EN RANCHO ALEGRE, EL NIETO DE DON ROLANDO NO LOS DABA SIN CHISTAR….
Aquella tarde se estacionaba como siempre la camioneta negra doble cabina de Don Rolando, el dueño de la gran Hacienda Rancho Alegre, un hombre maduro de casi 50 años no tan alto, blanco pero quemado por el sol, contextura media, cabello cano largo .
Llevaba puesta una camisa roja a cuadros al estilo vaquero de esas caras, un chaleco de cuero marrón, una correa con una reluciente hebilla de una cabeza de toro, unos jeans negros y unas botas del mismo color del brillante y fino, de chaleco, el complemento era un sombrero de vaquero negro que le quedaba a todo dar, la situación se prestaba normal como de costumbre, sin embargo, Don Rolando se dirigió a la puerta del copiloto de la lujosa camioneta , al parecer venía acompañado, en ese momento estaban Oscar, un hombre apodado el burro y yo, ambos presenciábamos como de la camioneta bajaba un nene hermoso la verdad, tendría como 8 años y adicional a él una maleta, se veía que el chaval pasaría una larga temporada en El Rancho.
Después de presentarme a Bryan que así se llamaba el chaval, me dijo que era su nieto y me lo encargó encarecidamente ya que él no tendría tiempo de cuidarlo en el día, solo en las noches y puesto que sus padres se estaban divorciando y el pequeño padecía de la condición, que lo hacía especial, se lo trajo al Rancho para que no presenciara la separación y le afectara más, así que no lo quería dejar solo, por temor a que se perdiera en la Hacienda, Don Rolando me dijo que por su condición, el pequeño de 8 años era callado, balbuceaba algunas cosas sobre todo las que más le gustaban, sin embargo era bastante obediente y más si le encantaba lo que le mandaran a hacer, le gustaba mucho el contacto físico y me volvió a repetir, más si le encanta lo que toca. Observe nuevamente al niño quien realmente veía a todos lados pero la verdad carecía de interés lo que observaba, además viéndolo bien era un nene muy bello…
Espigado, grandecito ya, bastante blanco tanto que pensábamos que el sol lo iba a quemar, cara redonda, cachetón y pecoso , ojos café claro, cabellos rojizos con bucles, cuerpo apretadito pero bien formado, piernas blancas y bonitas, bien proporcionadas y gruesas, sobre todo en las pantorrillas, a eso se le añadía un culo grande que por encima del short blanco que cargaba se le notaba, es más tenía casi todo la tela del pantalón metido en el culo por lo que hizo un ademan con la mano derecha para sacárselo, llevaba puesta además del short, una sudadera azul con un estampado de Dragón Bol Z en la parte frontal y unos tenis blancos.
Habrán transcurrido tres días, posteriores a la llegada del pequeño, todo marchaba sobre ruedas, Don Rolando despertaba al nene, a señoras de la cocina lo bañaban, lo vestían, luego bajaban a comer, pues ya las señoras de la cocina tenían listo el desayuno y luego me encargaba yo del nene. Una tarde estábamos caminando por el pasto verde y frondoso y llegamos a el área del ganado de la cual se encargaba Darío, un man de 33 años, buena pinta, blanco un poco tostado por el sol como la mayoría, cara cuadrada y mandíbula recta con un hoyuelo en el centro de hombros anchos, cintura estrecha, cejas pobladas, cabello oscuro, cuerpo velludo y mirada un poco sádica.
Llevaba puesta una camisa blanca de rayas verticales azules un sombrero blanco y unos jeans con botas de montar, cuando Bryan lo vio lo abrazó pegándosele a la cintura, el man le había caído bien, lo salude y seguimos, Darío le mostraba al pequeño los diferentes tipos de ganado, el hombre le metía mano al nene, agarrándole el culo, cosa que Bryan se dejaba hacer tranquilamente, debido quizás a su condición de Asperger, eso dio pie A que Darío siguiera metiéndole los dedos por entre el shorcito en el culo al nene, ahí si reaccione, ahora que lo pienso creo que me ganaron los celos, además debo suponer que ninguno de los sudorosos peones de la Hacienda habían visto un niño tan blanquito, refinadito y bonitico de ciudad.
