Empecé jugando y terminé de puto XIX
estaba seguro de que era la primera vez que mi novio notaba algo que se le metía por el culo.
Desperté sintiéndome completamente relajado, con ganas de ir al baño para descargar la vejiga, mientras orinaba acudía a mi mente lo pasado el día anterior, dejé de pensar en ello para no volver a ponerme nervioso.
Durante el desayuno papá me dijo que el tío Guido me había dejado unas pastillas de las que debía tomar una ahora a la mañana, y durante el día si me sentía nervioso tomara otra, como máximo cinco al día. Ese día me llevó papá al colegio y al despedirse me deseó suerte con el resto de los exámenes, claro que estos no me preocupaban de la misma manera que los pasados de mates y física.
Guillermo estuvo pendiente de mi todo el tiempo, le conté lo que me había sucedido cuando llegué a casa, no quería preocuparle pero él me preguntó, a media mañana repartieron las notas que esperábamos ansiosos, fue Guille el que soltó un grito al verlas, yo no me atrevía a abrir los ojos para mirarlas. En ambos temas había conseguido un siete, un notable que me permitió sacar un suspiro al respirar tranquilo, sentí que mi autoestima, antes por los suelos, volvía a mi llenándome de confianza, las demás asignaturas no serían un problema.
A la hora de la comida mi primo Pablo me esperaba a la entrada de los comedores a pesar de que él comía media hora antes, quería saber como me encontraba, le agradecí el detalle de acompañar a su padre y estar a mi lado.
Durante la tarde terminamos los exámenes pendientes, el trimestre estaba vencido para bien o para mal, mañana recogeríamos las notas y todo el día lo tendríamos para nosotros, como despedida a la tarde tenían un encuentro de fútbol donde jugaría Guillermo, en el equipo contrario mi primo Augusto y Jorge.
Al día siguiente Guillermo saldría por quince días de vacaciones con su familia y me pidió poder ir a mi casa y pasar la noche como despedida, le dije que le pediría permiso a mi padre.
Durante la cena le pregunté a papá si podía invitar a Guille a pasar la noche, vi como al quedar dudoso en responder Miguel le daba una pequeña patada. Me dio la conformidad aunque intuí que no terminaba de gustarle del todo.
Como estaba previsto, las notas del día siguiente resultaron como esperaba, volvía a superar otro obstáculo, así me lo tomaba, como si fuera una competición.
Nada más verme con Guille me preguntó si mi padre me había dado permiso, estaba ansioso por volver a estar conmigo, creo que al ser afirmativa la respuesta le animó a que se esforzara en el encuentro del partido de fútbol de la tarde. La competición de fútbol estuvo muy reñida, eran chicos de catorce contra los de trece y aún así ganaron lo pequeños, Guillermo metió los tres goles contra dos de los contrarios. Mi primo Pablo y yo que veíamos el partido gritamos a rabiar animando a unos y a otros sin mostrar preferencias.
Ese día la vuelta del cole se retrasó, en el autobús estaba ya dentro Jorge, yo lo saludé y él pasó de nosotros sin saludarnos pero cuando bajó en su parada no pudo evitar mirar a la ventanilla donde estábamos, seguramente sería un enfado temporal que terminaría pasando, no lo consideraba un chico rencoroso.
Rápidamente subimos a la habitación, Guille precavido había traído algo de ropa en la bolsa de los libros, nos desnudamos para ponernos algo cómodo para estar en casa, al verme desnudo se me tiró encima y nos liamos a besos hasta que sentimos que un coche se detenía delante de la casa, terminamos de vestirnos y nos pusimos a hablar. Guille me decía que no quería marcharse, deseaba aprovechar estos días de vacaciones para que estuviéramos juntos, pero que su padre se había opuesto, a pesar de los esfuerzos de su mamá no conseguía convencerle y que aceptara que su hijo fuera homosexual.
La cena estuvo divertida, sobre todo por parte de Miguel que se esforzó en que todo pareciera normal, a papá en cambio se le veía distraído, quizás preocupado por haber dado su conformidad a que su hijo comenzara oficialmente a tener relaciones sexuales con su novio, porque queramos o no de eso se trataba. De todas formas pasamos un buen rato todos juntos, notaba que Guille se sentía a gusto, quizás por encontrarse con gente que era como él.
La pareja de tu papá es genial! Se llevan de maravilla y se les nota que son felices. -Me soltó cuando ya nos quedamos solos.
Eso es cierto, o al menos lo parece pero tendrán sus problemas, no todo será felicidad. -Se me quedó mirando y me abrazó.
Si tu vieras las discusiones que tienen mis padres!, no discuten más por faltarles tiempo, me gustaría que lo nuestro se pareciera a lo tu papá y Miguel, unimos nuestros labios e introdujo una mano por la cintura de mi pantalón hasta llegar a mi nalga intentando meterla entre ellas para llegar a mi ano.
Espera impaciente, jajaja, quiero pegarme una ducha antes de ir a la cama. -Jugueteaba como niño queriendo alcanzar mi culo con la mano mientras me mordía el cuello.
