En Pañales
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Daniel pero mis amigos me dicen Dani. Soy hijo único criado por mi madre desde que mi padre nos abandono hace ya mucho tiempo y nunca volvimos a saber de el. Como todos los niños a mi me quitaron el pañal a temprana edad pero para mi mala suerte nunca pude dejarlo pues controlaba mis esfínteres anales pero me seguía haciendo pipi en la cama. Tuve que usar pañales en la noche para no arruinar mi cama y esto lo seguí haciendo conforme pasaron los años y aun cuando iba fuera de casa. Fue solo hasta los 13 anos ya en media pubertad cuando ”misteriosamente“ abandone aquel mal habito de hacerme pis mientras dormía. SI, así es! Ya tenía yo 13 anos cuando cada noche seguía aquel ritual nocturno de ponerme mi panal para poder dormir cada noche.
Según recuerdo fue alrededor de los 9 años cuando descubrí el placer de la masturbación un día después de la escuela. Estaba tirado en mi cama de panza viendo caricaturas cuando empecé a notar como me gustaba esa sensación de opresión de mi pene contra el colchón de mi cama. Lentamente empecé a frotarme contra el colchón creando una gloriosa sensación. En cuestión de segundos aquel movimiento se torno en una escaramuza y ya me encontraba yo culeando la cama. De repente sucedió aquello. Oh!! Aun lo recuerdo claramente cuando sentí esa urgencia de hacer pipi. Fue excitante y perturbador. Fue mi primer orgasmo en seco. Una corriente de electricidad salto de mi pene y recorrió mi cuerpo entero dejándome exhausto. Fue algo único que jamás había sentido. Conforme el tiempo fue pasando lo seguí haciendo. No recuerdo precisamente cuando fue pero si fue tiempo después que un día note como me empezaba a salir aquel liquido transparente y pegajoso. Eso lo note un día que después de hacerlo me dieron muchas ganas de orinar y al estar en el baño baje mis calzoncitos y pude notar una mancha húmeda en mis blanquísimos interiores de los cuales mi madre se sentía orgullosa. Fue de esa manera que la próxima vez que lo hice lo recordé asi que tome una toalla y me quite mi ropa interior pues intuía que mi mama no debía de saberlo. SI ya antes lo disfrutaba después de mi descubrimiento fue totalmente glorioso y no pude dejar de hacerlo mas. Como mencione antes usaba pañal todas las noches así que se me hizo mejor idea hacerlo en la noche pues así no tendría que ensuciar ninguna toalla. Total, siempre mojaba mi pañal y este iba directamente a la basura sin ser registrado por nadie. Lo empecé a hacer en la noche y después de que me vaciaba en mi pañal me dormía placida y profundamente.
Todo aquello el hecho de usar pañal y el hecho de lo usaba para esconder mi mal habito me hacia sentir muy mal. La peor parte era que me sentía realmente avergonzado de ello y me moría de la pena al oír las historias de mis amigos. De pensar que lo pudieran descubrir me hacia casi llorar así que me jure a mi mismo que todo esto estaría y seria mi mas grande secreto jamás revelado.
Pero todo tiene un fin y el fin de mi secreto llego. Recuerdo claramente como fue que por fin un gran viernes había llegado y con el un maravilloso fin de semana. Ya estaba yo en la secundaria. Me sentía que había dejado de ser un mocoso y estaba yo creciendo a pesar de…. Estaba casi por cumplir mis 13 anos. Cuando la campana estaba a punto de sonar, uno de mis mejores amigos, Erick me llamo y me dijo que me invitaba a una fiesta y que después me quedara a dormir en su casa junto con otros amigos esa misma noche. AL hacerme la invitación estaba sumamente entusiasmado. Me detallo como su papa le había comprado una serie de video juegos de moda y que tenía mucho que compartir. Nos la pasaríamos muy bien. Fue tanto el entusiasmo de Erick que me lo contagio y sin pensarlo le dije que por supuesto no le fallaría. Así que me dijo que me esperaba en su casa en punto de las 5 para no perder tiempo.
Tan pronto como llegue a la casa no pude contenerme y le solté como metralleta todas las palabras con las que el mismo Erick me había convencido.
-”Esta bien.”-dijo mi madre con una parsimonia espantosa. “Si los papas de Erick van a estar al pendiente no tengo ningún problema.-me dijo haciendo que me reventara la cabeza de alegría.
– “Le llamare a la mama de Erick y le explicare de tu condición especial.”
PUM!!! Mi animo cayo al suelo inmediatamente. Yo no me había percatado de aquel finísimo detalle y en ese momento mi cara se lleno de vergüenza al recordarlo.
Mi madre adivino mi pensamiento y agrego:
-Nadie se tiene que enterar de ello. – y recalco la palabra NADIE con una actitud reconfortante.
-Solo recuérdalo y cámbiate en privado donde nadie te vea antes de irte a la cama. Si, Dani?- me dijo con aquella ternura con la que solo ella sabia alivianar mis penas.
– Si mama- le conteste alegremente y con una chispa en mis ojos. El tiempo volaba y comí con una rapidez antes vista para inmediatamente ponerme a empacar y estar listo a tiempo. De hecho, empaque dos pañales no fuera que uno fuera insuficiente.