Rogelio: Que paso wey…¡ que te traes con el chamaco con esa agarradera…?
Darío: Que paso de que man … Pos agarrando no más pues…¡No ves que al chavalito desde que me vio quiere tener su macho al lado…¡
Rogelio: No te confundas wey, este es el nieto de Don Rolando, mide tus palabras y tus acciones…¡
Darío: Jjajajaja…¡ A Don Rolando le tengo harta estima y admiración man, pero abre los ojos a este chavalito lo que le gusta es un guebo wey…¡
Rogelio: Pinche tarado ve a ver si respetas al chamaco…¡
Darío: Ve viendo tu si abres los ojo a poco no estas encantado por el pelado he…¡
Bryan estaba absorto viendo el ganado sobre todo a un toro que estaba montando una vaca, y nos sacó del pleito preguntándole a Darío que estaban haciendo, Darío con malicia le contesto que el toro se estaba cogiendo a la vaca y que lo que le metía adentro era el guebo del toro llamado verga y que a las vacas y a los nenes bonitos como él (refiriéndose al niño) les gustaba la verga. Tomé al pequeño por un brazo, y me lo lleve de ahí mientras el nene con la otra mano se despedía de Darío, esa noche llegamos al Rancho y después de cenar le entregue al chico a Don Rogelio, el cual se limitó a llevárselo cargado al cuarto, yo pase a la cocina a tomar un vaso con agua pues estaba sediento, luego me regrese y volví a pasar frente al cuarto de Don Rogelio, al pasar me quede frio con lo que escuche que susurraba el nene…
Don Rogelio: Te gusta mi bulto nene…?
Bryan: Si. Bulto grande como toro…¡
Deje caer el vaso con agua por los nervios, el cual causo una estampida, a lo que Don Rogelio acuso con voz ronca y severa…
Don Rolando: Quien anda ahí…??
Salí corriendo con el corazón en un hilo, al día siguiente llegue como si nada, ese día todo transcurrió normal e igual en la noche le entregue a Bryan a Don Rolando, al otro día como de costumbre me lo lleve al sembradío, las ganas por preguntarle sobre la noche en que Don Rolando lo había montado (cogido) para ver que me decía, pero al llegar al área de siembra tuve que atender ciertos problemas sobre algunas semillas defectuosas, por que otras no germinaban, cuando me di cuenta Brayan no estaba donde lo había dejado, uno de los sembradores me dijo que lo había visto ir en dirección a donde estaban los ganados, raudo y veloz me fui hasta allá, sospechaba que se había ido donde Darío.
Al llegar comencé a caminar con sigilo, no los podía divisar bien hasta que en medio de la muchedumbre de vacas los vi, Darío estaba bajando los pantaloncitos color caqui, que llevaba puesto Bryan, al salir los ajustados pantalones de atrás, las prominentes nalgas del niño rebotaron en un aire de libertad eran una delicia, blancas y acolchadas, quitándoselos por completo Darío comenzó a acariciar la suave piel de las piernas de aquel nene concentrándose en sus turgentes nalgas y metiendo el dedo medio en la entrada de su culo. El niño sonreía ante las caricias de su amante comportándose como una puta cada vez que Darío subía para acariciarle el culo , como cual muñeco Darío lo sujeto entre los brazos y lo cargo colocando su turgente culo encima de su cara, debió haberle metido la lengua hasta lo más profundo pues niño se movía encima del hombre como poseído gozando de aquella lengua en su rosado orto, Bryan reía, luego aquel hombre lo coloco en cuatro patas en una vieja silla de montar y siguió comiéndole el orto.
Darío: Te gusta nene…? Te gusta que te den por detrás ha… ¡
Bryan: Me gusta…¡ me gusta mucho…¡ Hazme más, más, más, más.
