¡EN EL PARQUE ACUÁTICO!
(Relato Largo) – Durante un paseo familiar, se me presento una de las oportunidades que no pude rechazar y me llevo a experimentar una de las mejores vivencias de este mundo. .
¡Hola amigo! Hoy te contare una de mis experiencias sexuales que he tenido en mi corta vida. Mi nombre es Edgard mido 1,76 soy de complexión un tanto robusta no mucho creo yo, solo lo normal, soy de test blanca, cabello oscuro y ojos un tanto café claro, 20 años. Te preguntarás porque te digo todo esto, pero ¡quiero contártelo a detalle!
Todo comenzó en un paseo que organizó mi familia a un parque acuático que está a unos cuantos kilómetros de mi cuidad, es un viaje de distancia de 45 minutos en carretera y podemos ir y regresar rápidamente sin ningún problema.
El parque acuático es bastante grande, cuenta con gigantes toboganes y bastantes albercas como salas de baño, es un lugar donde un niño pequeño podría perderse fácilmente.
Era un día perfecto, el cielo era claro con un poco de nubes blancas y un sol radiante, perfecto para la ocasión.
Pase el día con mi familia en las albercas y en los toboganes dándome un gran chapuzón, en ocasiones solía ver a chicos que me gustaban, pues los había muy guapos y semidesnudos y no podía evitar voltear a verles. Algunos de gran porte muy atléticos, pero de caras simpáticas, simplemente agradables a la vista y también los avía un tanto robustos con características muy lindas que te hacen pensar que tienen un no sé qué pero que te encanta. Así que solía excitarme un poco mientras los observaba.
Transcurrió el día y se acercó la hora de marcharnos, así que fui a las duchas para lavarme y regresar limpio a casa. Le pedí a mi primo que me acompañara a las duchas, pero me respondió que el pasaría un rato más en los toboganes así que me conforme a ir sin compañía.
El parque era grande y lleno de áreas verdes con flores y arboles por donde tuve que buscar el sitio para ducharme, tenía varias duchas así que me dispuse a encontrar una disponible. Camine hacia la entrada donde encontré unas duchas muy ocupadas, la gente entraba y salía y unas más estaban formadas, no se veía orden por ningún lado así que me dirigí a otra zona, donde pudiera encontrar un sitio más para ducharme.
Un letrero indicaba que por la parte trasera del parque podría encontrar otra zona de vestidores, por lo que seguí el camino que pasaba por unos arbustos y un jardín largo y verdoso, no se observaba mucha gente alrededor de ese lugar, era una parte alejada del parque y no muchos iban en esa dirección.
Al finalizar el sendero llegue a una zona de vestidores y duchas muy linda, techos altos y con unos acabados en madera fina, todo muy rústico y de gran calidad como suelen ser las construcciones de parques de atracción.
Entrando al lugar he inmediatamente me llamo la atención un chico que estaba sentado en una banquilla, estaba muy solo el lugar, solo estaba él chico y note que preparaba sus cosas para también ducharse al igual que yo. Y digo que me llamo la atención porque era muy bello en verdad. Entre y no quise ser muy obvio así que tome un sitio y prepare mis cosas. No pude no mirarle mientras estaba él estaba ahí.
Lo observe y tenía aproximadamente 14 años, un poco alto, pero más pequeño que yo, tenía nariz pequeña muy bonita por cierto, una piel muy blanca descolorida que parecía nieve e incluso daba la sensación de que si lo tocara estaba frío. Sus mejillas denotaban un color rosado claro muy suave, al igual que sus labios pequeños pero muy carnosos y humectados de un color rojizo templado, unos ojos grandes en un color verdoso claro y brillante, cabello castaño oscuro que con la luz hacía notar unos rayos dorados en su cabello, brazos y piernas largos incluso un poco más de lo proporcional que su cuerpo, pues esto se debe a que estaba en pleno desarrollo de su adolescencia, también pude ver su cuerpo que no tenía ningún vello excepto en pies y piernas que comenzaban a crecerle.