No necesitas limpiarte, tu siempre estás reluciente y tu olor corporal me vuelve loco. -Pasó la lengua por mi cuello haciendo que el vello se me erizara.
Si tu no la necesitas vale, yo voy a darme esa ducha y si quieres puedes acompañarme. -Mi voz insinuante de promesas hizo que sonriera ladino y que me diera un ligero cachete en la nalga.
Creo que voy a aceptarte la invitación, pero solo si dejas que yo te bañe. -Escapé de él que ya se disponía a atraparme.
Nos desnudamos rápidamente y me metí bajo el agua, el chorro en forma de lluvia salía con fuerza cayendo fuera de la mampara y le urgí a que se metiera. Cogió la esponja echándole un buen chorro de gel y comenzó a pasarla por mi cuerpo pero pronto la sustituyó por las manos, yo me dejaba hacer encantado de recibir sus caricias, se entretuvo mucho tiempo lavándome el culito y metiéndome los dedos, entraban en mi con suma facilidad por efecto del gel y porque ahora ya no le oponía resistencia cerrando mi culito. Cuando se cansó abrió el agua aclarándome, sus manoseos en mi polla me la había puesto dura y entonces me miró y me dijo:
Puedo, me dejas? -Yo asentí y él se agachó, me la comenzó a chupar muy despacio, metiéndome una mano entre las piernas acariciando. Estuvo así chupando unos minutos, luego se metió mis huevos en la boca a la vez que me masturbaba subiendo y bajando la piel, me salía preseminal de continuo y él lo frotaba en el capullo para luego pasarle la lengua. Pensé que me iba a correr y lo levanté, nos besamos un buen rato notando nuestras pollas restregarse una con la otra. Entonces fui yo quien se agachó y me metí su verga en la boca, empezando por la puntita que agasajaba con la lengua y terminé comiéndola entera, a la vez le acariciaba el culo como él me hizo, pero llegué a más y con la punta de los dedos empecé a pasarlos por su ojete, entonces abrió un poco más las piernas dándome a entender que le gustaba, pasaba mis dedos alrededor de su ano pero sin meterle el dedo. No esperaba lo que él hizo a continuación, me cogió la otra mano llevándosela a la boca, me chupó los dedos y luego decidido me dijo con voz que casi no se le oía:
Métemelo. -Yo le seguía chupando la verga y metí la mano que me había dejado bien llena de saliva hasta llegar a su agujerito, apoyé el dedo sobre su ano y fui apretando con sumo cuidado pero decidido, hasta vencer su resistencia metiéndole mi dedo. Guille dio un respingo estremeciéndose, se agachó un poco para que le entrara bien. Me sentía emocionado, estaba seguro de que era la primera vez que mi novio notaba algo que se le metía por el culo, tenía el interior de su culo calentito y me apretaba el dedo como tanteando que era cierto que lo tenía dentro.
Nunca nadie me había hecho esto. -Dejé de chuparle para elevar los ojos y mirarle.
Y te gusta? -Mi sonrisa parecía de lo más inocente pero tenía mucha malicia, ver que a un machito como él podía llegar a gustarle que le dieran por el culo me ponía bien cachondo.
Por ahora parece que sí, al menos mi culo no se queja jejeje. -Entonces le dije para irnos a la cama.
Nos secamos y pasamos a la habitación, Angelo había recogido los mosquiteros a las esquinas cogidos con cintas, la cama nos esperaba para la primera noche prenupcial. Guille me empujó para que me tumbara poniéndose encima de mi, me empezó a besar y chupar el cuello, enseguida la polla se me puso dura echando líquidos de lo excitado que me tenía. Después de llenarme el cuello de saliva se bajó hasta mi pecho y así fue bajando mientras besaba y lamía hasta llegar a mi polla, lo observó un segundo y se lo metió suavemente en la boca comenzando a succionar.
Oh sí, que rico, me voy a correr Guille, para, para… -Dejó de chuparla pero se fue a los huevos, los lamía con gula, a veces sus lenguetazos eran dolorosos, pero bueno eso servía para que se me fueran atemperando las ganas de correrme y que se me ablandara un poco. Al verla más relajada me miró mientras sonreía teniéndola en la mano y me dijo:
Te gustaría metérmela? -Yo siguiendo en mi papel de que nunca había hecho nada y todo comenzó con él, le respondí que nunca se la había metido a nadie.
Y a ti te gustaría que te la metiera? -Me miraba ligeramente sonrojado.
La primera vez que he sentido algo dentro de mi culo ha sido tu dedo, ni un supositorio me han metido en mi vida, pero he visto como tu te lo pasas muy bien y me gustaría experimentar contigo. -Le miré como dudando.