Darío: Tranquilo bebe lo que te voy a dar ahora es Guebo parejo….¡ Te voy a montar como el toro monto la vaca en estos días, te acuerdas…¡
Bryan: Si, móntame, móntame….¡
En ese momento Darío se puso de pie y bajándose los pantalones, miro a los lados por si las moscas, voltio al nene de frente a él, lo abrió de piernas y se lo empezó a coger, no podía ver bien porque desde donde estaba solo atinaba a ver a Darío de espaldas y las piernas del niño adornadas por sus tenis blancos que temblaban con cada mete y saca. Darío se estaba cogiendo el divino culo de aquel hermoso niño, Bryan por su condición especial, reaccionaba como un nene de 4 0 5 años cuando tenía ya 8 cumplidos, solo se quejó al principio, luego comenzó a disfrutar aquella verga en su culo.
Darío: Haaaaaaaaaaaaaa… que rico culo tienes bebe….. estas mejor que una puta…¡ que nene tan jotito eres…estas padre…¡ FLOP, FLOP, FLOP, FLOP….¡
Brayan : Aaaaayyy, …¿ Haaaaaaa…¡ Huummmmm… mmmmmmm…mmmmm…¡ mas, mas, mas….Dame más…¡
Darío acabo adentro del nene con una satisfacción recia, cuando hubo terminado todo, Darío limpio al nene que emocionado por lo que había sucedido salió corriendo, por otro lado me le pegue atrás para llegar antes que él, así fue ya en la noche al llegar al rancho una de las señoras del servicio de la cocina lo recibiría diciéndome que Don Rolando estaba fuera del Rancho y que llegaría mañana por lo que ella se encargaría del niño.
Al día siguiente fui a recogerlo estaba desayunando tostadas, huevos y mermelada, con un gigantesco vaso de leche, la señora de la cocina me dio una taza de café, mientras me lo tomaba sorbo a sorbo, miraba al pequeño Bryan, su carita hermosa, sus ojos color miel, sus cabellos rubios rojizos, su estampa de nene europeo, la verdad que era un niño hermoso y pensar que nada mas ayer se lo había cogido el Darío, eso me daba calentura, una vez terminado el desayuno partimos hacia el campo.
Y allí en la zona de arado me toco montarme en un tractor, le dije al nene que me acompañara, una vez adentro comencé a sacarle conversación, pero Bryan era muy callado por su condición y recordando la escena donde Darío lo desnudo y lo acaricio, coloque mi mano en su pierna izquierda y comencé a acariciarla, el niño permanecía callado, seguí acariciando su pierna mientras manejaba, hasta llegar a su cosita y notar que lo tenía paradito, seguí más abajo mientras notaba que el nene me daba la facilidad echándose hacia delante y abriendo más sus piernas por lo que pude meter mi mano entre el short verde manzana que cargaba y que hacia un hermoso contraste con lo blanco de sus piernas, seguí metiendo mí dedo hasta que di con su ano, ahí me concentre en darle dedo y el cerro los ojos disfrutando el momento, mi corazón estaba a mil, estaba haciendo algo que no había hecho en mi vida, seguía metiéndole mano en el culito cuando de repente su mano comenzó a sobarme la entre pierna, consiguiendo un bulto grande y duro, recordé las palabras de Don Rolando (el toca lo que le gusta tocar) , saque mi dedo de su anito y lo saboree en mi boca, estaba rico.
Entonces me miro a los ojos y allí no pude aguantar más, detuve el tractor pues ya estábamos lejos de los trabajadores, acto seguido lo tome por el cuello con mis enormes brazos, lo acerque a mí y de una lo bese en la boca, Bryan se quedó quietico mientras trascurría todo, mientras me comía sus dulces labios, no podía creer que aquel niño no pusiera resistencia y que disfrutara de un macho, recordé las palabras de Darío.
