ENZO 12
Nazario experimenta por primera vez su lado pasivo, como sumiso siendo guiado por Enzo, y este se da cuenta que el pasado de su vida aun le tiene algunas sorpresas que sin duda harán que vea la vida diferente, y también a seguir enfrentando sus demonios..
ENZO 12
Al regreso de mis vacaciones, no tenía deseos de encontrarme con Nazario, y fue lo primero que me pasó, lo topé en uno de los pasillos, yo me porté indiferente, como si no hubiera pasado nada, pero él me detuvo y me preguntó si podíamos hablar, le dije, que sería mejor hablar en otro lugar, en ese momento me pidió que fuéramos a un lugar alejado, pero me negué, le pedí que habláramos al terminar mis clases, me dijo; que me esperaría en la entrada del instituto. Cuando terminé mis clases, más que nada era hacer la carga horaria, salí y me despedí de mis compañeros, poniendo de excusa que tenía algunas cosas que hacer y quería darme prisa.
Me encontré con Nazario que estaba esperándome, al principio dudé de subirme en su camioneta, pero terminé haciéndolo, ese día le contaría la verdad, pues no sabía si la desconocía, llegamos hasta una cafetería, donde podríamos hablar tranquilos y lejos de la vista de curiosos, pero las mesas de aquella cafetería eran muy pequeñas, así que nos sentamos uno al lado del otro y poder tener más libertad de mover los pies, en aquel momento Nazario fue quien habló.
Nazario: ¿Por qué no me respondías los mensajes, tan mal te traté aquel día? te mandé varios, pero no me respondiste, no hasta que saliste de vacaciones, varias veces te busqué en el instituto, pero no te encontré, ¿por qué lo hiciste?
Enzo: después de lo que hicimos, me sentí con remordimientos, no debía haber pasado, además no pensé que me fueras a buscar, y cuando vi tus mensajes, pensé que serían amenazas. – solo veía que era un mensaje de él, pero no los habría, pensé que solo me amenazaría.
Nazario: pero pasó y me gustó, lo disfruté y creo que también tú, además no soy tan malo para amenazarte. – Nazario estiró su mano agarrándome la entrepierna, me puso nervioso.
Enzo: ¿eh qué haces? – me sorprendió su movimiento, pero mi verga ya estaba parada solo de recordar lo de aquel día.
Nazario: podrás decir que no, pero tu verga no miente, se te ha puesto dura solo de recordar, habla claro dime ¿por qué no podemos repetirlo? Aquel día hiciste un comentario diciendo que me arrepentiría cuando supiera quién eres. Por favor habla claro, sin rodeos, dime ¿quién eres?
Enzo: soy el hijo de Agustín Valencia y Cristina Bautista. No sé si estabas enterado o no.
Nazario: no sabía que eras tú, desconocía el nombre, solo sé que Agustín y Cristina tenían un hijo, pero no que eras tú.
Enzo: es por eso que no podemos seguir, ¿qué diría mi padre? ¿qué te haría tu padre? si fue capaz de matar a mi abuelo a sangre fría, también a mi tío, lo violó y mató, ese maldito desgraciado, perdona es tu padre, pero me ha hecho mucho daño.
Nazario: te entiendo, pero ellos no tienen por qué meterse en nuestras vidas y decisiones. Mi padre les causó mucho daño a más personas, no solo a ustedes.
Enzo: eso no lo justifica, al principio tenía miedo a todos ustedes, di por hecho que serían igual a tu padre, si continuamos con esto, sería algo en secreto, pero no será una relación, solo amigos con derecho, no me interesa una relación ni nada de eso, y creo que tú, buscas lo mismo. – había aceptado seguir con él, aunque fuera en secreto.
Nazario: lo entiendo, y no te estoy proponiendo que seamos pareja, solo que me gustaría continuar, como amigos con derecho.
Enzo: esa vez en lugar de llevarme a casa, nos fuimos al departamento de su hermano, al llegar ahí le pregunté que hacíamos ahí, él solo cerró la puerta y en vez de darme una respuesta verbal, solo me besó con ternura. Los dos nos empezamos a desnudar sin dejar de besarnos y caminar a la habitación, ya desnudos nos seguimos besando y acariciando, disfrutando de nuestros cuerpos, tomé su verga de 18 cm, se la acariciaba y luego la llevé a mi boca, le mamaba lento, despacio sin prisas, disfrutando de su cuerpo y de su caricias, me levantó y acomodó de modo que mi culo le quedó en su cara y su verga en mi boca, me mamó y relajó mi culo, metiendo su lengua y dedos, hasta que estuve listo, nos acomodamos de nuevo, poniéndome boca arriba, empezó a metérmela lento, despacio, disfrutando como entraba su trozo de carne dentro de mí, ambos gemíamos y suspirábamos, duramos un rato, luego me puso de rodillas y el atrás de mí, me la volvió a clavar, besaba mi cuello y espalda, dándome suaves envestidas, abrazado a mi acariciando mis pezones y verga, fue acelerando sus envestidas hasta que se vino, luego me mamó la verga hasta que me vine en su boca, me besó pero ya se había tragado mis espermas, luego me dijo al oído; me gustaría que me penetraras. Luego se disculpó por lo rápido que fue el encuentro, pues me aclaró, que su hermano estaba por llegar.