Estuve tan emocionado que cuando acabe me puse a ver tele nuevamente. Nuevamente vinieron a mi las ganas de hacer aquello que siempre había hecho pero que tenia bastante tiempo que no hacia. Sentí claramente mi erección así que me levante y me baje mis calzones. Fue hasta ese momento que me di cuenta cuanto me había crecido mi pene y como notaba la cabecita se veía aun mas mojada que antes. Sabiendo que podía “orinarme” fui por una toalla y puse la toalla debajo de mí por si las dudas. Mi pene quedo atrapado en la toalla y empecé a hacer aquel movimiento que me gustaba tanto. De repente, cuando menos me lo esperaba sentí algo diferente a lo que ya estaba acostumbrado. Empeze a sentir un delicioso calambre aun mayor que el que diariamente sentía cuando lo hacia en la noche y sentí realmente unas ganas tremendas de orinar. Deje de moverme solo para sentir claramente como de mi pene salían disparados una serie de chorritos que me hacían estremecer aun mas que antes. Ahora se que me salió mi primer eyaculación con semen pero en ese momento me asuste y realmente pensé que me había “miado” nuevamente. Me sentí realmente avergonzado pensando que no solo era incapaz de controlarlo en la noche sino que ahora fue a plena luz del día que me había hecho. Me alarmo sobre manera el hecho de tener la toalla allí y de que tal vez no seria suficiente la contención y me arrugue al pensar en la excusa que tendría que decirle a mi mami. Me sentí realmente avergonzado de tener que decírselo a mi madre. Por fortuna para mi, cuando revise la toalla vi que no se había ensopado de aquel liquido así que la retire y pude constatar que la cama estaba en buenas condiciones lo cual fue un alivio para mi y mis temores. Tuve cuidado de echarla al fondo de la ropa sucia. Regrese a ver mis caricaturas sintiéndome diferente y extraño. Paso el tiempo y cuando menos me di cuenta mi mama me llamo para llevarme a la reunión en la casa de mi amigo.
Llegamos pasadita de las 5. Mi mama se bajo del carro y me dejo no sin antes pedir hablar con la mama de Erick. Cuando lo hizo volteo a verme guiñándome un ojo a sabiendas de que yo entendía que ella resolvería mi penosa situación. Me dirigí a la sala donde ya se encontraba Erick y un par de amigos jugando aquel juego de “TWISTER” donde tenias que poner diferentes parte del cuerpo en los círculos de colores. AL llegar los salude y me invitaron a jugar. Estaba esperando mi turno para empezar cuando Diego, el hermano mayor de Erick pasó por la sala hacia la cocina. Nos saludo y nos dijo que si queríamos algo de beber muy amablemente. EN ese momento nadie quería nada así que dijimos que no y el continuo para dirigirse hacia la cocina donde mi madre estaba con los papas de Erick. La verdad es que cuando lo vi encaminarse hacia allá me preocupo que oyera acerca de mi problema. Diego ya estaba en prepa. Creo que tenía ya como 16 anos. Mis dudas se desvanecieron pensando que Diego ya era “adulto” pues ya hasta lo dejaban manejar el carro del papa de Erick. Yo era conocido de la familia ya varias veces había estado allí en la tarde. Diego siempre se porto amable y me saludaba con cariño así que mis dudas se desvanecieron y mas cuando en ese momento los muchachos me llamaron para entrar al juego.
Empezamos a jugar y minutes después llegaron otros invitados del mismo salón. La tarde se paso volando. Entre los 6 que éramos se creo un muy buen ambiente. Jugamos de todo. Cuando nos vinimos a dar cuenta ya eran casi las 11 de la noche. El papa de Erick nos lo dijo mandándonos a prepararnos para dormir. La mama de Erick pronto empezó a repartirnos en los diferentes lugares para dormir pues aquella era una casa grande. Como dos de los invitados eran hermanos, los pusieron a dormir en una sola habitación. Otros dos eran primos así que a ellos también los pusieron juntos. Los otros cuartos estaban ocupados por la familia. El otro compañero fue direccionado a dormir en la habitación de Erick que contenía una de esas camas ocultas que se deslizan por debajo de la cama principal. De esa manera quede yo solo. La mama de Erick muy “apenada” se disculpo conmigo y guiñándome un ojo me dijo que si no me importaría dormir “solo”. Entendí inmediatamente su indirecta y muy educadamente le respondí que por mi no habría ningún problema. Me mando a ir por mis cosas y me llevo al cuarto de invitados que era un cuarto pequeño que se encontraba hasta el fondo de la casa después de la cocina y de otro cuarto que les servía de bodega. Cuando estuvimos solos la señora muy amablemente me explico que no me sintiera mal ni tuviera miedo que aunque el cuarto estaba algo retirado ellos estarían ahí y que si se me ofrecía algo no tardara en llamarlos. La verdad es que no senti ni miedo ni nada pues estaba yo acostumbrado a dormir solo en mi habitación.
Finalmente la mama de Erick se despidió no sin antes dejar de hacerme mil recomendaciones asegurándose de que yo me sintiera como en casa. Cuando ella cerró por fin la puerta, empecé a quitarme mi ropa y sacando mis pijamas saque de lo más profundo de la maleta mis pañalitos de calzón que mi mama me compraba. Me los puse diligentemente para terminar poniéndome mis pijamas de pantalón y camisa. Este juego me lo había comprado mi mama en Estados Unidos y me quedaba un poco grande. La camisola era un poco diferente a las que yo había tenido hasta entonces pues era como camiseta de una sola pieza y se ponía por arriba por el cuello sin tener abertura y me llegaba a media pierna. Termine de lavar mis dientes pues el cuarto tenia un pequeño baño y saltando a mi cama me dispuse a dormir pues la verdad estaba algo cansado después de tanta actividad. Vi el reloj por última vez y ya eran pasaditas de las 12 de la noche. “Como vuela el tiempo cuando uno se la pasa bien” -pensé.
