En el Gyn
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Jorge, tengo 30 años, casado y padre de una niña de 2 años.
Con mi mujer decidimos de que iba a empezar a ir al gimnasio, ya que me estaba poniendo fondón, entre mi trabajo, que soy ingeniero en informática y lo sedentario que soy en casa, la tripa se me estaba abultando, parece que tengo mas años de los que realmente tengo.
Cerca de casa hay un Gym, bastante completo, con baño sauna y todo, siempre que paso por ahí hay poca gente, y me gusta.
Cuando empiezo a ir, había de todo un poco, el monitor me puso una tabla de entrenamiento y una dieta.
Me saludaba con todos, pero siempre se empatíza mas con uno que con otros.
Siempre iba un hombre bastante mayor que yo, de unos 50 años, pero madre mía, que cuerpo, parecía tallado en piedra, unos brazos que parecían columnas, un hombre que disfrutaba levantando pesas, nadie de los que íbamos en su horario, levantaba los pesos que él.
Eduardo, que así se llama, es un tipo muy simpático, no es para nada alto, pero el cuerpo que tiene, impone.
Siempre esta dispuesto ayudar a quien necesite, y nos fuimos haciendo amigos.
De vez en cuando salíamos a beber alguna caña, me contó que es separado, y que vive solo en su casa, yo le conté de mi familia.
Siempre que estábamos en el sauna, Eduardo estaba desnudo, me llamaba la atención su polla, no era de esas que muchos dicen que les cuelgan, que miden unas cosas inimaginables.
Su polla era mas o menos de mi tamaño, pero se notaba que dura podía ser bastante mas gruesa, se la notaba gruesa, y yo cuando Eduardo se secaba la cara, le miraba la polla y la imaginaba dura, pero a la vez me sorprendía de porque me atraía así su polla, si a mi me gustan las mujeres, nunca tuve relación homosexual con nadie, ni como activo ni como pasivo, pero la atracción que ejercía Eduardo sobre mi, me asustaba, hasta había fantaseado verlo follar a mi mujer.
Pero la fantasía se me iba de la cabeza, empecé a imaginar que sentiría si Eduardo me metiera su polla por el culo, que sentiría dejando que Eduardo me folle?.
Pero que me estaba pasando?, me sentía atraído por un hombre, me sentía mal, hasta el punto de dejar de ir al gimnasio para ver si se me pasaba.
Pero no, no podía quitarme de la cabeza a Eduardo y su polla.
"Hola Jorge, que te ocurre que no venís al gimnasio?", me dijo Eduardo por teléfono, le dije cualquier cosa, que ni a mi me sonó creíble, pero por no ser descortés le dije que venga a casa, cuando llega, se lo presento a mi mujer y vi como Zara se lo comió con los ojos, porque realmente Eduardo atraía la atención, aunque no se lo proponga, con su tremendo cuerpo y su acento argentino.
Al otro día cuando vuelvo al gym, nos vemos con Eduardo, y nos damos un abrazo, terminamos de hacer la rutina y nos fuimos al sauna, mientras hablamos, no podía de dejar de ver su polla, hasta que se dio cuenta, "Jorge, que pasa que me miras tanto la polla?", me dijo, sin taparse, yo me puse rojo, "te gusta?", me dice, pasando su mano por mi rodilla, yo me estremecí, no sabía que hacer ni que decir, me sentía descubierto, "Jorge, somos amigos, si quieres tocarla, hazlo", me dijo, abriendo sus piernas como ofreciéndome su polla, "pero Eduardo, sabes que soy casado", le dije, como queriendo desviar la conversación, "y tienes una mujer hermosa", me dijo, cogiendo una de mis mano con la suya y la puso sobre su polla, yo me hice el sorprendido, "que haces?", le dije, sacando mi mano de su polla, pero la sensación de haberla tocado, me gustó mucho, "he, no te enojes, solo pensé que te gustaría tocar mi polla", me dijo, poniéndose de pie como para irse, "no espera, no te vayas, es que puede entrar alguien y que va a pensar si me ven acariciando tu polla", le dije a modo de disculpa, "quieres que vayamos a casa y así juegas mas tranquilo", me dijo, parado delante mío, "a que le llamas jugar?", le dije, mirando su polla, ya que estaba casi en mis ojos, estaba en el límite, a un paso de detenerme o atenerme a las consecuencias, los nervios me comían, no sabía que hacer, "dale un beso", me dijo, cogiendo mi cabeza y acercándola a su polla, aunque estaba pequeña, era atractiva igual, y sin poder contenerme le di un beso y otro, y otro, hasta que abrí la boca y la empecé a chupar, no pude con la tentación, sentía como se ponía dura en mi boca, no quería mirar su cara, me moría de vergüenza, pero tampoco podía dejar de chuparla, solo escuchaba los gemidos de Eduardo, como me cogía la cabeza y metía y sacaba su polla de mi boca, "deja que me siente y te sientas encima", me dijo, sacando su polla, y si es realmente hermosa, lo dicho, no es extra larga, pero si que es gruesa, se le notan las venas, "no, acá no, vamos a tu casa si quieres", le dije, sin dejar de dar besos en la cabeza de la polla de Eduardo, ni siquiera nos duchamos, nos vestimos y nos fuimos en el coche de él a su casa, mi corazón latía como nunca, estaba muy nervioso, sabía que me iba a follar, estaba dispuesto a dejarme follar por mi amigo.