Me separe de él y volvimos a la zona de arado, ya era cerca del mediodía tocaba ir al refugio, el refugio era una especie de tasca o de restaurante en donde los obreros comían, debo hacer notar que Don Rolando cuidaba mucho su personal , allí la comida era de primera, almorzamos bistec, arroz ensalada y jugo de moras y para el niño una hamburguesa enorme con salsa , papas y jugos, luego de ahí tocaba reposar, como a las 3 pm lo lleve a la alberca y se lo encargue a Felipe quien estaba a cargo de hacerle mantenimiento a la misma, eran como las 6 pm cuando regrese por Bryan, quien me esperaba junto a Felipe y Violetica de 11 años, hija de una de las señoras de servicio, tome a los niños y los lleve al Rancho en mi caballo, allí Doña Celia recibió a su hija pero me dijo que Eufrasia no iba a poder cuidar a Bryan y que Don Rolando llegaba mañana porque se complicó el viaje, que si yo podía cuidar al chaval por esa noche, así que luego de cenar me fui con el chico en mi caballo en la oscuridad de la noche.
Entre con el niño a mi cabaña, esta quedaba dentro de la hacienda (cada obrero tenía una similar pero con menos comodidades, eso por respetar la jerarquía), al llegar mi perro Hércules, un pastor alemán de gran envergadura, nos salió al paso, Bryan se asustó un poco pero le dije que Hércules era mi perro fiel y era cariñoso sobre todo con los niños, el pequeño lo acaricio y jugueteo un poco con él durante un rato. Le dije a Bryan que me esperara sentado en el sofá de la pequeña salita de la cabaña de madera, Hércules estuvo oliéndole, en un momento Bryan abrió las piernas para acomodarse en el sofá y mi perro metió la nariz en su entre pierna, creo que también le había encantado el nene, lo espante y Hércules se fue al patio trasero.
Pase a mi cuarto que estaba cerca de la sala sin cerrar la puerta comencé a desvestirme, para refrescarme ya que estaba haciendo mucho calor, notaba que el nene dejo de prestarle atención a la casa para fijar su mirada en mi cuando ya había quedado solo en bóxer, salí hacia la nevera y tome unas cervezas y le di un tarro con yogurt al nene, pues sabía que le encantaba, diciéndole que se quitara la ropa y se dejara únicamente en interior porque era evidente el calorón que estaba haciendo, yo comencé a ayudarlo, primero le despoje de su apretadita sudadera deportiva color blanco, luego de sus shorts cortos verde manzana y por último de sus tenis blancos, quedando únicamente con su apretado interior todavía de figuras infantiles en donde un lado de su nalga se comía casi toda la tela del mismo.
Soy un hombre alto, blanco de 40 años, también robusto, varonil, velludo, cara cuadrada, cabello oscuro con largas patillas y bigote prominente pero siempre arreglado, ojos café oscuros, brazos y piernas grandes y fuertes, barriga un tanto prominente por la ingesta de cerveza y un buen Guebo, cuando le vi el grande y redondo culo, mi verga comenzó a reaccionar rápidamente y la temperatura a aumentar, mientras el nene comenzaba a divagar nuevamente con su mirada , coloque mi mano en su pierna y comencé a acariciarla, el niño comenzó igualmente a acariciar mi enorme y peluda pierna, hasta llegar a mi verga parada, ahí comenzó a sobarme el tallo desde la cabeza hasta las bolas, estaba en mi cuarta cerveza, el nene todavía seguía frotándome el duro bulto, mientras yo le metía el dedo en el culo, para sentir que cada vez que lo hacía se le escapaba un gemidito de placer, estaba solo en mi cabaña con el hermoso nieto de Don Rolando, dócilmente agarrándome el Guebo, que más podía pedir, la luz tenue de la lámpara hacía el sitio morbosamente romántico.
Tome al pequeño Bryan y lo lleve en brazos hasta mi cuarto, estaba decidido a hacerle el amor a aquel niño, lo coloque en mi cama, le quite los tenis y comencé a acariciarlo de los pies a la cabeza, comencé a acariciar sus piernas duras y blancas luego a lamerlas, igual hice con sus gordas nalgas que me encantaban y a las cuales mordía, el nene reía, al bajar levemente sus interiores, separando sus enormes cachetes comencé a probar su culo estaba calentito y saladito, el nene gemía, luego subí por su ombligo, sus brazos, su cuello y finalmente me detuve en su boquita que cuando palpo mis bigotes note que se entre abría, empecé a besarlo apasionadamente, metiendo mi lengua dentro de su boca y el a corresponderme, comencé a tallarle mi palo entre su pequeño sexo, aun con el bóxer puesto, fusionándonos en uno solo, gracias al cielo que por su condición el nene era autentico en lo que sentía hacia los hombres , no lo podía creer.
