En el rancho de mis abuelos II
Estaba dormido, recostado en la sala de la casa de mis abuelos cuando escuché que desde el pasillo Marcos me estaba gritando. Lo primero que se me vino a la mente fue lo que me había contado apenas ayer, desde entonces es algo que no podía sacar de mi cabeza, lo que pasó en el río con los demás chav.
En el rancho de mis abuelos II
- Eh webón, ¿quieres ir a bañarte al río?
Estaba dormido, recostado en la sala de la casa de mis abuelos cuando escuché que desde el pasillo Marcos me estaba gritando. Lo primero que se me vino a la mente fue lo que me había contado apenas ayer, desde entonces es algo que no podía sacar de mi cabeza, lo que pasó en el río con los demás chavales, no había querido volver a tocar el tema porque creí que eso le daba mucha pena, así que traté de olvidarlo.
Pero ahora él mismo era el que había ido a buscarme para proponérmelo.
- ¿Pero que no se supone que estás castigado?, le contesté medio dormido.
- Sí todavía, pero ni modo que no me bañe, nada más no puedo ir con los demás, pero a esta hora ya todos están en sus casas en la merienda así que no habrá nadie por allá.
- ¿No está muy fría el agua? Ya es muy tarde – le dije como haciéndome del rogar, aunque la verdad sí ya estaba casi oscureciendo.
- Bueno ¿quieres o no quieres ir? sino me voy yo solo…
- Vale, vale, no te molestes, sí te acompaño.
Por supuesto que quería acompañarlo, me encantaba la idea de ver desnudo a ese tipo, que como les había dicho antes, era bastante varonil con un cuerpo marcado por el trabajo en el campo. No importaba si no pasaba nada, porque según él era hetero, pero con verlo me conformaba.
Llegamos al río y nos empezamos a quitar la ropa, creí que se quedaría en bóxer pero no, se quitó todo y no pude evitar que mis ojos se quedaran viendo fijamente su verga, ¡qué webo por dios! Mucho más morena que el resto de su cuerpo, más bien negra y aunque estaba flácida le colgaba yo calculo como unos 17 o 18 centímetros ¡ahora estando dura!
Lo más raro es que él era lampiño de todo el cuerpo, por lo que en su piel bronceada y morena se percibía aún más brillante. Pero justo en su abdomen empezaba un caminito con vellosidad que conforme se acercaba a su vientre, se convertía en una mata abundante de pelos obscuros y rizados que marcaban aún más el tamaño de su miembro, el cual caía a todo lo largo.
Aunque todo el tronco de su reata era negro, tenía la cabeza descubierta, de un color rosa súper intenso y sobresalía bastante gruesa en comparación con el resto del tronco. Empecé a salivar mientras pensaba en la maravilla de cosas que les hacía a la viejas con esa vergota, no me enteré que él se había dado cuenta de que lo estaba viendo.
- Qué, ¿te gusta? Te la presto para unas chupadas si quieres ja ja- me dijo burlándose.
- Pendejo, y si digo que sí, ¿te dejas o qué?- le respondí, hasta después reaccioné que había sido muy directo.
- No sería la primera vez que le doy mi lechita a un cabrón, ja ja…
Me sorprendió su respuesta y me le quedé mirando con los ojos pelados y la boca abierta. Si era verdad lo que decía, entonces había alguna esperanza de que pudiera disfrutar de este macho, ¿sería hoy cuando esto pase? ¿Por eso su intensión de invitarme al río a bañarnos nosotros solos?
como continua
Quiero más me encanta ésto justo en la mejor parte me lo dejas parado