El viejo rico y el hippie rubio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Loquedeuno.
Hola, antes de empezar me describo, tengo 47 años, soy morocho, mido 190 cm, soy bastante robusto pero no gordo, toda mi niñez, adolescencia y parte de mi juventud hice deporte, así que tengo muy buenas piernas, soy grandote y con mucha fuerza pero ya tengo panza y pelos por todos lados, pecho y piernas con algunas canas.
Un clásico daddy canoso y grandote.
Viajo por trabajo todo el año y recorro varias de las principales ciudades del mundo.
Pero me crie y viví varios años de mi juventud en Buenos Aires.
Me encanta Buenos Aires siempre esta despierta, con posibilidades acerca de todo, drogas, sexo, alcohol, música y teatro.
Me gusta alojarme en el Four Season por su ubicación.
Aunque soy muy ostentoso me gusta usar el transporte público, andar por las plazas, recorrer San Telmo, Constitución y algunas estaciones de tren en los alrededores de Capital.
Tengo un morbo y este es pagar por sexo, pero no pagar por aquellos que se dedican al trabajo sexual, sino por aquellos que necesitan la plata, aquellos vírgenes del negocio de la prostitución, los que se seducen por la plata.
En uno de mis últimos viajes durante el verano iba por la línea H del subte de buenos aires, en hora del mediodía.
Siempre en esta línea se puede ver a músicos en las estaciones tocando algún tango, rock o reggea, etc.
Iba mirando como de costumbre y me llamo la atención un chico rubio muy rustico que estaba cantando un tema de Manu Chao, lo cantaba con muchas ganas, sentía la letra y cada cosa que decía.
Lo mire bien, era un muchacho de no mas de 27 años, muy lindo, con una barba rubia de unos días, muy bronceado por el sol, llevaba la cabeza rapada y unos lentes de sol, media alrededor de 175 cm de altura.
Lo miraba y lo miraba y note que el sentía que lo estaba mirando desde hace algún tiempo, cuando termino de hacer su número, paso con la gorra y generosamente le di unos cien pesos argentinos, no es común que se le deje esa cantidad a un artista callejero, vi su hermosa sonrisa en esos labios color rosa.
Pagaría eso y mucho mas por ver otra vez su sonrisa.
Cuando termino de pasar con la gorra.
Bajo y se cambió de vagón para seguir tocando, y lo seguí.
Escuche sus canciones otro par de estaciones mas, sin sacarle la mirada de encima y tratando de imaginármelo desnudo.
Miraba sus piernas, que también llevaba un pantalón corto medio harapiento, tenía unos bellos rubios, con unas pantorrillas bien grandes, que me llevo a pensar que este hombre practica o practico algún deporte, preferí imaginarme que jugaba al futbol en sus ratos libres, cosa que después corrobore.
Al rato vuelve a pasar con la gorra, me reconoció y puso una cara de asombro, pero esta vez le deje menos, no quería asustarlo pero sí que notara que estaba muy interesado en él.
Cuando cambió otra vez de vagón y volvió a pasar con la gorra me levanté y me bajé sin dejarle nada, no quería espantarlo, cuando se bajó del subte porque ya no quedaban mas recorridos me acerqué a él y le hable me presenté y noté que no quiso seguirme mucho la charla.
Le dije que me encantó como tocaba la guitarra, y que no había escuchado a otra persona cantar con tanta pasión las canciones de Manu Chao como las cantó el.
Su mirada cambió y me preguntó si lo conocía a Manu o si lo había escuchado en persona, le dije que en algún momento lo había escuchado tocar en España, se prendió en la charla y al rato le pude sacar un poco mas de información.
Era un chico que viajaba por Sudamérica de mochilero, era de Santa Fe, una provincia de Argentina.
Me dijo que había recorrido toda la costa Atlántica de América.
Que había vuelto a Argentina porque no tenía más plata y esperaba hacer algo acá para poder viajar otra vez, quería volver a ver a su familia y seguir su camino por la costa pacífica.
Listo, un muchacho hermoso y músico que necesitaba dinero, mis ojos se iluminaron, le dije que tenía un trabajo y le pregunté si estaba interesado, le dije que si quería venir al hotel donde me estoy hospedando y dar un pequeño recital que me encantaría escucharlo lejos del ruido del subte.
La propuesta le encanto, me pregunto cuanto y le dije que unos mil quinientos por la presentación, que igualmente ese número podía subir dependiendo de la cantidad de tiempo que se quedara.
