• Registrate
  • Entrar
ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (6 votos)
Cargando...
Gays, Masturbacion Masculina, Sexo con Madur@s

Encuentro con un policía en los baños de un centro comercial

Desde aquella experiencia que tuve en el metro hace un año, mi inocencia se había esfumado para siempre, ya que, de tener solamente pensamientos meramente infantiles, ahora estos se tornaron más pervertidos y sucios, en donde el morbo y las fantasías eróticas con adultos solamente tenían cabida. .
La experiencia que les contaré esta vez, me sucedió ahora en los baños de un centro comercial cuando tenía 9 años. Recuerdo que era un sábado de primavera, y mi padre me había levantado y alistado desde temprano para llevarme con mi madre a su nueva casa, porque me tocaba estar con ella los fines de semana dado a su situación de divorcio de hace dos años.

Una vez de haber salido de mi casa, nos decidimos a tomar el transporte público para dirigirnos al domicilio de mi madre que se localizaba a 30 minutos de donde vivíamos. Yo ya no veía la hora de llegar, pues estaba muy ansioso y feliz porque ella me había hecho la promesa de llevarme al centro comercial para comprarme el último juego de play station, como premio por haber sacado buenas calificaciones en la escuela, y de paso nos la pasaríamos a todo dar ese día.

Después de que mi padre me dejó bajo el cuidado de mi madre, se retiró para dirigirse a su trabajo y me despidió con un beso en la frente, deseándome que tuviera un excelente fin de semana y me divirtiera mucho, así como que fuera bien portado y obediente con mi mamá. A lo que yo también le deseé mucha suerte en su trabajo y que se cuidara, despidiéndome con un beso en su mejilla, y prometiéndole que lo extrañaría mucho a pesar de que solamente iba a estar lejos de él por dos días.

En eso mi madre, con una sonrisa en su rostro me dijo, ¿Estás listo mi amor para pasarla de maravilla en este día? A lo que yo con alegría le respondí, ¡¡Sííí!! Entonces ni tarde ni perezosos, salimos rumbo a nuestro destino, al centro comercial. Nuestro itinerario era primero ir a desayunar, luego a comprar mi juego de play station, después ir al cine, y por último ir a comer a uno de los restaurantes famosos que anuncian en la tv.

Cuando nos tocó ir al cine, primero tuvimos que checar la cartelera para ver qué estrenos había y cuáles eran los horarios en los que se transmitían. Sin embargo, cuando estábamos parados escogiendo la película que más nos interesaba, se acercaron tres policías al lado nuestro, ¡wow!, estaban de buen ver. Yo no los dejaba de recorrer con la mirada de arriba hacia abajo mientras me tocaba mi entrepierna, ya que portaban un uniforme tan ajustado que los hacía ver muy sexys y varoniles, por lo que eso me alborotaba la hormona. Ellos notaron también que yo me les quedaba viendo, y me echaban una mirada característica de los policías, como una mirada que imponía respeto, pero eso a mí no me importaba. En una de esas, en voz baja, les dije ¡Ay papasitos!, mientras seguía tocándome mi verga porque sentía cosquilleo, a lo que ellos me miraron con asombro porque me alcanzaron a escuchar, además de que notaban que no dejaba de tocarme mi bulto, como diciendo, ¿Cómo es posible que un niño de esa edad se les insinúe a unos hombres adultos como nosotros? ¡Qué chamaco tan puto y caliente!

Yo en ese momento no hallaba para dónde voltear, era tanto mi sonrojo que mejor me retiré del lugar y esperé a mi mamá en una de las entradas de las salas, ya que pensé que me iban a decir algo o a regañar por andar de lengua suelta. No cabe duda de que los policías tienen un oído biónico, o eso era lo que pensaba en ese momento.