Nos vestimos y me llevó a mi casa, que al estar solo yo lo invité a pasar, ahí pasamos otro rato agradable, pero aquella vez me dijo; quiero que me penetres, será mi primera vez, lo besé y acaricié, fui directo a sus nalgas, le di la vuelta y lo incliné, le empecé a comer el culo, Nazario gemía con cada lengüetazo que le daba en su culito cerrado, lamida a lamida fui dilatado su culo, pasaba mi pulgar entre cada lamida, cuando sentía la presión de mi dedo suspiraba, cuando vi que estaba preparado, lo llevé a mi cama y lo acomodé en cuatro patas sobre la cama.
Le fui metiendo mi verga despacio, después de haber puesto bastante lubricante, Nazario se quejaba del dolor, pero me pedía que continuara, fui lento metiéndola despacio, mientras escuchaba como Nazario se quejaba, pero no quería que me detuviera, poco a poco fui empujando, lento, dejando que su recto se acostumbrara a mis 18 cm, cuando sintió que mis bolas pegaron con las suyas, dio un suspiró, yo me detuve y le besé en la nuca, después de varios segundos, me moví lento, en círculos, haciendo que su culo se adaptara a mi miembro.
Despacio fui sacándosela y se la volvía a meter suave, despacio, la sacaba y la metía, Nazario ya gemía y resoplaba de placer, mi verga entraba y salía con suavidad, poco a poco fui acelerando, Nazario se aferraba a la sabana dando gemidos, lo tomé de las caderas y le empecé a dar un poco más fuerte, en una de esas este se sacó y mi verga se salió de su culo, se dio la vuelta y quedó boca arriba, me pidió que se la volviera a meter, así lo hice, se la volví a meter, pero le abrí las piernas lo más que podía mientras lo penetraba, solo le soltaba los pies para besarlo.
Lo seguí envistiendo mientras éste se masturbaba, dando gritos de placer en cada una de las envestidas que le daba, le estaba dando y Nazario se masturbaba con frenesí, mientras lo taladraba de la misma forma dándole placer, pues no paraba de gemir y resoplar al igual que yo, de pronto sentí la leche caliente que salió de la verga de Nazario, aceleré más y en poco tiempo eyaculé dentro de él, lo besé finalizando así nuestro acto sexual, nos quedamos así hasta que mi verga salió del culo de Nazario.
Nazario: wau que bien se siente, fue algo doloroso al principio, pero me hiciste disfrutar, cabrón que buena verga tienes, no sabía que se sintiera tan bien ser penetrado, sin duda lo repetiré, me gustó tu verga.
Enzo: lo sé, pero después del dolor es placer puro, tu culito está bien apretadito, pensé que solo eras activo. – me gustan ambos roles, los disfruto por igual, y no me negaba ni me negaré cuando me ofrezcan un culito, nos dormimos un rato, luego cuando despertamos, Nazario se despidió de mí, quedamos en repetirlo.
Enzo: ese día me quedé pensando si estaba haciendo lo correcto, ¿qué diría mi padre si se enterara de lo que estaba haciendo?, me sentía culpable al estarle ocultando todo eso a mi padre y a todos mis hermanos. Ese día saqué algunas cosas de mi mochila y vi las cartas de mi madre, pensé que era el momento de leerlas, le llamé a papá para decirle que leería las cartas, papá me dijo que podía venir para que no estuviera solo, le dije que las leería al día siguiente y que me gustaría que estuviera ahí, papá aceptó y al día siguiente estaba en casa, cuando salí del instituto.
Nos sentamos en mi cama y papá estaba a mi lado dándome su apoyo y compañía, leí la primera carta. Mamá me hablaba de su infancia y de cómo fue su padre con todos, no fue nada agradable, la segunda me hablaba de como su padre empezó a violar a su hermana mayor, y como mató a mi abuelo todo eso, yo estaba llorando quería dejar todo, pero tenía que terminar lo que empecé ese día, fueron varias cartas donde mamá me contó su vida, pero en la última me cuenta que su padre la violó varias veces, y en una de ellas quedó embarazada, dando a luz a un niño, al cual llamaron Nazario. Solté el llanto y papá me abrazó fuerte.
