En la playa con mis primos. Volumen 2
Jerry sigue explorando con sus primos, ahora va con los gemelos a probar cosas nuevas..
-¡AH! – Desperté con mi verga siendo engullida por Pablo. Álvaro no estaba en el cuarto y mi verga, completamente erecta, estaba desaparecida en la garganta de mi primo. Pablo jugaba con mis bolas, y era experto con sus dedos, sabía exactamente dónde tocarme, para darme placer.
-Estoy por terminaa – Dije mientras detenía por completo todas sus acciones. Ahí entendí qué era estar en el borde del orgasmo. Sentí todas las endorfinas en mi cabeza, mis músculos tensarse y mis oídos retumbar hasta que pasó, fue un orgasmo sin eyaculación. Y sin haber descansado ni un segundo, volvió a empezar con su mamada. Ahora más agresivo, más contundente. Empezó a jugar con mi entrada. La lamía, la tocaba suavemente con sus dedos. – ¡Pablo otra vez! – Pero esta vez no se detuvo, continuó hasta que lo inundé, 8 tragos de mi leche más líquida que de costumbre. Pablo no se sacó mi verga de la boca ni un segundo. Terminé y se tragó toda mi corrida.
-Fue para darte gracias por anoche, la pasé genial. – Dijo mientras se ponía de pie – Casi no te creo que sea tu primera mamada. La tomaste como un pro. – dijo, jugando con su verga que estaba apuntando al techo. – Bueno primo, alístate porque ya van a llegar los demás, y no querrás que te vean ese pedazo junto al mío, jajaja. – Se fue al baño para lavarse los dientes y arreglarse, pero yo seguía recuperándome de la experiencia que acababa de vivir.
Cuando recuperé el aliento, me sentía ligero, y con más claridad que nunca que, sí me gustaban los chicos. No fue solo un juego con Álvaro, también con Pablo lo había disfrutado. ¿Seré bi?, igual no urge. Mi desconexión de la realidad solo va comenzando y no tengo que pensar en mi rutina otra semana.
Me lavé la cara, los dientes, la verga y me puse bloqueador, un traje de baño, lentes oscuros, mi gorra de los 49ers y una playera sin mangas para bajar a desayunar, moría de hambre. Mis tíos habían hecho huevo revuelto con salchicha. Me serví y me senté con mis primos. Decidimos que hoy iríamos a la playa a ver si montábamos alguna ola y regresar después a la alberca.
-Hoy ya llegan Andy, Víctor, Santiago y Diego, ¿No? – Pregunté, sabiendo la respuesta. – deberíamos esperarlos para ver si los invitamos a la playa.
-Sí, los Esquivel llegan ya en cualquier momento, y Diego me imagino que estará aquí para la hora de la comida. – Dijo mi tía desde su habitación. Y en efecto, Andy y los gemelos llegaron.
Yo soy mayor que Víctor y Santiago por exactamente 15 días. Vamos en el mismo grado escolar y me dicen que me parezco mucho a ellos, pero yo no lo veo. Mis primos, aunque idénticos de cuerpo, son casi polos opuestos en cuanto a personalidad. Santi es fresa, ordenado, estructurado, siempre con un plan en la mano, nunca hay lugar para que las emociones le ganen, es bastante serio, pero con sus amigos cambia un poco, a lo que entiendo. Víctor es una bola de energía, nunca lo vas a ver sentado sin hacer nada, es un gran líbero (el que se avienta por los rescates) de volleyball, y es más alivianado. Físicamente Víctor es un poco más fornido, pero Santi también dedica tiempo al ejercicio. Suelen hacer competencias de vencidas porque ambos tienen bíceps enormes. Castaños ambos, y Santi tiene los ojos almendrados, mientras que Víctor verdosos. Tampoco son más altos que yo, pero ¿Quién está llevando la cuenta? (ellos). Tienen tez un poco más morena que yo pero la lucen de maravilla. No recuerdo haberlos visto en cueros. Estoy seguro que ha pasado en nuestra infancia, pero nunca hemos compartido cuarto en estas vacaciones anuales.
