EN EL RANCHO DE LOS ABUELOS PART 5
Víctor jamás había imaginado, que un niño pudiera dar y recibir placer, pero aquellos momentos vividos con su pequeño sobrino le parecieron magníficos. .
Ninguno de los otros familiares se imaginaba, lo que había pasado en aquel rancho, aquellos dos hombres disfrutaron del pequeño cuerpo de Luisito, pablo era el mejor amigo de Víctor y con este acto, estrecharon aún más sus lazos de amistad.
Víctor: oye pablo, ¿te gusto coger el culito de mi sobrino?
Pablo: no me gusto, ¡me encanto, hermano! ¡gracias por compartirlo conmigo!
Víctor: que agradeces, ¡pero me debes una cabron!
Pablo: pues si hermano, ¡estoy en deuda contigo! ¿Cómo podre pagarte?
Víctor: fácil, ¡consigue algún culito igual que mi sobrino!
Pablo: pero ¿dónde?
Víctor: pues no sé, ¡tu sabrás ingeniártelas!
Pablo: oye ¿y me vas a prestar otra vez a tu sobrino?
Víctor: ¡claro, solo hay que esperar a que regrese! ¡y espero que sea pronto!
Ambos quedaron platicando por largo rato, Víctor le contaba a pablo todo lo ocurrido con su pequeño sobrino, pues ahora, ya tenían total confianza; además, agrego diciendo “que no era el primer culito que rompía”
Pablo: ¿Qué? ¿es enserio o broma?
Víctor: si, es verdad. ¡me estrene un culito de un niño igual que mi sobrino!
Pablo: ¡cuéntame cómo sucedió eso hermano!
Víctor: “te lo diré, pero prométeme que no contaras nada de esto”
Pablo: “lo prometo” ¡ahora cuéntame por favor”
Resulta que una tarde, David llego a casa de Víctor, el motivo de su visita fue, pedirle su apoyo para realizar dicho trabajo, pues el aun no encontraba a alguien que le ayudara con el rancho; Al siguiente día, después de haber terminado con el trabajo, David invito a Víctor a su casa, pues tenía que pagarle por el trabajo realizado.
Víctor de inmediato se negó a recibir el pago, pues el trabajo fue algo fácil, David se vio un poco apenado y como muestra de su agradecimiento, lo invito a comer y ahí se tomaron varias copas.
Los hijos de David jugaban futbol en el patio, por lo tanto, ellos conversaban, tomando de aquella botella de whisky, después de un rato, los niños se acercaron a su padre, diciendo que irían a nadar un rato a la poza; David no tuvo ningún inconveniente, pues los niños siempre lo hacían.
después de que David diera ciertas recomendaciones, los niños partieron rumbo al arroyo, los 3 niños se fueron solos, jugando entre travesuras y aquellos 2 adultos continuaron conversando, Varias copas después, Víctor tuvo que despedirse de David, él tenía que ir por su ganado, para la ordeña del día siguiente.
luego de despedirse, Víctor no quiso ir a dar la gran vuelta para llegar a donde estaba su ganado, así que tomo un atajo para llegar más rápido, en el camino se topó con 2 de los hijos de David, saludándolos siguió con su camino.
Al llegar donde iniciaba su atajo, Víctor se dio cuenta de algo, uno de los hijos de David seguía ahí, el seguía con su curso, pero hubo algo que hizo detenerse, se quedó observando detenidamente aquel niño, quien estaba sobre una roca grande.
El pequeño de 9 años de edad, estaba completamente desnudo, pero eso no era importante para Víctor, lo que realmente le llamo la atención, fue lo que estaba haciendo; el niño estaba agachado, en una de sus manos tenía una piedra lisa de buen tamaño y el, se fue sentando lentamente sobre la piedra que tenía sujetada.
El pequeño estaba tan concentrado en lo que estaba haciendo, que no se percató de la presencia de Víctor, quien para este momento tenía un gran bulto dentro de su pantalón, aquel hombre de 29 años, se sorprendió de lo que el pequeño hacía, pero su gran abstinencia lo hizo actuar de la siguiente manera.
Víctor bajo el efeto del alcohol, había desmontado de su caballo, rápidamente quito sus zapatos, el pantalón, la camisa y concluyo con el bóxer, caminó muy despacio hasta llegar cerca del niño, una vez ahí, se quedó quieto sin hacer ruido.
