ENTRE NARANJAS Y LIMONES
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Nos pusimos a ordenar la fruta en las gavetas haciéndonos juegos de empujones y cosquilleos, había que también arreglar unos tablones de madera y cuando a medias terminamos la tarea nos sentamos sobre la madera, le dije que se acerque a sentarse en los muslos de mis piernas ya que a él le gustaba que lo haga mover saltando a manera de galope simulando que montaba caballito, Fabricio no paraba de reír, desde que Fabricio era muy pequeñito ya me fijaba en él sobre todo aquellas veces que lo espiaba cuando se metía a orinar en el monte, para su edad tenía una verguita grandecita y gruesita bien rosadita, me enloquecía verle los movimientos de los dedos en la verguita y sus caderitas con sus piernitas rellenitas teniendo un culito bien ondulado y rellenito que al caminar lo hacía como pato, la primera vez que sentí su verguita fue cumplidos sus tres añitos cuando lo estaba bañando en el río a solas ahí sobre una piedra lo senté y le di de mamadas y restregadas de mi verga por el culo hasta dejarle mi semen en su piel, desde esa ocasión en adelante cada vez que visitaba a mis abuelos buscaba la forma de estar a solas con Fabricio para culiámelo.
Fabricio seguía sentado sobre mis muslos, puse su espaldita sobre mi pecho y estómago acomodándolo cómodamente, sus piecitos se movían alegremente adelante y atrás rozando mis muslos y los tobillos, quería que sintiera el culito suyo sentado sobre el bulto de mi verga vestida que ya estaba mojada del deseo de culiar, lentamente le fui bajando la cremallera y hurgué dentro hasta sacarle la verguita flácida, con los dedos la agitaba hasta rapidito ponérsela tiesa, yo tenía mi cara apoyada en el hombro de Fabricio oliéndole la piel sudada que tenía y le decía que mire como su verguita crecía como gusanito y Fabricio no para de reír viendo parada su verguita que con sus deditos la frotaba, por lo general eso le hacía antes de culiármelo y él ya estaba acostumbrado por eso reía cada vez que le hacía esos mimos sexuales, me gustaba que su pelo roce mi cara eso me ponía más caliente, seguí agitándole la verguita y dándole de besitos en el cuello y en las orejas moviéndome mas las piernas, ya se me salía el semen y mejor me contuve, lo separé de mí parándole en mi delante mientras yo me arreglaba la verga tiesa por dentro, Fabricio se estiraba el pene descubierto, lo acerqué y me arrodillé a lamerle la verguita y los huevitos, esa piel blanquita deliciosa, luego me paré lentamente, deslicé mi cremallera y me saqué la verga que la tenía bien tiesa y mojada, se la pasé por los labios quedándole el brillo impregnado en la piel, tenía los ojos abiertos viendo el movimiento del glande en sus labios, le dije que abriera la boca y lo hizo entrándole de poquito mi verga.
Al instante se escucha el sonido del pito del camión trayendo mi tío más naranjas y limones, nos vestimos muy rápido y con la tela de mi camisa le limpié la cara y labios que tenía liquido pre seminal luego salimos del lugar del montón de fruta y de la madera apilada donde estábamos escondidos, ante las insistencias de las pitadas fui rápido y alcé el portón de la bodega y el camión ingresa, entre los tres terminamos la faena y muy a tiempo para el almuerzo campestre inolvidable, ni bien empezamos el almuerzo y llega mi otro tío con su esposa y mi primito Gonzalito que iba por los tres años, un niño no tan precioso pero el resto de su cuerpo de similares características físicas a mi primo Fabricio, en la mesa escuchaba que mi abuelo les pedía a mis tíos que lo llevasen a la ciudad a hacer el negocio de los cítricos y que luego recorrieran con él la plantación, mis tíos aceptaron y minutos después de comer se fueron rumbo a la ciudad, no nos quisieron llevar porque tardarían mucho tiempo.