La verdad no puedo precisar cuanto tiempo paso. Estaba yo semidormido. Yo calculo que pasaron minutos pues por lo cansado que estaba según yo me acaba de dormir cuando…
Escuche un ruido que me despertó. Era un ligero aunque agudo rechinido que me hizo notar que alguien abría y cerraba la puerta del cuarto. Oí claramente como cerraban y le ponían seguro a la puerta. AL principio no tuve miedo pues pensé que era la mama de Erick que me venia a decir algo mas no se porque al escuchar los pasos aproximarse y notar que no eran de mujer el miedo se apodero de mi y sentí como se me congelaba el corazón. Me quede tieso sin moverme. Quería correr pero al mismo tiempo sentía que mi cuerpo no me respondía! Me hizo el dormido pero entreabrí los ojos para ver si podía percibir algo. Como la ventana dejaba pasar algo de luz de luna pude ver como en la pared se dibujo una amenazante figura aproximada a mi cama. Moví mis ojos y por la débil luz alcance a vislumbrar una conocida y familiar cara.
-Diego? Eres tu..?
Un gran alivio me lleno el cuerpo y finalmente pude respirar.
Diego se acerco a la cama y se sentó a mi lado. Se acerco a mí y con una voz burlona que jamás olvidare me dijo:
– Por … digamos que… “accidente” escuche a tu “mamita” hablando con la mía. Jejeje! Y sabes? Escuche algo acerca de…. Si .. creo que si… algo acerca de un niñato que TO-DA-VIA a sus 13 años cumplidos usa pañalito… Si usa pañalito de Bebe porque….mmm.. porque todavía se hace PI- PI en su camita. Jajaja-sonrio socarronamente haciendo énfasis en su burla.
UTA!!! Aquellas palabras todavía resuenan en mi mente como si fuera en este mismo momento que las estoy oyendo. Empeze a temblar sin razón alguna. Una mezcla de furia y sentimiento me invadio. Solo de pensar que mi secreto. Mi GRAN secreto habia sido expuesto. SU burla y su risa me acongojaban y senti un dolor en mi pecho.
– Estoy seguro-continuo Diego- que eso es algo que… Erick… para empezar… debería de saber. No crees? –me dijo.
-Claro, cuando yo se lo diga-prosiguio.
Se quedo callado por unos segundos estudiando mi reacción. Si segundos antes a su entrada yo estaba congelado, en ese momento yo era un cadáver que por ningún motivo se movia. Una roca que solo era golpeada por sus crueles palabras.
– Estoy seguro que Erick lo va a disfrutar mucho. Claro, y aun mas cuando…. Cuando se lo diga a los demás. Jajajjaa! Ya puedo escuchar sus risas cuando rapidamente UNOS.. se lo digan a… OTROS. Si. Estaria bien que TODOS tus amigos de la escuela se enteraran de tu SE-CRE-TI-TO, no? No lo crees DANI?
Un silencio pesado lleno la habitación. Fueron escasos segundos en los cuales mi mente volo y pude ver a toda la escuela señalándome con el dedo, mofándose de mi, riéndose en mi cara. TODOS! SI TODOS!! Incluso las ninas!! Incluso Raymundo que me caia tan mal. Ya me lo imaginaba regordeandose ante mi infortunio. Los ojos se me llenaron de lagrimas. Me sentí muy mal. Tambien me sentia mal porque Diego me estuviera hacienda esto. Yo le admiraba y aunque nunca lo diría o admitiría creo que en ese momento me di cuenta de que envidiaba a Erick por tener un hermano que le protegiera mientras que yo….
No puede terminar mis pensamientos. Las palabras afloraron a mi boca sin control.
– Noooo! Porfa…. Por favor no….- le dije con un lastimero puchero mezclado con los mocos que me empezaban a salir por mi estado.
Diego sonrio:
-Ya! Ya! No llores- me dijo dandome unas palmaditas.- No llores bebecito…No le dire nada ni a Erick ni a tus otros amigos.
Aquellas palabras aliviaron mi alma. En ese momento Diego se convirtió en mi héroe. Recorde como Erick me había platicado que en ocasiones Diego se las gastaba de manera pesada. Pense que era una de sus bromas y que era su manera de jugar conmigo. Pense que…
-Pero…-dijo. Un silencio profundo volvio a llenar la soledad del cuarto.
-Pero creo que a cambio deberías hacer algo por mi. No lo crees? Dani?
NO pude contestar. NO supe que contestar.
Senti como su mano se poso en mi espalda y empezó a recorrerme de arriba hacia abajo.
-Creo que es justo que a cambio me dejes hacer lo que YO quiera. No? SI. Creo que es justo-continuo hablando- Asi es DANI. Dejame hacer todo lo que quiero contigo o… TE JURO- agrego acercándose a mi oído cambiando su tono meloso a una actitud agresiva y amenazadora- TE JURO que lo primero que oirá Erick en la mañana será tu interesante historia. Que dices?
