EN EL RANCHO DE LOS ABUELOS PART 13
Al salir de la tienda de sex shop, Víctor y su pequeño se subieron al Jeep Liberty, luego partieron hacia el rancho. .
Durante el camino, Víctor no dejaba de pensar en lo que había sucedido unos minutos atrás, él no podía creer que su pequeño hijo había sido entrenado para mamar vergas de hombres adultos.
Eso él no lo podía asimilarlo, pero las evidencias lo confirmaban, además sus propios ojos lo acaban de ver; el niño sí que había disfrutado mamar la gran verga de Ignacio, pues se mostraba muy animado y feliz.
Recordando aquella escena que acaba de suceder, la entrepierna de Víctor cobro vida, por lo que se puso rígida dentro de su pantalón y entonces ese sufrimiento lo estaba atormentando, el deseaba estar en el rancho para cogerse a uno de sus pequeños culitos de los que disponía, pero mientras llegaba, tuvo que buscar la manera para aliviarse durante el camino.
Víctor se detuvo un momento en la carretera, así que puso las luces intermitentes y después bajo el cierre de su pantalón, ahí fue donde libero su dura verga e inmediatamente volteo a ver a su pequeño hijo, el cual iba en el asiento del copiloto.
Oscarito vio lo que su padre le ofrecía, por eso sonrió y de inmediato se abalanzó sobre ese pedazo de carne, con sus dos manitas se aferró a la circunferencia de ese mástil y acto seguido, la punta fue engullida por su pequeña boquita.
Víctor: “aaaaahhhhh” ¡que rico mi amor! “uuuffff”
Las luces intermitentes fueron apagadas y de inmediato el Jeep siguió su curso en dirección al rancho; así que mientras Víctor conducía, le hacía ciertas caricias en la cabeza a su pequeño hijo, le tocaba la mandíbula, las orejas y también le daba ciertos apretones a su verga.
Víctor Poco a poco fue bajando su mano derecha por la espalda de su hijo y cuando llego a su pequeño trasero, quiso meter su mano dentro del pantalón del niño, pero al darse cuenta que no podía, detuvo una vez más la camioneta y ahí le bajo el pantalón junto con el pañal desechable hasta las rodillas.
De nueva cuenta, Víctor puso a mamar al pequeño Oscarito, pero esta vez él se había mojado el dedo medio con saliva y empezó a tocar suavemente las nalguitas de su hijo, después fue introduciendo muy despacio su dedo, hasta que logro tenerlo completamente dentro.
Durante todo el camino, Víctor deseaba parar su Jeep y penetrar a su pequeño hijo, pero temió hacerle daño ya que ese culito no estaba completamente preparado para recibirlo o peor aún, temió que alguien pudiera verlo cogiéndose al menor y eso sí sería grave para él.
“Acostumbrar a mi pequeño Oscarito tomará tiempo” eso fue lo que pensó Víctor, pero tomando en cuenta lo que le había dicho Ignacio, el mismo se motivó y entonces dijo: “voy a descubrir eso poco a poco, mientras tanto me conformare con disfrutar de esa pequeña boquita, la cual me proporcionara unas ricas mamadas”
Tiempo después, ambos estaban llegando al rancho y ahí se encontraron con Manuelito el sobrinito de Alex; el niño estaba jugando en el camino y al reconocer el carro de Víctor, de inmediato se paró a un lado del camino. Víctor rápidamente hizo a un lado a su pequeño hijo y se apresuró a esconder su verga con su camisa para evitar que Manuelito la viera.
Víctor: ¡hola Manuelito! ¿Qué haces aquí?
Manuelito: ¡hola don Víctor, estoy tratando de casar unos pájaros!
Víctor: ¿y tú solo?
Manuelito: ¡si!
El cerebro de Víctor rápidamente le dio una idea para desahogar su deseo sexual como hombre, así que viendo que el pequeño Manuelito estaba un poco lejos del rancho de David, le hizo la siguiente proposición.
Víctor: ¡si quieres vamos a mi casa! ¡y ahí juegas con mi hijo Oscarito!
Manuelito: “no puedo» ¡tengo que pedirle permiso a mi tío Alex!
Víctor: ¡vamos, así podrás jugar con esto! (mostrándole su dura verga)
Manuelito: ¡iré, pero primero tengo que pedirle permiso a mi tío Alex!
Víctor: ¡ok, pero si no puedes venir! ¡ve al rio! (guiñando un ojo)
Manuelito: ¡esta bien señor!
Víctor: ¡nos vemos y cuídate!
Manuelito: ¡hasta luego señor Víctor!
Al llegar a su rancho, Víctor se dio cuenta que la otra camioneta no estaba, así que rápidamente pensó que sus padres habían salido a cualquiera de los ranchos vecinos, pues eso siempre era su costumbre, así que Víctor estacionó su Jeep en su galera y luego ayudó a bajar a su pequeño hijo.