Una vez de haber escogido la película que veríamos, entramos a una de las salas y nos acomodamos hasta la parte de arriba donde había mayor cantidad de asientos vacíos. Sin embargo, la imagen de aquellos policías tan sabrosos no dejaba de rondar en mi cabeza, al grado de ponerme tan inquieto en todo el rato que estábamos viendo la película, que sentía la necesidad de masturbarme para liberar la tensión que traía porque mi verga ya estaba dura como una roca, además de encontrarme excitado. Mi madre notaba que algo me sucedía, pero yo no se lo quería hacer notar, y me preguntó, ¿Te pasa algo cariño? ¡Si quieres nos vamos de aquí para ir a otro lado si ya estás enfadado! A lo que yo le respondí, ¡No es nada mamá, es sólo que quiero ir al baño! ¿Gustas que te acompañe?, me preguntó, y yo le respondí ¡No, iré solo!, ¡No tardo!

En eso, aproveché para ir al baño a desahogarme, no sin antes orinar un poco para que la masturbación me fuera más placentera. Cuando entré, vi que había varias personas haciendo sus necesidades en los mingitorios, a lo que yo también escogí uno para hacer las mías, y de paso me cercioré de que no hubiera nadie en los excusados para que yo pudiera jalármela a gusto, una vez que se retiraran las personas que estaban de pie.

Cuando me quedé solo, comencé a pajearme, pero de repente, entró uno de los tres policías que había visto anteriormente en la sección de taquillas. ¡Oh, Dios!, ¡no puede ser!, mi corazón se aceleró en ese momento. Yo no sabía qué hacer o cómo reaccionar ante la presencia de aquel papasote, ya que alcanzó a verme, a lo que me guardé rápido mi verga y me quedé parado de la vergüenza sin poder hacer nada, no esperaba que entrara alguno de ellos. Por un lado, estaba un poco asustado porque pensé que me iba a reclamar por lo que les dije antes, pero por el otro, estaba tan feliz de poder tenerlo tan cerca de mí y echarme un taco de ojo con tan divina presencia.

El policía se veía más joven que sus compañeros, más o menos de unos 32 a 35 años, su complexión era esbelta, y su estatura era más o menos alta, además de traer un bigotito finamente rasurado que lo hacía ver más varonil. En eso se acerca al mingitorio de al lado de donde yo me encontraba, y mientras hacía sus necesidades, me saludó: ¡Hola campeón!, ¡cómo te va!, su voz parecía haberse despojado del tono autoritario que caracteriza a los policías cuando están trabajando, adoptando un tono más sereno y cálido conmigo, como si estuviera escuchando a mi padre. Eso me tranquilizó y me dio más confianza para romper el hielo, y ver cómo se iban dando las cosas. A lo que le respondí todavía un poco apenado, ¡Muy bien oficial, gracias! ¿Por qué te asustaste cuando entré? ¿A caso te causo horror?, ¡jajaja!, ¡No te creas, no me hagas caso! ¡No, no era eso, sólo que ya estaba a punto de terminar y retirarme!, ¡jeje!, respondí aún apenado. ¡Sólo quiero que sepas que puedes platicar conmigo con confianza, aunque no nos conozcamos! ¡Gracias señor!, respondí ya más tranquilo. ¡Mira, no tienes por qué apenarte por lo que estabas haciendo antes de que yo entrara, ni por lo que dijiste en voz baja en las taquillas! ¡A veces es normal que un niño como tú pueda sentir cierta atracción por personas del mismo sexo por muy mayores que estas sean!, ¡Y es porque aún estás en la edad donde descubres, exploras y experimentas cosas nuevas! ¡Por lo que a veces, puede hacerte hacer o decir cosas de las que luego te avergüenzas, pero es parte del proceso! ¿Usted cree?, pregunté ya más confiado, ¡Créeme que sí!, a lo que él me respondió. ¡Déjame confesarte que a mí sí me gustó cuando nos chuleaste a fuera de las salas del cine! ¡A decir verdad me sentí muy alagado por el cumplido que nos hiciste, ya que es la primera vez que un niño como tú se atreve a expresar lo que siente, aunque sepa que puede recibir comentarios negativos! ¡Wow!, lo que me dijo me dejó estupefacto, no esperaba esa respuesta, y menos viniendo de un policía, por lo que mi corazón volvió a acelerarse sobremanera de la excitación que me había provocado su comentario, y él lo notó rápidamente. Entonces se me acercó, y con sus cálidas manos tocándome los hombros me dijo, ¡Sabes, yo también creo que eres un niño muy hermoso! ¡Si quieres, yo puedo cumplir la fantasía que estabas llevando a cabo a través de la masturbación, y de paso liberar toda esa tensión que traes atrapada en tu interior! ¡Prometo no hacerte nada que no quieras! ¿Qué dices?

