Encuentro casual en el metro de Santiago.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace días que buscaba un buen revolcón, así que cada vez que me sentía caliente subía al metro para sentir el roce de un buen macho pegado a mi cuerpo y su pene rozando mi colita.
Un día, ya cansado de solo sentirlo a través de la ropa, me conecté al wifi del metro La Cisterna y me metí a un chat gay, ahí aparecieron varias propuestas y en una apareció un hombre que estaba cerca de esa estación de metro, quedamos en que me vendría a buscar y después iríamos a su casa.
Yo un joven de 20 años, solo con algunas experiencias en el cuerpo, aún sentía nervios con ese encuentro casual.
Frente a mí, si bien no era lo que esperaba, apareció un hombre cincuentón, ancho de hombros, de buen porte, un metro 80, con brazos grandes y fuertes, muy peludo y algo panzón.
Me llevó a su casa y apenas entramos me desvistió por completo, me besó apasionadamente pasando su lengua por mi boca, luego bajando a mi cuelo, tetillas y axilas, chupándolas y mordíéndolas, hasta, ponerme de espaldas a él y empezar a penetrarme.
Su pene era de unos 22 centímetros, pero de unas 6 pulgadas de grosor, me dolía mucho cada vez que insistía en ponerme la punta.
Hasta que decidió tirarme sobre un sofá, me apretó fuertemente, besó mis labios y puso sus dedos en mi boca, mientras con la otra mano salivaba mi ano e introdujo, primero un dedo, luego dos, hasta tres en mi ano.
Hasta que acercó un poco de vaselina, y de sopetón me lo enterró.
Sentí que se me iba la vida en ello, que me habían partido el cuerpo, pero el dolor luego se convirtió en placer y las embestidas de aquel macho, todo un oso peludo, me llenaron de sensaciones inolvidables, hasta que acabó dentro de mis entrañas y su esperma chorreaba entre mis piernas.
Luego nos dimos una ducha, mientras él enjabonaba mi cuerpo y nos quedamos recostados hasta caer la noche durmiendo cucharita.
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