Empecé jugando y terminé de puto XVIII
Metí la mano bajo mi barriga en busca de mi polla y empecé a masturbarme al ritmo que Guille me embestía..
Pasamos un día maravilloso, al menos yo estaba felicísimo, uno de los mejores que he disfrutado junto a mi padre.
Cuando llegamos al club nos metidos en un vestidor grande para ponernos el bañador, no podía dejar de mirar el cuerpo de papá, a veces no me daba cuenta de lo joven que es, apenas supera la treintena, se cuidaba bien y hace ejercicio todos los días, aunque Miguel y él no vienen mucho por el club, aprovechan para pasar cada día algún tiempo en un gimnasio cerca de su trabajo, por eso los dos se ven como modelos de pasarela, ambos tan atractivos y bien puestos.
Papá no es tan velludo como el tío Maty pero tiene lo suyo, es algo más velludo que él por el pecho y abdomen, pero nada que ver con lo que tiene su hermano de medio cuerpo para abajo.
La polla la tenía floja, le colgaba delante de los testículos, así en reposo como estaba le mediría unos 15 centímetros, imaginé que sería enorme cuando la tuviera tiesa, igual superaba a la de mi primo Roberto, pero bueno tuve que apartar la mirada cuando ya se colocó el bañador.
En la piscina le presenté a Sergio que le tocaba trabajar ese día, luego lo invitó a un refresco cuando lo volvimos a ver en la cafetería charlando amigablemente los tres. Comimos pasta con carne y melón y volvimos a casa para dejar las bolsas y cambiarnos de ropa.
El espectáculo al que me llevó fue para mi lo nunca visto, El Cirque du Soleil, Viví todas las emociones y sorpresas que se puedan disfrutar en una demostración sublime del circo, aplaudí a rabiar, reí y sufrí ante los arriesgados saltos en el vacío de los artistas. Salimos y llevaba cogido a papá del brazo, explicándole entusiasmado lo que más me había impactado que fue casi todo.
Ya en casa me preguntó si quería cenar algo, le dije que solo un vaso de leche pero él sacó algunas viandas de las que prepara Angelo, después nos fuimos cada uno a su habitación para lavarnos y ponernos ropa cómoda de estar en casa, bajamos a ver la tele, a papá le gusta ver las noticias de todo tipo sobre todo de economía y política, me tumbé en el sofá usando sus piernas de almohada mirando la pantalla.
Las noticias eran desalentadoras, todo se resumía en problemas de todo tipo, lo más cruel eran la guerras, hambre en el mundo, niños desnutridos y famélicos, noticias de economía que no entiendo pero que papá escuchaba interesado mientras yo me aburría. Al terminar las noticias daban una peli que en principio por el titulo me gustó “La Misión”, de la cual lo más llamativo y hermoso resultó la música de Ennio Morricone. Acabó la película y juro que me emocionó y terminé por llorar sintiendo la grandiosidad de la selva amazónica y la vida de los personajes.
Terminó el filme y me rebullí en la postura que estaba girando mi cabeza para mirar a papá.
Tanto te ha emocionado que has llorado, eres un sentimental jejeje. -Recogió mi cabello en su mano y lo llevó a su cara para olerlo.
Me emocionaron algunas escenas, además de que la música me ha llegado al corazón. -Papá se inclinó para besarme en la frente.
Pensaba que eras más duro y no tan sensible.
Pues lo soy papi, lo soy y me emocionan muchas cosas. -Me arrodillé a su lado abrazándolo, aún tenía los ojos húmedos y él me los besó.
Papi me dejas que duerma hoy contigo? -Mis palabras, tengo que reconocerlo, eran de puro mimo.
No se amor, estarás mejor en tu camita sin que nada te moleste, así descansarás mejor.
Por fa papi, hoy no esta Miguel, no voy a molestarte te lo prometo. -Abracé su cuello dándole besos en la cara esperando así vencer su resistencia.
Vale, vale pero déjame que respire jajaja… -Me sentí victorioso y entonces planté mis labios en los suyos, él dejó que lo besara tomándolo como una expresión mía de alegría.
Esta bien cariño. -Sentía que se enternecía y ya él mismo me besaba la cara.
