En el seminario
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando entre a la prepa me comenzó a llamarme la atención la vida del sacerdocio, pense que era mi vocación, como muchos decían; y comencé a informarme sobre los procesos de admisión al seminario, para que una vez acabada mi preparatoria pudiera ingresar a mi formación como futuro sacerdote.
Por fin llego el día, fue un 12 de agosto cuando se nos solicito llegar a la casa de formación, un lugar en medio de una comunidad de la cierra, alejado del todo rastro de civilización, un pueblo en el que apenas llegaba la electricidad y el teléfono de cabina.
Uno a uno fuero llegando los que serian mis compañeros, a cada uno de ellos los veía como a cualquier otra persona, como si fueran compañeros del salón de clases; pero hasta que llego Erick, un joven de 18 años, como yo; era alto y delgado, de tes algo blanca, cabello rubio y ojos verdes.
Al verlo algo llamo mi atención, me sentí atraído por aquel joven que esta desempacando sus cosas en el armario que le asignaron; sentía dentro de mi una gran excitación por él, pues siempre me gustaron las mujeres, incluso llegue a tener varias novias, aunque con ninguna me acoste.
Pero esta sensación era nueva, incluso se me llego a parar el pene de lo imnotisado que estaba por Erick, no sabia si era su cuerpo o sus nalgas tan simétricas que se podían apreciar, o el muy discreto bulto que se le formaba, en fin.
Ese día en la noche nos presentamos y compartimos, lo que creíamos que era nuestra motivación para estar ahí; nos fuimos a dormir en las camas que nos asignaron, y por desgracia mi cama estaba al otro lado del pasillo de donde se quedo Erick.
Al día siguiente, muy temprano, nos levantaron a bañarnos; pero para nuestra sorpresa el padre pidió que nos bañáramos de dos en dos, dejándonos únicamente la ropa interior, así que podía ver el cuerpo de todos; cuando entre a las regaderas pude ver a Erick con un bikini rojo, el cual, al estar mojado, marcaba de manera gloriosa sus contorneadas pompas y su culto se deslumbraba un poco más, eso su delgado cuerpo que tanto me excitaba; tuve que meterme rápido a la regadera con agua fría para que no se notara mi erección en mi calzón.
Se quedo tan marcada esa imagen que hasta el día de hoy me excito de solo recordar ese momento.
Después del baño, cada uno se arreglo, nos pidieron que fuera ropa de vestir; y al bajar veo a Erick con un pantalón negro, entubado, que le levantaba y le definía las nalgas perfectamente, era un sueño; porque ademas su pantalón era satinado, y eso aun más me excitaba; deseaba venirme dentro de esas nalgas tan firmes y redondas que se veían en el pantalón y que se deslumbraban en la regadera.
No aguante más y me fui a masturbar a los baños teniendo presente esa imagen en mi mente.
Saliendo, me dispuse a hablarle y buscar que fuera mi amigo, para después intentar cogérmelo en algún momento; y así fue me empece a llevar con el y a platicar anécdotas de nuestra prepa, así como de nuestras novias; cuando me confeso que también era virgen, que siempre le dio pena dar ese paso con su novia, incluso desnudarse frente a ella.
Por lo que me quede impactado y mas deseoso de probar aquel fruto prohibido, porque a pesar de que en los días posteriores ya usaba bóxers en la regadera, eran sus pantalones negros satinados los que me seguían excitando día tras día.
Pasaron varios meses, en los que seguimos hablando, y ya éramos amigos; pero un día no aguante mas y me decidí a hacerle frente y tocar esas nalgas que me volvían loco, a probarlas y meter mi pene en ese hoyo custodiado por esos dos pilares tan firmes y redondos.
Así que fui a los lavaderos, donde Erick estaba lavando su ropa interior; llegue y lo vi encorvado fregando sus bóxers en el lavadero, y su traer bien parado y contorneado por ese pantalón entallado.