No se que decirte, en parte si me gustaría hacerlo, pero tengo que señalarte que la primera vez si duele algo, pero compensa el gusto que da tener una polla dentro de ti. -Sin responder se agachó y se metió mi polla en la boca hasta que me la puso muy dura, saltó de la cama para ir a su bolsa y le vi sacar un tubito de crema, esto me hizo sospechar que Guille ya lo tenía todo pensado de antemano. Echó un chorrito en su mano y me lo extendió por la polla, repitió la operación y se puso a cuatro patas en la cama, extendiendo la crema en la entrada de su ano metiéndose el dedo, entonces me dijo:
Ven Sebastian, métemela despacio. -Me puse detrás de él y coloqué mi polla en la entrada de su culo, empujé pero no entraba, entonces le sujeté de las caderas para hacer más fuerza hasta que se le estiró el ano y entró la cabeza, se la fui metiendo despacio ya que instintivamente apretaba el culo resistiéndose, no formuló ni una queja y solo cuando la tenía entera metida suspiro quejumbroso, yo sentía muy rico el calor de su interior en mi polla, me quedé quieto esperando y sintiendo como le latía el ano adaptándose a mi tamaño. Entonces le escuche decir:
Muévete ya por favor. -Le acaricié la cintura estrechándola y me incliné para besarle la espalda, recordaba como igual se la metí a mi primo Paco y a Emilio, los dos únicos chicos a los que había follado, el calor que desprendían sus culos y lo bien que me sentía cuando me pedían que actuara de macho.
Comencé a cogérmelo entrando y saliendo lentamente para no causarle daño, disfrutaba de tener mi polla dentro de él dándole por el culo, hasta que comenzó a gozarlo gimiendo y a pedirme que le diera más duro.
Más, más, dame más fuerte Seba…, ohhhhh… ahhhh… ahhh… -Y yo le obedecía, era lo que deseaba, darle con todas mis ganas y metérsela hasta los huevos. Que rico se sentía darle polla y más sabiendo que le gustaba y lo pasaba bien, de golpe me dijo que esperase y sin darme tiempo a sujetarle de las cadera se la sacó.
Quiero que me cojas mirándote. -Se colocó boca arriba y yo le puse sus tobillos en mis hombros y se la clavé viendo como ponía los ojos en blanco y abría la boca, era una pura locura verle como gozaba siendo su primera vez, tenía su verga muy dura y no cesaba de masturbarse y morderse los labios, así estuvimos mucho rato follándolo sin detenerme, solo para coger aire o bajarme hasta su boca y besarle hasta que gritó…
Me corro, me corro, me voy a correr amor, ahhh…, dame más duro, más…, métela más mi vida. -Empecé a darle más fuerte, sudaba como obrero de obra al sol del medio día trabajando, era fantástico follármelo de aquella manera tan salvaje.
Ummmm…, aggghhhh. -Su culo se cerró ahogando a mi polla, se apretaba con rabia en mi polla y de su verga comenzó a salirle la leche, los dos primeros disparos le llegaron a la cara, los demás fueron de menor intensidad y se le quedaron en el pecho, fueron cuatro disparos de semen los que le salieron, yo sentía que también mi leche avanzaba deseando salirse por mi pene…
Yo también me voy Guille, dónde quieres que te los eché?
Dentro amor, quiero sentir como me preñas. -No terminaba de hablar cuando mi esperma ya bañaba sus entrañas, uno, dos, tres…, me dejé caer sobre su pecho continuando mis embestidas dejándole bien adentro mi semen, pensé que nunca acabaría de vaciarme, había terminado mi orgasmo y le leche me continuaba saliendo. Por fin me quedé quieto suspirando con la cara oculta en su cuello.
Me levantó la cabeza y unió sus labios a los míos en un intenso beso. Estando ya más calmados pero sin sacarle la polla le pregunté:
Qué tal, qué te ha parecido recibir?
Uffff, muy rico, me ha gustado jejeje, será que me lo has hecho muy bien.
Jajaja, gracias, tu culo es agradecido, solo ha sido eso, te gustaría repetirlo?
Jajaja, ahora no lo se, ya te lo diré cuando me reponga, ahora mismo no me apetece, solo quiero limpiarme y dormir un poco.
Sin más se la saqué, le miré el culo por si le había lastimado, pero aparte de tenerlo algo rojo y muy abierto no se le veía mal, mi semen se le escapaba y salía de su interior en un chorrito continuo que se cortó al apretar el culo.
Se levantó y fue al baño para limpiarse, yo me quedé unos segundos pensando después de ver que había vuelto a disfrutar cogiéndome un culo, y no un culo cualquiera, el de uno de los chicos más guapos del colegio que era mi novio y pareja, luego fui al baño con él, nos lavamos y volvimos a la cama para dormir.
Guillermo me abrazó colocándose mirando al techo, lo mismo que hice yo, apagué las luces y nos dispusimos a dormir, al poco rato sentí su respiración acompasada, él dormía mientras yo permanecía despierto, sentía el olor de su aliento golpeando mi oreja ya que tenía la cabeza girada hacia mi, empezó a respirar más fuerte y pensé que estaba en lo más profundo de los sueños.
La verdad era que aunque me había corrido y lo había disfrutado, sentía que algo me faltaba y mi culito contrayéndose me lo pedía. Me giré colocándome de costado dándole la espalda y lentamente empecé a quedarme dormido.
