Entre primos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por daniel-boy.
Piero se levantó temprano, como de costumbre y se tomó una ducha.
Era su último año en el colegio, y los preparativos para la fiesta de graduación estaban yendo rápidamente.
Era bastante querido y admirado en el colegio: pertenecía al grupo de basketball como capitan.
No era indiferente a las chicas que lo buscaban a cada rato, y en algunos casos terminó en la cama con alguna de ellas.
Con los demás chicos el respeto era similar, solo que había más confianza para hacerse unas bromas: siempre le molestaban porque no era tan alto como los demás y por ser bastante nalgón.
En un principio esto le molestó, pero con el tiempo fue tomandolo como un apodo más.
De vez en cuando, en las duchas, se jugueteaban entre ellos y hasta se daban nalgadas, pero todo quedaba ahí nomás.
Él y otros chicos eran la envidia de varios otros muchachos por sus cuerpos bien formados para sus cortas edades.
Era semana de exámenes de medio año.
El comité dijo que iban a suspender las sesiones para la graduación por las vacaciones que se aproximaban.
Era un tiempo para relajarse, y ver si se cogía a una chica por algún lado.
En casa, su mamá le dijo que iba a venir a la casa su primo Fernando, el hijo de 22 años de un tío con el cual jugaban de niños y su relación era muy muy estrecha.
A Piero le encantó la idea, y su mamá dijo que, por temas de espacio, le habían ofrecido su cuarto.
Piero no mostró objeción.
Al llegar a casa, Piero se sorprendió cómo había cambiado: era bastante alto, como de 1,83cm, en comparación al 1.70cm de Piero, su piel era morena, tipo bronceada, como siempre, contrastando con la piel blanca de Piero que le hacía ver más inocente.
Pero lo que más le sorprendió era el buen físico que se podía apreciar en todo su cuerpo: Brazos bien marcados y fuertes, unas piernas bien trabajadas y unos pectorales prominentes y duros.
Se quedó contemplándolo por unos instantes, hasta que la voz de Fernando le hizo volver al mundo.
Piero solo dijo que se había sorprendido de lo mucho que había cambiado, y se dieron un abrazo fraternal como cuando eran niños.
Ambos estaban entusiasmados por compartir habitación.
Hacía años que no se veían y se contaron de todo.
Planearon diversas salidas a hacer deporte, conocer lugares y demás.
Una mañana, sus padres de Piero le dijeron que iban a salir a hacer unas visitas a unos amigos del trabajo, y estarían fuera de casa tres días.
Les dieron una lista de tareas, cosa que le incomodó un poco a Piero.
El día que se fueron, con el motivo de no limpiar, Piero dijo que iba a hacer unos entrenamientos en el colegio, y Fernando no le dijo nada.
Salió a visitar a unas chicas y al regresar vió como la casa estaba bastante limpia, más que de costumbre.
Busco a fernando, y lo vio con el torso desnudo pasando una mopa por el piso del cuarto de Piero.
Verlo así hizo que Piero se detuviera a contemplarlo, y otra vez Fernando tuvo que hacerlo volver de su asombro.
Se acercó bastante a él y le preguntó si estaba bien, y respondió que no pasaba nada.
Su cuerpo estaba brillando por el sudor, y por momentos le daba ganas de tocarlo.
Sus pectorales eran bastante fuertes y trabajados, junto con sus grandes brazos y ese vientre casi marcado.
Cuando fue a bañarse, Piero se dió cuenta de su tremenda erección, y se asustó porque nunca le había pasado eso con un hombre.
Se metió a su computadora y empezó a ligar con chicas.
Quedó para follar con una esa noche.
Al salir, su primo estaba en boxer blanco, resaltando bien su paquete con su tostada piel.
Piero evitó mirarlo y salió.
Cuando regresó, aún no se podía quitar de la cabeza la imagen de su primo, y al entrar al cuarto vió que estaba dormido.
Se cambió para irse a dormir, hasta que notó que su primo estaba desnudo: se podía ver la silueta de su cuerpo bajo las sabanas.
De la nada volvió a tener una erección, y sintió curiosidad por ver como era su cuerpo desnudo.
Se podía ver su erección mientras dormía y aparentaba ser una polla bastante grande.
Piero se sentía muy excitado, pero cuando quiso ir a sacarle la sabana, volvió en sí.
Se tumbó en la cama y se esforzó en dormir.
Al despertar, se dió cuenta de que su erección seguía igual de intensa.
Vio que su primo no estaba en su cama, entonces aprovechó para poder desquitarse con una buena paja.
Se dio cuenta de que estaba sintiéndose atraído por su primo, entonces agarro su celular y se puso unas películas porno de chicas lesbianas para pajearse.
Cuando estaba por correrse, su primo salió del baño y entró al cuarto solo con una toalla en la cintura.
Rápidamente se tapó como pudo, pero no podía ocultar la erección bajo las sabanas.
Fernando se rió.
-Te estabas pajeando por unas chicas??
-Bueno,.
yo no.
-No te preocupes, es normal a nuestra edad.
Yo empecé a los 13.
-Ya pero yo no estaba haciendo eso.
-No tengas miedo, se te nota la erección desde aquí, jajaja
-Ya, no me molestes.
– En eso Fernando se acerca lentamente a la cama de Piero.