Venga, vamos a dormir, que no se lo tu tengas que hacer pero yo debo pasar algún tiempo revisando cálculos.
Subimos al piso de arriba, directos a su habitación y yo alterado andaba de prisa delante de él. Los dos teníamos puesta la ropa de dormir, papá pasó al baño cerrando la puerta, a pesar de ello escuchaba el chorro de su orina al caer y estrellarse contra la blanca loza del váter.
Salió de baño bostezando, yo me había metido bajo la sábana esperándolo con una sonrisa a que se tendiera a mi lado, se tumbó boca arriba y apagó las luces, yo me giré hacia él, metí la mano bajo su camiseta poniéndola sobre los pelos de su abdomen.
Te amo papi, te amo mucho… -Me salió de pronto. Noté el escalofrío que sacudió su cuerpo. Puso el brazo bajo mi cuello retirándome el pelo de la cara.
También yo te quiero cielo. -Creo que el sueño y cansancio pudieron conmigo, caí dormido sintiéndome muy querido.
Desperté y me quedé quieto, expectante, papá me tenía abrazado por la cintura, muy pegadito a mi espalda, notaba el bulto de sus genitales apretándose en mi culo, también sentía mi pantaloncito húmedo, con cuidado llevé la mano a mi culo procurando no tocarle para comprobar que lo que sentía era cierto, papá respiraba acompasado y tranquilo, entonces pensé que era posible que durante el sueño pudo tener una polución nocturna con derrame de semen.
Con sumo cuidado le fui retirando el brazo y separándome de él, bajé de la cama y me encaminé al baño, me quité el pantaloncito y como sospechaba tenía una enorme mancha de semen ya casi seco con partes aún pegajosas, lo toqué y salí de dudas por el olor, también me lo llevé a la boca lamiéndolo, su semen me supo entre amargo y dulce, sonreí al pensar que aquellos eran mis hermanitos sacrificados.
Cuando salí papá seguía dormido, salí de la habitación y me fui a la mía para meterme a la ducha y ocultar entre la ropa sucia la prueba de su corrida, por nada del mundo quisiera que papá se enterara de lo que hizo, sin duda sería una carga de conciencia para él y no me volvería a permitir dormir en su cama.
Ese domingo lo pasamos trabajando, cada uno en lo suyo, salvo los momentos de las comidas donde ambos nos sentíamos unidos, teníamos a Angelo de regreso que nos cuidaba como si fuera nuestro ángel personal y a última hora de la tarde llegó Miguel.
*
Pasaron unos días, casi dos semanas, continuaba preguntándome si lo de Guillermo y yo podría recuperarse, ciertamente lo último que habíamos hablado y ver que sinceramente se sentía dolido de su actitud, y también arrepentido, me predisponía a perdonarle, en fin, tampoco me sentía muy seguro de que no volviera a dejarse dominar por lo que sus familia pensaran y le dijeran, él fue quien decidió apartarme de su vida aunque no por eso le guardaba rencor alguno. Algunas veces abría el libro donde había guardado la rosa que me regaló como ofrenda reconciliadora y sin saber el motivo me emocionaba.
Sinceramente no sabía muy bien los sentimientos que me inspiraba, sexualmente no era el sentimiento tan intenso como lo que sentía con mi tío y primos, pero obviamente Guillermo era muy guapo, atractivo y varonil, factores a su favor, pero sentía que era muy joven e inmaduro sexualmente para lo que a mi me gustaba en los hombres, yo necesitaba o quería hombre ya hechos, o al menos mayores que yo y que me dominaran, y no obstante sentía hacía él una ternura extraña y ganas de estar a su lado, lo cierto era que ni yo me entendía muy bien.
Era la semana de exámenes antes de semana santa, todos nos notábamos nerviosos en la clase y en general en todo el colegio, en un grupo cercano a la puerta Guillermo departía con un grupo de su autobús, le vi que no participaba demasiado y al cruzar nuestras miradas me sonrió algo triste, sentí una ganas enormes de estar a su lado y le saludé elevando la mano y sonriéndole.
Habíamos acabado el primer examen, una de las materias para mi de las más sencillas, inglés, y terminé de los primeros, entregué el examen a la profesora y salí para no distraer a los retrasados, me retiré a mi rincón favorito en el patio trasero, pasados unos minutos Guillermo se presentó.