Sin duda, la propuesta que me hizo el policía me cayó como anillo al dedo, y yo no sería tan tonto como para dejar ir esa oportunidad de poder desahogarme y cumplir mi fantasía. Entonces acepté, y él me dijo, ¡Bueno, entonces vamos a un lugar más escondido que conozco por aquí cerca! ¡Como no cuento con mucho tiempo porque tengo que regresar a mis deberes, necesito que esto lo hagamos rápido!, me advirtió el policía, a lo que yo le respondí, ¡Está bien señor, yo tampoco puedo estar mucho tiempo fuera del cine, ya que mi mamá está pensando que sólo vine a hacer pis! En eso, me llevó a una bodega donde guardaban tiliches o cosas que ya se desechaban del centro comercial, ubicada a fuera de los baños y nos encerramos.

Fue ahí cuando empezó toda la acción, ya no esperaba el momento para dejármele ir y abrazarlo fuertemente diciéndole con voz sensual, ¡¡Ay papasito!!, ¡¡Qué rico estás!! ¡¡Aaaahhh!!, ¡¡Aaaahhh!! ¡¡Te quiero mucho!!, ¡¡Aaaahhh!!, ¡¡Aaaahhh!! Era una sensación sin igual sentir su cuerpo de hombre, musculoso y atlético. Mi voz se escuchaba tan agitada por aquel momento tan cachondo, que entre gemidos y agasajos que ambos compartíamos, nos seguíamos diciendo cosas sensuales, y él correspondía diciéndome, ¡¡Ay bebé!!, ¡¡Aaaahhh!!, ¡¡Yo también te quiero mucho!!, ¡¡Aaaahhh!!, ¡¡Aaaahhh!! ¡¡Tú también estás a pedir de boca muñeco!!, ¡¡Aaaahhh!!, ¡¡Aaaahhh!! ¡¡Estás bien rico bebé!! ¡¡Aaaahhh!! ¡¡Aaaahhh!! En una de esas, terminamos en el piso, quedando yo encima del policía, recorriendo todo su cuerpo con mis pequeñas manos, mientras él me agasajaba las nalgas y la espalda diciéndome, ¡¡Aaaahhh!!, ¡¡Qué culito tan rico tienes bebé!!, ¡¡Aaaahhh!!, ¡¡Aaaahhh!! Era una sensación maravillosa sentir sus manos enormes recorriendo mi pequeño cuerpo, y yo aprovechaba también para acariciarle el tremendo culazo que se cargaba y las piernas tan atléticas que se sentían apretados por su ajustado pantalón. Yo le correspondía diciéndole, ¡¡Aaaahhh!!, ¡¡Aaaahhh!!, ¡¡Usted también tiene un culote muy sabroso papito!! ¡¡Aaaahhh!!, ¡¡Aaaahhh!! A lo que él me dice, ¡¡Bésame mi amor, que te deseo mucho!! ¡¡Mmmmmch!!, ¡¡Mmmmmch!! A lo que yo le correspondí diciéndole ¡¡Claro que sí mi vida, que me gustas mucho!! ¡¡Mmmmmch!!, ¡¡Mmmmmch!! ¡¡Me encantas!! ¡¡Mmmmmch!!, ¡¡Me fascinas!! ¡¡Mmmmmch!!, ¡¡Mmmmmch!! En eso, el policía me pidió que me pusiera de pie y me bajara el pantalón para mamarme mi verga, a lo que yo accedí y le dije, ¡¡Chúpame el pito papi!! ¡¡Aaaahhh!!, ¡¡Aaaahhh!! Yo agarraba su cabeza y lo clavaba a mi verga bombeando rápido en su boca, y él no paraba de succionarme diciéndome, ¡¡Qué rico sabe tu chupirul nene!! ¡¡Mmmmm!!, ¡¡Quiero tragarme tu lechita infantil!! ¡¡Mmmmm!! ¡¡Mmmmm!! Y después de haberme mamado por un rato mi verga, sentí cómo me venía en su boca arrojándole chorritos de mi babita o semen infantil acompañados de un gran gemido, ¡¡¡¡¡Aaaaaaaaaahhhhhhhhhh!!!!! Yo quedé exhausto y con las piernas temblorosas. Sin embargo, no terminaba todo ahí, ya que ahora me tocaba mamarle la verga al policía porque así me lo había pedido él. Entonces me le hinqué en frente, y él se puso de pie sacándose su verga del pantalón, ¡wow!, qué pitote se cargaba. Acto seguido, le comencé a chupar su verga, la cual tenía un sabor semi salado, pero era un sabor agradable, a lo que él me dijo ¡¡Trágatela bebé!!, ¡¡Así!! ¡¡Aaaahhh!!, ¡¡Sigue!! ¡¡Aaaahhh!!, ¡¡Aaaahhh!! ¡¡Es toda tuya nene!! ¡¡Aaaahhh!!, ¡¡Aaaahhh!! Me la dejó ir toda, como si me hubiera metido de golpe una berenjena en la boca. Yo solamente tenía que disfrutarlo. El policía seguía bombeando sobre mi boca moviéndose a un ritmo uniforme hasta que en una de esas se vino dentro. ¡Wow!, soltó tres chorros grandes de su leche caliente que me dejó embarrada la boca. Yo al principio sentí asco por el sabor de su semen, pero poco a poco me fui acostumbrando.