Andy es dos años mayor que yo. Se nota que sus hermanos lo tienen exhausto. Mi mamá me dice que muchas veces es él quien se encarga de que los otros dos cumplan sus deberes, salgan y tengan todo lo necesario para estar bien, porque los papás trabajan y viajan mucho. A Andrés le encanta leer, en estas vacaciones siempre lo vas a ver con su torre de libros al lado. Practica fútbol cuando tiene oportunidad, que no es tanta como él quisiera. Tiene las piernas más bien formadas que he visto en un hombre, De tronco superior podría tener más musculatura, pero no se ve mal sin playera, porque está cubierto de pecas. Es pelirrojo, y siempre tiene su cabello alborotado con grandes rizos. A veces tiene un humor medio negro, pero siempre puede encontrar la manera de hacerte reir.
Llegaron los tres disparados a su cuarto para acomodarse en las camas. Ese cuarto tiene dos camas matrimoniales, por lo que alguien va a dormir solo. y al parecer ese es el premio mayor. Bajaron con Andy pronunciado como el ganador, y por fin pudimos saludarnos. Les comentamos de nuestro plan de ir a la playa, por lo que se cambiaron rápidamente y se nos unieron.
La playa estaba muy cerca de la casa, teníamos cerca de 800 metros de costa, y nos gustaba caminarla toda para decidir en dónde se terminaba el terreno. Reencontrarme con estos primos fue más sencillo que otras veces. Al parecer el entrar a la preparatoria ayuda a que alguien consiga madurar un poco.
-¿Y qué cuentas Victor? ¿Cómo te ha ido en la prepa? – Le pregunté en un momento que nos quedamos atrás platicando – ¿Ya decidiste qué vas a estudiar?
-Pues, todo bien, vamos tranquilo – Respondió desganado – Aún con la situación que anda provocando mi mamá.
-Ah, sí, mi tía comentó algo, pero no sé a qué se refiera. – Dije curioso.
-Oh, entonces en serio no se enteró nadie, qué va. – Claramente estaba molesto, y no iba a preguntar más pero continuó – Le dije a mi mamá que soy gay, y no lo tomó a bien. – En ese momento me quedé mudo, pero tenía tantas preguntas que quería hacerle. Tal vez era mi oportunidad de aclarar mis sentimientos, pero – y pensé que ya estábamos mejor, pero ya vi porqué: sólo pretendió que no había pasado nada. Bah. En fin, ¿Me dices si te causa problema?
-¡NO! – Exclamé rápidamente, lo que causó extrañeza en Víctor – Digo, por mi está bien, quien te guste o no, no te preocupes por eso.
-Gracias bro, que chido que entiendas. – Me dijo mientras me daba un abrazo. Fui recíproco, y lo apreté mucho tiempo. – ¿Nos reunimos con los demás? – dijo rompiendo el abrazo y caminando hacia el resto. Espero poder retomar esa conversación después.
-¡Jerry! Ahí están, pensé que tendría que regresar a buscarlos – Dijo Andy, aliviado
-Jajaja, tú sabes que aquí no nos puede pasar nada, intenta disfrutar tus vacaciones – Le respondí para no tener que dar explicaciones.
-Sí, tienes razón, jajaja, iré a leer un libro de una vez, ya me cansé del sol.
-Yo también te acompaño hermano – dijo Víctor – me falta volver a ponerme bloqueador.
-Ah pues, los acompaño. Santi: ¿Te encargo a los enanos? – pregunté viendo una oportunidad de continuar la plática con Víctor. Santi solo me mostró un pulgar hacia arriba, y nos fuimos.
En el cuarto de los hermanos pude ver una cama cubierta de libros y otra con las dos maletas encimadas.Víctor comenzó a buscar en su maleta su bloqueador solar, y Andy solo se aventó a la cama a leer el primer libro que se le cruzara.
-Aquí está, Andy, ¿Me pones en la espalda? – preguntó Víctor mientras dejaba a la vista su fornido pecho y abdomen.
-Ay, aquí está Jerry, no está haciendo nada dile a él. – Andy no despegaba los ojos de su libro.
-Sí Víc, yo puedo – dijeron mis hormonas. No iba a desaprovechar la oportunidad de masajear esa amplia espalda y bíceps.