Qué tal te fue? -Le pregunté para iniciar la conversación.
En esto tu me ganas, -dijo sonriéndome-, pero creo que me fue bien, como para conseguir el aprobado. -En realidad no creo que haya dejado una asignatura pendiente nunca por lo que se de él.
Tu, qué tal anduviste, imagino que bien… -Hablaba sentándose a mi lado.
Imagino que acabaré aprobado, peor me va a ir en otras asignaturas que tu sabes.
Yo te vi bien en las últimas pruebas, creo que no debes preocuparte y estar tranquilo. -Yo tenía la mano apoyaba en el banco y él acercó la suya hasta que nuestros dedos se tocaron.
Siempre agradeceré tu ayuda Guille, por cierto que no se si te di las gracias…
Las gracias por qué? -Hizo un pequeño movimiento y puso la mano sobre la mía.
Porque va a ser?, por la rosa que me ofreciste bobo, o es que no lo recuerdas ya?…
Entonces sí te gustó?
Fue un detalle bonito de tu parte y si me gustó, aún la guardo entre las hojas de un libro. -Cambió su sonrisa por una cara triste.
Wow, no sabes lo que me alegra, daría lo que fuera por volver atrás de lo que dije Sebastian, te ofendí sin duda y me alegra que una sencilla rosa logre que me perdones. -Le sonreí ofreciéndole la mano.
Podemos olvidar lo pasado reciente si te parece y nos quedamos con lo bueno solamente. -Le dije algo sonrojado.
Oh!, claro que quiero eso, estaba seguro que tu buen corazón se ablandaría aunque de verdad no lo merezco. -Su mirada me lo decía todo, podía leer en ella lo mucho que me quería, lamenté no poderle corresponder de la misma forma.
Teníamos que volver a clase por mucho que quisiéramos continuar hablando, el timbre nos llamaba, me gustaba hablar con Guille más que con cualquier otro compañero de clase, aunque me llevaba bien con algunos que hasta me gastaban bromas.
Ese día, a la salida de clase me esperó a que recogiera mis libros.
Oye Sebastian, pensaba que ahora que llegan los exámenes de mates y física, igual podíamos estudiar algún rato. Le miré sorprendido.
Cómo va a ser eso?, tu coges otro autobús, el examen es mañana y tendrías que desplazarte a mi casa…-Le vi sonriendo como si terminara de decir algo sin sentido.
No tienes que preocuparte por eso, he preguntado en transportes si puedo utilizar tu autobús y no hay problemas ya que hay plazas libres, para el regreso a mi mamá no le importa ir a recogerme. -Sentí que iba a llegarme la risa, lo bien que lo había montado todo para conseguir lo que quería.
Vale, de acuerdo, si ya lo tienes todo organizado por mi no hay problema, estudiamos y quizá podamos continuar hablando.
Fuimos a coger el autobús, como Guillermo dijo el conductor parecía estar al corriente y no puso pegas a que subiera, pasamos todo el autobús hasta el asiento trasero y entonces apareció Jorge tras de nosotros, me sujeto de la cintura besándome el cuello, Guillermo se quedó helado.
Para, para Jorge, deja de hacer bromas. -Jorge me seguía abrazando por atrás sin soltarme, tuve que forcejear para sentarme.
Para ya de jugar, no ves que estoy ocupado. -Ni se me había ocurrido pensar en que Jorge iría en el mismo autobús, me había olvidado de él y justamente era uno de los días donde me acompañaba hasta casa para, como él decía, “echarme unos buenos polvos”, ya al cogerme desde atrás se me arrimó haciendo que notara la dureza de su polla.
Al fin se dio cuenta de que Guillermo me acompañaba. Pasaba la mirada de Guille a mi y de mi a Guille.
Qué hace este aquí, este no es su autobús?
Mira Jorge, “tuve que inventar una excusa que sirviera para los dos”, hoy no puedo ir a la piscina contigo, mañana tenemos examen de mates y física, Guillermo y yo vamos a estudiar toda la tarde, tenía que haberte avisado pero no pude.
Me di cuenta que la mirada de los dos chicos brillaba adoptando aires de gallos de pelea, hasta que un Jorge, de repente sonriente, espetó dirigiéndose a Guille.
