En la casa de mi bisabuela… parte 1
inicia mis aventuras sexuales a los 9 años con los inquilinos de la casa de mi bisabuela..
Este es mi primer relatos de cómo fue que inicio mi vida sexual a los 9 años en casa de mi bisabuela, gracias a los inquilino que vivían allí.
Me llamo ángel, actualmente tengo 27 años, soy alto muy blanco y pelirrojo, de contextura delgada, y esto sucedió cuando tenía 9 años, lo único que cambia es la estatura porque igual era un niño pelirrojo blanco y delgado. Me fui a vivir a casa de mi bisabuela marta ya que mi madre a según “no me podía tener”. Resulta que mi madre me tuvo muy joven además mi padre se separó de ella y no se hizo cargo de sus hijos. Mi madre trabajaba y todo estaba bien hasta que se consiguió una nueva pareja, y esta, no nos quería a nosotros, así que yo me fui a vivir a casa de mi bisabuela y mis dos hermanos con una tía.
La verdad es que no me molestaba el hecho de vivir en casa de mi bisabuela, ya que ella me quería mucho me consentía en todo, y a diferencia de la carente vida que vivía con mi madre mi bisabuela siempre buscaba de cubrir todas mis necesidades a pesar de su avanzada edad.
La casa de mi bisabuela era enorme, solamente en el segundo piso había 13 cuartos, y abajo había varios locales que manejaba mi tío (hijo de mi bisabuela), su esposa e hija. Además había varios cuartos también en la parte de abajo.
Yo tenía mi propio cuarto al lado del de mis bisabuelos en la parte de arriba… luego de instalarme no tarde en hacerme amigo de una niña que llamare Ana.
Ana era hija de uno de los inquilinos de origen ecuatorianos, era ella (que tenía mi misma edad), su hermano un año menor que se llama Adrián, su papa miguel y su mama luisa.
Ya a la semana nos habíamos hecho muy amigos, además ya conocía a todas las personas que vivían en esa casa, honestamente no tenía mucha curiosidad por el sexo en ese entonces, hasta que un día Ana y yo entramos al club de videos de mi tío en la parte de abajo y empezamos a ver caratulas de películas porno, las cuales se las quitamos y Ana se las escondió dentro de su camisa y nos fuimos de allí.
La verdad es que todo había sido idea de Ana porque yo no entendía porque estábamos haciendo eso pero ella insistió, aunque me sentía muy mal por lo que hice, y estaba muy asustado, en el fondo la curiosidad me mataba.
Ya en mi cuarto nos disponemos a ver las caratulas, anteriormente ya había hablado de sexo con algunos amigos, pero ahora viendo estas escenas, definitivamente eran otro nivel, hasta que siento la mano de Ana tocándome la entre pierna.
Yo estaba muy nervioso pero me gustaba, mi pene ya estaba muy duro, y la verdad es que siempre he tenido un pene de tamaño considerable … ella me pide que me quite la ropa pero yo no quise, sin embargo insistió en que si lo hacía se iba a sentir muy rico cuando mi pene entrara en ella como en las imágenes que estábamos viendo, sin embargo tenia vergüenza y esto era algo nuevo así que solo se acostó encima de mí y empezamos a frotarnos nuestro cuerpo hasta que sentí un orgasmo… y como ya saben después de eso viene el arrepentimiento.
La corrí de mi cuarto y bote las caratulas porno en la basura, no entendía porque sentía que lo que habíamos hecho estaba mal. Pero al mismo tiempo siempre que me acordaba se me paraba el pene.
La empecé a evitar los días siguientes, jamás había hecho algo igual y sentía mucha culpa claro jamás imagine lo que vendría a continuación. Ya pasado algunos días la culpa se me fue yendo, además que me sentía muy solo en esa casa y ella era la única que en ese entonces estaba por ahí, así que la volví a buscar, sin intenciones de iniciar nuevamente el acto sexual.
Sin embargo fue inevitable llegar a ese tema
Ana: ¿alguna vez habías hecho lo que hicimos con alguien más?
Yo: no nunca ¿y tú?
Ana se calló inmediatamente y evadió el tema por completo, cuando su mama pasa por su lado y se despide de ella, pidiéndole que se porte bien y que obedezca a su padre mientras ella no está.
La mama de Ana trabajaba de interna en una casa de familia y duraba una semana entera fuera, por lo que Ana se quedaba sola con su papa.
Ese día trascurrió normal, hasta que llega el papa de Ana, miguel (un hombre bajo de estatura y algo panzón, trabajaba en una carnicería así que llegaba tarde). Nos ve jugando y le pregunta a Ana por su madre, a lo que esta le responde que ya se había ido, es allí, donde pude notar la sonrisa pícara y descarada de miguel hacia su hija, y le dice que ya era hora de irse a su cuarto que era tarde, la verdad apenas eran las 6 de la tarde pero Ana también sonrió y le dijo que si de una manera un poco extraña.
Para ese momento mi inocencia no se percataba de aquellas señales, yo me fui al anexo de mi bisabuela que estaba haciendo un dulce de guayaba y me puse a ver comiquitas.
Como a eso de las 8 de la noche, mi bisabuela saca un poquito de dulce y me pide que se lo lleve a mi amiga, ya que como éramos tan amigos, que le regalara un poco.
Yo accedí con un poco de fastidio ya que estaba viendo una de mis comiquitas favoritas.
