En el barrio
No sé si es la cuarentena o es que el mundo estaba degenerado desde mucho antes… Este relato es algo que he pensado en publicar así que cambiare algunos datos pero dejare lo más importante..
En Venezuela es muy frecuente las reuniones para que las personas se entretengan y muchas veces son los señores que se reúnan a jugar o simplemente tomar, en cuarentena la gente se reunía frente a mi casa donde una vecina que copiosamente habría tenido problemas conmigo por estas reuniones ruidosas en numerosas ocasiones, esta mujer de la mala vida se la pasaba cambiando de esposos con el pasar del tiempo, aunque tuviera hijos los dejaba botados o en la primera ocasión los regalaba, su ultima relación y actual le trajo un varón al que llamaron Abraham, niño que ahora cuenta con 3 años, su padre un hombre alto, de rastas y barba, barrigón y extremadamente velludo, y ella una mujer baja de cuerpo delgado y algo acabada por el alcohol y quien sabe que.
El libertinaje que mantienen conduce a que el niño sea carente de limites y a su corta edad no tiene ningún impedimento para jugar hasta altas horas de la noche molestándome a mi como a los vecinos cercanos en sus “juegos”, que consisten en lanzar piedras a las casas, tocar puertas y correr y muchos juegos pesados, desde el comienzo de la cuarentena todos los días, aunque menos molestos entre semana, empezaron a dejar jugar domino frente a su casa por lo tanto la mía, el niño comenzó a jugar con los señores que se reúnen mientras ellos siguen en lo suyo.
Lo cierto es que un día note que el niño quedaba solo hasta muy tarde con estos señores, que se turnaban para jugar mientras los padres con la puerta abierta se iban a dormir y lo dejaban solo, no le tome mucha importancia pero un día por curiosidad me dispuse a espiar a los que jugaban, que admito que en algunos momentos me divertían sus actividades y otras me aburrían, en un momento me distraje en otras cosas cuando me volví a asomar note al niño que no había salido hasta ese entonces pero algo estaba raro.
El pequeño solo estaba en una de las esquinas de le mesa, estaba tranquilo lo que era inusual, se notaba algo nervioso y veía a todos lados, los 4 hombres sentados se reían y también buscaban con la mirada algo o alguien, uno de ellos un hombre cincuentón le hablo al niño y Abraham respondió acercándose al señor, se coloco a un lado y él le indicaba que ficha colocar y como, el niño jugaba pero sin ganas y el hombre ligeramente acariciaba al pequeño, Abraham con sus casi 4 solo vestía un shortcito de tela desgastada bastante apretado aunque pequeño era muy delgado, una camisa de mangas recortadas que hacia juego con el pantalón igual de desgastada, el pequeño de ojos achinados y pelo corto negro se dejaba acariciar la espalda y hombros y volteaba a ver al don y le sonreía, en una de esas el adulto comienza a acariciarle la espalda baja a lo que el nene respondió de manera positiva para mi sorpresa, arqueo la espalda empinando notablemente su culito a lo que los otros hombres se rieron, el señor retiro la mano entre risas y viendo a los lados, Abraham miro a su manoseador algo frustrado y busco sentarse en sus piernas.
El don permitió que el se sentara en su pierna derecha con ambas piernas a cada lado de la de su nuevo asiento, el seguía toqueteando la espalda al pequeño en círculos mientras este se empinaba y buscaba arrimarse mas a la pelvis del señor, en cierto momento el tipo ya tenia sus manos gigantes en las flacas piernas y con la espalda recostada en el costado de su torso, los demás seguían jugando entre risas, el viejo metió la otra mano debajo de la camisa y pellizcándole los pezones entre bromas que el niño disfruto entre gemidos que hicieron carcajear a los demás, estaba anonadado con todo esto y aun mas que sus padres no parecían interesarse por el, estaba confundido y peor estaba muy excitado.
El señor saco la mano y tanteo su pantalón y levanto al niño, Abraham volteo otra vez un poco furioso pero cuando noto que su pervertidor se desabrocho el pantalón sonrío volteo a los lados y como no vio a nadie en la calle de un brinco volvió a sentarse en aquel viejo pero ahora justo en su entrepierna, solito empezó a cabalgarlo por así decirlo, los otros señores solo lo veían con malicia y risas, los más cercanos estiraron las manos para acariciar al pequeño que se dejaba meter mano por ese grupo de viejos verdes, el viejo que servia de caballo acomodo su asiento acercándose a la mesa y por lo tanto a sus compañeros, uno de los manoseadores jaloneo el short de pequeño que entre saltos dejo bajarselos de a poco dejandolo a media nalga afuera, ese pequeño estaba sexualizado en extremo y me quedo mas que claro cuando solito paro el juego en el estaba y sin dejar ver la parte delantera bajo la pequeña tela que aun cubria su culito para dejarlo al aire completamente, y al sentarse en aquel tipo cualquiera pensaria que es un nieto en el regazo de su abuelo.