Lloré en el hombro de mi padre hasta que me tranquilicé, al final de la carta, mamá me pidió que buscara a mi hermano, pero que antes le dijera a su hermana que ya había leído las cartas, también me decía que cuando tuviera problemas buscara a Lucas, su hermano y tratara de hablar con él. Papá se quedó esa noche a mi lado, no tuvimos sexo, solo se quedó como mi padre, no como un amante, al día siguiente, papá se quedó ahí en la tarde que llegué, encontré a papa y a la hermana de mi madre, yo le pedí que fuera para que habláramos, le hablé de las cartas de mamá y ella se puso a llorar. Me dijo que le daría unas cartas a Nazario y cuando estuviera listo él me buscaría.
Esa noche le conté a papá sobre Nazario, él me dijo que sabía que Nazario era mi hermano, mi madre le dijo en las cartas que le dejó, papá no estaba molesto por mi relación con Nazario, me dijo que era libre de estar con él, y con quien yo quisiera, siempre y cuando no arriesgara mi vida, también me dijo que, como hijos, no tenemos que cargar con los problemas de los padres. El no recibir mensajes de Nazario por unos días, me ponía ansioso y estaba tentado a ser yo quien le mandara, pero tenía que esperar, una tarde estaba en casa cuando tocaron a la puerta, fui a abrir y me encontré de frente con Nazario, se abrazó a mí y empezó a llorar, hablamos durante muchas horas, de muchos temas, tanto que ese día se quedó a dormir ahí conmigo, yo le platiqué sobre mi padre y también le dije que él sabía lo que pasó entre nosotros.
Ahora faltaba ver a Lucas y hablar con él.
El día que hablé con Lucas, fue un momento triste, ya que me relató como sucedieron las cosas, cuando ese maldito viejo mató a mi tío, el hermano de papá. Me contó el después de ese evento. Me contó que cuando su padre se recuperó de la herida causada por mi padre en su brazo, lo llevó hasta el corral de los becerros, ya estando ahí, lo desnudó y lo ató de manos y pies, como si fuera un animal, luego puso a calentar el fierro con el que marca su ganado y justo en el muslo izquierdo lo marcó, con el fierro al rojo vivo, le dijo que le pertenecía a él, luego lo llevó hasta el corral y lo dejó ahí toda la noche y desnudo.
Dejándolo que pasara esa noche ahí en ese corral como si fuera un animal, al día siguiente lo sacó de ahí, lo bañó con una manguera a presión, y le dijo que haría lo que le dijera, cuando Lucas cumplió los 18 años, lo casó con una de sus primas lejana, obligándolo a tener sexo con ella, para que procreara a su primer hijo, me dijo que él no sabe si el primero de sus hijos es de él o de su padre, ya que después de haberlo obligado a tener sexo con la que es su esposa, ese maldito viejo abusó de ella, a los 9 meses nació su primer hijo, del segundo y el tercero dijo que le constaba que son suyos.
Pero también me dijo que siempre amó y amará a mi tío, fue y será el amor de su vida, que nunca lo olvidaría, acarició mi cara y me dijo; que gran alegría siento poder tener algo de él en ti. Me sorprendí al escuchar eso, así que le pregunté qué era lo que yo tenía de mí tío, me dijo que lo que yo tenía de mi tío, era su carácter y el nombre, mi tío también se llamaba Enzo, me sorprendí ya que papá nunca me dijo el nombre de mi tío, y tampoco yo se lo pregunté, esa tarde Lucas se despidió de mí y me dijo que otro día platicaríamos, se despidió y yo esperé hasta que Lucas se perdió de vista.
Justo estaba por cerrar la puerta, cuando llegó Nazario, me dijo; eh espera que ya tengo rato esperando que te quedes solo, pero Lucas no tenía prisa, ya hasta estaba sintiendo celos. En eso soltó la carcajada de lo que había dicho, al entrar a la casa, solo al cerrar la puerta, me empezó a besar y a agarrar la verga, mientras me decía al oído; que ganas tengo de esta verga, que me abra el culo una vez más, venga hermano que ya la necesito adentro. Me tenía agarrado de la verga, mientras me empezó a desvestir, cuando me desnudó por completo, se arrodilló frente a mí y me empezó a comer la verga.
