caderas y deja que me chupe la polla a mí, mientras tu le das por el culo, le decía el viejo exhibicionista a su amigo.
Al ver como su amigo me sujetaba por las caderas, el viejo llevó mi cabeza haciendo que me inclinase pudiendo sujetarme a las caderas del viejo a la vez que le empezaba a chupar la polla.
Dios que gusto estaba empezando a sentir, chupaba aquella larga y curvada polla del viejo, mientras su amigo me estaba dando por el culo. Ya mi culito se había abierto, se había dilatado dejando que aquel tremendo garrote me entrase y saliese por el culo, dándome un tremendo gustazo. Se escuchaba los bramidos que daba el amigo del viejo y el golpeteo de su pubis golpeando una y otra vez mi abierto y estrechito culito, plof, plof plof plof plof plof, plof plof plof plof.
¡Ay que gusto, maricón! ¡Ay que gusto! ¡Ay que gusto! ¡Dios que culito tienes cabronazo! Gritaba una y otra vez el amigo del viejo, dándome por el culo, mientras yo, inclinado le chupaba la larga polla al viejo exhibicionista el cual no dejaba de acariciarme la cabeza. Enredaba sus dedos en mi pelo mientras susurraba, así así, chúpala toda, trágatela toda cariño que es toda para ti, susurraba el viejo exhibicionista.
Ya llevaban un buen rato follándome, cuando noto como el amigo del viejo que era el que me estaba dando por el culo, empieza a apurar su mete y saca, como sus dedos se clavaban en mis estrechitas caderas y empezaba a gritar que se corría.
Ya maricón ya, ya me corro, ya me corro, te voy a preñar maricón, te voy a preñar y llenar este culito de leche.
¡Ohhh que gusto! ¡Oh que gusto! ¡Ohhh que gusto! Gritaba empezando a soltar trallazos de semen que iban a parar a lo más profundo de mis entrañas, el cabronazo estaba vaciando sus enormes pelotas en lo más profundo de mi ser, me estaba preñando con su semen.
Cuando acabó de eyacular dentro de mi abierto y caliente culito, mientras recuperaba la respiración, me iba acariciando con sus manos mientras iba diciendo:
¡Dios que gusto! ¡Que culito más rico tienes! ¡Dios como me gusta follártelo, maricón! Decía mientras me acariciaba la espalda con sus manos y su gorda polla iba poco a poco escurriéndose de mi abierto culito.
Dios, cuando por fin salió su polla de mi culito, me dio un tremendo gustazo que me hizo estremecer todo el cuerpo, noté como su corrida se iba escurriendo por mis piernas y como mi agujerito quedaba todo baboseado y pringado de la corrida que me acababan de soltar.
El viejo exhibicionista, al ver como yo gemía, no esperó ni un segundo, así como me tenían aquellos 2 depredadores, sacándome la polla de la boca, sujetándome por la mano me puso así inclinado como ya me tenían, apoyado a la mesa, me hizo recostar el pecho sobre la mesa, me abrió de piernas y así como estaba ya me metió su larga y curvada polla por el culo.
Así maricón así, deja que te follemos este vicioso culito que tienes, hoy vas a ir bien follado, hoy te vamos a preñar y dejar embarazado, te vamos a llenar las tripas de semen, gritaba el viejo exhibicionista, metiéndome una y otra vez la polla por el culo
¡Ay que gusto! ¡Ay que gusto! Gritaba una y otra vez el viejo.
¿Te gusta? Me preguntaba el viejo exhibicionista al escuchar como yo gimoteaba abriéndome todo lo que podía de piernas, notando como aquella larga y curvada polla me entraba por el culo una y otra vez, sin que le contestara nada.
Claro que te gusta, te gusta que te metan la polla por el culo y te follen como la puta que eres, ¿verdad que sí, pedazo de maricón?
Yo no contestaba nada, solo gemía y lloriqueaba del gusto que me estaba dando aquel viejo exhibicionista.
Ya maricón ya, ya te voy a llenar el culito de leche, ya me voy a correr cabrón, decía cuando noté como apuraba las embestidas que me daba y de repente empieza a gritar que se corre.
Me corro, me corro, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba empezando a soltar trallazos de semen dentro de mi abierto y caliente culito.
El cabrón siempre me soltaba una tremenda corrida, parecía que se estaba meando, el cabrón era todo un semental, soltaba leche que parecían meadas.
Así que acabó de correrse dentro de mi culito, una vez recuperó el resuello, dejó que su polla fuese saliendo de mi abierto y preñado culito, y así sudando como estábamos, fuimos a lavarnos un poco al baño. Yo estaba que chorreaba semen por mi abierto culito, así que luego de lavármelo en el bidet, tal y como me ordenó, volvimos para la sala donde sentado nos esperaba el amigo que me había dado por el culo de primero.
Allí sentado bebiendo una cerveza y viendo la televisión, estaba esperando a que llegáramos. Estaba completamente desnudo, había estado viendo como me daba por el culo el viejo exhibicionista y ahora bebía una cerveza esperándonos.
Yo no sabía que íbamos a hacer, estaba algo intranquilo por si aquellos 2 depredadores empezaban de nuevo a darme por el culo, estaba todavía excitado y caliente, no me había corrido, solo mi pobre polla había empezado a soltar líquido preseminal cuando me estaba dando por el culo el viejo exhibicionista, pero joder, tenía sed y quería descansar algo. Veía aquellas largas pollas que le colgaban del medio de las piernas y solo de verlas ya me estremecía de gusto, mi polla seguía empalmada y no se me bajaba viendo a aquellos 2 sementales.
Menos mal que fue el viejo, el que dijo de comer algo mientras veíamos alguna película y luego irnos para la cama a volver a follarme, cosa que el amigo estuvo de acuerdo y así fue como me dijo de sentarme al otro lado del amigo, el cabrón me quería justo en medio de los 2. Seguro que era para irme metiendo mano y tenerme bien excitado, los cabrones me querían tener bien caliente y predispuesto para recibir aquellas pollas que tanto me gustaban y me hacían gemir como a una putita en celo.
Y así fue como ocurrió, me estuvieron metiendo mano y magreando todo lo que les dio la gana. Tenía los pezoncitos al igual que los labios, enrojecidos e hinchados de tanto magreo que me estuvieron dando mientras estuvimos viendo 2 películas porno gay. Además de beber cervezas y comer unos pinchos que había comprado el viejo exhibicionista.
Cuando acabó la segunda película, ya los 2 cabrones tenían las pollas morcillonas, ya los cabrones estaban listos para darme por el culo otra vez, solo que ahora sí que me llevaron para la cama, allí era donde me iban a follar bien follado aquellos 2 depredadores.
La cama era una cama normal de matrimonio, no es que fuera muy grande para los 3, aunque yo era delgadito los 2 ya casi ocupaban toda la cama. A mí me hicieron poner en medio de los 2, allí no tenía escapatoria, mientras uno me daba por el culo, el otro tenía mi boca a su entera disposición, y así fue como empezó a darme por el culo el viejo exhibicionista, me puso de cucharita, dejándole paradito el culito para que me pudiera meter la polla por el culo.
Así así, dame el culito y deja que te meta la polla por este rico y vicioso culito que tienes, me decía el viejo exhibicionista mientras me iba metiendo la polla por el culo. Culo que todavía seguía abierto y dilatado de las otras 2 folladas que me dieran nada más llegar a la casa del viejo. Pero aún así, me estremecí cuando noté como me iba entrando aquella larga polla por el culo, haciéndome gemir por el tremendo gusto que me estaba dando.
Así maricón así, mira como gimes de gusto, me decía el viejo exhibicionista metiéndome la polla hasta los mismísimos huevos, mientras el amigo, tumbado a mi lado, se acariciaba la polla viendo como el viejo me daba por el culo de nuevo.
Mira que pedazo de polla que tiene el Pepe, mira que grande y gorda es, anda acaríciala que es toda para ti, hoy esa vergota es toda tuya. Anda mámasela un poquito, ya verás como se pone aún más grande y gorda, ya verás como cuando te la meta por el culo ya no te va a doler como antes, claro que no te va a doler, porque ya te hemos abierto bien el culito, ya tu culito es como un chochito al que vamos a mimar y darle verga que es lo que te gusta, ¿¿verdad que sí mi linda putita?
Siiií, le contestaba yo ahora, excitado y caliente como me tenían aquellos 2 depredadores que no dejaban de meter mano y darme por el culo.
Caliente y excitado como estaba, no pudiendo aguantar más, empecé a acariciarle aquel tremendo pollón que se gastaba el amigo del viejo, y mientras me daba por el culo, yo acariciaba y lamía y chupaba aquella tremenda verga que luego me iba a volver a dar por el culo. Veía aquella tranca y la verdad es que no se como era que aquella monstruosidad de polla me pudiera entrar por el culo, pero sí, sí que me entraba, ya me la había metido 2 veces y que tremendo gustazo me daba cuando ya mi culito se había acostumbrado a tener aquella cosa dentro.
Ahora sí que el viejo exhibicionista estaba tardando en correrse, ya mi polla estaba completamente pringada y mi culito abierto como nunca había estado, lo notaba todo babado, sintiendo como la larga y curvada polla del viejo exhibicionista, entraba una y otra vez por mi culo, pudiendo notar como sus huevos se aplastaban contra mi ano cada vez que me la clavaba hasta lo más profundo de mis entrañas.
Ya las piernas apenas las sentía, cuando por fin el viejo exhibicionista, empezó a gritar que se corría.
Ya, ya me corro, ya me corro, gritaba el viejo empezando a soltar otra larga corrida dentro de mi culito.
¡Ohhh que gusto! ¡Ohhh que gusto! ¡Ohhh que gusto! ¡Ooohh que gusto! Gritaba el cabronazo del viejo, soltándome otra larga corrida dentro de mi abierto y caliente culito.
Cuando ya por fin la polla del viejo salió de mi culito, mientras el viejo se recuperaba de la follada que acababa de darme, yo que estaba que me derretía de gusto, veo como el amigo del viejo, me abraza haciendo que me subiera a su pecho, como empezaba a comerme la boca y así como me tenía tumbado sobre él, me ordena que abra las piernas. Veo como mientras me comía la boca, con su mano iba apuntando su tremenda polla a mi abierto y baboseado agujerito, y tan pronto me la tuvo colocada en la entrada de mi ano, me ordenó que me montara a horcajadas sobre él, que me iba a follar así.
Anda putita, ponte a horcajadas que te voy a meter la polla por el culo antes de que me exploten los huevos, me decía a la vez que aquella tremenda polla me iba entrando de nuevo por el culo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Chillaba yo notando como mi culito se abría y aquella gorda polla se introducía por él. Dios que tremendo gustazo me estaba dando, empecé a mover el culo a la vez que subía y bajaba, notando como aquella tremenda polla volvía a estar dentro de mí. Podía notar como me abría el culo y mis caderas se ensanchaban, como me hacía gemir y como me movía y retorcía del gusto que estaba sintiendo.
De mi polla caía un hilo por el que iban cayendo pequeñas gotas de semen, gotas que caían sobre el vientre y abdomen del amigo del viejo, veía como el viejo exhibicionista miraba como su amigo me daba por el culo, y como yo no dejaba de gemir moviéndome como si me estuviera dando un telele, Dios, era tanto el gusto que me daba, que, aunque estaba cansado y mis piernas ya apenas me respondían, pero yo seguía moviendo mi culito como podía. Así que me cansé de subir y bajar, echando las manos hacia atrás, movía el culo impulsándolo hacia delante, clavándome una y otra vez aquella tremenda polla por el culo. Dios que tremendo gusto me estaba dando, ya apenas podía con mi alma cuando mi pobre polla empezó a soltar trallazos de semen, semen que iba a parar al pecho y abdomen de mi semental.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Me corro, me corro, me corro, gritaba yo retorciéndome de gusto, mientras mi polla iba soltando trallazos de semen en el pecho y abdomen del amigo del viejo que me estaba dando por el culo.
Así que acabé de soltar toda la corrida caí desparramado de espaldas sobre los pies del que me estaba dando por el culo, no podía con mi alma, no podía más y todavía aquel semental no se había corrido, así que viendo que yo no podía con mi alma, me dejó tumbado sobre la cama, me hizo acostar como estaba, poniéndome boca abajo, y así como me colocó, se puso de rodillas en medio de mis piernas, con sus manos me levantó por la cintura, y así espatarrado como me tenía abierto de piernas, mientras me sujetaba por la cintura, me volvió a meter la larga y gorda polla por el culo.
Dios, ahora sí que me entraba fácilmente aquella tremenda polla por el culito, ya me tenían bien abierto y dilatado, ya mi culito no se resistía a nada, así que nada más meterme la polla por el culo, empezó con un frenético mete y saca, que pensamos que la cama se iba a descoyuntar. Pero no, la cama aguantó aquellos tremendos embistes que me estaba dando el amigo del viejo, yo chillaba y gimoteaba mientras estaba siendo follado salvajemente, lo que más se escuchaba eran los gruñidos de mi follador que no dejaba de sodomizarme, y el constante golpeteo que daba la cama golpeando una y otra vez contra la pared. Hasta que por fin aquel semental, empezó a gritar que se corría.
Ya maricón ya, ya me corro, ya me corro, ¡ay que gusto! ¡ay que gusto! ¡ay que gusto! Gritaba llenándome el culo con su semen, volviendo a dejar preñado el culo con su caliente y espeso semen.
Una vez ya se hubo corrido y de su polla no salía nada, dejando que mis piernas se cerraran y volvieran a su estado natural, se tumbó al costado de la cama donde al poco quedó completamente dormido, al igual que hicimos el viejo exhibicionista y yo. Yo completamente abrazado por el viejo exhibicionista, que me tenía abrazado a él como si fuera su mujer, hasta con las piernas me tenía abrazado.