Bueno Guillermo, te lo dejo por esta ocasión, para otra vez nos lo podremos montar entre los tres, espero que solo estudies y seáis buenos muchachos. -Se adelantó en el pasillo contoneándose como matón sentándose junto a Yésica.
Pero, pero quién es este?… -Guillermo no salía de su asombro por el descaro de Jorge para conmigo. Le sujeté del brazo sintiéndolo temblar.
Jorge es mi vecino, no tienes que hacerle caso.
Pero…, pero has visto como te trata?
Ya te digo que no es nada, mis primos van en su clase y hay confianza de fiestas juntos, nada más que eso. -No sabía como solucionar el entuerto y actuaba a ciegas.
El autobús arrancó y Guille tenía la cara sombría con el ceño arrugado.
Mira Sebastian, no se si he hecho bien pidiéndote que estudiemos juntos, se que me porté mal contigo pero si además tienes otros compromisos puedes decírmelo en confianza.
No hay nada de compromisos, solo debes entender que yo he tenido mi vida y quizá haya hecho algunas cosas que no debía. -Habíamos llegado a la parada de Jorge y se giró para agitar la mano como despedida y luego bajó del autobús. El resto del trayecto lo hicimos en silencio, sin saber que decirnos, seguramente que Guille le estaba dando vueltas a lo que terminaba de suceder y seguro que no se lo esperaba.
Llegamos a casa y como es costumbre Angelo tenia preparada mi merienda, esta vez sus ricos emparedados de atún, le invité a Guille pero aunque se sentó no comió absolutamente nada y solo bebió un vaso de agua.
Subimos a mi habitación y sacamos los libros, en estos momentos lo que menos nos apetecía era ponernos a estudiar. -Y de repente Guille se puso a hablar.
No estoy enfadado, ni siquiera molesto Sebastian, no me importa lo que pudo pasar en tu pasado, no estabas conmigo y era tu vida, pero si me importa lo que pase a partir de ahora, por eso te pregunto de nuevo si quieres ser mi novio, si necesitas que te lo pida de rodillas lo hago, me gustas mucho, estoy enamorado de ti y te amo. Se que puedes decirme que me alejé de ti sin explicaciones convincentes y también reconozco que has puesto mucho de tu parte para volver a aceptarme como amigo, y hasta puede que hayas perdido el interés por mi, eres muy especial para mi y por eso quiero que sepas que no me molestaré ni me rechazas como novio, pero si es así podrías aceptarme como amigo, sus ojos se volvieron vidriosos aunque aguantaba con una tierna sonrisa en su boca.
Lo vi tan frágil en ese momento, tan desvalido y vulnerable que el dolor se me instaló en el pecho. Equivocadamente o no me sentí impelido a aceptarlo de nuevo, le tomé la mano y lo acerqué hacia mi hasta tenerlo pegado y le besé con dulzura los labios, quise ir más allá y lamí sus labios para que los abriera, encontré su legua y la rocé con la mía, Guille dejó salir un gemido a la vez que se separaba sorprendido.
Me miraba indeciso hasta que se me acercó y cogiéndome con fuerza pasó la lengua por mi cuello.
Oh sí… -Musité. -Al instante pensé como sabía él que mi cuello era uno de mis puntos débiles. Por inercia me alejé para enfocarle con los ojos y le observé detenidamente. Me parecía otro Guillermo, sus ojos desprendían lujuria, de nuevo me atrajo hacia él y en esta ocasión fue mi oreja el objeto de su ataque, la mordió y sentí un estremecimiento.
Pensaba que Guille no tenía ni idea de estos temas y resultaba que sabía buscar como entendido mis puntos más erógenos, quise recuperar la iniciativa pero me rodeo con los brazos y bajó lamiendo desde mi cuello hasta los hombros ya por encima de la camisa que llevaba puesta.
Guillermo me llevo sujetándome de los hombros hasta la cama y me sentó en ella, no hablaba, solo su cuerpo lo hacía en su lugar, el deseo innato del macho había despertado su sexualidad estallando dentro de su ser. Me quitó la camisa dejando al aire mi pecho, se detuvo un momento mirándolo mientras se quitaba también su camisa y nos abrazamos uniendo nuestros pechos. Me besó al lado de la oreja susurrando en voz ronca.