Estando cerca, Víctor tubo mejor visibilidad de lo que hacía, el pequeño intentaba meterse aquella piedra liza en su culito, entonces aquel adulto interrumpió diciendo ¿Qué haces Alberto?
El niño rápidamente arrojo la piedra, poniéndose de pie inmediatamente y nervioso respondió “nada, no estoy haciendo nada”
Víctor: ¿nada? “vi lo que estabas haciendo”
Alberto: “no estaba haciendo nada y ya tengo que irme”
Víctor: pero, ¿porque te vas? ¡quédate un ratito para que juguemos!
Alberto: “noooo” ¿Víctor me puedes dar mi ropa que está cerca de ti?
Víctor: “no te la voy a dar, si no te quedas a jugar conmigo” “ y le dire a tus papas lo que estabas haciendo”
Alberto: “nooooo, no le digas a mis papas” “se van a enojar mucho”
Víctor: “bueno, pues entonces te tienes que quedar a jugar conmigo”
Alberto: ¿y de que quieres jugar?
Víctor: ¡yo voy a jugar contigo y tú solo lo disfrutaras!
Alberto: ¿Cómo, no entiendo?
Víctor: ¡no entenderás, solo vas a disfrutarlo! ¡haber, deja que yo te acomode”
El pequeño no entendía a lo que él se refería, pero empezó a darse cuenta, que Víctor estaba completamente desnudo, lo vio de la cabeza a los pies, observo detenidamente aquel cuerpo masculino, el cual estaba tonificado por el fuerte trabajo que el desempeña; Alberto le gusto aquellos brazos que hacían juego con sus piernas fuertes y fue entonces, que clavo su mirada en la entrepierna de Víctor.
Quien se rascaba aquellas enormes bolas, dejando ver su gran verga totalmente dura, la cual empezaba a escupir precum; Víctor se acercó al pequeño y de inmediato lo acomodo en posición de perrito, aquella roca grande le favorecía mucho, pues la altura era perfecta para su entrepierna.
Una vez que Alberto estuvo en 4 patas, Víctor observo detenidamente aquel infantil trasero, el niño mostraba sus duras pero redonditas nalguitas y en el centro, estaba aquel culito color rosa, el cual estaba un poco enrojecido por la constante fricción con aquella piedra.
Alberto: ¿Qué me vas hacer?
Víctor: ¡tu nada más quédate quieto y disfruta!
Aquel hombre de 29 años, se colocó detrás de Alberto, luego escupió una fuerte cantidad de saliva, la cual fue a dar directamente en el culito del niño, Víctor sujeto su gruesa verga con la mano derecha y empezó a lubricar la punta, frotando con su saliva el culito de Alberto.
Alberto apretó el culito, por primera vez, estaba sintiendo algo diferente a sus dedos u otro objeto en su culito, lo sentía raro, pero rico, así que cerró los ojos y se fue relajando, disfrutando de aquella nueva sensación “rica para ambos”
Víctor empezó a puntear despacio y no perdía de vista aquel culito, el cual iba cediendo ante sus pequeñas embestidas, aquel hombre fue tolerante y muy persistente, por lo que poco a poco, aquel culito cedió el paso a la punta de aquella verga.
Alberto: ay, aaahhh
Alberto sintió una pequeña molestia, pero se quedó quieto tolerándola, pues en su interior algo le quemaba, sentía algo raro e inexplicable, todo lo que le estaba haciendo Víctor, era totalmente desconocido para él, pero en ningún momento todo esto le incomodaba, al contrario; lo estaba disfrutando como le había dicho Víctor.
Víctor: ¡aaahh que rico aprietas! ¿te gusta lo que te estoy haciendo?
Alberto: ¡aaahh, siiiii, se siente rico!
Víctor: ¡y aún falta lo mejor!
Aquel hombre estaba bajo el efecto del alcohol, por lo que no razonaba lo que estaba haciendo en ese momento, lo único que quería era satisfacer su necesidad como hombre y ahora que tenía esta oportunidad, no la desperdiciaría para nada.
Sujetando fuertemente con ambas manos la cintura del pequeño y sin previo aviso, Víctor empujo muy fuerte la cintura, haciendo que su verga se deslizara rápidamente en el interior del niño, quien dio un grito fuerte, reaccionando de la siguiente manera.