*
Me desperté de repente al sentir que algo se movía, me costó darme cuenta de que Guille estaba junto a mi, sentí que posaba su mano sobre mi cintura, nuestros cuerpos se tocaban y sentí el paquetón de sus genitales en mis nalgas, él se había metido en la cama con solo sus calzoncillos y yo con el pantaloncito de pijama.
Cada vez sentía más las contracciones de su verga creciendo, sin poder aguantar más eche mi cuerpo hacia atrás dejando su bulto bien colocado entre mis nalgas, era un delirio sentirle bien pegado tras de mi, notar como aquello iba despertando y creciendo, su cálido aliento pegando en mi oreja. Me moví de nuevo posando mi espalda en su pecho, los dos desnudos y allí me quedé notando sus latidos que se transmitían a mi cuerpo.
Su mano, que antes estaba quieta apoyada en mi cintura empezó a acariciarme llevándome hacía él. Ahora quedaba claro que Guille estaba despierto, me giré abrazándolo, me lancé a sus labios y nos dimos un largo y apasionado beso, a la vez nuestras manos corrían por nuestras pieles. Introduje las manos en su calzoncillo y apreté sus duros glúteos, él a su vez me cogió la polla por encima de la tela y me la empezó a masajear.
Decidí tomar la iniciativa y levantando la sábana me metí bajo ella, cuando estuve a la altura de sus genitales metí la mano por la cinturilla del calzoncillo y se los bajé hasta las rodillas, su verga salió disparada hasta golpear mi barbilla, la chupe despacio y terminé metiéndomela entera en la boca. Guillermo gemía bien fuerte haciendo ver que mis caricias bucales le gustaban, me saqué su polla de la boca para pasar a darle besos en el glande, lamiendo despacio cada centímetro de aquella deliciosa verga y bajando hasta sus gordos huevos, a pesar de la copiosa corrida que hacía poco tuvo, seguían duros y bien gordos acumulando su preciosa leche, allí jugaba con mi lengua y como él abrió las piernas le lamía el periné aunque no podía llegar hasta su ojete.
Luego subí hasta su pecho lamiendo en mi camino y hasta llegar a su boca y tras unos deliciosos besos le pedí que me follara porque no podía aguantar más.
Guillermo se dirigió a mi culo y empezó a jugar con mis glúteos amasándolos, después colocó su lengua caliente en mi ano lamiendo cada vez con más fuerza hasta que introdujo un dedo, luego me metió otro hasta tener tres de sus dedos jugando en mi culo, lo disfrutaba como loco pero necesitaba algo mucho más consistente y agresivo, jugaba moviéndolos en mi interior logrando que me retorciera de placer.
Cuando él pensó que estaba suficientemente dilatado, apoyó el glande de su verga empezando a hundir en mi aquella verga que ya deseaba con ganas, al principio fue paciente e iba despacio dejando que me fuera acostumbrando a su grosor, y posteriormente dio paso a una brutal follada, saliendo totalmente de mi culo para volver a embestirme toda su verga de un solo y fuerte empujón haciéndome notar como sus huevos chocaban en mis nalgas.
Me hacía sentir un placer enorme por el que quería gritar, agarraba las sábanas llevándolas a mi boca para evitarme dar gritos que se escucharan en la casa, entonces me besaba para que no gritara, jugaba con su lengua en mi boca y me miraba apasionado envuelto en una completa lujuria, al dejar de besarme aumentaba sus embestidas matándome de gusto, hasta que llego a un punto donde no resistí más haciendo que me corriera, todo mi esperma quedó entre los dos pegando nuestros pechos y tripas, no podía controlarme moviéndome desesperado y gritando su nombre envuelto en un placer que me arrastraba a otro mundo diferente y más bello.
Verme de ea manera y mis gemidos que aumentaban, debieron de excitarlo más, su ritmo de follarme se hizo más rápido, oleadas de placer corrían por mi cuerpo cuando apretaba sus nalgas contra mi cuerpo queriendo entrar más en mi.
De pronto sentí como se detuvo haciendo fuerza para incrustarse en mi lo más que podía y me miró con los ojos desorbitados.
Me corro Seba, me corro!, ya me viene… -Su verga se hinchó y de repente empezó a correrse de una forma bestial temblándole todo el cuerpo, podía sentir los chorros que me dejaba dentro escuchando sus gemidos que me indicaban el enorme placer que sentía, cuando terminó de eyacular se dejó caer sobre mi pecho muy agitado y sin respiración. Poco a poco iba sintiendo como su erección iba disminuyendo hasta que mi culo lo expulsó.
De nuevo comenzó a besarme, parecía que se había recuperado y como que deseaba comenzar de nuevo, nuestros besos se volvieron más apasionados hasta que separándose de mi me preguntó:
Te ha gustado? -Lo miré sin poder evitar una sonrisa.
Lo dudas? Mira como estamos pegados con mi leche, has conseguido que me corra como nunca, me ha encantado sentirte y como me follas, y tu qué tal te ha ido?