Sus pies al igual que lo demás eran muy blancos y con un tono muy rosita en las plantas de los pies, uñas brillantes y limpias bueno para no exagerar tanto era un manjar.
Pero yo tenía 20 y él era solo un niño así que me delimite a no pensar tanto en eso y me dedique a ducharme. Me quite la ropa quedando desnudo, me coloque una toalla pues no quería incomodar al chico. Entre a la ducha abriendo la regadera dejando caer el agua, estaba templada, aunque un poco fría pero refrescante para el calor que hacía en ese momento.
El agua me empapó mientras me refrescaba, todo iba de maravilla hasta que sentí una ligera sensación de que alguien me podía ver he inmediatamente pensé en el chico. Gire la vista hacia la puerta de la bañera y ahí estaba el intentando de espiarme sin lograrlo, pues la puerta le obstruía la vista. Como yo soy alto podía ver por encima de la puerta y me di cuenta de esto, el chico en cuanto se percató de que me avía dado cuenta de sus intenciones, intento escapar rapidísima mente muy asustado, reaccione rápidamente y le grite – ¡Espera, no te vayas! ¡Tranquilízate! El chico se detuvo por un segundo y me atreví a decirle – ¿Quieres entrar aquí conmigo? – el solo respondió que si con la cabeza.
Abrí la puerta quitándole el seguro – Pasa solo quítate la ropa – Le dije el chico y no demoro, se desnudó y entro rápidamente a la ducha conmigo cerrando la puerta, le vi muy nervioso y un tanto asustado, así que le dije – No temas no aremos nada que no guste ¿ok?» – Respondió – Si, está bien – con una tierna voz chillona, tomé shamphoo y comencé a lavarle el cabello con mucha delicadeza él se precipitó a tocarme el pecho y la cintura y no dejaba de ver mi pene flácido – ¡Me gustas, y lo tienes muy grande más que el mío! – me dijo – No te preocupes ya te crecerá mucho más con el paso del tiempo – conteste.
El – ¿Puedo besarte?
Yo – ¡Claro, me gustaría sentir tus ricos y suaves labios!
Se subió encima de mí, sus pies tocaron los míos para poder alcanzar mi boca con su boca, me agache un poco y le sujete de las nalgas y de la espalda mientras lo besaba con tanta euforia, pero delicadeza. Su pene rozaba el mío y ambos sentimos el calor que emitía el otro, sus tetillas rosadas pedían que se las comiera así que las lambí mientras una de mis manos le masajeaba el ano y la otra la cabeza del pene que comenzaba a ponérsele muy duro.
El estar junto a él, percibiendo su rico aroma y su suave y muy cálida piel mi pene no tubo opción y comenzó a ponerse duro desenfrenadamente. Le bese como un maniático mis manos habilidosas tocaban todas las partes de su cuerpo, le recargue en la puesta del curto de ducha y le forcé a que se inclinara un poco, apresure mi boca a su ano. Yo nunca había lambido un ano, en realidad me daba un poco de asco y no me llamaba mucho la atención, pero paso algo que no sé qué fue, que con ese chico no sentí ningún inconveniente en poner mi lengua en su rosadito, estrecho y tenso ano el cual no tenía sabor ninguno además le llenaba de placer mientras se lo hacía.
Como he visto en los vídeos porno que siempre suelen chuparle el ano, para que dilate y no le duela mucho a la hora de penetrarlo, comencé hacer eso mismo. Mientras comía su ano observe como comenzó a salir gran cantidad de semen lubricante de su pene, así que con los dedos lo tome y lo introduje dentro de su mismo ano y esto le éxito bastante, repetí esta acción varías veces hasta que su ano quedo completamente lubricado por su mismo fluido.
Retire mi prepucio hasta atrás descubriendo la cabeza de mi pene muy erecto, me apresure y comencé a metérselo dentro, primeramente, me costó mucho trabajo pues tenía un ano pequeño muy rosadito sin ser penetrado antes y se tensaba cada vez que yo empujaba para entrar, sentía como sus nalgas por instinto natural cerraban para evitarme el paso, supe que estaba muy tenso y aun asustado. Le acaricie y me acerque mucho más a él, le mire de frente y le tome de las mejillas coloradas, mis ojos fijos a sus ojos y le mostré la bondad de mi interior con una mirada cariñosa, el con sus ojos brillantes de ternura me regalo una mirada de cariño y aprecio – ¡No temas! No quiero hacerte daño, al igual que tú, quiero disfrutar de este momento, me gustas mucho, te deseo y quiero que me regales este momento – Le bese tocando sus labios rojizos suavemente, pero con mucha pasión. – También me gustas mucho, desde que entraste por la puerta de la ducha, no pude evitar excitarme y pensar que estaríamos en este mismo sitio juntos desnudos y comencé a imaginarte desenfrenadamente, solo que, es mi primera vez y me da algo de miedo, pero sí quiero.
Yo – ¡Ok! Solo relájate no pienses nada de lo que hay haya fuera y disfrutémoslo, ¿Está bien?
“Si está bien!» Dijo con cálida voz. Le gire acercando su espalda a mi pecho, sus pies acariciando los míos mientras el agua caía y mi pene humectado por la excitación lo puse en su lugar nuevamente y comencé a empujar de nuevo, pero con más suavidad, sentí como el cooperaba más que antes, habría más las piernas para que yo entrase y el mismo empujaba contra mí para que mi pene entrara, ambos excitados y temblorosos mientras el agua de la regadera seguía cayendo sobre nosotros.
Sentí como apretaron sus manos y su estómago se tensó un poco soltando un suave gemido después de una respiración profunda, sentí mi pene dentro del y su calidez por dentro, esto me éxito como no tienes idea, no me moví por un momento ya que sabía que el sentía dolor en ese instante y hacía gestos de sufrimiento. Me precipite a solo acariciarle y besarle para que se relajara, después de unos segundos, – ¿Estás bien? le pregunte «Si, dolió un poco, pero estoy bien, anda continuemos» – suplico. Dicho esto, comencé a entrar y salir de él, comenzado con lentitud y suavidad he incrementado la intensidad cada vez más llevándolo más rápido. Sus gemidos se hicieron presentes junto a los míos, las respiraciones de ambos eran más intensas y escandalosas, percibía su delicioso aroma y mis manos jugueteaban por todo su cuerpo, tocaba sus testículos aun sin bellos, su pene erecto y húmedo, sus pies junto a los míos y su rica, blanca y cálida espalda que rozaba mi estómago y pecho, el tocaba con sus manos mis glúteos empujándome más hacia el para que entrara completamente, jugueteaba y sentía como con sus aminos abría y cerraba mis nalgas y yo más fuertemente metía y sacaba mi verga de su caliente ano.
Puse jabón en mi mano derecha y le tomé su verga haciéndole una gran masturbación mientas me lo cogía, el solo gemía a gran intensidad y se dejaba llevar por mis movimientos, pocos minutos después sentí como no podía segur más, me estaba viniendo y sentía extremendoso placer, sus gemidos intensos y sus contracciones de su cuerpo me dejaron saber que él también estaba a punto de eyacular.
Le tome fuertemente y le cogí lo más fuerte que pude y mi mano la agite mas fuertemente para hacerle eyacular a gran velocidad. Ambos comenzamos a venirnos, el en mi mano y yo dentro de él, ambos dando un grito de placer, mientras él se venía su ano apretaba fuertemente mi verga pero yo me aferre a quedarme dentro, le arroje todos mis espermas dentro, sintiendo extremo goce de placer sin fronteras, era un momento donde no podía pensar en algo más que en el placer extremo que sentía en ese momento, tanto placer que quede aturdido después de eso, como si estuviera en cierto transe, le mire a la hermosa cara que tenía el la cual se dibujaba una gran sonrisa, le bese una vez más, me dijo con infantil voz – ¡Gracias por este momento fabuloso, Nunca podré olvidarlo!
Terminamos de ducharnos para quedar limpios, le ayude a vestirse y se marchó dándome un último beso diciendo ¡Adiós!
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