Al entrar a casa, Víctor no vio a nadie y al ir por un vaso de agua para su pequeño hijo, el descubrió una nota pegada al refrigerador la cual decía “regresamos mañana, fuimos con tu tía Sara, cuida muy bien a tu hijo»
En ese instante Víctor se dio cuenta que no iba a poder ir en busca de cualquiera de sus pequeños amantes, pues él iba a estar muy ocupado cuidando de su pequeño hijo; pero en ese momento su cerebro le hizo una mala proposición y le hizo entender que estarían completamente solos, así que podía divertirse un rato con el pequeño Oscarito.
Víctor se fue quitando toda la ropa y en cuanto estuvo totalmente desnudo, empezó a desnudar al pequeño Oscarito, luego lo llevó a uno de los sillones de la sala y una vez que estuvieron cómodos, Víctor le pidió a su pequeño hijo Oscarito que le mamara la verga una vez más.
Por primera vez Víctor estaba viendo al pequeño niño con deseo y no con amor paternal, entonces fue acomodando a Oscarito en posición 69 y justo en ese momento la lujuria despertó en aquel hombre, por lo cual Víctor empezó a acariciar la espalda de su pequeño hijo, luego continuó con las piernas y finalmente sus manos se posaron en aquellas pequeñas nalguitas.
Víctor no dejaba de tocar aquellas nalguitas redonditas, pues al estar completamente solos, no había prisa para avanzar rápidamente, entonces; por instinto separo esas nalguitas con ambas manos y ahí pudo apreciar aquel culito tan pequeño, el cual era de color rosa.
La conciencia de Víctor le indicaba que parara, ya que lo que estaba haciendo estaba muy mal, pero su instinto animal fue más fuerte que la razón y entonces modifico su posición, pues por la diferencia de tamaños no le permitía llegar hasta donde él quería.
Cuando Víctor logro tener a Oscarito semi inclinado, fue acercando su cara en las nalguitas de su hijo y justo ahí respiró profundamente, donde percibió aquel rico aroma a talco de bebé, el cual estaba mezclado con el aromatizante del pañal y entonces sin perder más tiempo, Víctor paso la lengua por toda la rajita del pequeño Oscarito.
En ese instante el niño dejó de mamar aquella enorme verga y se estremeció al sentir aquella lengua húmeda, Víctor al darse cuenta de eso, no se detuvo ni un solo segundo e hizo que su lengua tuviera vida propia, pues ella se movía de diferente manera entrando y saliendo de aquel estrecho culito.
Minutos después, Víctor se dio cuenta que aquel culito ya estaba bien relajado, por esta razón destapó el bote de lubricante que había comprado y dejo caer una buena cantidad en sus dedos, luego empezó a introducir su dedo índice, el cual fue desapareció muy lentamente en el interior de Oscarito.
El pequeño Oscarito sintió que algo entraba en su culito, por eso volteó a ver a su padre, le sonrió y enseguida empezó a engullir más de aquella verga dura, la cual escupía abundante líquido pre seminal que el pequeño niño saboreaba con gusto y de vez en cuando la apretaba más fuerte para tratar de sacar más de ese rico manjar.
Víctor solo quería ir preparando el culito de su pequeño hijo, pues él tenía la curiosidad de ver cuánto se expandía, pero la lujuria se había apoderado de él y cuando quiso detenerse, 2 de sus grandes dedos ya estaban completamente dentro del culito de Oscarito.
Víctor se quedó admirando lo que acababa de lograr y en ese instante sintió que su sangre hervía aún más, entonces dejo caer más lubricante dentro de aquel estrecho culito y luego apartó a Oscarito de su verga. sin perder más el tiempo, él empezó a besarlo en los labios e inmediatamente acomodo aquel frágil cuerpecito sobre él.
Víctor sujeto su verga con una mano, luego empezó a frotar la punta en el culito de Oscarito y en ese preciso instante las palabras salieron por sí solas de su boca.
Víctor: ¿quieres que papá te ponga la colita cachorrito?
Oscar: ¡chi, colita! ¡papi!
Víctor: ¡ok mi amor! ¡hoy no era el día, pero intentaré ponértela!
Víctor acomodo al niño en cuatro patas sobre el sillón, después destapó el frasco de lubricante y dejó caer una buena cantidad directamente en el culito de Oscarito, luego se puso de pie atrás del niño con su verga totalmente lubricada y enseguida busco la altura perfecta.
Sujetando su dura verga con una mano, Víctor frotaba toda su longitud entre las nalguitas del pequeño Oscarito y por esta razón el niño sentía muy agradable el roce de esa dura verga en su culito.
Víctor: ¡listo mi cachorrito! ¡vamos a empezar!