Lamía mi prepucio recogiendo el líquido pre seminal que me salía, y los saboreaba con gusto, me chupaba el glande y luego mis testículos una y otra vez, lo dejé que fuera él quien llevara el control, pero después de un rato, lo tomé de la cabeza, le envestía la boca, haciéndolo que se tragara todo mi garrote y éste lo disfrutaba, al ver que tomé el control y siendo el dominante, se la metía por la boca hasta donde topaba, la dejaba clavada por unos segundos, luego lo dejaba que respirara, en una le di un poco fuerte y este se sacó alejándome de él con ambas manos, pensé que estaba molesto pero me sorprendió.
Nazario: ah hermanito, sigue así, quiero que me domines, que me hagas tuyo. Haz conmigo lo que tú desees.
Enzo: pero mira nada más que sorpresa, no pensé que mi hermano tan machote que se ve, fuera toda una putita sumisa, jajaja. – bromeé un poco, pues después de todo empezamos a llevarnos bien y me podía permitir hablarle así, aunque solo lo hacía cuando estábamos solos.
Nazario: va cabrón y lo soy, pero me encanta tu verga, por eso quiero que me hagas el amor.
Enzo: y a mí, me encanta meterte la verga.
Nazario: también te encanta que te la metan wey, jajaja, pero ahora quiero que tú me la metas.
Enzo: solo pude responder con un suspiro, ya que, al terminar la frase, se llevó mi verga a su boca y me la mamaba como loco, queriéndosela comer en ese mismo momento, se metió toda mi verga a la boca provocándose arcadas, pero se la metía por varios segundos, y luego la sacaba llena de babas espesas y lágrimas, me puse a mamarle el culo para poder relajarlo, y dejarlo preparado, para metérsela por el culo, mientras él me seguía mamando la verga. Cuando lo dilaté lo suficiente, le metí mis dos dedos en su culo y me acomodé, dejándolo boca abajo, levanté un poco sus caderas y le apunté mi verga de 18 cm.
Empujé despacio, mi verga se fue metiendo hasta que mis huevos chocaron con su perineo. Entonces Nazario suspiró y arqueé su espalda, lo tomé del cabello y lo besé, mientras su culo se adaptaba a mi verga y no le doliera, cuando lo empezara a envestir, le solté del cabello, le agarré las manos por detrás, empecé a dar suaves envestidas, lento mientras lo tenía inmovilizado de las manos.
Nazario: oh no mames, que pedazo de verga hermano, dame todo lo que tienes, ah sí que bien se siente tu verga, soy tuyo has de mí lo que desees.
Enzo: te haré disfrutar de mi verga, gritarás como toda una putita en celo.
Enzo: moví mis caderas un poco más fuerte, mi verga entraba y salía del culo de mi hermano, y éste empezó a gritar como todo un macho empotrado, con toda la verga adentro gritaba de placer, pidiéndome que no me detuviera, que continuara dándole verga, así que hice caso a sus palabras y le empecé a dar más fuerte, lo envestía con fuerza mientras lo tenía inmovilizado, mi verga se deslizaba adentro afuera, haciendo el sonido de nuestros cuerpos, chocando el uno con el otro, Nazario gritaba de placer; ah sí cabrón oh, dame fuerte, ah que verga oh si aaahhh.. sigue cabrón, no pares, ah me voy a venir. Nazario se dejó llevar sin contenerse, gritando y pidiendo que lo ensartara fuerte.
Yo como buen hermano, le di fuerte, le solté de las manos, lo tomé de las caderas y le clavaba mi verga con rapidez y fuerza, haciendo que éste gritara más fuerte y entre más gritaba, mi velocidad y deseo aumentaban, dando envestidas fuertes certeras, sacando casi por completo mi verga para volver a metérsela, de una sola estocada, cuando me detenía un poco, era Nazario que empezaba a moverse, ensartándose solo, clavándose hasta el último centímetro de mi verga, moviéndose, clavándose él solo, en mi trozo de carne dura que lo estaba complaciendo.
Luego de varias envestidas fuertes, sentí la presión de su culo en mi verga, se corrió haciendo presión en mi verga, se la saqué, me empecé a masturbar, él se colocó frente a mí con su boca abierta, después de unos segundos, empecé a soltar chorros de leche, que fueron a parar en su cara, algunos que cayeron en su boca se los tragó con gusto, sacudí mi verga sobre su boca, dejando las últimas gotas en su lengua, con mi verga llevé el resto de leche que le cayó en su cara, a su boca, hasta que no se pudo recoger más, me limpió la verga con sus labios y lengua, dejándola limpia, rendidos y cansados pero satisfechos, nos recostamos un rato para recuperar fuerzas, mientras nos besamos con pasión, deseo y lujuria.
Continuará …………………….
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