-No tengas verguenza, estamos entre hombres, no??- Y se sienta en la orilla de la cama.
-Ya ok, sí estaba masturbandome.
-Puedo acompañarte?- Dijo Fernando con voz picaresca.
-No seas loco.
-Jaja, nunca te has hecho una paja entre amigos?? Es lo más excitante del mundo.
-No nunca lo haría.
– En eso Fernando se quita la toalla y deja ver sus 20cm de verga.
-WOW.
Eso es tuyo??- Exclamó Piero.
-Jajajaja, sí, así es, tu tampoco estás mal.
cuanto te mide, 16?
-Sí, es ese tamaño.
– En eso Fernando agarra su la polla de Piero.
-Mmm, es bastante gruesa, como la mía.
– Piero no dijo nada.
– Bueno, sigamos viendo ese videito que escuché a lo lejos.
Agarró su celular y puso play al video.
Ahí estaban los dos, desnudos pajeandose viendo una película porno de lesbianas.
Por momentos Fernando le agarraba la polla a Piero y este hacía lo mismo.
Se pajeaban mutuamente.
Cuando el video terminó, Piero estaba bastante rojo y caliente.
Fernando lo agarró y se hechó con él en la cama.
Recostó el rostro de Piero en su gran pecho musculoso, mientras le acariciaba la mejilla y jugaba con su pelo.
Piero seguía jugando con la polla de su primo.
Evitando mirarlo directamente.
En eso, Fernando baja el brazo y empieza a acariciar el gran culo de Piero.
Este se siente algo incomodo pero caliente.
-Tienes un culazo, primito.
-Jaja, todos me dicen eso.
-Te han probado alguna vez??
-No, nunca, aunque las chicas me lo agarran cuando las follo.
-Y no quieres probar una vez??
-No lo sé, es la primera vez que siento algo así.
-No te preocupes.
Es más, no haré que te duela.
Fernando movió a Piero y lo puso en cucharita.
Empezó a rosar su enorme verga en su lampiño culo de Piero.
Este solo se sonrojaba y dejaba que Fernando lo toque.
En un rato Fernando se pone de pie y apunta con su verga a la cara de Piero.
Este sabía lo que quería, y como un impulso salvaje se tragó esa enorme verga.
Al principio con algo de arqueadas pero luego agarró ritmo y gozaba cada centímetro de su polla.
La verga morena de Fernando era gruesa y venosa.
Fernando se acomodó y colocó a Piero encima de él, posicionándose detrás en su culo.
Así formaron un 69, y cuando Piero sintió la lengua de su primo en su culo no pudo contener los gemidos de excitación.
Incluso se excitaba con las nalgadas que recibía.
Cuando empezó a salirle liquido precum, Fernando se movió de la posición en la que estaba, y se colocó con la verga apuntando sobre las nalgas de Piero.
Este, boca abajo, estaba excitado y pidiendo más y más.
Fernando rosó por un rato su verga y sin avisar, se lo empezó a meter lentamente.
Piero dio unos gritos al principio, hasta que le ingresó toda.
Ahí empezó Fernando a bombear.
Piero gemía excitado, y su primo le daba pequeñas mordidas en la espalda, cuello y orejas.
Se sentía en el paraíso.
Luego de un rato, cambió de pose, y se sentó en la cama.
Agarró a Piero y lo puso sobre él.
Ahí los dos, Fernando arrodillado y Piero alzado por este, volvieron a follar y sentirse el uno al otro.
En eso, Fernando le planta un beso a Piero.
Este se sonroja pero lo acepta con gusto.
Empezaron lento, hasta que sus lenguas se juntaron y compartieron fluidos.
Con las piernas abiertas, Piero seguía gozando sobre la polla de Fernando, y este luego lo tumba boca arriba y pone sus piernas al hombro.
Ahí Piero empezó a gritar.
Le dolía pero no quería que se lo sacaran.
Fernando agarró la polla de Piero y empezó a pajearlo.
Fueron unos minutos los que duraron así hasta que Fernando no se contuvo más.
-Me vengo, Piero!!
-Vente, quiero sentirte!!
-Me corroooo!!:.
AAGGGHHHH!!! AAAAAAAHHH
-Yo también me vengo, Fer, aaaaaaaaaaaaaahhhh aaaayyyyyy- Fernando lo calló con un beso.
-Te gustó??
-Me encantó.
En eso Fernando se levanta de la cama, y se va directo a la ducha, dejando en la cama a Piero.
Este se sintió raro, como si lo hubieran dejado en vacío.
Había descubierto que le gustaba ser follado por su primo y este mismo lo había dejado en el momento más intimo.
Cuando salió del baño, Piero quiso volver a recostarse en su pecho, pero este no le dejó.
Piero se sentía decepcionado.
A la noche, ambos en camas separadas, Piero evitaba hablar con Fernando.
Este estaba como si no hubiera pasado nada.
De momento quiso preguntarle, pero entonces Fernando apagó la luz y se fue a dormir.
Piero sentía algo raro dentro suyo.
No sabía que era, pero le causaba excitación y temor a la vez.
Jamás olvidaría la tarde que pasó junto a su primo ni como este le incitó a recibirla.
No sabía si se volvería a repetir, total, solo se quedaba esta semana y de ahí se volvía a su ciudad.
Piero solo esperaba revivir ese momento una última vez.
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