-Bueno, pero vamos a tu cuarto que aquí vamos a incomodar al rey Andrés XI. – dijo Vic mientras salíamos del cuarto de los hermanos.
Nos fuimos a mi cuarto y antes de que pudiera decir nada Víctor preguntó – ¿Seguro no estás incómodo? Todo bien si necesitas tiempo para ajustarte a lo que te dije hace rato. Sé que puede ser sorpresivo para ustedes que me conocen desde siempre.
-No, no es eso jaja. Andale ya quítate la playera y échate en la cama – Dije mientras le quitaba el bloqueador de las manos. – Solo es que sentí que nuestra conversación terminó muy repentina y quería seguir platicando contigo. – Víctor se quitó la playera, mostrándome sus trabajados hombros que eran más anchos que su cintura. Se dio una vuelta aventando la playera a un costado de la cama y se acostó boca abajo justo a la mitad del colchón Queen size. Le pude haber dicho que se acercara más a la orilla, pero esto era una excusa para poder ponerme encima de él y no la iba a desaprovechar.
-Oh, ¿En serio? La verdad es que después del abrazo, sentí que no había mucho más que decir – pausó un momento – A menos de que tú tengas algo que compartirme también, Jerry. – Dijo esto justo cuando coloqué mis rodillas de cada lado de su cadera. Solo había dos pedazos de tela entre mi paquete, que estaba en proceso de despertar, y ese trasero extremadamente bien trabajado y musculoso que tenia Vic.
-No lo sé, eran más como preguntas. ¿Cómo supiste que te gustaban los chicos? ¿Dirías que eres bi? – pregunté mientras le ponía bloqueador en la espalda alta, la escena no estaba ayudando a contener mi erección, pero estaba haciendo lo que podía, y no tocarlo con mi miembro. – Digo, si no te molesta contestar.
-Jajaja, no todo bien. Pues la verdad es que no sé que contestarte, es algo que solo sabes. Cuando veo a un chavo guapo, más alto que yo, con abdomen marcado, me siento feliz, mi cuerpo despierta. Y no es algo que me pase con las chavas. Así que no soy bi, soy gay. – Respondió acomodando sus brazos a los lados de mis piernas.
-Ah ya, gracias por contestar. Entonces me imagino que ya has probado estar con un chico antes. – Dije, subiendo el tono de la conversación y sin dejar de masajear su espalda, ya no era necesario, pero necesitaba que no se diera la vuelta. Mis manos ya iban por la espalda baja, pero sentí que era mi única oportunidad para hablar con él.
-Jajaja sí, pero no te voy a aburrir con eso, igual ya acabaste, y solo estaba disfrutando del masaje. ¿Me dejas voltearme para que me pongas en el pecho también? – Lo dijo, claramente con tono burlón. Antes de que pudiera contestar se dio la vuelta, teniendo en primer plano una carpa en mi traje de baño y mi cara completamente roja.
-Órale primo, sé que estoy guapo pero cuidado con eso, que me sacas un ojo. – Dijo riéndose.
-Disculpa, es que toda la situación y las preguntas, tú sabes que no controlamos ahí.
-Entiendo, pero pues creo que tus preguntas vienen de un lugar de curiosidad y tal vez deberías hacer algo al respecto para saciarla. – Dijo mientras empujaba su entrepierna en mi culo. Sentí lo duro que estaba también y me congelé porque no sabía si era una broma o iba en serio.
Víctor se sentó saliendo del arco de mis piernas, y puso sus manos en el borde de mi traje de baño. Sólo me volteaba a ver, esperando a mis reacciones e intentando leerme. Solo se detuvo y dijo murmurando – Creo que estamos ambos esperando. Dame una señal, lo que tú consideres como buena señal, para hacer algo.
Yo estaba muy caliente. no había forma de esconderlo. La conversación tendrá que esperar, así que decidí quitarme la remera, dejando a la vista mis abdominales y mi lampiño pecho. No le tomó ni un segundo a Victor entender que esa fue la señal, y se aventó a comerme el abdomen a besos. Seguía con sus manos en mi traje de baño, pero sin bajarlo. Lo empujé de los hombros para que volviera a acostarse en la cama. Lo seguí para quedar completamente encima de él, donde nos fundimos en un beso. Fue agresivo, pasional y extremadamente erótico. Podía sentir cada parte de él chocando conmigo. Yo lo mordía, le metía la lengua hasta la garganta, y no lo dejaba escapar. Con sus manos empezó a recorrer mi abdomen, hasta bajar y deshacerse de nuestros trajes de baño. Tomé un segundo para apreciar la vista.