Se presentó, se sacó los anteojos y me dio la mano, cuando vi los ojos quedé todavía mas cautivado, unos ojos miel, medio verdoso realmente hermoso, y me dijo su nombre y su edad.
Su nombre era Nicolas y tenia 26 años.
Quedamos en el Sheraton a las 23 horas ese mismo día, le dije que venga vestido como el acostumbra a tocar en cualquier estación, solo que venga bien aseado.
Cuando volví al hotel pedí el cambio de habitación a una mas grande, pedí la suite royal con un ventanal enorme.
Llegada las 11 de la noche, lo esperé en el hall de la entrada del hotel, ahí venia el con una musculosa roja de esas remeras cortadas y bien escotadas a los costados, con un short de jean deshilachado, unas zapatillas gastadas, todo a su onda muy hippie mochilero, realmente hermoso y excitante.
Nunca había estado con un hombre de este tipo.
Me gusta ir coleccionando estereotipos, me he cogido rockeros, bailarines, actores, futbolistas, villeros, atletas etc.
Llegó, me saludo y me pregunto donde iba a tocar, había traído todo su equipo al igual que como toca en el subte.
Le dije que suba, que la presentación iba a ser arriba.
Fuimos en el ascensor y alcance a mirarle el culo, no se notaba mucho pero como soy bastante mirón, reconozco un buen culo por mas ropa suelta que lleve puesta.
Rápidamente me di cuenta que este chico venía muy bien de atrás.
Yo ya me estaba excitando.
Ah me olvidé de contarles, como ya les dije antes soy morboso, así que cada vez que me cojo a un chico por sus necesidades me visto con lo mejor, me pongo un traje bien ostentoso, demostrando poder y dinero.
Subimos y le dije que era en mi habitación.
Dudo y le dije sin vueltas que la presentación iba a ser solo para mí, que no necesitaba de otros espectadores, no había una fiesta ni nada.
Le dije que era un hombre que disfrutaba de los placeres de la vida de una forma lujosa y a mi manera, que si no tenía problemas en cantar solo para mí.
Me miro extraño y dubitativo.
Le abrí la puerta y le ofrecí que pasara, pasó sin muchas más palabras.
Lo escuche cantar y tocar la guitarra unos 30 minutos, realmente cantaba bien, yo sentado en un sillón y el enfrente a unos metros con un reflector suave.
Cuanto terminó las primeras canciones le dije que si quería algo para comer, beber o fumar que todo iba por cuenta mía, que podía pedirse absolutamente cualquier cosa que dispusiera el hotel, que no dude si quería pedirse la mejor botella.
El hombre ya entrando en confianza acepto y pidió algo para comer y para tomar una botella de vino, una de las mas caras.
Le dije que pida dos, que me imagino que con todo lo que canta debía tener sed.
Fumamos unos habanos y tomábamos vino mientras le sacaba charla, habría pasado una hora desde que dejo de tocar y entre charla y charla se acabó el vino, pedí dos más.
Me habló de sus amores, de sus chicas, las que dejo en el camino, de las que se enamoró y con las que solo tuvo sexo.
Ya abriendo la cuarta botella me preguntó sobre mi, que hacía a que me dedicaba y sobre mis mujeres, le dije la verdad, que no me interesaban las mujeres, que a mi me gustan los hombres y mas los hombres lindos y rubios como el.
Se sonrió y agarro su guitarra para volver a tocar, ya en un estado de ebriedad, medio mareado intento tocar mientras seguía riendo, el ya sabía lo que pasaba y porque lo había llevado hasta ahí, pero claramente su intención era salirse de ahí cumpliendo su trabajo y nada mas.
Le pedí que tocara más cerca, que la mezcla que él representaba era hermosa, esa mezcla de música, arte y belleza.
Que quería mirarlo más de cerca, que casi nunca se encuentran todas esas cualidades en una sola persona.
Lo tenía sentado en frente mío a menos de un metro, su boca con aliento a tabaco y vino me volvían loco, veía como de esa boca salía una hermosa música y ese olor que me encantaba, como su bigote se movía a la par de sus labios rosa, esos colores hermosos que llevaba en sus bellos y en su piel.
Mire su rodilla bronceada y dorada de tantos bellos rubios que me ganó la calentura y puse mi mano ahí.
El automáticamente se echó para atrás.
Le pedí disculpas y le dije que no aguanta más, me parecía muy lindo.
Lo halague tanto y de una manera tan poética, tan educada y seductora, que lo deje casi paralizado mirándome y no creyendo que alguien podía decir algo así de él, lo tenía casi donde quería.