Diciendo esto, Víctor colocó la punta de su dura verga en la mera entrada del culito de su pequeño hijo y solo punteaba ese agujerito, pero unos minutos después, él se dio cuenta que ese diminuto esfínter había perdido su resistencia.
Víctor quedo sorprendido, pues ya había logrado meter la punta de su verga y ahí sintió esa rica estreches, así como también la calidez que proporcionaba aquel rico culito; lo interesante de esto fue, que el niño en ningún momento se apartó, al contrario, se quedó quietecito y a estas alturas, Víctor no podía parar lo que estaba haciendo y se dijo a si mismo que tenía que culminar lo que ya había empezado, aunque después le llegara la culpabilidad.
Al tener la punta de su verga dentro, Víctor puso sus manos en la pequeña cintura de Oscarito, Ahí fue donde continuó empujando suavemente su pelvis y con cada empuje, el sentía como su dura verga se iba abriendo paso en al interior de su pequeño hijo.
La cintura de Víctor no dejaba de moverse, por lo cual minutos después se volvió a sorprender, pues se dio cuenta que ya tenía una tercera parte de su verga dentro de aquel estrecho culito; ahí fue donde empezó a acariciar la suave piel de la pequeña espalda de su hijo y entonces el pregunto.
Víctor: ¿estás bien mi amor?
Oscarito: “chi papi»
Víctor: ¿te duele?
Oscarito movió la cabeza a ambos lados diciendo que no, esa era la respuesta que aquel padre quería escuchar, entonces lo sujeto nuevamente de su pequeña cintura y empezó a mover su pelvis a un buen ritmo; Víctor intentó parar, pero su cintura se movía por si sola sin detenerse.
Victor: “mmmmmmm” ¡pero que rico culito tienes amor” “mmmmmmm”
Los gemidos que emitía Oscarito era música para sus oídos de aquel adulto, por eso no pudo contener más su eyaculación, ya que aquella rica sensación que le ofrecía ese estrecho culito era demasiado placentero; entonces Víctor cerro los ojos dando un par de embestidas más y en ese instante empezó a derramar una gran cantidad de leche, la cual fue depositada dentro del culito de su pequeño hijo.
Victor: “aaaaaaaaahhhhhhh” ¡toma tu lechita mi amor! “aaaaaahhhhhhh”
Minutos después, Víctor respiró profundamente un par de veces, pues había quedado satisfecho sexualmente, entonces cuando aquella verga dejó de convulsionar, fue abriendo lentamente sus ojos y ahí contemplo esa imagen tan magnífica. “El culito de su pequeño hijito había devorado la mitad de su gruesa verga y la había aguantado sin quejarse en lo absoluto”
Víctor contemplaba aquella maravillosa vista, pues el culito de su hijo se amoldaba perfectamente al grosor de su enorme verga, así que ambos se quedaron quietos y sentían como las gotas de sudor empezaron a correr por sus cuerpos totalmente desnudos.
Víctor: “uuuufffff” ¡eres maravilloso cachorrito! (besando su espalda)
Cuando aquella verga empezó a perder su firmeza, Víctor la fue retirando lentamente hasta sacarla por completo y ahí se sorprendió un poco, pues el culito de Oscarito le había quedado un poco abierto; por eso lo reviso para corroborar si no lo había lastimado y después de cerciorarse que todo estuviera bien, cargo al pequeño Oscarito yéndose al baño a ducharse.
Por la noche, Víctor recordó que sus padres no llegarían a casa, así que partió a su cuarto con su pequeño hijo, ambos se metieron desnudos a la cama y en ese momento, Víctor quiso que Oscarito le mamara la verga, pero el niño pidió su biberón, por lo cual después de recibirlo, se fue quedando completamente dormido.
Víctor quedo un poco decepcionado y triste, pero dejó que su pequeño se durmiera, pues tampoco quería obligarlo hacer lo que no quería; en ese instante el vio la computadora y ahí recordó todo lo que Franklin le había dicho. Así que después de encenderla, se puso a revisar todo detalladamente.
Pero para su mala suerte, Víctor no encontró nada en la computadora, así que totalmente molesto, él empezó a quitar todas las contraseñas, pues le parecía fastidioso escribirlas cada vez que la usaba; además estaba seguro de que nadie más que él usaría esa computadora en el rancho, pues sus padres eran mayores de edad y no sabían utilizarla.
Cuando dejo todo en orden, Víctor pegó su cuerpo a su pequeño hijo y así abrazados, él también se fue quedando dormido; pues tenía la corazonada que pronto recibiría la llamada de su nuevo amigo IGNACIO.
CONTINUARÁ… “saludos de su amigo @Angelblacks”
wow sigue contando amigo…. 🙂 😉 🙂 😉
ufffffff mi estimado me encanta tu saga y se me fue como agua deseo mas y mas x favor me anda por saber mas de los perversos y morbosos juegos del padre con su bebe, me la dejas tiesa y mojada