Como es de costumbre en el campo, se realiza la siesta luego de almorzar, mis primitos yo nos quedamos ayudándole a lavar los trastes a mi abuela y ella como siempre todas las tardes subía a tejer a su fresco cuarto elevado de la casa o a darse de una siesta prolongada, luego de lavar se despidió acariciándonos el pelo y dándonos un besito en la mejilla, vi que mi primito Gonzalo la siguió a mi abuela, yo me quedé sentado en el sillón haciendo cuentas y leyendo y a la vez viendo a Fabricio acostado en el suelo recortando figuritas, lo miré por varios minutos y después me acosté encima de él moviendo mi verga vestida, Fabricio estaba quietito, le dije en la oreja que fuéramos al cuarto a jugar pero que él primero fuera a ver a mi abuela y a mi primito si ya estaban dormidos y que luego fuera a mi cuarto a avisarme porque allí lo esperaría.
Corrí a mi cuarto y me quité la ropa metiéndome desnudo en la cama cubierto por sábanas, al ratito entra Fabricio diciéndome que nuestra abuelita estaba dormida en su cuarto y que Gonzalo estaba dormido en el cuarto apartado de su mamá, le dije a Fabricio que pusiera seguro a la puerta y que viniera a costarse pero que se quitara la ropa, el niño muy obediente se fue quitando poco a poco la ropa y se metió en la sábanas yo lo recibí abrazándolo y besándolo diciéndole que estábamos jugando al papá y a la mamá y a él en ese juego supuestamente le gustaba ser el papá y yo le aceptaba para estimularlo, se acostaba sobre mi espalda pasando la verguita por mi culo como le había enseñado en anteriores veces, después él se acostaba con su espalda sobre mi pecho y ahora yo le pasaba mi verga por su culito, estar así me gustaba, tener su pelito descansando sobre mi garganta teniendo los dos la cara boca arriba, así nos quedábamos por rato, y mirábamos que yo le estiraba con delicadeza su verguita ya tiesa, me gustaba durar cuando lo culiaba a Fabricio, nos quitamos las sábanas y lo puse con su cara al colchón vi su culo descubierto agarré mi verga y se la puse entre las nalgas empujándola poquito hasta que aguante haciéndole un aproximado mete y saca delicadamente porque ya esperaba que me pidiera que lo haga despacio porque le dolía, me daba gusto ese culeo de pene y culo moviéndolo sobre la piel de mi primo hasta que mi semen quedaba pegado en la piel del culo de Fabricio, se lo limpiaba y nos quedábamos acostados desnudos en la cama por un largo rato haciéndole caricias, luego como de costumbre Fabricio salía de mi cuarto y yo después de un buen rato lo seguía.
Pero aquella tarde yo no salí del cuarto y me quedé profundamente dormido, me desperté al sentir que me movían los hombros, era mi abuela que iba a visitar a una comadre enferma y que necesitaba llevarle los remedios caseros que ella hacía y que me quedara al cuidado de mis primitos que ahora se estaban bañando en la tina de lavar ropa, le acepté de buena gana y seguí acostado pero como así son los antiguos de un manotazo en la espalda y rápido me levanté de la cama, la vi partir quedándome sentado en la sala terminando las cuentas, vi a lo lejos efectivamente que mis primos se estaban bañando desnudos correteándose con una jarra lanzándose agua, la pereza continuaba y yo estiraba mis brazos y piernas dándome una erección deliciosa que con placer manoseaba mi verga tiesa.