Acaricie su cara y me acerque a su boca y le di un beso suave, agarrando su labio inferior con los mios, uno solo a modo de prueba a ver como reaccionaba, se quedó duro.
Me dijo que no le gustaban los hombres y que no podía hacer eso.
Le propuse unos tres mil pesos mas sumado a lo que le di por tocar para mi, si se dejaba besar un rato.
Aceptó pero me pidió otra botella de vino, pedí dos más.
Cuando llego el pedido se bajó una copa de un solo trago y me dijo que estaba listo.
Me levanté, nos paramos uno en frente del otro y lo tomé de la cara, lo mire a los ojos y me dije a mi mismo que le iba a dar el beso mas rico que alguna vez di, lo bese tan suave, mordí sus labios y los apreté con los míos.
Jugué con mi lengua adentro de su boca un buen rato, con una mano agarraba su cara y su barba y con la otra su cintura, se notaba que estaba marcado de abdomen, era flaco y estaba todo duro, eso me excitó mas y empujé con mis manos sus brazos hacia mis hombros y lo tomé con las dos manos de la cintura, lo segui besando todo lo que el se dejara, hasta que sentí que su lengua empezó a corresponder y entró en mi boca.
Mi pene se puso duro y se lo apoye arriba de el de él, note que el también se estaba excitado, me tomo con sus manos por atrás de mi cabeza y así empezó.
Refregaba mi verga con la suya, ya lo sentía, el estaba excitado al igual que yo.
Bajé mi manos y por debajo de sus pantalones agarre sus nalgas, eran como me las imaginé, suaves, esponjosa y con bellitos muy chiquitos y rubios.
Un hermoso culo felpudo y rubio.
Estuve un buen rato acariciando su culo y su cuerpo, tocando esos abdominales y su cuerpo hermoso.
Al rato lo di vuelta, puse sus manos sobre la pared y baje sus pantalones, no dijo nada solo se dejó llevar y acepto cada cosa que le pedí que haga, le dije que se abra las nalgas mientras metía mi cara en ese hermoso culo, comencé mordiendo su nalgas y chupándolas, pase mi lengua por cada rincón y deje el agujerito para el final, cuando me toco llegar hasta ahí hice unos pequeños círculos en su ano, Nico soltó un pequeño gemido de placer, calculo yo algo que nunca antes sintió eso.
Su piel se erizó y pase toda mi lengua por su ano, chupándolo suave por ratos y frenético por otros.
Cuando escuché que sus gemidos se volvían más fuertes, con más potencia y menos desinhibido de la situación metí un dedo suavecito.
Volvió a gemir chiquito y seco, toque su pene y estaba totalmente erecto y largando pre semen, lo pajee un rato mientras metía un dedo en su culo, el chico solo podía gemir, estaba totalmente secuestrado por ese placer nuevo que estaba sintiendo.
Moje mis dedos con su pre semen y suavemente le metí dos dedos.
Cuando noté que su nivel de excitación era bastante grande lo puse a chupar verga.
Le subí los pantalones y me senté en el sillón, agarre otro habano y una copa más de vino.
Me sobé la verga por arriba del pantalón mientras el miraba sin hacer nada, le pedí que se arrodille y que me lo chupara, no dijo nada solo se arrodillo y empezó a tocarme el pene por arriba del pantalón, pero necesitaba un empujón mas y le ofrecí una copa de vino, se lo tomo otra vez de un solo trago, baje mis pantalones y dejé que me pajeara mientras tomaba ánimos para hacerme su primer chupada de verga, bajo su cabeza y le dio unos besitos a la cabeza de mi pene, que estaba totalmente empapado de pre semen, escupió un poco y no se animaba, saque el Popper que tenia en el bolsillo, lo abrí y le dije que aspire, sin pregúntame que era y obedeciéndome nada mas, aspiro un buen rato, le tape la boca y la nariz hasta que haga efecto.
Cuando vi su cara roja, era el momento, lo solté y le abrí la boca con un dedo, le pedí que me mire, estaba agitado, con las pupilas dilatadas, el ceño fruncido y los ojos rojos a punto de llorar, como conteniéndose algo, le di otro poco mas de Popper y acerque su boca sin sacar mi dedo de ella, hasta llegar a mi pene, lo chupo como si no fuera su primera vez, se la metió hasta el fondo, la chupó con tantas ganas, se ahogó pero no le importó, tomaba aire y volvía a metérselo entero de una vez, tenía toda la boca llena de pre semen y de su saliva, tenía los ojos lagrimeando y la cara roja.