Continuamos?, necesito tu permiso.
De acuerdo, pero que sea despacio y con cuidado.
Sin pensarlo rodeé su cintura con mis brazos, pasé las manos por su ancha espalda para pasar a su abdomen perfectamente marcado y llevé mis labios para besarle las suaves dunas de su estómago, él me había soltado el cabello esparciéndolo por mis hombros.
Qué bello eres…, me dijo en un suspiro.
No podía contenerme y mis manos bajaron a su pantalón quitándole el botón y bajando la cremallera, quería liberar su polla que sentí dura atrapada entre la tela, un circulo de negros vellos rodeaban su ombligo bajando en una fina línea hasta la cinturilla elástica del calzoncillo, su polla endurecida amenazaba con romper la tela pidiendo que una boca se ocupara de ella.
Sin dudarlo la liberé de la prisión, baje el calzoncillo hasta las rodillas a fin de apreciar en toda su magnitud la verga que ya quería chupar. Elevé la mirada para mirarle como pidiendo su aprobación asintiendo sin hablar con la cabeza. Sin más dilación me introduje casi toda su polla en la boca, al momento Guille gimió de placer animándome a continuar con la mamada. Hice presión con los labios mientras mamaba su rico pedazo de polla que al sacarla hacía ruido de chupete, sin detenerme pasaba la lengua a lo largo de su pene lamiéndole los vellos y atragantándome tratando de comerle los gordos huevos, entonces me sujeto de la cabeza llevándola hacía su cuerpo, así empezó la follarme la boca en un va y ven incesante, ese movimiento me gustaba pero cuando tiraba de mi muy fuerte me la metía tan profundo que me producía arcadas, eso a él parecía ponerlo contento, le gustaba verme como me atragantaba y lo repetía una y otra vez, me estaba follando la boca como seguramente más de una vez deseo hacer. Y de repente se detuvo.
No me quiero correr así, quiero meterla en tu culo. -Volvió a mirarme esperando mi aprobación.
Vale, pero ten cuidado, es nuestra primera vez y puedes hacerme daño. -Intenté que mi voz sonara preocupada, aunque bien sabía que con poco esfuerzo podría metérmela sin problema.
Necesitamos alguna crema que suavice la entrada. -Sus respuestas no dejaban de sorprenderme, parecía que había estado informándose al respecto. Me levanté y fui al baño a buscar lo que pedía.
Algunas cosas sabíamos los dos como hacerlas, como desvestirnos totalmente y entonces me recosté en la cama, mientras él cogió el tubito de crema que le entregué y me pidió que me pusiera a cuatro patas de espaldas a él y dejándole mi culito a su disposición. Metió uno de sus dedos en la boca y se puso a repasarlo en círculos por mi ano, al hacerlo sentí placer y lancé un enorme gemido.
Ahhhhhhhh, ahhhhhh. -Dejó de moverlo e hizo presión para meterlo, yo apretaba mi culo para ponérselo difícil y comencé a quejarme.
Ay… ayy… -Sacó la puntita que ya había conseguido meter y puso la cánula del tubito de crema en mi ano, sentí como la crema entraba en mi.
Relájate amor, he leído que al principio duele un poco pero que pasa enseguida. -Volvió a intentar meterlo y a pesar de que apretaba bien el culo esta vez sí lo consiguió, yo continuaba quejándome, comenzó a moverlo en círculos y metiéndolo y sacándolo, buscando dilatarme para meterme un segundo dedo, esta vez con más dificultad logró su propósito, en realidad yo ya gozaba de sus maniobras en mi culo, pero quería darle la impresión de que mi culo aún era virgen e iba a ser él quien me desflorase, así emitía quejidos cuando lo que demandaba mi ser era gemir por el gusto que me estaba dando.