Me sentía morir. En ese momento no pensé absolutamente nada. No malicie nada. No me pregunte que era TODO eso que el queria hacer a media noche en un cuarto oscuro. Lo unico que veia en mi mente era a toda la escuela reunida burlandose de mi y mi unica prioridad era guardar mi secreto a como diera lugar.
-S…ssss… si, claro Diego- respondi con una lastimera voz que ni yo mismo reconoci.
-Si Diego-volvi a repetir- lo que tu quieras pero… de verdad.. porfis.. no digas nada. Hare lo que quieras. Lo que tu quieras.-suplique como nunca lo he hecho en mi vida.
Diego se me quedo viendo por unos instantes. Creo que sopesaba la veracidad de mis palabras. Ahora ya adulto pienso que ni el mismo se creyo que yo podría caer tan fácilmente y que mi docilidad ante su propuesta fuera aceptada de inmediato.
Diego volteo a verme una vez mas de arriba abajo. Era como si se estuviera preparando y finalmente disparo:
-Bien, Bien. Te prometo que NO le dire nada a mi hermano ni a sus amigos. Asi que…
-LEVANTATE! -me ordeno con una actitud que nunca antes le había visto y que me inundo de un miedo terrible.
Se hizo a un lado de la cama y con un empujon me avivo a levantarme de la cama donde momentos antes yacia plácidamente. Cuando finalmente me puse de pie frente a el me dijo:
– Bien! Quiero verlo. Quiero verlo con mis propios ojos- agrego hacienda una mueca de burla y conteniendo su risita sarcastica. Diego se inclino y prendió la lámpara que estaba en el buro de la cama iluminando la habitación.
Ahí parado frente a el me moria de vergüenza. Nadie absolutamente nadie. Ni siquiera mi madre me había visto con mis pañales puestos. Para colmo de males los que regularmente usaba se habían acabado y justo hoy había tomado unos que tenían unos dibujitos tontos. Y ahora estaba yo ahí frente a este troglodita que me estaba exigiendo exhibirme ante el. Pude apreciar con la luz que Diego se encontraba sin camisa y que solo llevaba puesto unos apretados bóxers. Pude apreciar inmediatamente como sobresalía la silueta de su pito bien parado y como se exhibía ante mis ojos. Pude apreciar con una primera ojeada lo grande que era. No era que aquello me hubiera llamado la atención solo que en ese momento sobresalía de manera descarada ante mi.
Con un gran sentimiento de humillacion empeze a bajarme mis pantaloncitos de pajama. Lo hice muy lentamente pues interiormente me reusaba a hacerlo. Sentia que algo pasaría y que de repente despertaría de ese mal sueno que apenas comenzaba. Mientras lo hacia y al empezar a bajar mis pantalones y asomarse mis panales Diego se reia diciéndome:
-NO lo puedo creer. Es cierto! No manches! Tienes ya mas de… 12? Casi 13, no? Y todavia usas pañal??
Que lindo te ves Bebe!!
Aquellas palabras me devastaron. Me sentía morir. Queria que la tierra me tragara en ese momento. Un par de lagrimas se escurrieron nuevamente por mis mejillas y un acallado sollozo se me hacia un bulto en la garganta. Deje de verlo y solo clave mi mirada en el suelo pues quería dejar de existir. Deje caer mis pantalones al suelo y quede ahí ante el con el camisón del pijama desacomodado. Una parte arriba por el frente exhibiéndome ante mi verdugo quien gozaba claramente viéndome en tal situación forzada.
De repente Diego extendió la mano y tomandome del elástico me hizo acercarme a el y ponerme en una mejor posición a su alcanze. Ahí con mi pañal puesto aun Diego jalo la parte frontal de mi pañal y metió su mano por dentro. Jalo mi pañal un tramo y a la luz de la lámpara quedaron expuestas mis partes que por mi edad aun no estaban completamente desarrolladas. Diego las vio y para maldición mia se les quedo viendo con expresión de burla. Ahí ante sus ojos se mostraba mi pequeño pene que en la tarde yo había visto como gigante pero que después de ver su monstruo atrapado en su calzon comprendi el porque de la expresión burlona de Diego ante el mio. Fue realmente desconcertante cuando después de ver esa expresión de burla, la calida mano de Diego se hundió frente a mi- que era todo lo que podía ver pues mis ojos seguían clavados en el piso por la humillación del momento- y sin pedirme permiso pude sentir como palpo delicadamente mis lampiños y pequeños testículos.
Mi reacción fue un pequeño salto cuando la mano de Diego se apodero de ellos masajeándolos deliciosamente y después sin recato alguno pasaba su mano por toda mi zona y tomando delicadamente mi infantil pene empezó a manipularlo de una manera que me hacia desfallecer. Aun sintiéndome gloriosamente pude decir con voz entrecortada por toda la situación:
-Hey! Porque… porque tocas mis… mis partes?- como mi mama me habia ensenado a llamarlas.
Sin dejar de hacerlo y podría decir que con una mayor malicia Diego me miro directamente a los ojos:
– Si quieres puedo dejar de hacerlo pero… pero TODO mundo sabra mañana que eres un Bebito que todavía usa pañal- y diciendo esto solo pude cerrar los ojos ante el resplandor de un flash que me afirmaba mi posición sin salida.