Ya después de que ambos concluimos nuestro acto de lujuria y liberamos nuestra tensión, el policía sacó un pedazo de papel para limpiarme mi boca como bebé que terminó de beber su leche y quedó embarrado. Yo me subí mi pantalón mientras que él se guardó de nuevo su verga, y salimos de la bodega, no sin antes despedirnos con un beso tierno en la boca. Él se regresó con sus compañeros, y yo a la sala donde transmitían la película que escogimos con mi madre. Sin duda alguna, estaba muy feliz porque al fin había podido cumplir una de mis fantasías, la de hacerlo con un policía, lo cual me dejó complacido, y seguramente a él también.

Cuando llegué a mi asiento, mi madre notó que traía una cara de felicidad, a lo que no se quedó con la duda y me preguntó, que por qué andaba tan sonriente, y yo sólo le respondí, que porque la vida es bella cuando uno es niño. Una vez que terminó la película, nos fuimos a comer a uno de los restaurantes famosos que anuncian en la tv, cumpliendo así el itinerario que habíamos trazado.

Espero que les haya gustado este relato. Prometo publicar más como este, que aún tengo experiencias por contar. Gracias.

 

44 Lecturas/5 agosto, 2025/0 Comentarios/por Hombre goloso
Etiquetas: baño, culito, madre, mayor, mayores, padre, semen, sexo
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
En la mecánica parte 4
Mily… Parte 2: Elixir prohibido
La hermana de mi mejor amigo es sonambula
Freed no solo a mi me domina
Anna, annita, mi annita
Mi Prima Johanna – Parte 3: Vanessa
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.150)
  • Dominación Hombres (3.514)
  • Dominación Mujeres (2.679)
  • Fantasías / Parodias (2.800)
  • Fetichismo (2.388)
  • Gays (20.920)
  • Heterosexual (7.455)
  • Incestos en Familia (16.874)
  • Infidelidad (4.165)
  • Intercambios / Trios (2.859)
  • Lesbiana (1.093)
  • Masturbacion Femenina (797)
  • Masturbacion Masculina (1.647)
  • Orgias (1.809)
  • Sado Bondage Hombre (418)
  • Sado Bondage Mujer (157)
  • Sexo con Madur@s (3.798)
  • Sexo Virtual (231)
  • Travestis / Transexuales (2.282)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.250)
  • Zoofilia Hombre (2.075)
  • Zoofilia Mujer (1.619)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba