¡EN LOS BAÑOS DEL COLEGIO! ¡¡¡Y CON MI PROFESOR!!!
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Al despertarme, en lo primero que pensé fue en él, Javier.
Transcurrió el día. Un día donde no tenía clases con él. Todo fue gris. Me sentía distinto después de la ultima noche que estuve con él (que, curiosamente fue la primea), quizá es normal. No me siento yo. Debería estar feliz. Y lo estoy, o quizá creo que lo estoy. Necesito verlo. Eso.
No lo llamé, pues podía estar ocupado y no quería molestar o parecer estresante.
Llegó el día siguiente, y sí tenía clases con él. Me desperté sonriente.
—Buenos días. Empecemos la clase de hoy —dijo, cuando entramos al salón.
—Buen día, profesor —dije, estrechando su mano, un poco nervioso y apenado, además.
Con tener su mano sobre la mía, aunque sólo haya sido unos segundos, me hizo sonreír. Y él lo notó.
¡¡¿POR QUÉ TENGO QUE MIRARLO TANTO?!! —me pregunté durante toda la clase.
Verlo ahí. Hablando de vez en cuando con equis compañero, me revolvía todo por dentro. Me moría por besarlo, como ayer, tenerlo para mi. Aquí. Ahora. Sin importar nada. Pero obvio que no pasaría. O eso pensé…
—Terminen estos ejercicios que ya vuelvo —dijo, pasando una hoja a cada alumno—. Tú, Andrés, ¿puedes venir conmigo un momento?
¡¡PUES CLAROOOOO!! eso quería decirle, pero no.
—Sí, profesor.
Recorrimos el pasillo. Sin saber a dónde íbamos lo seguí.
Tocó la puerta del baño y nadie contestó.
Veo que abre la puerta del baño…
¿QUÉ CARAJOS HACE?
Entramos y me besa de una. Sin siquiera cerrar la puerta.
Cierro la puerta yo.
—¡No puedo más! —dijo con expresión suplicante.
—¿no puede qué, profe? —logré decir.
—No me trates de "Usted" aquí cuando estamos sólo tú y yo. Llámame Javier.
—Está bien, ¿pero qué pasa?
—Tenerte aquí y no poder besarte ni tocarte me está matando —dijo, dándome un abrazo.
—Hazlo. —dije.
—¿quieres?
—Tú quieres. Yo quiero. Los dos queremos.
— No sé qué me hiciste, pero lo de la ultima vez me dejó…
—Shhh… no desperdicies tiempo —dije, tocando sus labios.
Y decir eso fue una especie de "Click" o una bomba nuclear, porque en cuestión de segundos me desabotonó la camisa perdidamente.
Sabía el riesgo que corríamos ahí. En un baño del colegio, donde cualquier persona podía entrar y vernos. Pero ya no me importaba nada, no me importó que me expulsaran y a él no le importó que lo llegaran a botar si nos llegaban a descubrir. Además, es mi ultimo año en la secundaría, nada cambiaría.
—Te llevarás de estos baños un buen recuerdo, futuro bachiller.
Empieza a besarme duramente, y lo único que intento hacer es desabotonar su pantalón.
—¿te gusta? —me pregunta besándome el cuello. Apenas lo oigo. Y entre dientes logro formar un "sí"
Cuando por fin bajo su cierre le digo que se siente el inodoro de uno de los cubículos y empieza la acción. Ya esto es más que excitación.
Primero paso mi legua lentamente por la punta, a duras penas logro ver sus ojos, llenos de placer de excitación, de ganas de tenerme.
Tan sólo chupo la punta unos segundos más cuando me lo introduzco todo, poco a poco. Pero aquí el "poco a poco" no existe y él empieza a poner el ritmo, colocando sus manos en mi cabeza y subiéndola y bajándola rápido. y cuando digo rápido ¡¡ES RÁPIDO!!
Empiezo a sentir arcadas, lo siento en mi garganta, no, más en el fondo.
Me está cogiendo por la boca. Y me encanta.
—Uuuffffffff. Esto es lo que querías ¿no es así, putito?
Ohhhhhhhhhh siiiiiiiiiiiiiiii sigue, sigue.
Y sigo chupando. Apenas le bajé sólo el cierre, ni los pantalones ni nada más. Toco los pantalones con la boca. Es porque me lo he tragado todo. TODO y sé que le encanta, y él sabe que a mí más aun. Me encanta. Me encanta él. Me encanta la vista que tengo desde abajo, como perro. Aun lleva su camisa y corbata pues estamos en el colegio. Pero ni sabe cuánto me encantaría quitársela.
—Sigue, chupa, chupa. Esooo. UUUUUUUUUUFFFFFF.
Tragatela toda uuuuuuuffff eso.
Su expresión cambió, está más que excitado. Todo un macho dominante.
Empiezo a tocar sus pezones y…
—¡ESPERA! no quiero terminar tan rápido. Párate y ponte de espalda.
Y yo obedezco. Me coloco de espalda hacia él y pongo mis manos en la pared. Subo una pierna al inodoro.
—Esoo, así es. Ufff, qué culo. Ahora llevarás verga por un buen rato, puto.
Se saca la camisa del pantalón pero no se la desabotona. Sólo la lleva por fuera.
Pone su verga en la entrada de mi culo y en menos de lo que canta un gallo tengo 20cm dentro de mi.
—Aaaaaaaaaaaaaaaayyyyyy. —grito, sin pensar en dónde estamos, y enseguida me tapa la boca.
— Cállate, puto. Nos pueden escuchar. Aguanta, esto es para que sepas que eres mío y sólo mío.
Me está dando duro, duro. Lo veo agitado. Con la respiración entrecortada. Concentrado en mi culo, sin tan siquiera verme.
Siento sus bolas sonado detrás de mi. De vez en cuando me da unas nalgadas.
—Javier, ¡para!
No me oye.
Siento que me invade por dentro.
— Cállate. Llevarás verga hasta que yo diga. Ahora has silencio.
Siguen sus embestidas fuertes, y me duele , pero me excita este hombre. Es perfecto.
—Más duro, dale, más, más, quiero más —digo, y él ríe.
Es un pícaro.
—¿quieres más duro? ¿ah, sí? dilo. Pídeme que te de más duro.
—Dame más duro, Javier, quiero más.
—No oigo.
¡ES UN DESGRACIADO!
—Dame más, hasta ya no poder. Sigue, por favor, sigue.
—¿te gusta? —me dice mordiéndome una oreja
—Sí —logro decir. No puedo más, este hombre hará que explote en mil pedazos. Pero él si puede con más y sigue cogiéndome duro. Es todo un toro.
—¿lo quieres adentro? —me pregunta después de sacarlo poco a poco.
Me lo saca y me lo vuelve a meter, una y otra vez. Viendo mi cara.
¡LO ODIO! sabe lo que está provocandome.
Veo que se sienta en el inodoro…
— Siéntese, futuro bachiller. ¿querías más, no es así?
—¿y si no lo hago?
—Sé que quieres, así que siéntate.
Puto. Sonrío, porque muy en el fondo tiene razón, ¡Y SÓLO POR ESO SONRÍO! por nada más….
—Sube y baja —dice.
Y lo hago, subo y bajo. Me muevo lo mejor que puedo. Y en su cara puedo ver que le encanta. Duramos unos minutos así, lo beso como puedo, pero su respiración está muy entrecortada.
Toco sus pezones que están a mil…
Veo como suda su frente. Lo tomo por la corbata, y hago que su excitación suba más.
—¿te gusta? —pregunto
—No me gusta. Me encantas. Qué rico culo. uuuuuuuuuufffffff sigue, por favor.
—Y es todo tuyo. Cuando quieras.
No sé cuántos minutos llevamos aquí.
hasta que….
—No puedo más, párate.
Le obedezco y en cuestión de segundos vuelvo a tener su verga en mi boca. siento su tibio semen y trato de tragarlo todo.
—Como siempre, nunca dejas nada, glotón. —me dice, sonriendo.
Me subo los boxers y luego los pantalones lo más rápido que puedo. Lo beso muy apasionadamente.
—Estuviste genial —dice, entre dientes— tenemos que irnos ya.
Sonrío….
Volvemos al salón. No dejo de ver como termina de dar su clase. Noto que de vez en cuando me ve y el único pensamiento que logro formar es:
Lo hice con mi profesor de matemáticas…. "En los baños del colegio"
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