Finalmente lo mismo pasó con un tercero, cuando al fin lo logró estuvo jugando en un intento conseguido de ancharme el ano. En un momento decidió sacarme los dedos produciéndome una sensación de vacío, necesitaba cuanto antes que me llenara con su polla, volvió a ponerme crema y me presentó su polla para que se la chupara y la llenara de saliva, luego se inclinó pegando el pecho a mi espalda, por su respiración notaba que estaba nervioso, se acercó a mi oreja besándola y me dijo:
Te la voy a meter, creo que ya estas listo, te va a doler un poquito pero se pasará enseguida. -Al parecer había decidido que la mejor manera de follarme era en la postura de perrito, yo hubiera preferido que me cogiera de frente para verle la cara pero no le dije nada.
Rápidamente sentí su polla tanteando mi entrada, sentía mi ano muy dilatado aunque yo luchaba porque se cerrara, rozaba con su polla toda el área y yo me desesperaba por sentirla dentro de mi de inmediato, me mantenía callado y en espera, si noté como después me sujetó mi cadera con una mano la otra dirigía su polla a mi culo dispuesto a meterla, mi instinto me mandaba tirarme para atrás y ser yo el me la clavara, la fue metiendo despacio, en mi lucha por mantener el culo lo más cerrado posible sentía como cada centímetro de ese cilindro iba entrando en mi culo, él ya gemía de placer y yo quejándome de estar muy dolorido. Guillermo estaba sintiendo placer y me lo hacia notar besándome la espalda compartiéndolo conmigo. Cuando acabó de metérmela casi gritó.
Ahora si eres mío, ya ves lo que nos perdimos por no hacerlo antes. -Yo no podía aguantar más, necesitaba gritar y manifestar mi felicidad, se había quedado quieto esperando a que mi culo se acostumbrara a su polla y entonces me preguntó.
Estás bien o aún te duele? -Al fin pude responderle.
Estoy bien, veté dándole…
Si te duele me avisas. -Se notaba que mi novio era de lo más gentil y considerado. Tiró de mi agarrando mis caderas y comenzó un va y ven lento. Guille gemía por lo bajo y yo empecé a suspirar, ya no tenía que fingir, según pensaba él era mi desvirgador y ahora teníamos el campo libre para actuar. Guille y yo formábamos una unidad enganchados por nuestros sexos.
A la vez que aumentaba la velocidad de las penetraciones sentía los vellos de su pubis en mi nalgas. Los muslos se le contraían y yo dejé doblarse mis brazos para apoyar el pecho y la cara en la cama. Metí la mano bajo mi barriga en busca de mi polla y empecé a masturbarme al ritmo que Guille me embestía.
En un momento cogió tal ritmo que sonaban los golpes de sus muslos al chocar contra mis nalgas. Me tuvo así cogiéndome bien rico varios minutos, ni en sueños pensé que un principiante podía aprender a follar tan bien como él me lo hacía y además con una polla que a su edad no era nada del otro mundo.
De pronto me comunicó que se iba a correr y yo le pedí que lo hiciera dentro de mi, arreció las embestidas a la vez que yo meneaba más rápido mi polla. Los dos estábamos a punto de llegar al orgasmo, las eyaculaciones estaban al llegar, los dos gemíamos casi gritando como animales, mi verga comenzó a soltar trallazos de semen sobre la cama a la vez que sentía como Guille me llenaba de su caliente semen, se dejó caer sobre mi espalda haciendo que mis rodillas fallaran y cayera de plano con él montado sobre mi.
Respiramos un momento agotados hasta que fue saliendo de mi culo, se bajó dejándose caer de costado mirándome, su sonrisa y el brillo de los ojos me lo decían todo y no obstante le pregunté:
Te ha gustado?
Ha sido una locura, maravilloso como me sentía, y tu que tal, te dolió mucho?
Solo un poquito, ahora que ya me has abierto seguro que será mejor la siguiente vez.
Desde ya quiero repetir. -Tenía una sonrisa para derretir a cualquiera y solo pude reír.
Jajaja, has olvidado para qué me acompañabas?, mañana tenemos exámenes, es mejor que nos duchemos y nos pongamos al trabajo.
Y así lo hicimos aunque Guillermo se distraía demasiado, el gusanillo le había entrado y ahora solo pensaba en volver a metérmela. A pesar de todo conseguíamos ir avanzando en el temario, lo dejamos cuando llegaron papá y Miguel.
Recogimos los libros y cuadernos, satisfechos del esfuerzo realizado cuyas consecuencias veríamos en los exámenes, lógicamente Guille contento de su primera vez, y bueno…, yo…, yo satisfecho de haberle hecho feliz.