Los hombres dejaron de jugar para los mas cercanos manosearlo, el viejo metía la mano debajo de la camisa del pequeño, los de los lados las piernas y el que estaba al frente se manoseaba el pene disimuladamente ademas que era el mas cercano a la puerta de la casa del niño y parecia mas un guarda, con cautela el niño metio la mano entre los cuerpos de ambos y expreso que algo estaba humedo mientras reia con algo de picardia, se levanto otra vez y por cuenta propia sin dejar de mirar alrededor metio la mano en la bragueta y forcejeando saco la macana de aquel viejo que solo jadeaba y lo veia como con ganas de comercelo, el pene del hombre estaba rebosando de lubricación, el pequeño poniendo aquella enormidad entre los cachetes de su culito volvio a sentarse para saltonear de nuevo masturbando al viejo a pelo, el señor abria las piernas para contactar mejor con el centro de su ano en ese constante frote, ya con mi pene en mi mano desde hace rato note que los demas andaban en lo mismo por la escena, ese pequeño fastidio anhelaba ese tipo de contacto, el hombre lo apreta a su pelvis y comienza un frenetico movimiento entre risas del pequeño, el tipo levanto a Abraham mientras rápidamente se masturbaba y punteando el agujero ya húmedo del niño coloco la uretra en su ano y pareció apretar algo que al niño sintió dolor solo para eyacularle el ano, después de la descarga el pequeño parecía empujar su pelvis hacia el viejo que reía entre jadeos, Abraham apretaba la cara pero no lograba entrar nada, uno de los tipos cercanos recogió algo de semen con los dedos y se lo metió en la boca al niño que reacciono chupándole los dedos.
El señor del otro costado se saco el miembro e invito al niño con un movimiento, el pequeño queriendo subirse el short para ir a probar el otro pene pero fue detenido así que se fue culo afuera aun chorreando y abriéndose los cachetes anales mientras el otro tipo sostenía su miembro le punteaba el ano, Abraham inspiro profundamente y empezó a empujarse para atrás, con cara de dolor volvía para adelante y atrás intentando meterse aquel tolete, abrió la boca en mueca de dolor pero sin soltar un solo sonido, el hombre bufando soltó que lo había logrado, la mera punta de su pene había sido introducido sin ser la cabeza, solo era la mitad, alentaba al pequeño a por mas que solo arqueaba la espalda mientras recostaba su cara a la mesa entre jadeo, los demás reían y susurraban que el viejo le lubrico la entrada de su culo con el semen, el viejo que ya había guardado su pene se reía, el niño levanto la cara y mordiéndose los labios como un experto avanzo un poco, y con los ánimos de los viejos y el mió desde mi mente, y retrocedió con algo de impulso, esperaba y hacia lo mismo, entre la miradas de todo llego un momento en el que pareció llegar a tope, el tipo empezó a moverse haciendo que el pequeño volteara los ojos hasta blanquearlos, subiéndole la camisa les mostraba a sus compañeros como el vientre de Abraham se deformaba con cada pequeña estocada entre risas, el niño se tapaba la boca para no gritar y a veces parecía desvanecerse, una mano rápida termino de bajarle los pantaloncitos demostrándole a todos el penecito erecto que termino orinándose del orgasmo que habría tenido y con un sonido algo sexy sintió como le llenaban las entrañas se llenaban de leche, la barriguita se le inflo y el niño siguió siendo estocado con sigilo mientras se quedaba dormido, aquel hombre saco el miembro se lo guardo, arreglo al pequeño exhausto y lo entro a la casa, saliendo entre risas siguieron jugando un rato más mientras yo solo estaba confundido y lleno de semen por la masturbada que me había dado…
Hasta hoy sigo espiándolos, enterándome de muchas cosas, de antes y después de Abraham y su culito hambriento desde el primer día que nació.
Da para mas este relato, continua👍
Maaaaaarico WOW el mejor relato que he leído en esta página, no había terminado y me vine durísimo, ojalá nos cuentes más de las aventuras del pequeño Abraham.
Dale a ese pequeño vecino👍