Cuando voy a tocar la puerta del cuarto de Ana, escucho unos ruidos raros, era como si alguien se estuviera quejando y como era el último cuarto del pasillo había que estar cerca para escucharlos.
Me detuve un momento a escucharlos cuando me sorprende una voz que me deja petrificado.
..Niño ¿Qué haces allí?
Cuando volteo me doy cuenta que era el otro inquilino de al lado del cuarto de Ana, un hombre alto, negro de unos 40 años y delgado que se llamaba pedro.
Yo: venía a traerle un dulce que hizo mi bisabuela a Ana señor.
Respondí algo nervioso
Pedro: ahorita no creo que te atiendan, están ocupados.
Yo: ¿pasa algo? Alguien se está quejando allí adentro.
Pedro: jajajajaja te aseguro que no es de dolor ¿quieres ver?
No sé porque pero ante aquella pregunta me dio un cosquilleo en el estómago, era como si algo me estuviera advirtiendo de lo que se avecinaba.
Asentí con la cabeza y el camino hasta la puerta de cuarto y la abrió y luego me invito a pasar.
No entendía una mierda pero como todo niño curioso pase todavía con el dulce en la mano… el me quita el dulce que tenía en la mano lo coloca en una mesa y me pide que me siente.
Pedro: ¿así que note gusto lo que tú y Ana hicieron con la soportadas de las películas?
Ante esa pregunta quede petrificado, y al ver que yo no decía nada. Me acaricio la cara
Pedro: tranquilo Ana me conto, ¿se sintió rico cierto?-
Yo: si sentido rico, luego me sentí mal.
Pedro: suele pasar pero no tienes por qué sentirte mal, es algo natural entre las personas, no es malo.
Luego se volvió a acercar a mí.
Pedro: eres un niño muy lindo, por eso Ana no aguanto ¿quieres verla?
No dije nada, el solo se levantó y me invito al apartado donde tenía su cama, se subo a ella y luego quito una bandera que tenía puesta en la pared que dejó al descubierto una ventana hacia el cuarto de Ana.
¿Por qué eso estaba allí?
No entendía, así que me monte en la cama ero no llegaba a ver por mi estatura así que el me cargo, pegó totalmente su cuerpo al mío mientras mis ojos se abrían de par en par al ver esa escena.
Estaba Ana completamente desnuda en cuatro patas en la cama con el pene de su hermanito metido en la boca y su papa detrás de ella metiéndole el suyo de manera rápida mientras la nalgueaba.
En un momento el papa de Ana alzo su vista y al verme ahí se quedó helado, pero pedro le hizo como una señal de que continuara y este solo se hecho a reír. Y para regalarme una vista más perfecta de o que estaba sucediendo. Saco su pene, el cual ya pude ver con mayor claridad. No era grande pero si muy gordo y peludo.
Puso Ana boca arriba y abrió sus piernas dejando ver la vagina de Ana rojita y sin nada de vello púbico en todo su esplendor, y quita a su hijo de allí para que no me tapara la vista.
Luego pone su pene duro en la entrada de la vagina de Ana, y se la deja entrar de un solo golpe, a lo que Ana pega un grito, pero su cara no reflejaba dolor, en realidad le estaba gustando esto.
Yo empiezo a sentir algo muy duro presionando sobre mi espalda, además que la mano de pedro baja un poco en un inútil intento de tocar mi entre pierna.
Al no poder me baja a la cama, y dejo de ver la cogida que le estaba dando miguel a su hija.
Sin entender porque me bajo volteo cuando veo que viene con un banquito y supuse que fue que se cansó de cargarme, así que puso el banco encima de la cama y yo me monte a ver nuevamente a mi amiga siendo ensartada por su padre.
Yo tenía mi pene súper erecto, cuando veo que el papa de Ana acelera sus embestidas, Ana se doblaba de la excitación que le estaba dando su padre, cuando este empieza a gemir muy alto y saca su pene y deja caer unos chorros de leche en la entrada d la vagina perforada de su hija.
Esta escena fue increíblemente excitante ya yo me estaba tocando, cuando miguel me vuelve a ver y le sonríe a pedro que estaba detrás de mí.
Luego llama a su hijo y aun con Ana boca arriba con las piernas abiertas y vagina roja e hinchada por la cogida que le acaba de dar, le pide a su hijo que lama la leche de su padre directamente de la vagina de su hermana.
Esto era tan enfermo y excitante a la vez, que yo no para de tocarme.
Cuando adrián se inclina comerse la leche de su padre en la vaina de su hermana, su padre se agacha detrás de él y empieza a comerle el culo y este niño gemir de excitación.
Esto me saco un poco de onda, cuando siento una mano en mi culo y volteo y me encuentro con pedro, completamente desnudo con su enorme pene en la mano, masturbándose…
Continuara…
Esta es la primera parte de esta serie de relatos, para mas interacción, pueden escribirme al telegram @alraga1 o al instagran alejandr12345
Bravo! Buen relato y mejor historia. Sigue así que tiene buenos ingredientes. Felicitaciones
Buenísimo sigue sigue
Que rico! Y morboso!
Me gustó el relato. Por favor, contáctate conmigo a mi correo (E-Mail). Besos.
Muy buen relato. Leeré el siguiente.
Wouuuuuu que ruco, ya te envie somicitud en IG