En la universidad ahora tengo fama de gay, por no decir que de maricón, y qué.
Un estudiante universitario, comienza a tener sexo gay para hacerse popular..
En la universidad ahora tengo fama de gay, por no decir que de maricón, y qué.
Llevaba un año en la universidad, y nadie se acordaba de mi nombre nunca, ni si yo estaba en su salón, o no.
En otras palabras, era como un cerro a la izquierda, y cuando se lo comenté a mi compañero de cuarto, se me quedó viendo de pies a cabeza, y directamente me preguntó “¿Con cuántos chicas te has acostado, desde que llegaste a la universidad?”
Bien serio le dije que, con ninguna, ya que la verdad las chicas no me llaman la atención, fue cuando de inmediato me preguntó “¿Con cuántos chicos te has acostado, desde que llegaste a la universidad?”
Mucho más relajado le respondí que con ninguno, porque no se me había presentado la oportunidad, él riendo, me dijo. “Ahí tienes la razón por la cual nadie se acuerda de ti.” y sin decir más entró al baño.
Yo me quedé boquiabierto, no podía creer que, si no me acostaba con nadie, jamás llegaría a ser popular.
Tras mucho pensarlo, cuando él salió del baño, le pregunté. “Y tú lo has hecho.” Y su respuesta fue. “Casi todos los días, ya sea con chicos o con chicas.” Y dejándome con la palabra en la boca, se marchó a clases.
Yo no podía creerlo, tan solo me bastaba abrir mis nalgas, y sería una chico popular, no es que eso fuera todo para mí, pero el vivir sin que nadie te hable es bastante triste, y no me quería sentir así.
Por lo que tras mucho esfuerzo, invité a dos de mis compañeros de clases a estudiar en el apartamento, con la plena seguridad de que mi compañero de habitación no regresaría, por lo menos hasta la madrugada, y si lo hacía por lo general llega bien borracho.
A los pocos minutos de que los dos llegaron, por su manera de mirarme, y de hablarme, supe que venían con la precisa idea de solo estudiar, por lo que yo me hice el pendejo.
Al principio me quejé de que sentía mucho calor, y sin comentar más nada me quité la camisa que estaba usando, quedando desnudo de la cintura para arriba, con mi torso al aire.
A los pocos minutos me volví a quejar de que sentía mucho calor, y uno de mis compañeros de estudio, me dijo que si era por ellos no me preocupase.
Por lo que apenas pude me quité los pantalones largos que cargaba puestos, quedándome con mi pequeño interior que parece más un panti de chica.
De eso a que al poco rato me quejase de que tenía un ligero dolor en la cintura, que el otro se ofreció a darme un masaje.
Durante el masaje de la cintura comencé a sentir sus manos acariciando mis piernas y muslos, y de eso, en cosa de minutos, me estaban acariciando todo mi cuerpo, tras él mismo quitarme los interiores.
Casi de inmediato me puse a mamar sus vergas, hasta que a medida que se la iba mamando a uno, comencé a sentir él otro me enterraba toda la suya por mi culo, lentamente.
Perdí la cuenta de cuanto me hicieron disfrutar, de cuantas veces, se las mamé a cada uno de ellos dos, y tampoco puedo recordar el número de veces que por el culo me dieron.
Lo que, si se es que, desde ese día, a cada chico con quien me encuentro, no tan solo sabe mi nombre, donde vivo, que estudio, sino que también alguna que otra chica, parece estar al tanto de mí, y de mis preferencias.
También es cierto, que tengo fama de mariconcito, y de que me gusta mucho la relación sexual anal y oral, pero eso no impide que yo siga con mis estudios por los momentos…
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