Jajaja, bien, me gustado también sentirte, pero te seré sincero, prefiero cogerte a que me cojas. -No quise responderle pero estábamos de acuerdo, a pesar de haber gozado follarlo, también prefería que fuera él quién hiciera de macho, seguramente ya me habían acostumbrado y gozaba más siendo un pasivo…
Nos levantamos para asearnos y cuando volvimos a la cama me abrazó y así nos dormimos, protegido por mi hombrecito.
Cuando me desperté aún mantenía un brazo por encima de mi pecho, Angelo debía haber estado dentro ya que las cortinas estaban corridas, y pensé que este hombre era el que más conocía de todo lo que pasaba en la casa. Por supuesto tenia que haber visto que Guillermo estaba en la cama conmigo, y no sería difícil adivinar como lo había pasado cuando viera las sábanas manchadas de semen. Pero bueno, Angelo era un fantasma y mudo como una tumba.
Desperté a Guillermo con un beso que el prolongó abrazándome y repitiéndolo una y otra vez, por la luz que entraba por la ventana tenía que ser tarde. Nos fuimos a la ducha donde siguieron los juegos y quiso metérmela, y no era porque yo no tuviera ganas sino que debíamos desayunar antes de que su mamá pasara a recogerlo.
No puede ser Guille, tu mamá estará al caer, o quieres que nos sorprenda follando?
No tardaremos nada Seba, déjame que te la meta, voy a estar dos semanas sin ti matándome a pajas, por fa, solo un rapidín de recuerdo…
Salí del baño riendo, si por él fuera pasaríamos el día enchufados, me gustaba que tuviera tantos deseos de mi pero tampoco deseaba molestar a Angelo que ya estaría esperando que le dejáramos la habitación libre para limpiar.
Terminábamos de desayunar y lavarnos los dientes cuando su mamá llegó, Guille lo tenía recogido todo y solo salió del coche para despedirse.
*
Papá y Miguel estaban en su trabajo, iba a ser duro pasar estos días solo, según sabía también Jorge se marchaba a la casa de su padre y las cosas entre los dos no estaban muy bien que digamos como para que me entretuviera pensando en él.
Decidí ir al club donde tienen una peluquería, tenía el pelo demasiado largo y aunque solo fuera para que me cortaran las puntas decidí pasar allí la mañana.
Prácticamente estaba desierto, parecía que todo el mundo había marchado de vacaciones, pude conseguir que me atendieran de inmediato, el peluquero no tomó mis deseos en consideración ya que me cortó más de lo que deseaba y al final con el remate del peinado logró que quedara satisfecho. Me lo había dejado por debajo de las orejas y un flequillo que me llegaba a los ojos, por un costado caía más tapándome uno y teniendo que ver tras la cortinilla del pelo, pero me gustaba ya que para apartarlo tenía que hacer un coqueto gesto, o bien soplándolo.
La tarde la pasé aburrido y solo en casa, tuve tiempo de repasar los apuntes y poner orden entre los papeles que me invadían. A última hora me llamó mi primo Pablo, me invitaba a pasar unos días en su casa y le dije que a la noche pediría permiso a papá.
En la cena le hablé de la invitación que me había hecho Pablo, pero me dijo que la tía Inés iba a pasar unos días a la hacienda de los abuelos porque la abuela había empeorado, que sería mucho trabajo para el tío Guido atenderme a mi además de a sus tres hijos y que era mejor que Pablo viniera a nuestra casa. Así se lo comuniqué tan pronto como papá me lo dijo. La tía Inés estuvo encantada de quitar una preocupación a su marido y quedamos en que Pablo vendría a quedarse unos días con nosotros.
Al día siguiente, antes de que llegara mi primo me sorprendió recibir una llamada de mi tío Maty, estaba de lo más amable y simpático para variar, me dijo que si no tenía programa para las vacaciones que él me invitaba a pasar unos días con él, ya que esos días no tenía trabajo en el hospital y tampoco necesitaba estudiar ya que sus exámenes había dado resultado positivo, a pesar de haber comenzado primero de su carrera que siempre conllevaba más problemas.
Su propuesta me había dejado mudo, pero tuve que decirle mis planes con Pablo, tampoco sabía muy bien si quería estar con Maty, estaba seguro de que si aceptaba su oferta en algún momento acabaría por serle infiel a mi novio, a lo cual de momento no estaba dispuesto, no me gustaba hacer daño a nadie y menos a una persona a la que quería aunque no fuera el gran amor de mi vida.
Daba gracias por haber quedado con mi primo, así evitaba la tentación que se me ofrecía en bandeja de plata, estaba convencido de que claudicaría a las peticiones de Maty, o peor aún, a sus exigencias.
En realidad mis pensamientos y deseos iban más allá, me estaba intentando convencer a mi mismo que aquello que había entre Maty y yo lo debía de cortar, ser valiente y enfrentarme a mi tío, poner fin a lo que no tenía que haber comenzado.