Estuvimos revolcándonos en la cama largo rato, sin embargo no me lo quise coger, esperando el momento propicio tal vez, o tal vez me daba cosa cogerme un nene tan pequeño y con la condición que tenía, o tal vez era mi lealtad hacia Don Rolando, eran muchas cosas. Eran ya las 12 y 40 am, cuando me fui nuevamente al sofá, tome otra cerveza, el calor era intenso y había sudado un poco en la cama con Bryan, llevaba mis bóxer rojos puestos nuevamente, cavilaba, en ese momento una diminuta figura se acercaba entre la pálida luz de la lámpara de la mesa pude distinguir al pequeño al cual pensaba continuaba dormido. Yo continuaba echado en el sofá, con las piernas abiertas, se sentó a mi lado y comenzó observarme detalladamente, era la primera vez que lo hacía porque cuando Darío se lo cogió el nene permaneció todo el tiempo con la mirada vaga pero disfrutando.
El nene comenzó a tocar nuevamente mi peludo pecho de allí bajo a mi sobresaliente barriga cervecera y luego comenzó a sobarme el Guebo y las bolas por encima del bóxer, eso me puso a mil otra vez y empecé a lubricar mucho mojando un poco la parte del bóxer donde apuntaba la cabeza de mi verga, el nene me hablo ingenuamente y ante el morbo que sentí por tenerlo ahí conmigo, comencé a tratarlo groseramente a lo cual el nene no entendía ni papa y solo se limitaba a reírse conmigo, recordando lo sucedido con Darío, los celos se me prendieron de nuevo y me dije para mis adentros, que me lo iba a gozar como la puta que era.
Bryan: Ay, mojadito, Guebo…¡
Rogelio: Claro puta, eres tú la que me pone así el Guebo… Quieres que te lo meta ya por ese culo o no…? Dime…¡
Bryan me miraba y se reía, no entendía mucho, debido a la calentura que me había propiciado el nene, decidí no tener más contemplación con él y cogérmelo de una, además ya Darío se lo había cogido y el muy joto lo había disfrutado
En ese momento metí mi mano por dentro del bóxer sacándome el Guebo y enseñándoselo por primera vez, a la luz tenue de la lámpara pude apreciar como el pequeño Bryan mostraba una carita de sorpresa y felicidad por volver a ver una verga adulta y peluda pues ya sabía lo que venía, le insinué que se la metiera a la boca y la chupara como un helado, el pequeño le paso la lengua a la cabeza llevándose en su boca varios hilachos de baba y sudor de macho, la cual no le gustó mucho, diciéndome que era muy salada y poniendo cara de desagrado.
Se me ocurrió una idea para facilitarle el trabajo al muchacho, fui a la nevera y regrese con un bote de yogurt, acto seguido, me pare enfrente de Bryan, saque nuevamente mi verga y metí la cabeza en el bote de yogurt y se la di a probar enseguida el nene abrió la boca y comenzó a chuparme la cabeza del palo como nunca mientras estaba sentado en el sofá, era un momento glorioso, luego hice lo mismo con el resto de mi Guebo y se lo metí nuevamente al nene el cual lo devoraba con desesperación, mientras se le salía algo de yogurt por la comisura de los labios y me veía a la cara con sus hermosos ojos color miel, era un momento intenso de placer saberme en mi cabaña solo, mientras ese nene me lo mamaba.
En ese momento recordé nuevamente cuando Darío se lo cogía y quise hacerle una maldad y tomándolo por la cabeza, se lo metí completo hasta las bolas, el nene comenzó por su puesto a dar arcadas y poner los ojos llorosos y yo sentía como cosquillas en la cabeza de mi verga cuando rosaba su garganta y amígdalas, así que me lo seguí follando de esa forma, mientras le espetaba…
Rogelio: Vamos puta trágatelo todo anda… ¡Querías saborear mi verga, aquí la tienes perra cométela toda pues…¡
Bryan: Haggggggg….haggggggg…haggggggg…¡haaaggggggggggggggggggggg……………..¡
Cuando acabe la boca del pequeño Bryan estaba brillante y babosa, impregnada de tanto liquido pre seminal , yogurt, sudor y pelos, ya que mi tallo de carne tenia pelos hasta casi llegar a la cabeza, el comenzó a lamerse todo eso, mientras seguía viéndome el Guebo con entusiasmo, sorprendiéndome se dio la vuelta y bajándose los interiorcitos, se puso en cuatro patas sobre el sofá mostrándome su redondo y ya no virgen culo, lo siguiente que me dijo me erizó la piel y no había más lugar a dudas, al nene le gustaban las vergas…
Bryan: Cógeme como toro…yo putita… ¡
Rogelio: Claro que te voy a dar Guebo , de aquí no te me vas sin yo gozarte también…No más faltaba… ¡ A ver quieres que tu culito también coma yogurt …?
Bryan. Jijiji si yogurt culo… ¡
Sin más que hablar volví a meter mi verga en el bote de yogurt le acerque el Guebo a la entrada, flexione un poco mis piernas para llegarle al culo del güerito, y se la ensarte hasta la mitad, un ahogado gemidito de dolor salió de la boca del niño, me quede quieto mientras se acostumbraba a mi paloma, luego comencé a darle poco a poco y ya para después de unos minutos, me lo estaba cogiendo como dios manda, mis peludas bolas chocaban con sus nalgas en cada rebote sus nalgas temblaban como gelatina, era un placer indescriptible el que sentía y el que no me había dado ni mi esposa, la cual vivía con mis hijas en las afueras del rancho.
Seguía cogiéndome a Bryan el cual ya estaba acostumbrándose a mi verga un poco gruesa y de 20 cm, lo sostenía por la cintura con una mano, mientras con la otra tomaba mi cerveza ya no tan fría, el sin chistar y con más goce que disgusto me regalaba su culo ya enrojecido por la follada, yo sudaba copiosamente y mi sudor caía en sus hermosas y redondas nalgas y espalda, con las pantorrillas abajo separadas y las piernas arriba juntitas pegando las gorditas nalgas, eso hacía que mi verga disfrutara al máximo, cada vez que se lo sacaba y se lo metía, en una oportunidad se lo saque del todo, ya tenía el culo dilatado, de una se la deje ir de nuevo y me lo seguí cogiendo, todo era un poema, tenía la bebida y la puta también.
Coloque una pierna en el sofá para coger más impulso y seguirme follando al crio, ese culo era una delicia, lo hacía con más frenesí, las embestidas eran más salvajes y mis bolas realmente estaban golpeando sus nalgas, como reclamándole por qué era tan joto, a la par mi Guebo disfrutaba el orto de aquel infante como contento porque lo era,
Rogelio: Haaaaaaaaa… que delicia eres Putaaaaaaaaaaaaa… ¡mira como me tienes… como un animal Zorraaaaaaaaaaaa…¡ Te lo voy a meter todo con todo y bolas, te voy a preñar Putaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………..¡
Bryan: Haaammmmmm…haaaaa…¡haaaaa..¡haaaa…¿ Más, más ,más, más……..
Un corrientazo me recorrió el cuerpo y temblando por el momento, le dispare en sus entrañas 4 sendos chorros de leche espesa, casi desmayándome sobre él, al sacar mi verga , tome papel y me limpie luego lo hice con una toalla húmeda y jabón líquido, Bryan se quedó dormido sobre el sofá, lo lleve cargado a la cama y me acosté a su lado, me había dado el mejor de los polvos, me quede dormido, era ya la 1 y 45 am.