Lo deje un buen rato dándome sexo oral, miré al costado y me vi en un espejo y la imagen era propia de una película porno de buena calidad, un hombre grande bien vestido y de poder, con un habano y una copa en su mano, con un pendejo rubio hippie arrodillado a mis pies chupándome la verga, drogado y borracho, nuevito experimentando su primera vez con un hombre.
Había chorros de pre semen por toda su cara, su barba rubia estaba empapada y él con una expresión de cansancio y placer, todo rojo.
Me levanté y lo tiré boca abajo sobre de la cama, le saqué los pantalones y me puse arriba de él, con mi verga a la altura de su culo, le pasé toda la pija mojada por la raja del culo, lo escuchaba gemir, entendí que ya le estaba gustando y para asegurarme le pregunte si podía chuparle el culo un rato más, asintió con la cabeza y me hundí en su culo rubio, se lo mordí, chupe y le deje chupones en las nalgas.
Fui colando un dedo hasta que no se quejó mas y metí otro, cuando sentí que ya no había tanto dolor me prepare para penetrarlo.
Le saque lo que quedaba de su ropa, me saque la mía y lo dejé boca abajo colándole dos dedos, tenía la pija que me explotaba, saqué los dedos y le metí la cabeza de mi pija de una sola vez, gritó y me pidió por favor que no, intento levantarse y lo aplasté contra la cama, lo tomé de los brazos y se los puse atrás, impidiendo que pudiera levantarse, con la otra mano aplasté su cabeza e intenté penetrarlo mas, pero estaba muy cerrado y no iba a ceder, lo solté un rato y se quedó tirado en la cama, le pregunté si quería seguir y me dijo que no, le dije que habría otros tres mil pesos mas si continuábamos, aceptó un poco resignado a su necesidad de plata y lo puse en cuatro mirando al espejo, le di mas popper, pero esta vez le di bastante y lo deje sin respirar un rato, cuando vi otra vez toda su cara roja lo solté y noté que tiraba su culo mas para atrás y estaba agitado, ahí nomás le se la metí, dejo entrar todo de una sola vez y grito fuerte pero sin poner resistencia, bombee mucho su culo, mientras lo agarraba de la cintura con una mano con la otra agarre un collar de metal que tenía en el cuello y lo tiraba para atrás, cual perrito, le pedía que me mire por el espejo, con los ojos llenos de lágrimas me miraba y gemía fuerte.
Le toque la pija y la tenía durísima, tirando pre semen.
Sin sacarle la pija de adentro lo di vuelta y lo puse patitas al hombro, le chupe todas esas piernas trabajadas y lo pajeaba mientras me lo cogía, tiraba chorros de pre semen pero sin acabar aun.
Yo estaba convertido en una bestia, transpiraba un montón, notaba como me caía transpiración de la cara sobre su cuerpo, me acerque y le di un buen beso en la boca, me apoyé en él con todo mi pecho peludo y mojado, lo abracé y empecé a bombearle el culo mas fuerte hasta sentí que me venía, mi verga se hinchó tanto que escuche que Nico grito otra vez del dolor, tenía el culo muy apretado, me dolía un poco la verga pero sentía mucho placer sentir como salían chorros y chorros adentro de él, y lo llené de leche, me caí sobre él y noté que estaba acabando con el roce de mi cuerpo con el suyo.
Después de un rato cuando nuestra respiración bajó y pudimos volver en sí, saqué mi verga todavía dura y vi como caía leche desde su culo, tenía la verga llena de leche y sangre.
Le pregunté si estaba bien y se durmió en la cama.
Estaba totalmente ebrio y drogado, lo sequé un poco y lo limpié, le pasé una toalla por su hermosa cara y no podía creer que había estado adentro de tremendo macho, dulce y rustico.
Me costé al lado de él, nos tape a los dos y me dormí haciéndole cucharita.
Al otro día Nico se levantó muy tímido, se bañó y se vistió sin hablarme mucho, le di la cantidad de plata que acordamos y se fue, le dejé mi número y mi mail, le dije que estaría en Bs As hasta mañana pero que siempre vuelvo, que podríamos repetir cuando vuelva.
Sin decir mucho se fue.
Después de unos meses se contactó conmigo y lo volví a ver y eso es para otro relato, aunque ya hace un tiempo no nos vemos mas, sé que ahora tiene un trabajo estable en el Alto Palermo.
Si les gustó podría escribir otras de mis anécdotas con pibes que me entregaron su culito por un par de billetes.
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