en el gimnasio…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hermanos.
Algunas cosas realmente son increíbles a los ojos pero cuando finalmente sos testigo no te queda otra cosa más que creer y pensar que la vida dá para todo.
Esta historia me ocurrió hace unos tres años atrás cuando comenzé a ir a gimnasio. Este lugar estaba atendido por dos hermanos. Dani y Pablo. Unos tipos geniales que como hermanos congeniaban mucho y desbordaban simpatía y masculinidad. Dani era el mayor de ellos, de unos treinta años y Pablo de veiticinco. Si tuviese que describirlos realmente diría que los dos eran muy diferentes físicamente pero no así en carácter. Dani, de 1,75 metros, de cuerpo bien formado, piel un tanto oscura y pelo ensortijado. Creo que era más alegre y divertido que Pablo. Este último, un poco más bajo que su hermano, tenía un cuerpo super trabajado. Sus brazos,abdomen y piernas eran fibrosas y marcadas y ni hablar de su cola que sobresalía notablemente al final de su espalda y notablemente dura.
La relación de ellos dos era genial y, como lo mencioné anteriormente, la masculinidad que brotaba de ambos los convertía en hombres realmente deseables. Yo, solamente dedicaba algo de mi tiempo a entrenar y el resto a mirarlos de arriba abajo tratando de captar lo mejor de ellos para luego fantasear en casa agarrado ferozmente de mi pene.
Con el transcurso del tiempo fuimos tomando más confianza entre los tres y a lo largo del tiempo mis horarios al gimnasio habían variado muchísimo al punto que los últimos meses concurría por la noche, justo en el último turno, antes de cerrar. En este horario ya no quedaba casi nadie en el lugar y ambos hermanos se dedicaban a arreglar y acomodar las máquinas y las pesas. El gimnasio estaba dividido en dos amplios salones y mientras uno de ellos se encargaba de la parte delantera, él otro lo hacía con la parte trasera del edificio. El trato de Dani y Pablo era muy cordial y cariñoso, cosa que no me llamaba la atención por su relación fraternal pero, debo admitirlo, algunas veces sus caricias eran muy llamativas y yo, en vez de pensar mal de eso, fantaseaba con ser yo el beneficiario de tanto afecto.
Así transcurrió el tiempo y una noche, con la rutina ya conocida de los hermanos en el gym, observé casi sin querer una situación por demás extraña. Dani y Pablo estaban en el salón de atrás del gym y los dos conversaban muy cerca el uno del otro. Dani levantó una de sus manos, acarició suavemente la mejilla de Pablo y luego lo abrazó apretadamente. Lo fatal fue cuando este comenzó a deslizar su mano por la espalda de Pablo y se reposó sobre las nalgas de su hermano y comenzó a frotarlas y apretarlas como un novio lo haría con su novia. Pablo no reaccionó de ninguna manera como yo esperaba que sucediese sino que por el contrario había acomodado su cabeza sobre el hombro de su hermano y yacía tranquilamente allí. Cuando se despegaron, por decirlo de alguna manera, Dani tomó la cara de Pablo con ambas manos y lo besó en los labios por un buen rato. Este beso terminó de confirmar que lo que estaba viendo desde el otro salón no se trataba más que de una relación de amor entre dos hermanos
. Inmediatamente volví
a mi faena de ejercicios y apareció Pablo con una gran sonrisa preguntandome como iban mis ejercicios. Bueno, no sólo su sonrisa era grande sino que también noté que el beso con su hermano le había producido una gran erección debajo de su short deportivo.
Honestamente, todo el camino a casa aquel día fue como un torbellino de pensamientos al no poder creer lo que había presenciado, y aún había como un pequeño lado en mi cerebro que no podía creerlo y buscaba una justificación.
Los días transcurrieron y dentro de mi rutina de ejercicios había incluído también el espionaje. Sí, me dediqué a observar con detenimiento que ees lo que hacían Dani y Pablo cuando desaparecían de mi vista. El hecho de que e gym esté espejado por doquier ayudaba a mi tarea y comenzé a notar muchas situaciones similares a la anterior. Aparentemente los muchachos no tenían otro lugar y otro momento donde expresar su amor así que el gym parecía ser el más indicado para comenzar. Claro, solo Dios sabe lo que ocurría allí entre ellos dos cuando yo me despedía. A mí solo me tocaba ver las inevitables caricias que se daban cuando se acercaban el uno al otro. Debo decir que Dani y Pablo eran muy discretos y no se exponían mucho en el gym.