Luego de un rato vi por la ventana que no estaban mis primos, me dio un escalofrío de angustia y salí a ver qué sucedía con ellos, ni mucho di unos pasos y vi abierto el portón de la bodega de cítricos, me acerqué lentamente caminando con cautela sin hacer ruido y escuché gemidos leves, y al instante vi acostado boca abajo sobre las tablas a Gonzalito que sobre él estaba acostado Fabricio que le daba de a roces de verga por el culito haciendo lo mismo que hacíamos él y yo en la cama de mi cuarto, los dos culitos se movían culiándose, ya no pude más con ese deseo reprimido de culiar que me acerqué y los vi por unos instantes, sólo reí un poco, me senté sobre las tablas y los puse sentados a cada uno en mis muslos haciéndole caballitos, les hacía eso para que olviden algún recelo y me tengan más confianza así que les dije que íbamos a jugar ese jueguito en secreto, los senté ordenándoles que abran las piernas y dejen ver esas verguitas, las lamí con gran gusto hasta el cansancio, ellos no paraban de reír, por inocencia el que más reía era Gonzalito, después les dije se acostaran sobre la tablas, así que sus culitos aunque tenían tierra y polvo con cuidado les abrí el culo mostrándome el rosado anito latiendo y les pasé la punta de mi lengua llegándoles a lamer mi ano por corto tiempo, ahora yo me senté y arrodillé en mi delante a Fabricio viéndome mi verga que se acercaba a su cara, abrió la boca para mamármela a medias, luego lo arrodillé a Gonzalito y le paseé mi glande por los labios haciendo que abriera su boca, quise metérsela toda pero casi se asfixia, yo gozaba de aquello.
Les dije que fueran a bañarse, les pasé espuma de jabón por el culo de cada uno lubricándole en lo que se podía meter el dedo en sus culitos, ellos protestaban porque les hacía doler, los sequé llevándomelos al cuarto, brincaban sobre la cama de eso aproveché para asegurar la puerta y desnudarme, caí en la cama y ellos quedaron acostados encima, les hice cosquillas y jugamos a las luchitas, era de ver los tres desnudos sobándonos las piernas y agarrándonos las vergas, me acosté boca abajo y le dije a Fabricio que me culiara poniéndose sobre mí haciendo que su verga pase por mi culo, Gonzalito sentado en el colchón con las rodillas dobladas miraba cómo Fabricio me culiaba, luego Gonzalito hizo lo mismo que Fabricio, después los acosté en forma inversa haciendo el 69 mamándose las verguitas, luego lo hice con cada uno chupándonos las vergas al mismo tiempo, hicimos un alto, el más entusiasta era Fabricio que de repente lo acostó a Gonzalito y le estaba dando verga por alrededor del culo, lo agarré de la cintura y jugamos a las luchitas logrando arrimarlo a un extremo de la cama le abrí el culo y le mande gran cantidad de saliva por l culito lo mismo hice con la cabeza mi verga latiendo del deseo de culiar, lo prendí despacio metiéndole el glande al aguante, Fabricio pujaba y gemía luego lo solté porque protestaba que le dolía.
Lo agarré a Gonzalito y lo puse en posición perrito en el extremo opuesto de la cama asimismo le ensalivé el culo y le metí la punta de mi verga en su culito apretadito, me gustaba mucho escucharle gemir, Fabricio con su verga estirada miraba el culeo que le hacía a Gonzalito, me aparté y me acosté en la cama boca arriba, Fabricio se acostó de espaldas a mi pecho y encima de los dos estaba acostado Gonzalito, los alzaba y los bajaba ya que las vergas rozaba el culo, luego nos separamos, ya más alegre se dejó de nuevo culiar Fabricio en posición perrito en el extremo de la cama, mi verga actuaba en su culito y Gonzalito miraba como me lo culiaba a nuestro primito me hizo sacar semen que se deslizaba por la piel de su culo y piernitas, lentamente quedó parado y lo puse a Gonzalito en el extremo de la cama a rozarle en su culito toda mi verga con restos de semen, les dije que rapidito fuéramos a bañarnos porque ya mismo regresaba la abuela.
Después de esas culiadas que nos dábamos poco a poco con discreción me iba apartando de ellos, más aún cuando después de hace poquísimo tiempo en que relato esto fueron sorprendidos Fabricio y Gonzalo culiandose desnudos con posturas sexuales mientras se bañaban en la tina, yo no quedé en sospechas porque ellos no hablaron de mí, irónicamente la abuela los corrigió a mis tíos de que eso pasaba con los niños poruqe mis tíos se dejaban ver de los niños cuando hacían sexo o por las novelas de televisión, qué guay mi abuelita, por eso la quiero.
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