En un lugar público con Tavito
El lugar donde mi historia con Tavito había iniciado ahora sería el lugar donde nos daríamos al placer.
Regresaba una tarde de la casa de un amigo de la escuela, estaba cansado de tanto estrés que los proyectos pre vacaciones de diciembre me generaban y lo único que quería era llegar a casa, descansar un rato, ducharme y terminar uno de esos proyectos que tenía pendientes. Llegué a mi casa y como de costumbre mamá no estaba, mi hermano en la sala jugaba videojuegos así que prácticamente no me tomo atención, dejé mis cosas en mi habitación y bajé por un jugo pensando en tal vez jugar un momento con mi hermano pero al llegar al refrigerador me encontré con que se habían tomado mi bebida. Molesto le pregunté a mi hermano quién había sido que se tomó mi jugo, pero él estaba tan metido en el juego que ni siquiera lo logré entender qué me decía, así que molesto tomé dinero y salí rumbo a la tienda por algo que beber.
La calle estaba vacía, el clima ya empezaba a sentirse un poco más fresco pero el sol golpeaba intenso en los últimos momentos antes que empezara a oscurecer. Caminé lento hasta la tienda y compré lo que quería, estaba justo por regresar a casa para disfrutar el tiempo que me quedaba cuando alcancé a escuchar que la máquina de arcade estaba encendida y alguien jugaba. Será Tavito? Pensé, y caminé hacia donde las máquinas de videojuegos y entonces lo ví, Tavito estaba jugando, sólo, parado encima de unas cajas de refrescos,
– Hola- Le dije contento de verlo, pues tenía prácticamente desde el último día de «clases» que no lo miraba.
– Hola- Me dijo concentrado en el juego.
– Sí sabe tu mamá que estás aquí?- Le dije.
– Si, ella me dejó venir, pero nadie quiso jugar conmigo y no dejaron salir a Rafa- Me respondió Tavito, Rafa era uno de los niños de su calle con los que él jugaba.
– Yo juego contigo si quieres, me prestas un personaje?- Pregunté.
– Sí- Me dijo Tavito entuciasmado. Tavito siguió jugando y cuando perdió me cedió los controles y yo tomé mi turno y así pasaron un par de rondas en las que yo me dejaba perder después de un tiempo para que él también jugara. Era uno de los turnos de Tavo en ese momento cuando yo empecé a recorrerlo con la mirada, usaba el mismo conjunto de las tortugas ninja que había usado en otra ocasión cuando lo habíamos hecho y el culito se le marcaba perfecto en la tela de algodón de sus pantaloncillos. Tavito jugaba concentrado cuando sin más me acerqué detrás de él y estiré mi mano sobándole el culo por sobre la ropa, Tavito volteó a verme en un vistazo rápido sintiendo y siguió jugando levantando un poco el trasero. No era la primera vez que hacíamos eso, antes de los días en que le dí clases de matemáticas era lo más cercano que teníamos a tener sexo por lo que ya sabíamos ambos como actuar, yo le tocaba el culo a Tavo mientas ambos procurabamos estar alerta por si alguien más venía.
Tavito meneaba un poco el trasero ante mis apretones y por momentos le repegaba mi paquete en su colita cuando entonces en una de esas perdió y cambiamos de posición conmigo al control del juego. Me puse manos en el tablero y comencé a jugar mientras Tavito me miraba, se separó un momento de mí y se asomó al exterior del local para inmediatamente después regresar junto a mí y estirando su mano empezó a palpar mi entre pierna haciéndome excitar,
– Te la quiero chupar- Dijo Tavito a voz baja mientras yo seguía jugando.