Lo primero que hizo Eduardo cuando entramos a su casa, fue bajar mi pantalón corto y acariciar mis nalgas mientras sacaba su polla y yo se la acariciaba, "no se que me ocurre, pero no me puedo resistir", le decía sin dejar de acariciar su polla y disfrutando de como me estrujaba las nalgas.
Deje de acariciar la polla de Eduardo y le quite la camiseta, volví a coger la polla y le besaba el pecho, duro como la piedra, iba bajando, besando su torso, hasta que estaba a la altura de la polla y se la volvía a chupar, estaba inclinado hacia abajo, las manos de Eduardo no dejaban de acariciar mi culo, sentía su dedo buscando mi ano, "vamos a mi habitación, quiero ver como te comes mi polla por tu culo", me dijo, haciendo que me enderece, me llevo a su dormitorio, yo me termine de quitar el pantalón corto, quedando desnudo de cintura para abajo, mientras Eduardo buscaba lubricante, me puse en cuatro patas sobre el borde de la cama, me abrí mis nalgas, ya estaba ansioso de ser penetrado.
Mi amigo argentino me lubrica el ano, yo temblaba, estaba nervioso, siento como me acomoda la polla contra el ano, yo temblaba, abriendo mis nalgas, dando un pequeño quejido cuando Eduardo empezó a meter su polla, lo hacía despacio, sentía como mi ano se abría a medida que su polla entraba en mi culo, yo no dejaba de abrir mis nalgas, ya no estaba tan nervioso, disfrutaba sentir como la polla de Eduardo entraba en mi culo, hasta que siento como da una embestida seca, fuerte y su polla termina de entrar, me había metido toda la polla en el culo, "estas bien", me dijo, sin mover su polla, pero la sentía bien adentro de mi culo, "si, estoy muy bien, me gusta tener tu polla dentro de mi culo", le dije, sintiendo como me empezaba a follar, a meter y sacar su polla de mi culo, a hacer que disfrute, sentía como mi polla estaba dura a medida que me estaba follando.
Yo gemía a medida que la polla de Eduardo entraba y salía de mi culo, sentía mi ano completamente dilatado, ahora entendía lo que siente mi mujer cuando lo hacemos por el culo, a ella le encanta hacerlo por ahí y yo me sentía tan bien siendo follado, que estaba disfrutando mas que cuando el que folla soy yo.
Sentía la polla de mi amigo entrar y salir de mi ojete, sentía como me follaba, sus quejidos de placer, yo gemía igual, ya que estaba disfrutando tanto o mas que él.
"Ponte boca arriba", me dijo, sacando su polla de mi culo y dejando que me de vuelta, se acomoda entre mis piernas y me vuelve a meter su polla haciendo que vuelva a gemir de placer al volver a ser penetrado por mi amigo.
Mi ano estaba tan dilatado que no me dolió nada, disfruté, sentí mucho placer al sentir como la metía toda en mi culo, como me seguía follando, ahora con las piernas en alto, yo estaba disfrutando tanto que no quería ni tocarme la polla, ya que sentía que si me la tocaba me corría ahí mismo, era tanto el placer de sentir la polla de Eduardo, entrar y salir de mi ojete, que no sabía cuanto tiempo mas iba a estar sin poder correrme, "te gusta?", me dijo Eduardo, metiendo bien adentro su polla y moviéndola en lo mas profundo de mi culo, "si cariño, me gusta mucho como me follas", le dije, disfrutando tanto que sin tocarme sentía que me corría, no quería hacerlo, quería que Eduardo me siga follando, "me corro, me corro", le decía a Eduardo, sintiendo como la leche me salía a chorros de mi polla, cayendo en mi pecho, en mi tripa, por mi cara, gritaba, me retorcía, no podía dejar de correrme.
Eduardo acelero sus embestidas, sacaba casi toda la polla de mi culo y la volvía a meter, una y otra, y otra vez, yo gritaba de placer, me abría las nalgas con mis manos, le rogaba que se corra, que me llene el culo de leche, estaba disfrutando mas que cuando el que follo soy yo, hasta que siento como la mete bien adentro, se mueve para los costados y en círculos, gimiendo como una locomotora a toda velocidad y las palpitaciones que hacía su polla dentro de mi culo, cuando se empezó a correr, a llenar mi culo de leche, a sacar y volver a meter fuerte su polla, haciendo que salga algo de leche de mi ojete.
Eduardo se queda quieto, con toda su polla metida en mi culo, me sostenía de mis tobillos, "te llené el culo de leche", me dijo, suspirando fuerte, "si cariño, sentía como me salía cuando metías y sacabas tu polla", le dije, suspirando también de satisfacción.
Dejando que Eduardo saque su polla cuando tenga ganas, me gustaba tenerla dentro.
"que diría tu mujer si sabe que te haz dejado follar?", me dijo, tirándose sobre la cama, con su polla húmeda de leche, mientras yo me acomodaba a su lado, sintiendo como me salía a mi leche del ano, "ni idea, que diría", le dije, acariciando su polla, llenando mi mano de leche, "me vas a seguir follando?", le dije, besando su pecho de nuevo, bajando mi cabeza y metiendo su polla, que estaba bastante flácida en mi boca, sintiendo un sabor extraño, pero que me gustaba, era el sabor de la leche de mi amigo argentino.
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