Mi respuesta no le gustó nada e intentó convencerme de que paralizara lo de Pablo y que estuviera con él, tal era su molestia que llegó a amenazarme con pasar por mi casa a recogerme aunque yo no quisiera, en esta ocasión me sentía tranquillo, papá había sado su autorización para que viniera Pablo y esta vez Maty no podría convencerle de lo contrario.
A raiz de esta llamada tomé la firme decisión de hablar con él para que me dejara vivir mi vida en paz, aunque aún no sabía lo frágil que yo era y lo resistente y duro que era mi tío.
Total que Pablo llegó y me dispuse a pasar unos días a su lado dejando apartados mis problemas. Le había pedido que se trajera un bañador para poder ir a la piscina. Vino en un taxi con dos grandes maletas. No tenían que pesar demasiado ya que el endeble Angelo pudo subir con ellas con relativa facilidad.
Quedó encantado con mi nuevo corte de pelo, nos dimos un abrazo y subimos para entregarle la habitación donde estaría.
Angelo quiso alojarlo en una habitación de invitados en mi ala de la casa, pero Pablo me pidió si podía estar conmigo en la misma habitación para estar más íntimos, por supuesto que le dije que sí, también en su casa compartíamos habitación, él único problema era que con la cantidad de ropa que había traído no le cabía en mis armarios, por tanto la dejó en la habitación de invitados llevando a la mía lo imprescindible, como alguna muda y la ropa de dormir.
Los primeros días fueron muy tranquilos, íbamos a la piscina y allí pasábamos un tiempo, algunos conocidos de Jorge continuaban estando y uno de ellos iba a la misma clase que mi primo, o sea que fue sencillo encontrar gente con la que hablar y participar en el club aunque no quedaban muchos. Nos fuimos conociendo más profundo, en algún momento pensaba que podíamos ser almas gemelas, se me parecía mucho en la forma de pensar. Terminó confesándome que era homosexual, lo que yo ya sospechaba. Entonces le pregunté si había tenido algo que ver con Jorge, por lo que éste me había comentado al principio de conocernos, me lo confirmó pero que en realidad no fue mucho tiempo el que estuvieron. Que lo dejaron por incompatibilidad de caracteres, no entendía muy bien lo que aquello significaba.
Jorge me comentó algo al principio de conocernos, cuando aún no te conocía a ti y le vi un poco molesto contigo. -Estábamos tendidos sobre la cama después de la comida, Pablo se giró hacia mi mirándome ensoñadoramente.
De verdad que tuve que cortarle, hay chicos que no quieren darse por vencidos, se sienten ofendidos si les dices que no a lo que desean. Al principio me encandiló, solo veía lo guapo que es, pero tardé poco en conocerlo, es de los chicos que solo buscan pasarlo bien como sea. No había futuro a su lado, todo era pedirme sexo, yo no quiero tener un chico así a mi lado solo para pasar el rato, además de que él es bisex, le gustan las chicas y son su preferencia. -Ambos nos quedamos en silenció con nuestros pensamientos.
Me quedé pensando en lo tonto que fue Jorge y como lo había perdido, mi primo era precioso y merecía la pena estar a su lado, me encantaba observarle con su rubia cabellera enmarcándole la cara de niño bueno, sus ojos de un azul tan puro, o su boca de gordezuelos labios siempre rojos, pura tentación para besarlos. Me había quedado absorto mirándolo…
Por qué me miras así? -Me preguntó de pronto haciendo que me avergonzara al ser descubierto.
Yo…, oh perdona…, solo miraba tus ojos, son tan…, tan bellos. -Levantó un poco el cuerpo apoyándose sobre el codo.
Tu también eres muy lindo Sebastian. -Alargó la mano y me cogió de la barbilla. Me quedé indeciso sin saber que responder.
Eso es porque tu me miras con ojos de primo jejeje. -Le respondí todo confuso.
No es eso, desde que te vi por primera vez me gustaste, te vi como una persona especial. Entonces se inclinó para besarme.
Mi corazón latía retumbando acelerado en mi pecho mientras sus labios se fundían con los míos, estaba haciendo realidad mi deseo de sentir nuestros labios pegados, con los ojos cerrados acariciaba su ancha espalda, entonces Pablo giró mi cuerpo para ponerme de frente a él y llevó la mano a mi trasero.
No se que me pasa contigo, nunca otro chico me había gustado de esta manera, desde el primer día deseé poder estar así a tu lado. -Me hablaba pegado a mi oído mientras me abrazaba con más fuerza.
Notaba su polla hinchada pegada a la mía, luchaban por salir de su encierro frotándose en medio de aquel abrazo, metió la mano dentro de mi pantalón y me acariciaba a su antojo las nalgas a la vez que me besaba desesperado, le sentía abrir mis nalgas con los dedos hsta llegar a mi ano, allí se detuvo continuando con los besos por mi cara, también yo lo besaba y acariciaba su pelo.
Le desabroché la camisa y acaricié su pecho mientras respondía a sus besos, tenía un pecho muy fuerte y desarrollado, se le notaba la diferencia de un año que me llevaba, Pablo no está delgado, tampoco gordo pero tiene lo suyo y muy bien colocado.