Alberto: “aaaaaayyyyy aaaayyyy” “sácala, que me duele” (tratando de quitarse)
Víctor: ¡shhhhh cállate” “shhhh tranquilo”
Alberto: “aaayyy, me duele” “ya no quiero, ya nooo” aaayyyy (llorando)
El niño sintió como algo se le desgarraba por dentro e intentaba quitarse, pero las manos de aquel hombre, lo tenían fuertemente sujetado por la cintura; Víctor sentía, como su verga era fuertemente apretada por aquel culito, el cual intentaba cerrarse para expulsar a ese invasor.
Víctor: “shhhh, ya cálmate” “si te sigues moviendo, más daño te haces”
Alberto: pero me duele mucho, ¡sácala por favor!
Víctor: “te la saco, pero quiero que me la chupes”
Alberto; ¡siiiii, yo te la chupo! “pero sácala porque me lastimas”
Víctor tomo la palabra del niño, poco a poco empezó a retirar su verga de aquel culito infantil, en cuanto retiro su verga, vio su miembro manchado con algo de sangre.
Ese hombre estaba excitado, pero vio la gravedad de aquel acto, por lo que de inmediato, bajo al niño de la roca y lo llevo al agua, lavo el culito de Alberto por un buen rato y cuando no vio rastros de sangre, le hizo vestirse, enviándolo a su casa.
Ese día, Alberto prometió no meterse nada en su culito, pero Víctor siguió insistiendo, él quería ser dueño de ese niño, quería moldearlo a su antojo y busco cada momento para llevar acabo su intención.
Víctor tenía cierta angustia, temía que Alberto se quejara por el daño que él le había hecho, así que dejo al destino que actuara por su cuenta; pronto hubo respuesta, el pequeño camino15 minutos en busca de Víctor y así continuaron sus encuentros ocasionales. Pero todo cambio, cuando Eduardo visitó por primera vez a David.
En la noche y ante la inmensa lluvia, Víctor vio que el pequeño Alberto, bajaba a la cocina, como todo depredador, analizo el terreno y al no haber ninguna amenaza, este se le lanzo nuevamente a su presa. Alberto se resistió un poco, pero al final termino aceptando, pues al tener aquel hombre muy cerca, le provocaba a caer en tentacion.
Al ser una noche lluviosa, “todos dormían” el lugar perfeto era la cocina, ahí nadie los interrumpiría y Víctor podría estar con Alberto.
Víctor: ¡sigue chupando, ya pronto acabo! pero si ya te cansaste, ¡puedes prestarme tu culito un ratito y así termino más rápido!
Alberto: “es que ahí me duele mucho cuando la metes y no me entra toda porque es muy grande”
Víctor: “pero te gusta cuando te la meto verdad”
Alberto: ¡si me gusta!
Víctor: ya vez, este tiempo solo te he metido la cabecita nada más, veras que pronto va entrar toda, así como se la meto a….
Alberto: ¿a quién se la metes toda?
Víctor: a nadie Alberto, una novia que tengo por ahí… jajajajaja
Alberto: está bien, te presto mi culito, pero me lo haces despacito y no me bayas hacer doler he…
Víctor: no te va a pasar nada, confía en mi… veras que vas a disfrutar mucho.
Víctor se bajó de la mesa, los pantalones cayeron al piso, hizo dar vuelta a Alberto y le dio un beso, el correspondió un poco torpe, pero Víctor lo guiaba, bajo sus manos hasta el pequeño trasero de Alberto y empezó a tocar esas redonditas nalgas.
Víctor Se detuvo e indico a Alberto que se subiera en la mesa, Alberto obedeció enseguida, se subió a la mesa poniéndose en cuatro, en posición de perrito; De un tirón bajo el pantalón del pijama de Alberto, dejando expuesto su hermoso trasero.
Tío Víctor dirigió su cara al trasero de Alberto, dio un beso a cada nalga y dirigió su lengua hacia su pequeño objetivo, sacando un pequeño gemido de placer a Alberto.
Alberto: aaaaahhhh
Víctor: ¿te gusta Albertito?
Alberto: ¡si me gusta mucho, cuando pasas tu lengua y la metes, se siente rico!
Víctor: “disfrútalo pequeño, yo nunca te hare daño, solo quiero que sientas rico y nada más”
Alberto: ¡cada vez que me haces esto me gusta mucho! ¡Siento muy rico en mi culito y me siento raro!
Víctor: ¡que rico culito tienes, me gusta su olor, su color rosa que tiene y lo estrecho que esta!
Víctor siguió lubricando con su saliva y dilatando con los dedos el pequeño agujerito de Alberto, mientras con la otra mano se masturbaba, cuando vio que era momento de dar el siguiente paso, se puso atrás de Alberto, lo sujeto con una mano por el estómago y lo coloco sobre la mesa, el vientre de Alberto quedo al borde de la mesa, con los pies separado, el pecho en la mesa y los brazos estirados.
Víctor: ¡ahora vas a disfrutar más pequeño!
Alberto: ¡despacio para que no me duela!
Víctor: “relájate y veras como ambos vamos a disfrutar, confía en mi” ¡disfrútalo bebe, ya voy entrar!
Fue ahí cuando Alberto cerro las manos y se mordió los labios, de seguro Víctor estaba abriendo paso a la gloria, tomando fuertemente la cintura de Alberto, vio como su poderosa arma de 21 centímetros, se abría paso en esa cueva húmeda, caliente y apretada.
Alberto: “aaayyyy me duele, sácala, me duele”
Víctor: “tranquilo, acaba de pasar la cabecita, es todo lo que te voy a meter”
Alberto: si, pero me duele…. Aaaayyyyy, aaayyyy (tratando de moverse)
Víctor: “ya bebe, ya pasara el dolor”
Víctor bajo su cabeza y empezó a besar su cuello, lamia sus orejas y le daba besos en la mejilla.
Alberto se relajó, dejo que su culito perdiera resistencia, Víctor al darse cuenta, empezó a mover su cintura circularmente, para no sacar la parte que había metido y en esos movimientos Alberto quejaba, pero estaba disfrutando.
Víctor: “voy a sacar la punta de mi pene y lo voy a volver a meter varias veces, aguanta por favor, veras que rico sientes y así yo acabo rápido, porque me gusta lo apretadito que estas”
Alberto: “pero lo haces despacito”
Víctor: ¡aaahhhh que rico, no voy a aguantar mucho!
Alberto: “aaaahhhhh”
Víctor: ¡que rico! ¿lo estás gozando bebe?
Alberto: mmmmm si, que rico… aaahhhh
Víctor: ¡prepárate bebe ya termino! Aaaahhhhhh
El acelero sus embestidas y tomando fuertemente la cintura de Alberto, tenso todo su cuerpo; dando una fuerte embestida, inundo el pequeño y estrecho culo de Alberto.
Alberto: aaayyyyy, sácamela, sácamela, me metiste más y me duele, sácala, sácala…. (Tratando de zafarse)
Víctor: no te muevas, te vas a lastimar, solo fue un poquito nada más….. “toca”
Alberto llevo su mano hacia atrás para tocar que tanto había entrado y se dio cuenta que había entrado más de lo que anteriormente le habían metido.
Víctor se apartó de él, le dio un beso y un pequeño golpe en la nalga, se limpió con unas servilletas de mesa, luego se subió el pantalón, tomo una servilleta y limpio el culito de Alberto, enseguida paso la lengua, sacando un pequeño gemido.
Alberto: aaaahhhhhh
Víctor: ¡te portaste bien! ¿lo disfrutaste bebe?
Alberto: ¡si Víctor, me gustó mucho más que las otras veces!
Víctor: ya vez, nunca te he lastimado y cuando te entre toda mi verga, te va a gustar más, pero recuerda “nunca le digas a nadie” y le dio un beso, para sellar la complicidad.
Alberto: si lo prometo, nunca diré nada…
Así había comenzado todo, Víctor le había relatado con todo detalle a su amigo pablo, quien al escuchar aquellas palabras, tenía un gran bulto en sus pantalones.
Víctor prometió que lo convencería, para que también se dejara coger por él, pablo quedo encantado por dicha proposición, deseaba probar un culito apretadito nuevamente, pero tenía que esperar a que Luisito regresara o la otra opción seria, esperar a que Víctor convencería al otro niño y entonces pregunto.
Pablo: ¿y quién es el otro niño?
El sonido de una camioneta interrumpió a Víctor, de ella bajo una hermosa mujer quien pregunto por él, enseguida le entrego un sobre y le notifico que debía de presentarse al juzgado en dicha fecha o de lo contrario, procederían con forme a la ley.
CONTINUARA……
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