Bajamos a la sala de acceso y escuchamos las voces que nos llegaban del salón principal, papá y Miguel estaban hablando con una señora para mi desconocida, hablaban animadamente. Al entrar fui a dar el beso de costumbre a papá y a Miguel, me asombró ver que Guillermo se acercaba a la señora y le soltada dos besos, después se volvió hacia nosotros y sonriente dijo:
Sebastian ella es mi mamá. -Papá dejó salir una carcajada…, y dirigiéndose a Guillermo le dijo:
Y tu eres Gui… -Guillermo no le dejó que terminara.
El novio de su hijo Sebastian señor… -Luego se dirigió a su mamá.
Pensé que papá vendría contigo. -Ella le sonrió aparentando alegría.
Aún es pronto hijo, tenemos que darle su tiempo. -Todos habíamos quedado como en suspenso al ver la cara que Guille puso, papá reaccionó con rapidez rompiendo el hielo.
Si os parece ordenamos la cena y os quedáis un rato más. -Iba a moverse para llamar a Angelo y la mujer le paró.
-Lo siento César, mejor si lo dejamos para otro día más tranquilo. -La señora se movió y sujeto del brazo a papá.
Como mejor te parezca Clarita, ya sabes que aquí tienes tu casa y estaremos encantados de pasar un rato, pero como tu dices es mejor que ahora te lleves a este muchachote. -Luego le habló a Guillermo.
Bueno hijo, tu ya sabes el camino, espero verte pronto… y quiero darte las gracias por la ayuda que le das a Sebastian, ya me habló que con tu colaboración le está resultando todo más fácil. -Papá exageraba pero creo que a Guillermo le gustó que se le reconociera su esfuerzo.
Luego ya se despidieron, observé que Miguel no había intervenido en la última parte dejando que papá llevara el peso de la improvisada reunión, pero al despedirse le dio dos besos a la mamá de Guille, esté recogió su bolsa y vino donde mi dándome un beso en los labios y despidiéndose hasta mañana.
En la cena pude enterarme de que la mamá de Guillermo dirigía algunas de las empresas del grupo familiar, entre ellas una constructora y de ahí venía el que conociera a papá y Miguel por encargarle varios proyectos, como dicen el mundo a veces es un pañuelo.
Tuve que aguantar algunas bromas que papá y Miguel me gastaban sobre Guille, pero a ambos les había sorprendido con su decisión al presentarse como mi novio, motivo para que me preguntara Miguel si era cierto. Mi respuesta fue encogerme de hombros y decirles que no terminaba de asimilar lo que eso significaba, pero que no podía negarlo dada la evidencia de la respuesta de Guille.
Mas tarde a la noche y ya solo, metido en mi cama, le daba vueltas a lo pasado en el día. Sinceramente creía haber sido honesto en lo que les dije, nunca me había detenido a pesar sobre la posibilidad de comprometerme con nadie, pero no me sentía a disgusto, tampoco era el clásico novio enamorado y lleno de ilusión por serlo, en fin, sentía mucho cariño por mi…, “novio”…, me gustaba en algunos aspectos más que ningún otro chico, y bueno pues también yo era muy joven, sentía que ahora comenzaba a vivir la vida y no podía evitar querer sentir nuevas sensaciones. Iba a apagar la luz cuando tocaron a la puerta, di permiso y entró papá, venía vestido para meterse a la cama, se sentó en la mía y pasó la mano por mi cara apartándome los pelo que la tapaban en parte.
Quieres que hablemos amor? -Encogí los hombros aturdido.
Sabes que me alegro por ti y estoy también un poco abrumado, no pensaba que esto fuera tan rápido, solo hace un día que me entero de un muchacho que te gusta y…, pero pienso que has acertado, parece un chico excelente, su familia lo es. Lo importante es si tu eres feliz cielo.
No lo se papi, ahora no tengo una respuesta cierta, él lo quería así y no quise que se incomodara, hasta ahora era un buen amigo y de repente…, oh papi, no tengo las ideas claras, él me gusta, y otros también. -Me quedé en silencio.