Me quitó la camisa y desabrochó mi pantalón estando así recostados en la cama lo cual no era nada fácil, besaba todo mi cuerpo con ganas de devorarlo.
Dejó un momento de atenderme para bajarse el pantalón del chándal blanco que llevaba puesto, se sacó la polla que tanto deseaba tener en mis manos. Era más grande que la mía y bastante gruesa, bien proporcionado toda ella y hermosa, me la quedé mirando dudando de cogerla.
Qué, no te gusta lo que ves?. -Me miraba con una sonrisa donde me lo ofrecía.
Sí, si me gusta, es hermosa pero algo grande. -Amplió la sonrisa para hablarme.
Más que grande es gorda jejeje, está algo desproporcionada. Me decía a la vez que me cogía una mano para que se lo sujetara.
Cógela, es tuya si la quieres. -Se la sujeté con la mano, me di cuenta de que no podía abarcarla entera. Pablo me agarró una nalga estrujándola con fuerza.
Una cosa a cambio de otra, mi polla será tuya y estas serán mías. -Apretaba muy fuerte mis nalgas.
Quiero penetrarte si estas de acuerdo. -Yo en mi papel de siempre con los chicos que comenzaba, me hacía el inocente.
Nunca me han penetrado con algo tan gordo, no creo que me entre y pueda aguantarla. -Me tapó la boca con un beso.
Cállate, no hables, solo dime si quieres que lo intentemos. -Le respondía al beso antes de responderle, lógicamente mi respuesta sería afirmativa, ya tenía ganas de volverme a sentir lleno de verga.
Sí que quiero, deseo que lo intentes, tenerte dentro y ser tuyo. -Fue mi contestación antes de inclinarme y comenzar a besar su polla por todo el tallo, lo lamía con la lengua todo él chupándole los testículos teniendo cuidado, luego le tomé la polla con ambas manos desde la base y empecé a mamarle la cabecita desesperado, aunque me era complicado poco a poco iba metiendo más polla en mi boca, lo hacía despacio pero quería más, deseaba llegar a tener toda su polla dentro aunque me doliera y ahogara, lamía y saboreaba el líquido seminal que le salía, lo sacaba para lamer y acariciarle el glande con los labios y la lengua.
Pablo terminó por sacarme mis pantalones, no llevaba calzoncillo y se acomodó para empezar a besarme el culo, con las cabeza entre mis piernas mientras yo gozaba al mamar su polla.
Mordía mis nalgas y las besaba con ansía, su lengua recorría mi zanja jugando con la punta en mi ano, con las manos separaba mis nalgas para que abriera el culo y acercar más la cara a mi ano, me hacía gozar de lo lindo, teniendo que dejar de chuparle para emitir quejidos ahogados, mis manos abrazaban sus nalgas gordas y esponjosas, en eso mi primo podía presumir, tenía unas nalgas redondas como globos, lisas y sin un solo vello, luego volvía a encajarme su polla en la boca chupando y aspirando, deteniéndome únicamente para coger aire.
El tener su polla en la boca y sentir los lenguetazos que daba en mi ano me tenía a mil de deseo por sentirle ya dentro de mi, sudábamos los dos a pesar de tener la ventana abierta y no hacer calor, estábamos fuertemente abrazados deseando estar unidos así para siempre.
Sentí su lengua entrar en mi y no paraba de gemir del gusto que sentía, él a su vez empujaba de mi nuca para que no dejara de comerle la verga.
Después tiró un escupe en mi ano y trató de meter un dedo, yo me tensé y contraje el culo para que no le resultara tan fácil, brinqué un poco como asustado al sentirle apretando, a lo que él respondió con una fuerte nalgada que me dio en el culo.
Tienes que abrirte y no poner resistencia. -Fue hablar y a la vez hacer fuerza para insertarme el dedo logrando que me molestara al meterlo tan rápido. Volvió a darme otra nalgada, esta más suave.
No te lo voy a sacar, tienes que acostumbrarte para poder penetrarte con mi verga, voy a ir metiéndote dedos hasta que tu culo se abra y podértela meter, así que continua tu trabajo y mama mi polla. -Volví a metérmela en la boca y obedecí sus órdenes.
Continué mamando sin descanso mientras Pablo me iba metiendo sus dedos intercalando con la lengua dispuesto a dejarme bien abierto, también me daba besos en el ano de vez en cuando, y me decía:
Que lindo culito tienes, vaya rico que voy a estrenar tu culito Sebastian…
Sentía sus dedos perforándome y como se perdían dentro de mi culo a la vez que su verga ya me llegaba a veces hasta la garganta, había conseguido comerla entera, me sentía totalmente entregado a mi primito y solo sentía placer, de mamársela y que me follara el culo con sus dedos y lengua, ya sin resistencia por mi parte, sentía el placer de pertenecerle en ese momento, de sentirle como mi macho puntual y de querer fundir mi cuero con el suyo.
La saliva que me dejaba escurría de mi culo, yo me abría a sus dedos sin ponerle oposición y sentía unas ganas enormes de sentir su misil de carne abriéndome para meterse dentro como ahora lo tenía incrustado en mi boca entrando y saliendo, degustando su sabor que me volvía loco y rozando mi garganta queriendo traspasarla.