Cuando desperté, yo seguía abrazado al viejo, Pepe su amigo fue el primero en levantarse, yendo al parecer a lavarse ya que al poco rato apareció completamente vestido y lavado. Se iba para su casa, eran ya las 5 de la madrugada, se acercó para darme un morreo y acariciarme con su mano a la vez que decía que se iba, que le gustaría volver a verme, que le gustaba mi culito y que quería volver a follármelo.
Yo al despertar y saber la hora que era, le dije al viejo exhibicionista que era hora de irme, que normalmente cuando iba de fiesta, volvía a casa a las 6 o 7 de la madrugada, así que tenía que irme vistiendo para marchar.
¿Quieres que nos duchemos antes de que te marches? Así ya vas lavadito y de paso aprovechamos y te vuelvo a dar por el culo, que te parece, ¿eh? ¿Quieres que te vuelva a dar por este culito tan rico que tienes?
No, prefiero ducharme al llegar a casa, le contesté, notando como se pegaba a mí y como me restregaba su polla pudiendo notar que el cabrón ya volvía a estar empalmado.
¿No quieres que te vuelva a follar? ¿No quiere mi putita que le meta la polla por este caliente culito que tiene? Me preguntaba restregándose a mí para que notara lo empalmado que ya volvía a estar.
Sí, claro que quiero que me vuelvas a dar por el culo, pero es que prefiero ducharme al llegar a casa, le contestaba sabiendo que no me iba a dejar marchar sin antes volver a darme por el culo, el cabronazo estaba empalmado como un burro y yo estaba seguro de que me iba a volver a follar, al fin y al cabo, yo también estaba excitado y caliente, el cabrón se había encardado de ello, me había tenido toda la noche abrazado a él y no había dejado de meter mano, cosa que me tuvo con ganas de seguir dejándome dar por el culo.
Tan pronto me escuchó decirle aquello, ya no esperó más. Así tal y como me tenía, levantándome una pierna con su mano y haciendo que parara mi culito para así poderme meter la polla por el culo, tan pronto eché el culito pegándome a él, así con la pierna algo levantada mientras me la aguantaba con su mano, empezó a meterme la polla por el culo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemí a la vez que me estremecía de gusto, notando como aquella larga y curvada polla me iba entrando por el culo. Dios que gusto y como me gustaba sentir aquella polla entrando por mi culito, Dios como me gustaba la polla de aquel viejo exhibicionista.
Así maricón así, deja que te de por el culo, deja que te lo preñe y llene de lechita, ¡ay que gusto! ¡Ay que gusto! Gritaba el viejo volviéndome a follar.
Yo no dejaba de gimotear, arrimaba todo lo que podía mi culito al pubis del viejo, notando sus vellos púbicos y el calorcito que me daba su cuerpo al notarlo completamente pegado a mí, a la vez que su polla me entraba por el culo una y otra vez, hasta que por fin después de un buen rato en el que me estuvo dando por el culo, el viejo me anunciaba su corrida.
Ya mi putita, ya me voy a correr, ya me vengo, ya me vengo, ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba el viejo llenándome de nuevo el culo de leche.
Otra vez me había preñado aquel semental, otra larga corrida me había dejado en mis entrañas aquel viejo exhibicionista. Nada más terminar de soltar aquella larga corrida que me había dejado en lo más profundo de mis entrañas, sin que su polla todavía me hubiera salido de mi culito, llevó su mano a mi pobre polla y así como me tenía, empezó a pajearme a la vez que me daba mordiscos en el cuello y al momento ya me hizo correr.
Dios, yo temblaba de gusto, aquellos mordiscos que me daba en el cuello, la polla escurriéndose de mi culito y aquella mano acariciándome la polla a la vez que me la meneaba, hizo que explotara al momento, empezando a soltar trallazos de semen, semen que iba saliendo a borbotones y que caían sobre la mano del viejo que me estaba dando por el culo.
Me corro, me corro, gritaba yo notando como el viejo mordía mi cuello y me iba susurrando, así mi putita, así, suelta la lechita, suéltala toda, me susurraba a la vez que mordía mi cuello y su mano no dejaba de menear mi pobre pollita.
Así que terminé de soltar mi corrida, una vez ya recuperados y la respiración se normalizó, nos levantamos de la cama, nos fuimos a lavar y luego como yo no quise tomar nada, vino conmigo a la sala donde me ayudo a vestir, bueno más que ayudar, lo que hizo fue meter mano y magrearme, además de decirme una y otra vez que quería volver a verme, que cuando quisiera, ya sabía a donde acudir y así luego de magrearme y meter mano todo lo que quiso, me acompañó hasta la puerta donde desnudo como estaba, se despidió.
Cuando me iba para casa, iba pensando en la polla del viejo, aquella visión de la polla colgándole del medio de las piernas cuando se despedía en la puerta de su casa, no se me iba
de la cabeza, Dios como me gustaba aquella larga y curvada polla del viejo exhibicionista.
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