Una noche, cuando llegué al gym por demás tarde, noté que ninguno de los hermanos estaba en el salón de entrada y ya habían apagado las luces. La puerta estaba cerrada pero sin llave y la confianza que existía entre nosotros, me empujó a abrirla sin temor alguno. Caminé relajadamente hacia el segundo salón en busca de mis amigos, los hermanos, y en el momento en que iba a llamarlos por sus nombres, escuché un ruido un tanto familiar pero ajeno a este lugar. Sí. Era el típico sonido que hacen las personas cuando tienen sexo.
Me quedé petrificado. Hice silencio y dudé en seguir hacia el salón o volver marcha atrás e irme. Pero la tentación fue mayor. Caminé con sigilo y casi sin respirar. Sentía miedo por lo que iba a ver y por ser descubierto también. Me moví hacia un costado del pasillo central y me arrimé a la puerta del otro salón que estaba media abierta. Dani y Pablo estaban allí, sentados frente a frente y fundidos en un beso que los había abstraído de la realidad. La imagen que tenía yo era perfecta. Casi panorámica. No había nada que tape mi visión y estaba bien cubierto por la puerta. Sus lenguas jugaban en la boca del otro mientras que ambos sostenían sus manos con sus dedos entrecruzados apretadamente. Dani soltó las manos de Pablo para comenzar a sacarle su remera y dejarlo en cueros y, seguidamente él hizo lo mismo con su remera. Se abrazaron fuertemente y se acariciaban todo el torso. Era magnifico verlos en esta escena. Dani agachó su cabeza y comenzó a succionar y lamer los pezones protuberantes de Pablo. Este gemía y buscaba mirar como su hermano le pasaba la lengua produciendole tanto placer reflejado en su cara. Pablo tomaba la cabeza de Dani y la apretaba contra sus pezones y lo dirijía de uno al otro. Pablo se echó hacia atrás y lo
trajo a Dani encima de él. Estaban recostados sobre una banca larga que le permitía a Dani extenderse con sus besos y chupadas por todo el cuello, pecho y abdomen de Pablo.
En un momento Dani se puso de pie y fue a buscar una colchoneta de ejercicios que tiró en el piso junto a la banca, mientras que Pablo aflojaba sus zapatillas y bajaba su short quedando completamente desnudo. Dani lo miró de pies a cabeza y con un suspiro exclamppo, “mi amor, te amo”.
y se fundieron en otro beso aún mas apasionado.
Ahora ambos hermanos yacían sobre la colchoneta enfrentados uno al otro y tocándose por todos lados. Dani aún tenía su pantalón deportivo puesto mientras que Pablo estaba completamente desnudo. Dani Giró por encima de Pablo y comenzó a chuparle el cuello y morder sus orejas mientras que con una de sus manos agarraba el gran pene de su hermano , que para entonces ya brillaba de la lubricación. Dani empezó lentamente a bajar por el pecho y abdomen de su hermano para buscar su pene y una vez allí se lo llevó a la boca y comenzó a chuparlo, aveces lentamente y otras apuraba el movimiento. A esto Pablo solo gemía y se retorcía de placer. Dani sacaba el pene de su boca y besaba las caderas y piernas de Pablo quien gozaba intensamente. Dani siguió con su felación y al mismo tiempo procuraba sacarse las zapatillas y bajar sus pantalones dejando a vista un hermoso culo y una verga que se la veía por demás dura. Una vez que Dani se desnudó, se tiró encima de su hermano y movía su pelvis para frotar su pene con el de su hermano.
Yo, detrás de esa puerta, y observando esta hermosa postal con estos hermosos hombres, ya había olvidado que Dani y Pablo eran hermanos.
En esa misma posición, Dani arriba y Pablo abajo, este comenzó a deslizarse por debajo de Dani deteniéndose en sus pezones y mamandoselos cual bebe. Dani sólo cerraba sus ojos y suspiraba hondo y gemía. Pablo prosiguió con su tarea y se movió hasta más abajo para meterse el pene de Dani en su boca. Dani levantó un poco su cuerpo para mirar como su pene entraba y salía de la boca de su hermano. Pablo hacía ruidos de gozo y placer ahogado ante el tamaño d tal verga. Daniel seguía follando la boca de Pablo y sus caderas se movían rítmicamente. Ahora Pablo, quien había estado sosteniendo el pene de Dani para que entrase en su boca y no se escapase, lo soltó y puso sus manos sobre las nalgas de Dani. Yo podía ver como la verga de Dani entrraba y salía salvajemente de la boca de Pablo. Así estuvieron por más de quince minutos a lo que yo pensé que se correría en a boca de Pablo pero no fue así. Ahora Dani se puso de espaldas sobre la colchoneta y Pablo se montó sobre él poniéndole su verga en la boca y comenzó a cogerlo. Esta imagen era impagable. El cuerpo fibroso y musculoso de Pablo era ya un festín para los ojos. No cabía la más mínima duda que el propósito de ellos era darse el máximo placer. Sin mezquindades. Sus manos no se quedaron quietas ni un solo momento. Una caricia seguía a la otra y buscaban os lugares más erógenos de sus cuerpos. Pablo sacó su verga de la boca de Dani y lo buscó para besarlo profundamente.