Tenía a un chavo fornido, con un mástil apuntando hacia mi completamente a mi merced. Víctor era la experiencia con más agresividad que había tenido, pero estaba disfrutando lo rudo. No me dejaba separarme de él, intentaba tomar un espacio y me amarraba con sus piernas para llenarlo. Utilizó el impulso de sus piernas en una embestida para ponerme a mi boca arriba en la cama con él encima. Víctor es increíblemente guapo, y me estaba dando un espectáculo digno de admirarse. No dejábamos de hacer contacto visual, y sentía como mi verga chocaba con su fuerte trasero. Agarró mi verga con una de sus manos mientras bajaba a darme un beso en los labios.
-Jerry, espero que esto te ayude a aclarar cosas. – Dijo mientras se metía mi verga con expertiz a su boca. Me hizo gemir ahogadamente con cada succión. Jugó con mis huevos y con mis piernas para darme placer. Estaba dejando cada rincón de mi paquete completamente empapado de su saliva. – ¿Cómo vas? – preguntó mientras volvía a ponerse encima de mi, dejando la mamada un momento.
-Estoy en el cielo. – dije, entre jadeos. – No sé cuánto más aguantaré.
-Pues espero que al menos un poco porque – y al decir eso tomó mi verga escurriendo de su saliva y la puso en la entrada de su culo. No me dio tiempo de reaccionar a lo que estaba pasando cuando.
-Ah! – Entró completa de un sentón. Me levanté de la sensación y lo abracé para contener el placer. Cuando me tranquilicé un poco lo volteé a ver a los ojos y me dio un beso mientras empezaba a bombear mi verga. Nunca había sentido algo similar. La cabeza de mi pene exploraba cada rincón de Víctor, y me llenaba de sensaciones únicas. Me apretaba cada vez que subía y la soltaba con la entrada. Mis centros de placer estaban sobrecargados y sabía que iba a terminar pronto.
-Vic! Voy a a a – No podía la oración, pero el mensaje se transmitió completo. Cada vez que intentaba tomar el control, me volvía a posicionar para que no tuviera autonomía en mis movimientos. No pude contenerme mucho, Víctor continuó su labor hasta que comencé a disparar. 6, 7, 8. 9 disparos, todos adentro del gemelo. Él se prendió tanto que me disparó su leche 4 veces en mi pecho y cara, cayendo rendido sobre mi. Mi verga aún seguía dentro de él. Mi cabeza estaba hipersensible, y con cualquier movimiento de Vic me retorcía de placer. La saqué con cuidado, aún con una media erección.
-De nada – me dice recostándose, con una gran sonrisa. – Creo que en realidad no tienes nada que confirmar. Bienvenido al lado oscuro. Somos chidos. – Me dijo, haciéndome reír.
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-Gracias Vic, fuera de mis preguntas o nada más, esta es una experiencia que me da gusto que la haya tenido por primera vez contigo – dije sinceramente. – Y que no se te hiciera raro.
-Jajaja, somos de la edad Jerry, la hormona nos gana, y está bien. – Dijo, todavía encima de mi jugando con mis abdominales.
-Cuando estabas describiendo tu sexualidad, que te gustan más altos que tú, abdominales, ¿Hablabas de mi?
-No necesariamente, pero definitivamente era una indirecta. Sentí como tu amigo crecía en el traje de baño. – dijo mientras tomaba mi paquete con su mano – Estuvo duro, tuvimos una dinámica un poco agresiva, ¿Todo bien?
-Sí, la verdad es que solo me dejé llevar, y como que para allá íbamos. – dije sonriendo.
-Bueno, pues avísame si quieres explorar más. – Me dijo tronándome un beso en los labios. – Tenemos toda una semana e infinidad de cosas por probar. Solo no le digas a mis hermanos, jajaja.
-Jajaja, ¿Son homofóbicos? – pregunté extrañado.