-NOoooo! Noooo!-conteste con decision absoluta- Esta bien! SI! Esta bien! Puedes hacer lo que TU quieras- afirme para complacencia de Diego.
-Solo…solo.. no digas nada, porfa- remate con una voz entrecortada ya no por el miedo sino por aquella extraña sensación que me invadía al sentir la suave yema de sus dedos indagar todo mi territorio privado. Aun asi nuevamente sentí como corrian por mis rostro restos de lagrimas y como un sentimiento de incapacidad me invadía sabiendo que TODO o mejor dicho TODA la situación me estaba llevando a un pozo sin salida y que le estaba dejando hacer estaba mal.
Diego continuo toqueteando y masajeando tanto mi pene como mis testículos por largo rato. Mientras lo hacia pude ver como metió su otra mano en su bóxer y empezó a toquetearse el solo. Empeze a escucharlo gemir y toda aquella situación me parecía irreal al escuchar su gemidos que pude adivinar trataba de ahogar mientras que a ratos creo que por la emoción que tenia daba apretones a mi huevitos aunque sin lastimarme. NO puedo negar que a pesar de lo mal que me sentía y de que no puedo asegurar que lo disfrutara esa sensación de la mano de Diego en mi intimidad me propinaba una serie de gustosa sensación que me hacia sentir aun mas culpable.
En un momento dado, Diego bajo sus calzones y al dejarlos caer los pateo hacia un lado de nosotros quedando en el piso. Su pene quedo totalmente expuesto ante mi mirada de asombro pues pude observar su pito parado en todo su esplendor y como le brillaba la cabeza con la luz contrastada en el liquido seminal que le rodeaba. Era largo y grueso. Sobre todo cabezon. No podia dar credito a mis ojos como ese gran hongo de cabeza coronaba el final de su miembro.
Se lo estuvo jalando por un ratito mas enfrente de mi y con una voz ahogada por el placer me ordeno:
-Quitate tu pañalito bebito!
Empece a hacerlo a pesar de mi resistencia interna. No tenia clara la idea de adonde nos llevaría aquello pues yo era bastante inocente al respecto. Ya sabia que un hombre y una mujer se casaban y tenían relaciones. Mi mama me lo había explicado de una manera natural y no le veía yo mayor problema pero a mi edad desconocía las verdaderas intenciones de lo que Diego estaba a punto de forzarme a hacer.
Apenas empezaba yo a tomar el borde de mi pañal cuando… Diego se dirigió a mi diciendo:
-Pensandolo bien. Solo bajalo. NO te lo quites! Bajalo un poco quiero ver tu pitito de bebe y tu pañalito. Tu pañalito a media pierna y arrodíllate bebe!
Me sentí mal. Me sentí muy mal. Aquello era mas que humillante. Senti que me exhibía solo como las mujeres se desvisten para sus hombres tal como lo veía en algunas fotos. Sin embargo no podía hacer nada mas que obedecer. Obedientemente baje mis calzoncitos de bebe dejando expuesto mi suave pubis sin ningún pelo al frio del aire me dio en mis expuestos huevitos recorriendo mis pequeñas bolitas que se encogieron ante el abrupto cambio de temperatura. Mi pene reboto contra el panal quedando también ahí apuntando hacia Diego. Pude observar también como relucía y brillaba mi pequeña cabezita expuesta ante la curiosa mirada mia y la de Diego también.
Lenta y pesadamente como si de cámara lenta se tratara me arrodille ante mi verdugo.Al hacerlo matemáticamente quede instalado en medio de sus fuertes piernas. EL tufillo del olor de su sexo me llego inmediatamente a la nariz recordándome a aquel monstruo que se posaba para mirarle de cerca. SU pene erecto quedo a centímetros de mi cara. Al arrodillarme tuve que poner mis manos en sus desnudos muslos pues casi me caia.
-Bien, ahora abre la boca-me dijo con la sutileza que le caracterizaba. Como si alguien me viera y respondiéndole automáticamente mis hombros se encogieron como si quisiera decirle que a estas alturas ya me sentía tan degradado que nada me importaba ya. Que era lo peor que me podría pasar? Era mi decisión pasar por aquello antes que exponerme a la ignominia y al escarnio de mis amigos y de toda la escuela.
Con gran diligencia segui sus instrucciones y tan pronto como abri mi boca sentí claramente como Diego se impulso un poco para depositar en mi boca aquel objeto duro, grueso y calido que olia de manera peculiar y que sabia algo como nunca había probado. Paso por entre mis suaves y virginales labios abriéndose paso dentro de mi y de mi boca expuesta para el. La curiosidad me llevo a abrir los ojos que tenia cerrados por la vergonzosa situación. Solo pude alcanzar a observar parte del cuerpo del delito que desaparecia lentamente dentro de mi cara. Me sentía ya lleno y todavía podía observar casi la mitad del tronco fuera de mi aproximándose inexorablemente. Me entro pánico! Quise gritar pero mi intento de grito fue acallado por aquel tronco que proyectaba ya su frondosa cabeza a la pequeña entrada de mi garganta. Por un momento que se me hizo eterno no pude respirar. Con desesperación manotee con mi mano derecha en su fuerte y velludo muslo. EL entendió perfectamente y sentí como retiraba aquella jabalina de mi solo por unos centímetros para enterrarla otros centímetros mas adentro sintiendo como me desgarraba mi pequeña y hasta entonces inexperta garganta. Al hacerlo y sentir el contacto de mi apretada garganta abrazar el grosor de su pene Diego lanzo un gemido de entera satisfacción. “OHHHHhhhhh!!! UHHHHHH!! Sssssiiiiii…” exclamo sin recelo alguno ensenandome cuanto le gustaba aquello.
