En el Ejército
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Bueno, tal cómo le ha pasado a varios de los usuarios de la página me anime a contar mi relato 100% real, ya que hay muchas historias buenas. Allí les va..
Primero que todo cambiaré los nombres, El mío será Mario en ese momento 21 años moreno, definido un poco nalgon, 1,70 mts, mi cojedor, moreno un poco más alto que yo 1, 79 y más marcado debido a que tenía más tiempo que yo en el ejército 31 años, lo llamaré Carlos.
Todo comenzó cuándo me alisté en el ejército de mi país, al principio algo temeroso por el hecho de que estaría fuera de mi casa por un tiempo, sin ver a mi familia y amigos y joder cómo yo quisiera.
Al momento de presentarme al regimiento de mi estado, todo fue rápido me dieron el material de intendencia necesario para mi estadía cómo soldado, pasé a un cuarto u oficina en dónde nos vacunaron. Una vez vacunado tocaba esperar que llegara el superior que nos iba a llevar a nuestro pelotón, pasaron cómo 15 minutos aparece un Sargento (Carlos), con su uniforme acartonado, es decir, planchado excelentemente bien, botas pulidas y dirigió su mirada hacía los 14 o 15 aspirantes a soldados que estábamos allí.
Permiso mi Capitán! Éste es mi pelotón? pregunta carlos
Si Sargento 2do pelotón de la 3era Compañia..
Mi alegría fue única, ya que al verlo parado en la puerta con el porte militar de un oficial de carrera, mis ojos se fueron a ese bulto que normalmente se le hace en los pantalones a los militares, siguiendo nos dirigimos a nuestro pelotón allí nos indicó los principios y bla, bla de los militares, durante toda la conversación (parados firme) no pude quitar la mirada de ese tentativo bulto (ya yo había tenido encuentros con hombres), pensé que no se había dado cuanta, cosa que después me enteré que no.
Al día siguiente tocaba realizar los trotes típicos mañaneros de los militares, todos teníamos nuestros uniformes de deporte que constaban de unos short cortos y una franela sin mangas, se podrán imaginar cómo se le veía ese manjar queriendo ser comido a mi Sargento a parte de que el boxer licra azul que llevaba abajo se le asomaba por debajo del short, llegamos del trote y nos metimos a bañar por desgracia cuándo salí del baño apenas el iba entrando no pude ver más allá, cuando salió nos alineo en el pelotón para pulir nuestras botas.
En ese momento cruzamos nuestra primero conversación, confieso que no sabía la técnica para pulir las botas y que estas quedarán tipo espejo, me explicó cómo se debía y todo quedó allí por ahora..
En la noche le dieron la orden de que el comando debía amanecer pintado, porque los oficiales iban a pasar revista en la mañana; mi emoción vino cuando me dijo, que me levantará ( una orden, militar al fin) porqué el teniente le había mandado a pintar el comando.
Fuimos, y el muy descarado se puso a fumar mientras yo pintaba al cabo de las 1:30 me dice, te ayudo para que vayamos a dormir rápido..
Cuándo comenzó a pintar comenzamos a hablar, hasta que llegamos al tema de las novias, me dijo que su novia estaba en puerto cabello, una ciudad venezolana, me preguntó si yo tenía novia a lo cuál respondí que no ya que era verdad estaba soltero, y vino la pregunta ¿Te gustan los hombres?; mi cara fue un poema casi que al instante refuté y dije que no, a lo cual me respondió, si no te gustan porqué mi mirabas tanto el guevo (polla, pija, verga) ayer y hoy? No supe que responder el me miró y seguimos pintando, recuerdo que pasaron 5 a lo sumo, y siento una mano tocándome un nalga, me quité rápido cómo quién no quiere la cosa, y me dijo.
!Sé que quieres que te coja, tranquilo no le voy a decir a nadie tengo tiempo sin cojer a mi novia y las pajas no me están gustando ya!. Al or esto mi corazón empezó a latir mil veces por hora´e intenté salir del comando pero no supe abrir la puerta (aunque en realidad pensándolo ahora fue que no quise) me agarró por la espalda y empezó a restrujar su guevo en mi culo no me resistía ya sólo disfrutaba, me volteé y quise besarlo pero no me lo permitió en ese momento, dirigió mi mano hacia su guevo y estaba bien parado, si bien es cierto no era largo cómo 17 cm era grueso fuí bajando poco a poco besando sus pezones, su pecho un caminito de vellos muy excitante que desembocaba en aquel manjar próximo a degustar.
Comencé besándolo por encima del boxer que tenía, pero no aguante y le bajé boxer, short y de una zambullida me lo metí cómo pude a la boca, mi sargento gemía echaba su cabeza hacía atrás y con su manos intentaba meterme todo su miembro, me provocaba arqueadas y ya mis lagrimas comenzaban a salir, cuándo de un tirón me lleva hacias el escritorio, me baja de un jalón el short y comienza a morder mis nalgas dios que rico.
De las mordidas pasó a lamer la raja de mi culo lo hacía tan rico, pero a la vez tan salvaje que me excitaba muchísimo , llegó a penetrarme sólo con su lengua, me levantó igualmente con fuerza, se acostó en el piso e hicimos un excelente 69 mientras mi sargento me comía el cuelo yo saboreaba cada centímetro de ese bulto que me cautivó desde mi entrada al cuartel, seguimos así hasta que me dijo- ¿Preparado?
Yo: Sí, reconozco que tenía miedo ya que cómo digo no era lo largo si no lo grueso del guevo de si sargento, me coloqué nuevamente al borde del escritorio, abrí mis piernas, mi sargento se colocó detrás de mí me preocupaba el hecho de no usar condón. pero ya estaba allí ya no había nada que hacer, me colocó la punta de su guevo en mi culo bien dilatado al principio vi al diablo pero cuándo me di cuenta ya tenía la mitad más de la mitad, adentro pensé que había pasado todo y le digo métemelo todo ya, pero cuándo lo hizo me dolió arrecho quise que parara pero ya habñia dado carta blanca, empezó un mete-saca lento y a medida que pasaba se desesperaba más por romperme el culo me decía que rico culo, lastima que no haya sido el primero, yo no dije nada pero eso se sabe, y al decir eso me lo metía más duro, tanto así que acabe sin tocarme encima del escritorio, lamía mi cuello, me dio varias nalgadas.
Luego de varios minutos se acercó a mi oído y me dice, vamos a ver de qué estás hecho maricon..?
Sin sacármelo me acostó boca abajo en el suelo y se me hechó encima, comenzó a cojerme salvajemente, decía cosas cómo, maricón de mierda y cosas por el estilo pero aún así me gustaba hasta que comenzó a bombearme más rápido, me lo sacó y sin poder hacer nada me lo metió en la boca, tragándome toda su leche o la que pude mejor dicho, que cojida mas placentera se lo mame hasta que se puso flácido, ya era casi las 3:00am, nos vestimos y terminamos de pintar y limpiar todo, cuándo íbamos saliendo volvió a estrujar su guevo en mi culo y me dice no creas que esto acaba aquí..
Espero les hay agradado mi primer relato, si les pareció algo tedioso es porque no encontré la forma de expresarme al recordar nuevamente a mi sargento, y nuestra primera cojida.
Luego les cuento los demás encuentros, incluso cuándo salimos de permiso y se sumo mi cabo 2do.
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