En un rápido movimiento, Dani puso a Pablo boca abajo y comenzó a morder sus nalgas. Las besaba y les pasaba la lengua como si fuese un helado. Recorría la raya de Pablo y se quedaba a jugar y mojar el esfínter de su hermano quien parecía arquear su espalda de placer. Dani abrió las piernas de su hermano y le pidió que empinase un poco su cola. Así, Comenzó a chuparle el culo de tal manera que Pablo jadeaba de una forma increíble. Dani tomó el miembro de Pablo y lo tiró hacia atrás y rotaba entre una mamada de culo y otra de verga. Se notaba que Pablo estaba completamente entregado. En ese momento, Dani puso a Pablo a cuatro patas y estirandosé hacia su pantalón sacó un forro y se lo puso. Tomo a Pablo de su cadera con una mano mientras que con la otra colocó la punta de su verga en el agujero de su hermano. Aparentemente una vez que logró meter la cabeza de su verga, soltó su pene y tomó a Pablo con ambas manos por la cadera y comenzó a empujar. Pablo parecía disfrutar sentir como su hermano o penetraba y movía también su cuerpo de adelante hacia atrás para ayudar. Dani gemía y le expresaba amor a Pablo con sus palabras a lo cuál Pablo correspondía y le decía que le gustaba lo que le estaba haciendo. Dani comenzó a moverse con más ritmo y se sentía el mete y saca.
Era simplemente fabuloso ver a estos dos hombres fornicando de manera tan lujuriosa y romántica a la vez. Dani seguía cogiendo a su hermano y también acariciaba su espalda y se acarraba de sus hombros para meterle la verga más profundamente. Dani le anunció a su Pablo que le faltaba ya poco para cavar y fue aquí cuando Pablo le dio como el visto bueno. Entonces Daniel sacó su verga y Pablo acostándose de espalda levantó sus piernas y las puso sobre los hombros de Dani. Este acomodó su pene nuevamente en el culo de Pablo y lo penetró profundamente haciendo que Pablo rebuznara de Placer y dijese “si mi amor. Métemela así. Haceme gozar. Te amo” Dani, motivado por esto comenzó a serruchar a Pablo de manera alocada mientras que ambos gemían de placer cuando Dani gritó ahogadamente que le faltaba poco, tomó la verga de Pablo y comenzó a masturbarlo siguiendo el ritmo de sus embestidas. Los dos se remordían y hacían ruidos de satifaccion y cozo hasta que dani grito “ahí acabo” y su cuerpo se tensionó mientras que Pablo gritaba cuando soltaba la leche sobre su cuerpo.
Dani, aún con su verga dentro de Pablo, se rescostó sobre su pecho y comenzó a acaricialro delicadamente sobre su cabeza jugando con sus cabellos. Pablo lo abrazó a Dani y así, en silencio y recuperando el ritmo de sus respiraciones se quedaron recostados el uno sobre el otro.
Yo, para este entonces, también volví a la realidad. Por no querer perderme un instante de aquel encuentro no me había percatado de mi ereción y de la humedad de mis bóxers. Cuando Dani comenzó a moverse y a charlar en voz baja con Pablo me dí cuenta que la función había finalizado. Dani se levantó, se sacó el forro y fue a buscar papel para higienizar a Pablo y luego ambos se dirigieron a las duchas. Fue en ese momento, cuando los dos amantes desfilaron sus cuerpos hacia el baño y vi que era la chance de salir sin ser advertido por nadie.
De camino a casa, iba pensando y reflexionando en lo vivido. Es verdad que desearía que tipos como Dani, o como Pablo me dieran una buena cogida. Pero creo que mucho más adentro de mi ser Me gustaría encontrar alguien que me haga sentir el amor y la entrega que estos dos hermanos tenían el uno por el otro.
Espero que algún día se haga realidad.
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