– Fíjate que no venga nadie- Le respondí, y Tavito volvió a hacer la rutina de asomarse y regresar hacia mí,
– No hay nadie- Dijo despacio, y yo en un movimiento rápido me desabotoné el pantalón y bajé el cierre sacando mi miembro duro,
– Mamala- Le dije y él apresurado se colocó entre mis piernas y el pie de la máquina engullendo rápido mi verga comenzando una mamada apresurada. La máquina en la que jugábamos era la última del fondo en una hilera de 3, así que no había problemas de que alguien notara nuestra situación desde el exterior, sin embargo también era un factor en contra por si alguien venía de repente, así que detenía a Tavito por momentos y le decía que volviera a revisar para después volver y yo liberarle de nuevo mi pene para que lo chupara. La situación no era muy cómoda para mí, tenía que arquear un poco la espalda para darle espacio a Tavito, pero aún así su boca habilidosa me daba un gran placer con cada chupetón, pero ahora era yo quien quería probar un poco de ese culo,
– Sigues tú- Le dije relevandole el control y entonces él tomó mi lugar en el juego, mientras yo salí a revisar afuera avanzando hasta la entrada del local, seguía la calle completamente vacía y viendo a la ventanilla de la tienda noté a la muchacha tendera distraída, así que no lo dudé más, regresé a dónde Tavito y sin decir palabra le bajé la ropa dejando su culo al aire y metí una mano entre sus nalgas toqueteando su ano, yo estaba muy caliente y deseoso de meterle la verga de una, pero el miedo me invadía. Me asomé de nuevo un poco al exterior vigilando sin nadie a la vista, rápido volví a tocar Tavo, me llegaba el aroma a su culito dándome cosquillas en la nariz así que como enfermo me agaché y empecé a pasar mi lengua por el surco de las nalgas de Tavito, gozando su sabor y textura después de ya varios días sin hacerlo mío, le separaba bien las nalgas y con mi lengua jugueteaba deseoso por solo sacarme la verga y metérsela completa, pero no, no me atrevía, afuera se escuchaba como alguien había llegado a la tienda y pedía sus cosas por lo que me volví a poner de pie, de nuevo con una mano en el trasero de Tavo metiendo uno de mis dedos mientras ponía atención a lo que se escuchaba afuera, así era más sencillo disimular en caso de escuchar pasos aproximándose. Regresé mi vista a la pantalla dándome cuenta que ya estaban los títulos finales del juego, había terminado y Tavito seguía con su mirada en la pantalla mientras yo tenía mi dedo medio completo dentro de su culo,
– Ya se acabó?- Le pregunté aún cuando sabía perfectamente que el juego había concluido.
– Sí- Me respondió Tavito con seriedad y yo no dejaba de mover mi dedo en su orificio.
– Hay que jugar otro- Le respondí y sin sacar mi dedo de su interior con mi mano izquierda busque una moneda en mi pantalón para intoducirla en la máquina y volver a empezar. Tavito comenzó el juego con normalidad mientras yo seguía dándole a su culo con mi dedo y escupiendo en mi mano volví a penetarlo está vez con dos de mis dedos y escuchaba como Tavito reprimía los suspiros,
– Métemela- Dijo hablando despacio mientras continuaba con el juego haciéndome calentar más moviendo mis dedos por su recto.
– Puede venir alguien- Le dije yo al oído deseando yo también bajar mi ropa y dejársela ir de tirón.
– No viene nadie- Me respondió Tavito levantando más el culito mejorando mi alcance a su ano y yo volteba abajo viendo sus nalgas desnudas con mi mano en medio.
– Déjame revisar, súbete la ropa- Le dije y saqué mis dedos de su interior, tenía un poco de suciedad pero me limpié con un papel que había cerca y salí, me acerqué de regreso a la ventanilla de la tienda y esta vez Liz, la chica que atendía me vió,
– Y ahora que se te olvidó?- Me dijo riendo.
– Dame unas de esas- Le dije pidiéndole una frituras y ella lento fué a tomarlas mientras yo nervioso deseaba se apresurara. Le pagué y me despedí de nueva cuenta fingiendo regresar a mi casa mientras revisaba que nadie me observara y volví atrás en las arcade con Tavito, él volteó rápido a verme nervioso.
– No hay nadie?- Me preguntó.
– No, hay que hacerlo rápido- Le dije y me coloqué detrás de él, bajé su ropa de nueva cuenta y él se inclinó un poco entregándose a mí, escupí en mi verga que completamente dura esperaba entrar en acción, doblé un poco las rodillas para alcanzar el ano de Tavito, las cajas de refresco sobre las que estaba ayudaban a darle altura y pronto el glande de mi verga hizo contacto con su entrada tibia, empujé un poco pero mi punta no entró así que me puse un poco más de saliba y tembloroso por la adrenalina volví a colocar mi pene en posición y dando un empujón más fuerte sentí mi capullo entero entrando en el culo de Tavo. Sentí que dolió, un dolor rico en mi pubis acompañado de un quejido de Tavo en voz muy baja y sujetándolo de la cintura con mis manos comencé el mete y saca solo con la punta de mi verga, totalmente nervioso pero a la vez muy excitado, volteando constantemente y afinando el oído a cualquier indicio de gente acercándose. Desviaba la mirada hacia abajo viendo la unión de mi pene y el culo de Tavo, lo estaba haciendo, realmente lo estaba haciendo, el límite de mi morbosa excitación, la adrenalina al poder ser descubiertos en cualquier momento, mientras seguía cogiendome a mi pequeño cómplice caliente de 10 años. Le daba a Tavito con velocidad, sentía como ya poco más de media verga estaba dentro de él y como perro ansioso continuaba con mis clavadas mientras mi pene no dejaba de escupir líquido dentro del tracto rectal de Tavito mejorando el viaje por sus tripas. La sensación era exquisita, lo disfrutaba como nunca y Tavito ya prácticamente no prestaba atención al juego, solo haciendo unos cuántos movimientos para despistar con la palanca de juego en mano y mi otra «palanca» en el culo. Pasando mi mano por el frente de Tavo toqué su entre pierna, la recogí los huevos sintiendo la tersidad de su escroto y subiendo más mis dedos, con ellos tomé su dura verguita masturbándolo.
No debían haber pasado ni cinco minutos, pero para mí era como si hubieran pasado horas, lo excitante de la situación me hacía disfrutar más de la cuenta y creo en Tavito era igual porque de pronto sentí en mis dedos y en mi pene como llegaba su orgasmo, su culo apretando mi verga y su diminuto penesito palpitante soltando unas gotitas de semen. Le dí un empujón más a Tavito clavándosela completa, supongo le dolió porque se estremeció un poco, pero yo sentía ya mi corrida anunciarse desde mi interior así que no me detuve y me dediqué y darle las últimas estocadas hasta terminar, dejé mi cuerpo relajar en el orgasmo y vacíe todo el semen retenido en el interior de Tavo.
La sensación era deliciosa, sin duda una de las mejores corridas de mi vida, pero pronto regresó la lucidez a mi mente, era un lugar público, así que aún contra mis deseos saqué mi pene del interior de Tavo dándole un último vistazo a su culito agradeciéndole el disfrute que me había regalado.
Ninguno de los dos dijo palabra, Tavito estaba como flotando y en la pantalla de juego se veía el «Game over», claro Tavito no había podido seguir jugando mientras mi cogida lo hacía venirse y entonces unos pasos apresurados resonaron. Tavito rápido subió su ropa y yo hice lo mío guardando mi pene cuando entonces Rafita, el amigo de Tavito llegó al lugar,
– Hey, vamos a jugar, ya me dejó salir mi mamá- Dijo el pequeño entusiasmado. Tavito y yo volteamos a vernos mutuamente con algo de sorpresa en nuestros rostros, – Ándale, vamos!- Le invitó de nuevo el niño.
– Ve- Le dije sonriéndole.
– Sí!- Dijo Tavito risueño y juntos salieron disparados del recinto.
Alcancé a escuchar como Tavito le decía a Rafa que debía primero ir a su casa para pasar al baño, así que me imaginé debía ir a dejar salir el semen que le acababa yo de depositar y con una sonrisa sátira en mi cara salí despacio del lugar y caminé esta vez de regreso a casa.
Mi hermano ya no estaba jugando y parecía estarse bañando cuando por fin volví de mi tardío viaje a la tienda, por lo que me ahorré explicaciones pues la bebida que había ido a comprar se había ya calentado, pero al menos yo si que me había quitado la calentura y había conseguido la relajación que buscaba, 2 en 1, todo perfecto.
Al fin otra parte más de este maravilloso relato gracias por escribir de nuevo
Genial relato como siempre, me pone muy cachondo esta historia
¡Cómo me hace acordar a mí ese Tavito! Yo, a esa edad, era tan o quizás más puto que él. Me gustaba «a horrores» dejarme coger, por cualquier y en cualquier lugar.
Besos (escríbanme, por favor)
Uy que rico!! soy fan numero uno de ese tavito vale me encantan los nenes de esa edad y mas varoncitos xq son deliciosos sobretodo sus culitos calentitos