Me acerque y comencé a sobar ese trasero que me enloqueció por mese, que me atrajo desde el primer día en las regaderas; Erick se empieza a poner nervioso y me voltea a ver con una cara de asombro y me dice -¿Qué estas haciendo Manuel?, eso no esta bien, somos hombres, no somos gays- lo mire fijamente y le respondí – sí, pero es que tus nalgas y tu cuerpo me tienen enviciado desde que te conocí-, me abalanzo a darle un beso, y aunque al principio no fue bien recibido, después se dejo llevar y me contesto el beso.
Dejando sus bóxers enjabonados en el lavadero, nos fuimos a un cuarto que estaba en los lavaderos a seguir besándonos, cuando le empiezo a desabotonar su camisa, mientras le ves el cuello y él solo cierra los ojos de excitación; voy bajando poco a poco hasta desabrochar aquel pantalón negro satinado, comienzo a bajarlo y veo, a través de su bóxer, que tiene el pene parado, por lo que sin pensarlo dos veces, bajo su bóxer y lentamente comienzo a introducir ese miembro en mi boca; Erick comienza a dar pequeños gemidos, para que no nos escucharan.
Y mientras chupo ese pene de 21cm, aprovecho para tocar esas nalgas que tanto tiempo me tuvieron enloquecido, paso una y otra vez mis manos por esos firmes glúteos hasta sentir su ano cerradito, ese ano virginal, cerrado y apretado.
Volteo a Erick, y le pido que se incline un poco; al momento que lo hace comienzo a lamer esos pliegues de su ano, lentamente, disfrutando esa nueva experiencia, y a Erick comienzan a salírsele varios gemidos; comienzo a introducir un dedo, pero aun su ano no se dilata lo suficiente, por lo que tengo que aplicar un poco de fuerza para que entre mi dedo, Erick solo da un suspiro pequeño, y yo siento en mi dedo la presión de su hoyo, que me vuelve loco.
Me incorporo, me bajo el pantalón junto con mi calzón, y mi pene sale disparado como un resorte doblado de lo excitado que ya estaba; me escupo en la mano y me unto la saliva en mi pene, me vuelvo a escupir y ahora se lo unto en su ano, cuando Erick da un giro y me dice – ¿Qué haces?, primero yo te penetro y después tu a mi, quiero saber que se siente penetrar a un hombre -, me quede estupefacto, pero era tanta mi calentura que accedí; le pregunte que en que posición y me respondió que en cuatro.
Me coloque en la posición esperando la embestida de Erick, de esos de esos 21cm de verga; cuando comience a sentir presión en mi ano y siento que entra la cabeza de su pene, ahogo el grito mas desgarran que había sentido en mi vida y le hago señas a Erick de que pare y le susurro – sácala, me duele mucho, siento que me parten a la mitad -, a lo que solamente con un susurro me responde – si me quieres coger te tienes que aguantar, porque a mi también me va a doler, recuerda que aun soy virgen también que tu, así que ya los dos desde hoy dejaremos de ser virgenes; tanto de atrás como de adelante, así que solo relajate-.
Erick empezó a meter más y más su pene en mi ano y comencé a sentir dolor, pero también empece a sentir placer, algo que jamas experimente cuando me masturbaba pensando en las nalgas de Erick por lo que comencé a gemir, de manera sutil, y comencé a pedirle más.
¿Quíeres más?, me pregunta Erick; a lo que le respondo que sí, que me encanta.
Y comienza a bombearme con mucha más velocidad y mi excitación comienza a ser mayor, cuando de repente siento dentro de mi algo muy caliente y Erick suelta un orgasmo fulminante, que mientras se le va bajando la erección, su pene va saliendo poco a poco de mi culo lleno del semen de Erik; por lo que comienzo a sentir como se ca escurriendo por mi pierna.
Me incorporo y le digo a Erick, que me toca y lo pongo en cuatro también; comienzo a darle un beso negro, como al principio, y vuelve a soltar varios gemidos…
Muy bueno tu relato estaré pendiente de la segunda parte.