En el monte por una semana Cap.1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por eduardolanister.
A quilómetros de mi ciudad llegue a al monte con mi amigo, era una gran extensión de tierra cultivada de maíz en algunas partes, en otras muy enmontada y con algunos grandes arbustos, al llegar un hombre de apariencia muy ruda y muy tosco de unos 50 años nos recibió, era el capataz del monte que vivía allí con su familia cuidando la propiedad de mi amigo, llegamos a la gran casa que estaba en el centro de aquel terreno e inmediatamente nos recibió salió una señora de unos 40 años y dos niños Pedro de 9 y luis de 6 años, (nunca olvidaré sus nombres) Pedro era un niño tostado por el sol con un cuerpo hermoso, no era gordo ni delgado parecía tener el peso perfecto labrado por el trabajo que supongo tenía en aquel monte, de ojos color miel, una sonrisa de niño travieso con un diente roto y con un hoyuelo en la mejilla, pelo castaño con manchones amarillentos, pero lo que más llamó mi atención, fueron sus nalgas perfectas, de lado, parecía tener una media luna perfecta, su hermosa espalda se levantaba bruscamente hacia afuera en este imponente culo de ensueño (solo de recordarlo me viene una erección) así era Pedro el tremendo. Luis era la versión más chica de Pedro, indudablemente tenían los genes de aquel monte.
Entramos a la casa, mi amigo me enseño mi habitación tenía un ventanal muy bonito aunque todo era un poco precario era prácticamente nueva la construcción y no habían lujos, el lavabo quedaba afuera de la casa casi llegando a los arbustos, instale mis cosas in dejar de ver la imagen de Pedro el travieso y la gran sonrisa que me regalo cuando llegamos. Al poco tiempo de descansar del viaje un poco mi amigo me llamo para cenar en esos montes se cena a las 6 de la tarde, llegue a la mesa y para mi sorpresa estaban los niños esperando igualmente la cena, no podía dejar de mirar a Pedro que de vez en cuando me miraba y sonreía pícaramente (eso me encantaba) me senté al lado de Pedro este de vez en cuando tocaba mi pierna cuando iba a tomar algo de la mesa, en ese momento no le di importancia la verdad pero me gustaba que tuviera esa confianza, luego de cenar mi amigo saco una botella de licor y tomamos unos tragos, esto me causo ganas de ir al baño a orinar así que pregunte donde estaba el baño entonces Pedro salto y dijo: “Yo lo llevo” mi amigo me dijo que estaba bien, me levante y seguí a Pedro, cuando estaba ya fuera le dije a Pedro: “¿aja amiguito y cómo te llamas? Me dijo: “usted sabe cómo me llamo no se haga el burro” yo quede atónico con su respuesta pero era verdad todo el tiempo en la mesa le dijeron Pedro esto o lo otro claro debía saber su nombre, esa picardía me gusto mucho no era un niño tonto, “bueno pero yo quiero que me lo digas tu” Pedro me miró y sonriendo me dijo: “Pedro y tengo 9 años el mes que viene cumplo 10.. ¿Usted va a venir?” no pude evitar pensar que su respuesta era un compromiso sentía que de alguna manera me decía que debía regalarle algo me dio mucha risa y le dije “depende de cómo te portes” entonces llegue al baño y entre el se quedo afuera mientras yo orinaba en medio de la nada jajaja.
Se escuchaban los sonidos de miles de animalitos entonces pregunte: “¿Pedro estas ahí?” Nadie respondió me imagine que se había ido, ¿lo abría asustado con mi respuesta? Pensé en muchas cosas cuando salía Pedro salto y me pego un gran susto y se echo a reír burlonamente “Pedro me asustaste” fue lo que logre decir el respondió “si no me lo dice no me doy cuenta” entonces yo confianzudamente lo agarre y comencé a hacer cosquillas allí aproveche y toque esas hermosas nalgas que me volvían loco el no dijo solo reía, lo estruje junto a mí y sentí su olor a monte, casi beso su cuello, eso me puso a mil entonces escuche a su madre llamarlo y lo solté, le dije: “ya ves que si te metes conmigo te voy a dar tu merecido” Pedro me miro altanero y me dijo “ ¿y qué?” y salió corriendo hacia la casa, cuando se fue que note la enorme erección que tenia, sentí pena por un momento así que me regrese lentamente hasta que se me pasara la calentura, al llegar mi amigo estaba verdaderamente ebrio así que me tome otra copa mas y le dije que se fuera a acostar.
Yo estaba algo tomado mas no ebrio me desvestí, quede en mis pantaloncillos y una franela o polera, no uso ropa interior ajustada, abrir aquel ventanal para que entrara la brisa y la luz de la luna y me acosté pasaron unos 5 minutos cuando de repente escuche algo, me asomé y era Pedro a unos diez pasos del ventanal, bajo su pantalón hasta los muslos saco su penecito (que yo creo estaba erecto) y comenzó a orinar en el monte, quede impactado con aquella hermosura de culo , me puse a mil, cuando ya terminaba volteo y me miro sonriendo se sacudió el pene subió sus pantalones y se fue de nuevo corriendo.
Esa noche no dormí me masturbe más de tres veces, no podía sacarme la imagen de ese culo en mi mente además ya lo había sentido ya lo había tocado, esa noche comprendí que Pedro era un niño muy travieso y que se traía algo entre manos, lo que hizo no podía ser casual así que me deje de miedos y me prometí que sería mío a como dé lugar.
Al día siguiente me levante muy tarde, al salir note que mi amigo no estaba la esposa del capataz me dijo que había salido al pueblo al pueblo que estaba a unas 2 horas a buscar algunas cosas, yo me incomode un poco porque no me despertó ahora me sentía varado en ese lugar, ella me dijo no se preocupe y comienza a pegarle unos gritos a Pedro, Pedro llego mis ojos brillaron de inmediato tenia puesto un short hecho de un pantalón de Jeans muy corto y una franelilla blanca algo curtida, todo le quedaba muy ajustado pude tallar mucho mejor su hermoso cuerpo, la señor le dice que enseñe la siembra el acepto muy serio se veía que le tenía mucho respeto a su madre y de inmediato me dijo “venga” la madre lo regaño y le dijo que se esperar que yo tenía que comer algo, yo le dije que no importaba que al volver comería, no insistió mas y salimos.
Pedro comenzó a caminar muy rápido iba delante de mi yo no dejaba de mirara su hermoso culo mi pene estaba a mil era incomodo caminar pues no suelo usar ropa interior ajustada, yo tenía puesto una pantalón a las rodillas holgado eso hacía que se viera mi erección, Pedro no había volteado a mirarme seguía caminando como queriendo llegar rápido algún lugar, entonces me detuve y le dije: “¿Pedro a donde vamos?” Pedro volteo y se acerco a mi miro mi ereccio y se echo a reír me dijo: “Aguántese mire como ya está como con el guevo inchao” yo le respondí: “bueno tu me pones así” me miro un poco serio y me dijo: “aguántese que yo también lo tengo inchao mire” bajo el cierre de su pantaloncillo y por fin pude ver de cerca su rico pene el algo grande y gordo para su edad lo agarre con mi mano y no me aguante, me arrodille y lo metí en mi boca mientras con mis manos tocaba de nuevo sus nalgas duras y pardas, solo le di un poco cuando me dijo: “deje, deje que aquí nos pueden pillar, venga rápido” y salió caminando más rápido yo aceleré el paso. Caminamos unos 30 minutos o algo menos, se que parecía mucho pero no me importaba era más mi excitación.
Llegamos a un monterío estaba fuera del campo después de agacharme entre las ramas de unos arbustos llegamos a una especia de cueva echa por los arbusto y el monte que lo rodeaba, inmediatamente Pedro me dijo: “bájese el pantalón” al mismo tiempo que él lo hacía, el fue más rápido que yo se acerco y me bajo el mío de golpe comenzó a frotar su pene con el mío, yo lo abrace y tocaba ahora si sus nalgas desnudas, estaba en el cielo me dijo: “chúpemela” me baje y comencé a mamarle el rico pene que tenía el hacia sonidos de placer de vez en cuando levantaba la punta de los pies y me la clavaba hasta el fondo, estuve dándole placer a Pedro un buen rato cuando me apartó y me dijo: “acuéstese” yo me acosté en ese monte sn mirar se me lanzo encima y prácticamente me estaba cogiendo aquel niño era un roce violento sobre mi pene, yo lo estimulaba agarrando fuerte sus nalgas y empujándolo a mí, de pronto le levanto y se acosto junto a mí y me puso sus nalgas en mi cintura me puse de lado rápidamente y comencé a rozar mi pene en esas hermosas y perfectas nalgas lubricando toda su rajita, empece a empujar mi pene poco a poco el me dirigía diciendo: “ahí, ahí dele, hay poquito,(yo entendía eso como más despacio) hay poquito , así hay va dele, dele, ya entro” logré meter mi pene completo en su culo, pero yo no aguantaba ya estaba mas así que de inmediato salieron chorros y chorros de mi leche que se descargaron en su culo, yo daba espasmos de placer y jadeaba el me dijo: “no lo saque siga, siga” yo seguí empujando, mi erección no se bajaba
El empujaba también su culo sobre mí, pero la verdadera algo incomoda la posición le dije: “ ven saque mi pene y lo puse en cuatro, (hay vi su culo en todo sus esplendor sus hermosas nalgas y su ano dilatado y rojo por mi pene) le metí de golpe todo el chillo y dijo: “asi, dele asi, como los hombres” yo me puse frenético y mis caderas sonaban golpeando sus nalgas, el seguía diciendo cosas “que rico guevo, dele duro, ¿le gusta?” eso me volvía loco, yo al mismo tiempo del mete y saca lo masturbaba a el que también tenía una erección que no se baja con nada, volví de nuevo a acabar dentro del y ya temblaba del placer, saque mi pene aun chorriando, me tuve en el suelo él se acostó junto a mi tomo mi pene y lo tocaba y miraba en eso se toco su culo y me dijo: “Me lo dejo abierto y lleno de leche el culo” yo lo miré y me acerque para darle un beso
El me aparto y me dijo: “Deje, yo no beso hombre” mientras seguía viendo y manoseando mi pene yo sobaba su culo, yo le pregunte: “¿quein te enseño hacer esto?” Pedro me miro con una mueca de sonrisa en la cara que hizo que se marcara un hoyuelo en su cachete y dijo: (esta será otra historia tampoco ese día pudo contarme mucho) de repente se escucho a lo lejos un silbido muy tenue, el se levanto rápido subió sus short yo hice lo mismo y salimos, volvimos por los campos de regreso no hablamos al llegar me dijo: “Nos vemos a la noche” yo asentí con la cabeza aun las piernas me temblaban al llegar ya la señora me estaba sirviendo un plato enorme de comida el cual devoré, aunque yo ya me había comido el plato más exquisito y exótico de ese lugar y el que mientras estuviera allí, me comería cada vez que pudiera… (continuará)
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