– Ssssi, asi quedate y trágate mi pito como tu mamadera bebito de pañal- espeto recordándome la razón de mi situación.
Trate de alejarme empujándolo mientras lloriqueaba suplicante aunque de nada sirvió pues mi lloriqueo era acallado por su gran verga dentro de mi y sus poderoso brazos inmediatamente me forzaron a seguir soportando su castigo.
Pasaron algunos minutos en los cuales solo se oia el chapotear de mi saliva ante la entrada y salida de la verga de Diego en mi boca. Pude notar como vibrava y a ratos se ponía como muy dura. Sentia que el calor de ese fierro me quemaba la lengua y la boca pero nada podía hacer mas que seguir aguantando. Diego aminoro el paso y en una de esas la saco lentamente de mi boca haciendo que la saliva acumulada se desparramara por mi cara cayendo por mis labios. Me sentía estúpido. Me veía como esos niños tontos que babean. Voltee a ver a Diego y observaba su mirada extrana y vidriosa traspasandome el alma.
-Levantate Dani.
Estupidamente pensé que todo había terminado. Pense que Diego se levantaría y me dejaría dormir por fin. Pense que lo había satisfecho con eso que le había hecho. O mejor dicho. Con eso que me había hecho el a mi.
Me quede como estupido parado frente a el. Diego me miraba lascivamente como nadie me había visto. MI camiseta caia mas arriba de mi media pierna. Diego extendió su mano y mirándome de esa manera empezó a acariciarme las piernas de una manera extraña para mi. Me sentía raro. Me sentía extraño pero aquel toque de sus manos me hacían sentir nuevamente extrañas sensaciones ajenas a mi realidad pero que a pesar de no quererlo admitir me hacían sentir muy bien. Mi pene hacia que la camisa se levantara de forma grotesca como apuntandole.
-Volteate- me ordeno.
Me di la vuelta y de esta manera que de de espaldas a el. Diego siguió con su manoseo. Pude sentir como siguió acariciando mis piernas y lentamente subió hacia la parte de mas arriba forzando al camisón a subir también. Me llene todavía de mas vergüenza. En ese momento estaba seguro que mi culo estaba siendo observado por el. Aunque claro a el no le importaba. No entendía yo en ese momento que ganaba Diego viéndome el trasero. Pude sentir como me toco las nalgas y como bordeaba su contorno con sus dedos. Estuve a punto de decirle que parara pero… SI pero me acorde lo que me había dicho. Mas bien, me acordaba de mi respuesta.
-S…ssss… si, claro Diego- respondi con una lastimera voz que ni yo mismo reconoci.
-Si Diego-volvi a repetir- lo que tu quieras pero… de verdad.. porfis.. no digas nada. Hare lo que quieras. Lo que tu quieras.-suplique como nunca lo he hecho en mi vida.
Me maldije en ese instante por ser tan cobarde. Me maldije a mi mismo por no haber dicho otra cosa. Me maldije pero al mismo tiempo sentí que había hecho lo correcto. Senti que no importaba que Diego hiciera todo aquello si a final de cuentas me saldría con la mia y mi “secreto” quedaba guardado.
-Vaya-escuche clamar a Diego- Que bien te queda el vestidito.
Senti las manos de Diego subiendo mi “falda”.
– Eres Dani? O eres Daniela? – me pregunto.
Yo me quede callado. La verdad no sabia a donde se dirigía. No sabia que contestar. A pesar de todo, a pesar de mi inocencia intuia la gravedad de mi fragil situacion y de como mi virilidad caia de igual manera que mi calzoncito pañal estaba tirado en el suelo junto con ella.
-Vamos a ver, DA-NI. Ya quitate ese pañalito de bebe y encuérate.-autoritariamente me ordeno Diego.
La verdad es que mis calzoncitos ya casi estaban en el suelo solo apoyados en mis tobillos. Como pude acabe de quitármelo y me tuve que empinar enfrente de la cara de Diego quien al hacerlo solto un vulgar “SHhhhhhhh!! Mmmmm Que culito”-dijo.
Diego se hizo a un lado y por fin pude acostarme en mi cama. Tuve que recular pues mi pito tieso no me dejo alargarme como yo quería. Fue una delicia sentir la caricia de las sabanas limpias en mi cuerpo. Senti como Diego se puso de pie dándome una sonora nalgada que me hizo saltar me dijo:
-De espaldas nena- asi que me tuve que voltear quedando frente a frente de Diego.
-Abre las piernas-siguio.
Asi lo hize. Las abri tanto como pude mientras que Diego se acomodaba y yo veía como su erecto pene casi ni se movia de tan duro que se lo había dejado. Diego se acomodo nuevamente acercándose a mi. Me tomo fuertemente de los muslos y los empujo hacia arriba haciéndome abrirme aun mas.
-Asi quedate- me ordeno.
Con muchos trabajos pude aguantar la posición mientras observaba como Diego tomaba una latita y al abrirla extendió parte de su contenido en su tieso pene. Esparcio aquella sustancia por todo lo largo de su verga y después sentí como deposito la parte final de su contenido en mi rajita expuesta. Quise decir algo cuando uno de sus dedos se “atoro” en mi hoyito y me hizo respingar un poco pero me quede callado recordando su promesa de silencio. No entendí. Me dio miedo de cagarme en ese instante al sentir su manipulación en mi culo o de que se me fuera a salir un pedito. No entendía el tratamiento que me estaba dando en esa parte de mi cuerpo que nadie jamás había tocado. SI había escuchado de chicos teniendo sexo por rumores de la escuela pero siempre me había preguntado como lo hacían después de saber como un hombre y una mujer estaban juntos. Nunca pensé en aquello sino hasta este momento en que me encontraba ahí acostado con Diego encima de mi. Me vino a la mente alguna ilustración que había visto de un hombre penetrando a una mujer. La mujer acostada con las patas abiertas pero…
Diego se volvió a acomodar y tomando de la mano su pene me lo empezó a pasar de arriba abajo por mi lubricada rajita. Senti claramente como Diego apunto su chorreante lanza frente a mi resguardada y apretada entrada y pude casi ver como coloco la punta de su gran cabezona en posición.
Juro que trate de moverme. Trate infructuosamente de empujarlo para alejar su gran y grueso miembro lejos de mi colita pero nuevamente me agarro con sus fuertes manos y me hizo quedarme en posición. De una sola entrada, lenta pero inexorablemente Diego me abrió en dos y cada milímetro de su hombría empujaba aquella voluminosa cabeza de hongo hacia adentro de mi apretado y hasta ese momento virginal culo. La reacción de mi cuerpo no se hizo esperar. Me retorcije tratando de evadirlo pero era demasiado tarde. EL dolor era impresionante. Nunca algo me ha dolido tanto.
-Q..q..que..mmmme…estas haciendo??
-NO….NO…NO puedes meterlo ahí-le dije inocentemente.
Apenas si había entrado la cabeza y me sentía morir. Diego ignoro mi pregunta y mis sollozos y tomandome fuertemente para su arremetida siguió con mas determinación empujando su embestida sin misericordia alguna. Lentamente pude sentir como su gran cabeza me iba atravesando lentamente y traspasaba mi apretado esfínter interno. Cuando lo traspaso creo que me lo rompió porque sentí un ruido y trate de gritar:
-Ahhhhh….
Diego se dio cuenta a tiempo y apenas si había empezado a salir mi grito cuando su gran manaza me cubria la boca. AL mismo tiempo puso mas empeño y ahí abajo pude sentir como traspasado aquel umbral se enterraba irrevocablemente adentro de mi hasta quedar pegado a su ser. Siguio con su mano pegada a mi boca dejando por lo menos de moverse por un instante mientras yo sentía que se me iba la vida. Despues lentamente empezó a retirarse provocándome nuevamente aquel dolor insoportable. Queria gritar y decirle que parara. Que po favor no se moviera en absoluto pero su gran manaza me lo impedía. Segui sintiendo como toda su verga se retiraba de mi interior removiendo cada milímetro de mi ser. Apenas empezaba a sentir un ligero alivio cuando nuevamente arremetió hasta el fondo volviéndome a causar tanto daño. Me había desvirgado en serio. Como decimos por aca, me había roto el culo o me había tronado el chicharito como se lo hacen a las mujeres y ese momento sentí como estaba siendo usado como me lo había dicho. Me estaba usando como una nena. Me estaba usando como Daniela.
No se como. NO se cuanto tiempo. Diego siguio en su faena y aunque puedo confesar que el dolor jamas disminuyo mis intentos de gritos fueron convirtiendose lentamente en gemidos irreconocibles. Debo de aceptarlo. En cuestión de minutos mis acallados gemidos eran lo único que se oia en aquella olvidada habitación de huéspedes. Lo peor de todo es como note que mi pequeño pene se mostraba completamente erecto y duro tocando ligeramente el pubis de Diego. Aquello me lleno de vergüenza. Lo tenia parado. Lo tenia parado como cuando me revolcaba en mi cama. Aquella sensación de cosquillas me daba cuando Diego se introducía dentro de mi y provocaba pequenos latigazos de electricidad que me recorrían desde aquella base hasta mi cabeza.
Diego mostro nuevamente su sonrisa burlona al darse cuenta de cómo veía yo mi pequeño pene erecto. Sin ningún miedo ya solto mi boca. Puso su mano alrededor de mi verguita de apenas 10 cms. AL sentir como la tomaba en sus manos un gemido mayor se me escapo a pesar de querer acallarlo con vehemencia.
-Ohhh….ohhh- me escuche gemir.
Diego reacciono y se dejo llevar acompanandome al unisono.
-Uhhhh… ahhhhh… siiiiii….
Siguio haciéndolo. Tomo un vaivén suave y cadencioso sin descanso. Proyectaba deliciosamente su tronco adentro de mi retirandolo una vez que me llegaba al fondo. Con su suave movimiento causaba que su mano me rozara por completo mi tieso pito moviéndolo hacia abajo y hacia arriba y en ratos mi punta tocaba su caliente vientre. Una extraña sensación me llenaba por completo al sentir aquella cosa gruesa extendida a todo alrededor de mi ano siendo acariciado fuertemente. Su grueso pene entraba y salía de mi recto acariciando y provocando mi próstata deliciosamente. EL sentir que salía de mi para inmediatamente volver a ocupar aquel vacio espacio era una experiencia apabullante.
Poco a poco su movimiento se fue hacienda mas rapido. Se mantuvo sosteniendo fuertemente mi pene mientras el suyo me acometía mas rápido y mas rápido al mismo tiempo que sus acalladas expresiones se hacían mas evidentes sin dejar por eso de exponernos. Llego un momento en que no pude mas.
-Dejame.. voy a…me voy a..- le trate de decir.
El solo me miraba sin decir nada mas que dejando salir sus ardientes gemidos de macho violador.
-Diego.. Diego.. porfis.. me voy a… me voy a…miar!-le quise gritar cuando sin mas ni mas mi pequeño amiguito empezó a aventar unos chorritos de liquidito de recién hecho esperma pre-adolecente. Cada vez que Diego me acometía, yo podía sentir claramente aquella sensación dentro de mi que luego se volcaba hacia afuera expulsando mis pretendido miaditos que se desparramaron por la mano de Diego y me llegaron a mi ombligo. MI próstata estaba siendo ordenada y reaccionaba dejando mis recién estrenados huevitos completamente secos.
Despues de aquella experiencia de eyaculación. Nuevamente volvió a mi aquel sentimiento de desgracia. Pasada la calentura me sentí humillado. Me sentía usado. Diego seguia cojiendome y su pelvis chocaba con mi ser aventandome por encima de la cama de su casa. SI SU casa.
EN un solo movimiento Diego me penetro por completo proyectando todo su ser dentro de mi como si quisiera desgarrarme o partirme en dos. Se quedo ahí. Hasta el fondo!! Mientras gemia largamente:
-Ohhhh…..OHHHHHH…. Ohhhhh…
Senti como me tomo como congelandome y no queriendo que yo me moviera. Senti como su pene se engrosaba y vibraba dentro de mi. Pude sentir claramente como depositaba todo su varonil y recién hecho jugo blanco dentro de mi. Sus escupidas interiores me sacudían por completo. Y yo estaba ahí. Ahi me quede. Lo acepte. Lo acepte como las putas aceptan ser usadas solo que YO no cobre por ello.
Diego se quedo un segundo quieto. Luego, lentamente fue sacándolo hasta que parte de su semen se quedo colgando y goteando de su brillante roja e inflamada punta.. Un pedito se me salió y pude sentir como parte de su leche se me salió con el de mi ya usado ano.
Diego me volteo a ver complacido.
-Tu no diras nada a nadie y yo no dire nada de nada. Entendido?
No pude contestar. Estupidamente se me hizo justo. Ambos compartiamos un secreto. Solo pude mover mi cabeza en senal de aprobación. Diego se levanto de donde estaba y poniéndose sus bóxers abrió la puerta y se fue sin decirme nada mas. Yo apretaba mi culito tratando de evitar que algo se me saliera. No quería ensuciar las sabanas de la señora y tener que explicar algo. Trate de levantarme pero mi cuerpo no me respondia. Todo me dolia asi que rode como pude y levantándome de la cama me entro una urgencia por ir al bano donde se me salió lo que Diego había depositado. Con muchos trabajos me limpie y trate de lavarme pues me ardia todo. Regrese al cuarto y recoji mi calzon/pañal. Me sente viéndolo y solloze nuevamente. Como lo odiaba en ese momento. Sin embargo me lo puse nuevamente olvidandome del otro que habia traido. Me vesti y me sentí ridículo al verme al espejo. Me sentí niño. Me sentí bebe.Me sentí vulnerable. Porque querria un pendejo de 16 anos tener sexo conmigo? Me preguntaba. Sus palabra chocaban en mi cabeza: Dani…Daniela.
Tarde mucho en dormirme en la misma cama donde minutos antes me habian cojido y me habian cambiado la vida. Recurrentemente a mi cabeza llegaba su voz. EN un momento me enojaba y lo odiaba pero al siguiente recordaba la textura de su pene, SU sabor, sus hermosas piernas. Me sentía totalmente confundido.
El toque de la mama de Erick me desperto al dia siguiente.
-Despierta Dani. Ya es hora. Ya esta el desayuno listo dormilon!
Como pude me endereze en la cama.
-Usaste tu pañal anoche. Esta usado? – me pregunto tiernamente mi casi suegra.
Todo amodorrado me tente y afirme con la cabeza.
-Si… si creo que me moje.. accidentalmente mientras dormía-dije.
-Ay! No te preocupes- me dijo condescendientemente.-Algun dial so accidentes se acabaran Ya veras! Solo necesitas tiempo.
Diciendo esto se retiro del cuarto recordándome que me esperaban para desayunar.
Me levante con dificultad pues todo mi cuerpo me dolia haciéndome darme cuenta que todo había sido realidad y que no había sido un mal sueno. Con gran preocupación revise mi pañal y pude notar como en la parte de atrás se había manchado de algo blancuzco junto con algún hilillo rojizo que de seguro me escurrió mientras dormía. El ardor de mi culito me aseguraba el origen de aquel desecho.
Finalmente me acerque a la mesa del desayuno. Con gran algarabía todos me recibieron. Me sente a comer nadie se dio cuenta pero Diego volteo a verme y pude captar como una mirada de complice nos unia. Mi cuerpo temblo cuando note como con su mirada me hacia notar su celular en la mesa del comedor.
Traducida y adaptada de: Danny’s Little Secret by adblman
por fa la 2da parte