-Qué va, claro que no, la verdad es que si le dices a Santi me veré obligado a compartir, y no sé si ese plan es mi favorito para estas vacaciones.
-Oh, ¿También le van los chicos?
-Pues si le preguntas, va a decirte que no, pero también dirá que cualquier hoyo es trinchera. – dijo Victor mientras reía. – Pero por lo que hemos hecho, tengo mis dudas.
-Pues, qué mal, por que si un chico me prendió, ve lo que me hizo platicar de dos chicos. – Tomé su mano y la llevé a mi verga que comenzaba a tomar tamaño otra vez.
-Jajaja, tranquilo tigre. Ya es hora de comer, deberíamos bajar antes de que se extrañen de que andamos desaparecidos – me dio un último beso y nos limpiamos para bajar. Me puse una playera y un short. Nunca me había corrido tanto en tan poco tiempo. Sentía mis bolas inflamadas, y por primera vez en la vida siento que no se me iba a poder parar en el resto del día.
Llegó al fin Diego. Iba con una playera de compresión sin mangas, que dejaba ver la mitad de su pecho, y se le marcaban todos los abdominales. Llegó tomándose un video-selfie en el espejo para subirla a su historia de Instagram, le decía a sus fans que iba a estar con su familia y terminó el video abrazándome. Después saludó al resto de las personas.
-¡Jerry! Cuánto tiempo sin verte, ¿Cómo has estado? Más grande que nunca. – Dijo mientras ponía sus manos en mis bíceps, sintiéndolos – me gusta la forma que tienen tus brazos, ¡Le has metido duro al gym de seguro!
-Jajaja, no tanto la verdad, sigo en natación. – dije apenado.
-Gran deporte, entrenamiento completo para todos los músculos, campeón. – Una notificación lo interrumpió y se fue a su cuarto a dejar sus cosas.
Bajé con el resto de los primos al sótano, donde jugamos retas de Smash Bros. Andy estaba presente pero más enfocado en su libro que en otra cosa. No diría que soy malo en Smash, pero mi primo Pablo es insuperable. Siempre va unos 10 pasos adelante de ti, es raro poder ganarle aún cuando somos tantos. Víctor estaba sentado junto a mi, y utilizaba cualquier excusa para que nos encimáramos. Me cruzó como 5 veces para tomar el control de la televisión, dándome un vistazo de su culo y espalda con cada una. En una se bajó su pantalón para que notara que no traía ropa interior. Me estaba calentando, y aunque mi amiguito no estaba despertando, ya estaban pasando miles de ideas en mi cabeza de qué me gustaría hacer con Víctor.
Me llegó una notificación de Diego: «Ey primo, puedes subir a mi cuarto rápido por fa?». Me extrañé, y fui a verlo. Había estado todo el día en su cuarto. Lo que tengo en común con Diego es que ambos somos hijos únicos, entonces solemos hablarnos cuando necesitamos cosas de «hermanos».
-¿Todo bien? Jajaja, podías bajar – dije
-Sí, pero quería platicar a solas contigo, y abajo están el resto de los primos y la familia – me dijo mientras hacía unas lagartijas. – ¿Ves que saliste en mi video cuando llegué a la casa? – asentí – mis fans están diciendo que estás guapo y que si puedo pasar tus redes. ¿Te interesa?
Me reí y dije – Creo que soy muy joven para que me lances al estrellato.
-Jajaja, está bien Jerry, entonces al menos hay que tomarnos una foto para que le ponga #CousinGoals. Sácate esa playera y posa conmigo. – Me estaba muriendo de risa, pero al final sí logró sacarme la remera y que posara con él. Sacó una bolsa de su maleta donde traía un montón de aceites. Eligió uno y empezó a embarrarme el pecho y los brazos con él. Ayudó mucho para que me viera más musculoso de lo que estaba. Diego tomó sus fotos y me dijo que ya me podía ir. Saliendo del cuarto, me llegó una notificación: sí me etiquetó. Hora de poner mi Instagram privado.
Me di cuenta que en cuanto salí del cuarto estaba increíblemente excitado. Mi miembro no cabía en mi pantalón, y es muy raro porque también me sentía cansado. Volví para preguntarle a mi primo.