A las 2 y 30 am, escuche a Hércules ladrar, así que salí afuera a ver que sucedía, por lo que pude ver era un gato que estaba merodeando, al poco rato alguien se acerca haciéndome poner en guardia, cuando veo era el pequeño Bryan que se había despertado, no solamente por el ruido sino por el calor que comenzaba a despuntar nuevamente, desnudo me acerque a un viejo mueble de madera que tenía un cojín un tanto roto y envejecido, me senté, el nene seguía a mi lado también desnudito mirándome con sus hermosos ojos, comencé a cerrar y abrir mis piernas, era una manía que se me pegaba, sobre todo cuando había calor, el nene comenzó a verme otra vez la entre pierna mientras mi Guebo y Bolas se balanceaban al compás de mis gruesas y peludas piernas, comenzó a mordisquearse el labio de abajo, señal inequívoca de que quería verga de nuevo, coloque una de sus manitas en mi enorme verga, Hércules se había tranquilizado…
Rogelio: Anda puta paje ame el Guebo sé que quieres más…¡
Sin más lo tome por la cintura, lo coloque en cuatro patas en el viejo mueble de madera y me lo volví a coger, de nuevo la delicia de tener ese apretado culo para mi me inundo de placer, el nene cerró los ojos mientras disfrutaba de la cogida de su macho de turno, un zumbido me saco de mi gloria, era mi teléfono celular, una llamada a esa hora era extraña, le descorche el Guebo del culo al nene y Salí corriendo a atender, sentía como mi verga y bolas se bamboleaban de un lado al otro.
Salí al patio con el celular el nene seguía absorto, atendí la llamada era Don Rolando que me comunicaba que llegaría después de mediodía y que me encargaba encarecidamente a su nieto, mientras le hablaba a Don Rolando, mi fiel perro Hércules comenzó a olfatear el culo del nene que seguía en cuatro patas y absorto, en una de esas se le monto arriba, al parecer mi perro estaba también algo excitado, quise espantarlo pero me quede a ver qué pasaba, bajo la luz de la luna, la lámpara de luz casi mortecina y con aquel calorón, me quede parado viendo como mi perro Hércules poco a poco iba sacando su verga estaba claro que quería cogerse también al nene, Hércules se le subió encima y le fue acercando la verga al nene quien todavía creía que mi perro era yo, Hércules dio en el clavo y consiguió ensartar el culo del nene , la verga de mi perro era más grande que la mía, el pequeño dio un respingo pero se quedó quieto mientras mi perro lo punteaba también, era todo un espectáculo ver semejante animal cogerse al chaval.
Cuando el nene se dio cuenta que era mi perro se asustó un poco, pero me le acerque y le dije que no se asustara baje a Bryan y nos fuimos a dormir, eran las 3 y 15 am.
A la mañana siguiente me estaba duchando cuando el pequeño se acercó, le dije que se metiera para bañarnos los dos y lavarle bien ese culo, así que mientras lo estaba frotando comenzó a frotarme también el Guebo con jabón líquido, la situación se puso tensa como mi verga y termine cogiéndomelo nuevamente, ese niño era un regalo del cielo. Después de mediodía me acerque al Rancho y se lo entregue a Don Rolando sano y salvo, agradeciéndome Don Rolando me dijo que me aumentaría el sueldo pues sabía que el nene era una responsabilidad, agradecí a Don Rolando por el aumento, aunque para mi Bryan no era una carga, más bien ese nene tan dado alivianaba las mías ya que cuando tocaba por las tardes lo metía a las caballerizas y ahí me lo cogía…
Continuara……………..
wow buen relato amigo sigue contando y saludos amigo. 🙂 😉 🙂 😉
Que excitante relato esperó seguir viendo más relatos dobre Bryan y su tremendo y glorioso culo. Claro es un manjar de dios esos culos a esas edades amigo.
Espero ver más y saludos !
Excitante relato
Que relato más delicioso esos nenes a esas edades claro que son la gloria saludos y continua escribiendo con nenes así o más peques