En el piso de al lado
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era una tarde de de finales de junio y yo estaba viendo la tele en calzoncillos, había previsto darme una ducha cuando acabase el programa.
Oí gemidos y me dirigí al dormitorio desde donde veía la ventana del de los vecinos, había un chico que estaba como un tren frente al espejo magreándose sin la camiseta, se quitó los vaqueros quedando tendido en la cama, y luego los slips, lo cual me puso a mil de calentura, el chico estaba buenísimo, de vicio, se comenzó a masrurbar lentamente, el sudor me bajaba por todo mi cuerpazo, que comtenplé unos instantes frente al espejo.
Luego me me dirigí hacia la ventana, metí la mano bajo mis calzonzillos ya húmedos y noré mi polla dura como una roca saliendo por la goma de la cintura. Mientras en el piso de al lado entró en la habitación otro chico no menos guapo, luciendo un cuerpazo de culturista con un hermoso vientre tableta de chicolate, que quitándose los vaqueros y calzoncillos se unió a la orgía, le hizo una buena maada de polla y luego fue follado por el otro.
Yo me quité los calzonzillos, no parecía importarles que yo mirase por la ventana, y comencé a masturbarme mientras los veía follar, me tiraba de los huevos tanto que parecía querérmelos arrancar, del placer que sentía mirándolos.
Y me sobaba lentamente mi morada y mojada polla, que parecía estar orinando de tanto preseminal que me salía.
Despues de la tremnda follada se acariciaban y abrazaban mientras hablaban. En pocos minutos brotaron tres enormes chorros de semen que llegaron a la ventana de enfrente dando yo un fuerte grito de placer por el profundísimo orgasmo que experimenté.
No pareció que les importase que yo hiciese eso, o no se dieron cuenta, yo me tumpé en mi cama, y pellizcándime los pechines y magreándome, me dispuse a masturbarme de nuevo, de tanta calentura no podía parar, tras correrme me limpié la polla chupándomela yo mismo hasta correrme de nuevo.
Los chicos abandonaron la habitación, en el piso de al lado y yo repetí de nuevo la acción sin lograr quitarme la calentura, decidí darme ya la ducha, y al pasar por la ventana me quedé mirando unos instantes, no podía quitar de mi mente aquella imagen de los dos chicos disfrutando de sus cuerpos.
En la ducha, al frotarme el jabón aumentó mi calentura y me masturbé de nuevo bajo el frio corro de agua, experimentando un muy profundo orgasmo.
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