En el baño de la escuela
Dos niños, un baño y mucha lujuria pre-puber.
Los orinales de la escuela eran una pared completa, no existía separación de ningún tipo, por lo que, al momento de orinar entre varias personas, todos podían ver la verga de todos.
Lo más común era ir al baño en grupos de 2 o 3 niños, pero en ocasiones habían más, pero esa mañana no. Esa mañana únicamente habíamos atravesado esa puerta metálica Erick y yo.
El era un poco más alto que yo, moreno y de rasgos toscos para un niño de 4to grado, pero aún así tenía algo erótico en su ser, quizás fueran las charlas tontas que teníamos mientras meabamos (ya fuera que estuviéramos únicamente los 2 o muchos más amigos); quizás fueran las ideas tontas que tenía en aquel orinal «orina en x» solía gritar para que cruzaremos nuestros flujos dorados; o quizás era el propio baño, oscuro y largo, los orinales al fondo de todo, dando la espalda a la puerta, todo decorado con una baldosa verde pálida. Fuera lo que fuera, ese día nos dominó.
Aquella mañana entramos únicamente los dos, yo empujé la puerta metálica y está, con un chirrido, cedió para dejarnos ver el oscuro pasillo que era el baño. Entramos rápidamente y caminamos al orinal.
Me saqué mi verga (pequeña pero algo gorda, recordemos que tenía apenas 8 años) y él hizo lo mismo, (la de el era más larga, quizás 4 o 5 centímetros más larga que la mía, y mucho más gruesa), dejamos fluir el chorro y mientras tanto mirábamos la pared frente a nosotros. La orina fluía y el silencio invadía todo, y una fuerza casi magnética me hizo mirar abajo, su verga estaba dura.
Mis ojos se clavaron en ella, más larga que la mía y mucho más oscura, dura como estaba, con ese aspecto tan particular.
—¿Quieres tocar? —me preguntó mirándome a los ojos.
No respondí, no aparte la vista.
—Vamos —continuó extendiendo su mano a la mía mientras el flujo de orina paraba.
Tomó mi mano y la posó sobre su verga, dominando la y haciendo que mi mano se enrosque en ella.
—Haz esto —me dijo mientras movía su mano para que lo masturbara.
Estaba caliente y muy dura, húmeda por su labor recién completada, erótica.
Así nos quedamos un rato, brazo con brazo, yo lo masturbaba y el había comenzado a hacer lo mismo conmigo, su agarre era fuerte y veloz, sacudía mi pene con firmeza, y me encantaba.
—Girate —me dijo poniéndose frente a mi, estirando su mano derecha para tomar mi vera nuevamente, de frente, con el índice apuntando a mi pubis. Hice lo mismo.
Continuamos así, subiendo y bajando nuestras manos, en silencio, sintiendo el calor y la humedad que despedían nuestros miembros, sintiendo el baoh que expulsabamos por nuestras bocas, hasta que sucedió, el se agachó y se introdujo mi pene en su boca, rodeándolo con su lengua y succionando con firmeza mientras continuaba masturbandose. No duré mucho hasta que un espasmo recorrió mi cuerpo como un relámpago y un aguilla transparente (parte líquido seminal muy joven y parte orina) se introducía en la boca de Erick.
Se puso de pie, enjuagó su boca con el dorso de la mano, se guardó la verga y salió del baño, no dijimos una sola palabra, nunca, solo continuamos yendo al baño juntos, escalando la situación de a poco, día con día cambiamos la rutina, sexo oral un día, sobarse verga con verga el otro y finalmente sexo.
Aquel día el entró a un cubículo en lugar de al baño, escupió en su mano y rápidamente se metió un dedo en el culo, yo lo miraba, sin decir palabra el tomó mi pene y lo acercó a su agujero. Yo empujé suavemente y mi verga se fue abriendo pasó en su culo joven. Fue increíble cuando sus pujidos se mezclaron con el sonido de mis piernas chocando con sus nalgas y finalmente nuestro grito conjunto cuando ambos alcanzamos el orgasmo, el por su mano y la verga que recibía y yo por lo apretado de el culo que me desvirgó.
Gracias por leer, está es una fantasía nacida de las situaciones que viví con un compañero de escuela (básicamente todo lo no explícitamente sexual), espero lo hayas disfrutado.
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