Dios, que bien me sentía con mi primo y como me hacía retorcer de placer escucharle como gemía, de una manera que llegué a pensar si no querría que fuera yo el que le follara.
Así aguantamos como diez minutos más hasta que él ya no pudo y me dijo que quería follarme, me puso a cuatro patas en el borde de la cama y así volvió a comerme el culito y lo ensalivó bastante, terminando de dilatarlo con los dedos para que entrara su polla, arrimó el glande a mi ano, solamente con el líquido seminal que tiraba hubiera sido bastante para metérmela sin problemas por lo flojo que sentía el culo.
Sentí el calor de su verga en mi ano y como empezaba a empujar, me dio por pensar si podría hacerme daño por lo gruesa que era pero Pablo me lo hizo con paciencia, más de la que o necesitaba en realidad, empezó a meterla poco a poco, muy despacio, consiguiendo que solo pensara en como me iba entrando cada milímetro, me sentía tan a gusto que soltaba mucho liquido seminal por mi verga, nunca antes había salido tanto líquido de mi polla.
Pablo seguía moviéndose lentamente, empujando y saliendo hasta que en un momento sentí que la tenía toda dentro pero la volvió a sacar. No podía aguantar más y le pedí que me la metiera toda de golpe hasta los huevos. Mi primo no se lo pensó más y de un empujón que dio sentí sus huevos pegar con los míos, la había terminado de meter y se quedó parado con todo dentro teniéndome bien empalado, pensándolo bien creo que es una de las veces que más placer he sentido al tener toda su verga tan gorda ocupando mi canal y con el culo dilatado a todo lo que podía antes de rasgarse la piel, me sentía muy lleno, el ano a punto de reventar, pero ya no sabía si era por el grosor de su polla o por inmenso placer que sentía.
Empezó a darme embestidas suaves pero seguidas, notaba como iba cogiendo velocidad, cuando estaba a punto de venirse me la sacaba con harto dolor por mi parte, pero era para cogerme mi polla y mamarla, hasta que ya pasaba el riesgo de correrse y volvía a clavármela, así lo repitió varias veces, era todo una gozada, y no conseguía explicarme donde había aprendido mi primo aquella técnica.
Así me tuvo muchos minutos, también me cambiaba de posición adoptando las postura que le apetecía, hasta que gimiendo me dijo que no podía aguantar más y que tenía que correrse, que deseaba hacerlo dentro de mi, dejarme su semen en mi cuerpo, marcarme como mi primera vez, le dije que si, que me preñara y dejara marcado para siempre, entonces sentí que su polla engordaba más estirando mi culo y como forzaba las entradas a tope queriendo meterme hasta los huevos, pero se quedó quieto de repente y comenzó a eyacular, justo cuando yo me corría entre gritos sin haberme tocado la polla mientras notaba como los chorros de su semen me llenaban y los míos caían con fuerza sobre la cama, creo que pocas veces me había corrido de forma tan bestial ni había sentido tanto placer, así fue que cuando sacó la polla de mi culo me desmayé, perdí el conocimiento aunque solo fueron unos segundos.
Cuando volví en mi Pablo me miraba preocupado, abrí los ojos y lo abracé dándole las gracias, él me preguntó el porque de tanta alegría y le dije que por hacerme tan feliz.
Estuvimos un ratito reponiéndonos y luego nos metimos en la ducha, ya más calmados por el agua que nos caía le pedí que me dejara comerle la verga, que deseaba que se corriera en mi boca y degustar su esperma, de verdad quería volver a comerme su hermosa y gorda verga, esta vez me fue más sencillo metérmela entera hasta pegar mi nariz en el rubio vello de su pubis, sí que tuve arcadas y tiraba babas a montones pero darle place era mi obsesión en aquel momento y merecía la pena hasta vomitar si fuera preciso.
Así que después de un rato de mamada y meterle los dedos en su culito gritó diciendo que se corría, yo lo quería todo en mi garganta y en la misma boca para saborearle y quedarme con el sabor de su leche lo más que pudiera, así que la sujeté con la mano dejando solo el glande en mi boca sintiendo como se vaciaba entre espasmos, llenándome la garganta y la boca, comencé a tragar despacio saboreándolo, besándole a lo último para disfrutar ambos de su divino nectar.
Salimos de la ducha y nos vestimos para salir a dar una vuelta por la urbanización, Pablo a veces me cogía de la mano entre juegos que solo nosotros entendíamos.
Esta fue mi primera experiencia con mi primo, tendríamos muchos más encuentros aunque no fueran tan frecuentes y abundantes como queríamos, pero el resto de los días que pasó conmigo aquellas vacaciones lo hicimos todas las tardes, las noches las pasábamos entre besos durmiéndonos abrazados, no dábamos para más
¡Uff que excitante! Riquísimo como todos los relatos anteriores.
¿Cuándo sale la siguiente parte? He estado ingresando todos los días para revisar.