Tendremos que dejar que pase el tiempo y vayas despejando tus dudas, ya sabes que esto es reversible, no hay lazos que aten para siempre salvo el amor. -Carraspeó y dejó su sonrisa para poner cara sería.
Ya habéis tenido sexo? -Sentí que me ponía intensamente rojo, papá al notarlo intentó dar marcha atrás.
Si no te sientes con ganas de hablar no importa, solo deseo que si tienes alguna duda me consultes y hablemos en confianza, ya me dijiste que has tenido sexo antes, pero aquello eran solo juegos, ahora es diferente, al parecer Guillermo siente amor sincero por ti, se le nota cuando te mira, deberéis tener cuidado para no haceros daño. -Nos quedamos en silencio, estaba punto de echarme a llorar, preguntándome el porque era todo tan complicado.
Gracias papá, gracias por tus palabras. -Papá se inclinó fijando su mirada escrutadora en mis ojos.
No te preocupes cariño, todo va a salir bien, ahora te dejo que mañana tienes exámenes y tienes que descansar. -Se agachó y me besó la naricita, yo le abracé fuerte del cuello haciendo que cayera sobre mi y besé sus labios sediento de sentirlos apretados con los míos. Fueron unos segundos que me aliviaron y pude dormir sonriendo de felicidad.
*
Al día siguiente en los exámenes no las tenía todas conmigo, Guillermo intentaba calmarme, también estaba nervioso porque Jorge no me dirigió la palabra y pasó de largo en el autobús sin saludarme, presentía que se sentía desplazado, últimamente le había dejado plantado en dos ocasiones para irme, una vez con Maty mi tío y otra con Guillermo mi reciente recuperado novio. Le había llegado a coger un gran aprecio y me molestaba que estuviera enojado, quizá ahora por intentar molestarme se rodeaba de chicas pretendiendo que tuviera celos, pero no me sentía así, incluso me alegraba que fuera de esta manera, además que se lo tenía merecido, él era un joven atractivo por el que muchas chicas suspiraban.
Al fin entramos para el primer examen, iban a ser los dos seguidos, serían dos horas de duro trabajo y nervios, Guillermo me decía que era seguro que aprobaría, que de verdad estaba preparado, cuando le agradecía que estuviera a mi lado en esos momentos.
Terminamos y no podía levantar el trasero del asiento, me había quedado clavado, pasó un profesor a recoger los papeles y le vi echarles un vistazo rápido, hasta me pareció que arrugaba el ceño y sentí el vacío del fracaso, me puse la mano en la boca evitando el vómito que amenazaba desbordarme. Guillermo tuvo que ayudarme para salir a la calle. No pude comer al mediodía y todo el día lo pasé mal y mareado, al llegar a casa me tumbé sin merendar y así estuve hasta la noche cuando llegaron papá y Miguel.
Voy a llamar a un médico, quizá el tío Guido esté libre y se pueda acercar. -Le vi a papá muy alarmado, intenté calmarle diciendo que solo eran nervios pero no hubo forma.
Llegó el tío Guido y venía con él mi primo Pablo, este me cogió enseguida de la mano y no se separó de la cama en ningún momento, el tío me auscultó, me desnudaron completo, pensé en un momento que estaba en la sala de un quirófano teniendo una operación a vida o muerte, cuando terminó su trabajo el tío se retiró a una esquina con papá y Miguel, a mi lado se quedó Pablo que continuaba cogiéndome fuerte de la mano, le miré a los ojos, parecían el azul de un día claro de verano pero a punto de llover, apreté la mano con la suya queriendo trasmitirle mi cariño, estábamos los dos, yo aún completamente desnudo, esperando el veredicto de sentencia.
Cuando volvieron su sonrisa era tranquilizadora, tío Guido buscó en su maletín de trabajo, extrajo un blik de pastillas amarillas y retiros dos de ellas.
Bueno Sebastian, no tienes que temer nada, todo está perfecto, solo ha sido una bajada de tensión causada por el estrés, estas dos pastillas te van a dormir toda la noche y mañana te sentirás como nuevo.
Me vistieron para dormir y me dieron un vaso de agua con las dos pastillas, ni tiempo tuve para agradecer a mi buen tío la visita, lo último que sentí fue la mano de Pablo cogiendo la mía.
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