-¿Primo, qué está pasando? Me siento muy… viril. – dije apuntando hacia mi pantalón.
-Sí, lo siento, mira – dijo apuntando a su enorme bulto solo cubierto por unos boxers Calvin Klein blancos. Sumado eso al aceite, no había lugar a la imaginación. Mi primo tenía una verga de actor de OnlyFans. Ancha, cabezona, y con la cabeza rosita. – me equivoqué de botella, usé un aceite lubricante.
-Oh, y ¿Porqué tienes esto en tu equipaje! – dije extrañado.
-Por si tengo que hacer algún pedido de mi Only – dijo con naturaleza.
-Ah, o sea sí eres estrella porno- dije impresionado.
-¿Sorpresa? – dijo mientras se quitaba el boxer. – Primo, la verdad es que no se te va a bajar hasta que hagas algo al respecto, así que te invito a pasar a tu cuarto y que resuelvas, haré lo mismo yo. – Empezó a jalársela ante mi como si no estuviera presente. No dejé pasar la oportunidad de observar a Diego, sí que parecía super modelo. No tendría más de 6% de grasa corporal, cada músculo de su cuerpo resaltaba y relucía como una escultura griega. Su verga era grande, venosa y con una gran cabeza para darle una forma merecedora de actor porno. Me imaginé cómo se sentiría tenerla en mi boca, y sus grandes y sueltas bolas pegándome en la barbilla. Su escroto era tan elástico que sus bolas descansaban en su cama, y se movían al ritmo de la masturbación.
-Ja. Ja, muchas gracias. – Salí, sabiendo que si me quedaba un segundo más hubiera perdido el control, y no sabía si mi primo lo hubiera apreciado, pero en el pasillo veo a Víctor que se dirige hacia su cuarto, ¿Qué mejor que aprovechar con el mejor polvo de mi vida?
-¡Hey primo! Es hora, ¡Ven! – Aún todo aceitado y sin camisa lo tomé de la mano antes de que me contestara y nos metimos a su cuarto. Cerramos la puerta y lo aprisioné contra ella. Mis brazos lo encerraban, pero él solo me sonrió pícaramente y nada más me preguntó:
-Jerry, ¿Qué te picó? ¿Porqué estás todo engrasado? – mientras recorría mi cuerpo con sus manos.
En vez de contestarle, lo besé. Fue un beso agresivo y desesperado. Mi primo lo contestó inmediatamente. Se quitó la camisa y se puso en cuclillas para bajarme mi pantalón de un solo tirón. Ya no me hizo más preguntas, pero se quedó apreciando mi gruesa verga desde su perspectiva. Le di un golpecito con mi miembro en el cachete, que me respondió poniéndose de pie y quitándose su propio pantalón. Estábamos desnudos, excitados y calientes en frente del otro. Su verga me volvía loco, larga y fina como un lápiz, no se le notaban las venas, y la cabeza sería del mismo ancho que el resto. Recordé cómo rebotaba en mi abdomen como cuando me cabalgó hace unas horas. Tomó ambas vergas con su mano y las empezó a restregar cada una. Me derretía en placer, y sentía que mis rodillas cedían ante su nueva maniobra. Le di un beso que me contestó mordiéndolas mi labio inferior, no estábamos desperdiciando ni un segundo de nuestro tiempo juntos. Lo agarré de la verga y lo jalé a la cama para acostarnos. Nos volvimos a besar por un largo tiempo, en esta ocasión yo estaba recostado y él encima de mi. Sentí que esta vez entendía mejor su estilo de besos, mucho más compatibles conmigo que la primera vez. Mi primo no hablaba, solo miraba y tocaba enbobado cada rincón de mi cuerpo como si fuera la primera vez que me tenía a su disposición. Me comió un pezón mientras usaba sus dedos para jugar con el otro. Sentí que iba a explotar ahí mismo, después de un momento, cambió para saborear el otro. Bajó lamiendo todos mis abdominales, sentía todo mi tronco húmedo y caliente. Me dio besos húmedos en el pubis haciéndome retorcerme de placer. Cada vez que veía su cara, estaba completamente embriagado de placer. Levantó mis piernas mientras seguía con su misión. Sentí que besó cada uno de mis vellos púbicos, jugó con mis bolas por muchísimo tiempo, se las comía, las succionaba, y con cada succión, mis piernas temblaban, y me era más difícil contener los gemidos. Bajó al perineo, donde otra esta vez con su lengua llegó hasta la entrada de mi ano, y la presionó ahí.
Me llenó un mar de sensaciones nuevas y sentí como mi verga empezaba a soltar leche sobre mi abdomen. No era tan espesa como suelo sacarla, pero aún así fue muy abundante. Había tenido un orgasmo sin siquiera haberme tocado la verga, me sentía en otro plano astral. Mi primo se percató, y sonrió con gusto. Empezó a recoger mis fluidos con su lengua, llevándolos a la entrada de mi culo con gran maestría. Mi erección no se bajaba, sentía que podría seguir toda la noche y Vic me estaba dando demasiado placer. Estaba explorando con su lengua mi ano, y sentía cómo se adentraba en mi, sin causarme ninguna incomodidad, era un sentimiento de completo placer. En ese momento sentí como se lleva mis piernas a sus hombros. Yo estaba en el borde de la cama disfrutando lo húmedo que estaba mi agujero, me tomó unos segundos salir del trance sensorial en el que estaba pero sentí algo caliente y rígido en la entrada de mi ano. Mi primo me miró directamente a los ojos esperando a mi reacción, y es cuando yo le presté atención, y me percaté: Eran ijos almendrados. Este no es Victor, era su gemelo, Santiago. No tuve tiempo de procesar cuando de una embestida sentí toda la virilidad de Santi dentro de mi.
Santi se quedó inmóvil un momento mientras espera mi reacción, pero hizo un gran trabajo de dilatación, no sentí nada de dolor. Aprecié cómo es tener un miembro dentro de mi. Era la primera vez que me sentía así, a la merced de otra persona, me sentía completamente seguro con él, y sabía que estaba viendo por mi placer antes que el suyo. Hice lo posible por no apretar para que no me vaya a doler, pero es una sensación nueva y no estoy sabiendo controlarla. Mi primo dobla su tronco aún sin mover su miembro, parece un contorsionista, y logra meterse mi verga erecta en la boca. Me está dando un oral mientras me penetra. Otra vez me está ganando una sobrecarga sensorial, pero el placer que está recibiendo mi pene ayuda a relajar mi ano, y Santi decide empezar el movimiento de bombeo. La verga de Santiago es mas gruesa que la mía, siento cada vena de su pene rosando con las paredes de mi ano. Se nota que tiene experiencia. Mi primo cambió de posición aventándose encima mío para besarme sin necesidad de sacarlo. Cada vez que me bombea me siento más cerca del orgasmo, y no se como explicarlo, es una sensación completamente nueva. Mi primo no para de comerme los labios, mientras que acelera la cogida. Con cada estocada me siento más cerca de él, como si nos fundiéramos y fuéramos un solo ser.
Siento el orgasmo llenar mi cuerpo y empiezo a gemir. Mi culo se está contrayendo y con cada movimiento puedo imprimir la verga de mi primo, y Santi no se puede contener. Santi me gruñe en el oído mientras me llena de su elixir mi entrada. 4 disparos de semen que ahora están en mi intestino. Estoy en una nube, nunca había tenido un orgasmo tan poderoso como el que acababa de sentir, pero mi verga no se había deslechado, y seguía erguida como asta de bandera. Estaba aturdido, híper sensible y ahogado en placer, no tenía la habilidad de procesar el tiempo, cada segundo que pasaba, era más como una eternidad. No me asustaba, me sentía completamente protegido por el gemelo. Santi, aún encima de mi, observa mi cuerpo con detenimiento, cuando nota la dureza de mi miembro y una falta de eyaculación mía. En un rápido movimiento, se puso en cuclillas sobre mi y se sentó en mi miembro, enguyéndolo completamente en su ano. Todavía no termino de procesar mi último orgasmo cuando una nueva oleada de placer me está dominando. Gemí fuerte, gruñí de placer, no me importaba si toda la casa se enteraba, y mi primo sin detener el contacto visual, igualó mis sonidos. Santi me cabalga cada vez más rápido, completamente en control del ritmo, yo segu´â sintiéndome completamente a su merced. No pasó mucho cuando comencé a doblegarme de placer, y justo cuando estaba por terminar, en otro ágil movimiento sacó mi palo de su entrada, se hincó ante mi y lo metió hasta el fondo de su garganta. No tuvo que bombearme ni una vez para que 10 trallazos de leche dieran en su interior, mis bolas contraídas me dolían, quedándome claro que estaban completamente vacías. Finalmente sentí como empezaba a bajarse mi erección, y con eso me llegó un poco de claridad mental. Santi tragó cada gota, como si fuera agua, y se acostó sobre mi cuerpo, duramos en silencio, encimados y sudados, por más de 20 minutos, me sentía uno con mi primo. Cuando al recuperé la respiración, formé una oración para romper el silencio que se había formado.
-Santi, lo siento no sé qué me pasó. – dije completamente apenado.
-¿Porqué lo sientes? Eso estuvo super hot. – me respondió sentándose a mi lado. Ambos nos pusimos nuestros shorts para continuar la conversación – Me sorprendió al inicio lo aventado que fuiste pero, ya todo tiene sentido. – lo miré sabiendo que ya había entendido todo – Hace rato que viniste con mi hermano de seguro cogieron, y ahorita querías la segunda parte.
-Por eso estoy apenado – dije mientras me ponía mi short – pero en completa honestidad, me la pasé increíble contigo. Descubriste áreas mías que me hicieron revolucionarme de placer y sigo pensando en eso. Me sentí como si nos conociéramos de toda una vida. – Le di un beso en el hombro.
-Me alegra que la pasaras bien, y pues, sí nos conocemos de toda una vida, quizás no sexualmente, pero yo también creo que fue un polvo increíble. Espero me lo repitas pronto. – dijo mientras metía su mano abajo de mi short y tomaba uno de mis huevos. Tuve un pequeño espasmo, la verdad es que necesitaba que ese deseo suyo se convirtiera en realidad. Mi aparato me pedía un descanso, y vaya que lo merecía. Le planté un beso a Santi, mientras el se preparaba para ir al baño. Desapareció de mi vista y me fui a mi cuarto.
Caminaba derrotado, y cuando entré, me topé con un Álvaro sin ropa, su verga flácida, descachada y blanca me llamaba como de costumbre, escuché el agua de la regadera corriendo, estaba preparándose para tomar un baño.
-¿Un bañito rápido? – Me dijo con ganas de socializar. Me imaginé que querría jugar como el día anterior, y aunque no sé si podría, entendí que no le iba a decir que no a Álvaro. Lo que me pidiera, siempre lo haría por él.
-Sale pues, igual me urge uno – Álvaro sonrío a mi respuesta, y noté como comenzó a ponerse morcillona su verga. Sentó la corrida de Santi todavía dentro de mi, y fue como una corriente de aire poniéndome los pelos de punta mientras me volvía a retirar mi short. Aprovecharé el baño con mi primo para limpiarme, y platicar con mi cómplice de aventuras. Decidí que le contaría mi día a Álvaro, por lo que hemos vivido, me imagino que su curiosidad va a verse intrigada, y creo que va a disfrutar escucharme hablando de esto.
Llegando a la regadera, me di cuenta que mi primo estaba duro. Sus intenciones claramente eran seguir experimentando. Su verga estaba apuntando hacia arriba, y su sonrisa no me dejaba la menor duda. Estaba con la espalda apoyada en la pared, con el chorro de agua chocando en su tableta abdominal. Mi pene seguía dormido y mis bolas vacías, pero entré a la regadera, le di una palmadita en su paquete y empecé a enjabonar el hermoso pecho de mi primo.
-Te voy a contar qué hice el día de hoy…
Hola amigos! Pueden leer el resto de mi saga completamente gratis en patreon.com/JerryEscribe , así como otras que he ido escribiendo a lo largo del mes. Espero leerlos por allá! Saludos.
gran ralto con ganas de leer la siguiente parte
Como sigue?
Excelente relato, como sigue?
Que gran relato, asi si da gusto masturbarse. Estoy deseando seguir leyendo mas.