ENZO 13
Cada vez Enzo se familiariza más con todos y se entera de una historia llena de amor al igual que fue llamado Enzo en honor a su tío, el hermano menor de su padre.
ENZO 13
Enzo: mi trato con Nazario, Lucas y Gonzalo, era y es cordial, Nazario solía visitarme seguido, no siempre teníamos sexo, pero pasábamos tiempo juntos, en más de una ocasión se encontró con mi papá o alguno de mis hermanos. Lucas solía invitarme a comer o tomar algún café en lo que me platicaba de sus hijos, que son su orgullo, en más de una ocasión me comentó, que el viejo ya estaba muy enfermo y no podía valerse por sí mismo. Mientras que, con Gonzalo, nuestros encuentros siempre eran de trabajo, me sentía cómodo asistiendo a su clínica y aprendiendo de él.
Mi hermano Efrén dejó embarazada a la novia que tenía y se tuvo que casar, se mudó a vivir al pueblo en el que vive la familia de mi madre, ahí puso su taller y vivía con su esposa, aun así, de repente venía a buscarme, pues mi hermano Efrén le gustaba más el rol de pasivo que de activo, aunque fuera algo rápido, ya casado solo venía una o dos veces por mes, a papá lo veía poco igual que Rafael, con quien más me veía es con mi hermano Nazario, disfrutando de ambos roles.
A papá solía verlo una vez al mes, a Rafa, aunque lo veía seguido no teníamos sexo, pues cada que nos veíamos, solía estar con su hijo el mayor, su esposa se encargaba de no dejarlo salir solo, siempre que podía mandaba a su hijo, el mayor. A esas alturas de mi vida me sentía seguro, pues el viejo estaba enfermo y apenas podía con su cuerpo, así que no tenía nada de qué preocuparme, mientras no me topara con él. Parecía que mis demonios los estaba enfrentando y ganando las batallas ante ellos, solo me falta el peor de mis demonios y ese era mi “abuelo”, ese maldito que nos hizo la vida difícil a todos los de mi familia, tanto de parte de mi padre, como de mi madre.
Un día después de salir de clases me topé con Lucas, éste muy amable se ofreció a llevarme a casa, al tener una buena relación con él, acepté que me llevara a casa, cuando llegamos a casa por amabilidad le ofrecí pasar un momento, le ofrecí agua, aceptó y entramos a casa en lo que se tomaba el agua, apareció mi padre ante nosotros, nos saludó amablemente como él suele ser y luego se quedó viendo a Lucas, por un momento pensé que sería un desastre, pero Lucas abrazó a papá y de sus ojos salieron sus lágrimas, no solo de Lucas también por parte de papá, Lucas comenzó a hablar de lo mucho que amaba a mi tío, de repente me dio por saber cómo fue que sucedió aquel amor entre los dos.
Enzo: ¿Cómo fue que se conocieron y se dieron cuenta de que se gustaban, usted y mi tío? – ambos son mis tíos, pero a los hermanos de mi madre siempre les he hablado por su nombre, pero, con respeto.
Lucas: los dos estábamos conscientes de lo que había entre nuestras familias, más que nada entre nuestros padres, yo era 2 años mayor que él, para ese tiempo yo estaba en la secundaria en tercer año, él había entrado a primer año, por la rivalidad de las familias, mi hermano Bruno al ser de la misma edad que la de Enzo… – cuando papá escuchó el nombre de Enzo, interrumpió a Lucas, papá se veía con una cara de felicidad y tristeza a la vez.
Agustín: vaya cuántos años que no escuchaba a alguien hablar de mi hermano y más que nada mencionar su nombre, no sabes cuántos recuerdos me trae que menciones su nombre, no es lo mismo cuando nos referimos a mi hijo Enzo. – papá se vio algo apesadumbrado, abrumado por los recuerdos, no era el nombre si no, a quien se refería Lucas.
Lucas: lo sé, pero para mí no es tan raro, ya que no hay un solo día que no piense en él. La primera vez que lo vi, fue aquel día que él y mi hermano Bruno se peleó con él, en uno de los baños, cuando me avisaron mis compañeros, corrí para ayudar a mi hermano. ¿Cuál fue mi sorpresa? me encontré con un chico que lloraba en silencio, al verle a la cara, algo en mi pasó, yo no sentía coraje contra él, ni lástima, era un sentimiento diferente, cuando me vio a los ojos, me pidió que no lo fuera a golpear, se encogió y se resguardó en una esquina del baño.
Me sentí tan mal, de ver cómo me tenía miedo, sus ojos eran de temor, como si estuviera viendo un espanto, me disculpé y le pregunté si estaba bien, él me dijo que sí, pero que no le hiciera daño, me sentí como si yo fuera mi padre, él me tenía, el miedo que yo le tenía a papá, algo dentro de mí se rompió, después de ese día, procuré protegerlo y cuidarlo, algo me decía que debería hacerlo, me di cuenta que me había enamorado de él. Lo empecé a seguir a escondidas y veía como éste después de clases se quedaba a jugar en uno de los arroyos, poco a poco me empecé a acercar a él, el miedo se volvió amistad.
Disfrutaba jugar con él, en los arroyos, al ser mayor que él, solía cargarlo en mi espalda cuando caminábamos de regreso a su casa, yo sabía que estaba enamorado de él, pero no sabía si él sentía lo mismo por mí, un día muy caluroso mientras jugábamos en uno de los arroyos, él se abrazó a mi jugueteando, yo me empecé a empalmar, y al llevar esos pantalones de uniforme deportivo, es muy evidente las erecciones, por más pequeño que sea nuestro pene.
Cuando él estaba abrazado a mí, en una de esas perdí el equilibrio y caí de espalda, me quedé acostado ahí sobre la arena, y mi erección era muy notoria, Enzo se quedó sentado a mi lado, yo cerré mis ojos y esperando que se bajara mi empalme, pero me sorprendí cuando sentí las caricias de Enzo, él acariciaba mi verga con su mano suave, abrí mis ojos y lo vi ahí junto a mi acariciando mi verga.
Cuando me vio se puso rojo de vergüenza y de inmediato quitó su mano, me pidió una disculpa, se puso de pie, pero lo tomé de la mano y le abracé, le dije al oído; no te disculpes, me gustas, en ese momento él me abrazó, yo busqué sus labios, nos empezamos a besar torpemente, ambos reíamos y experimentábamos el amor, todos los días lo acompañaba de camino a su casa, éramos novios, caminábamos agarrados de la mano y nos besábamos cuando nadie nos veía. Así fue cómo nos conocimos e hicimos novios.
Enzo: papá se agachó y limpió su cara, supongo que estaba con lágrimas en los ojos, luego se despidió de nosotros ya que tenía que llevar algunos víveres y productos agrícolas al rancho, supongo que papá planeaba pasar un rato a mi lado, pero al ver a Lucas supo que no tendría tiempo para que estuviéramos solos, papá salió de la casa y también Lucas se estiró y por lo que vi, también estaba por marcharse, me despedí de papá y me dijo que nos veíamos después guiñándome un ojo. Volteé a ver a Lucas que estaba ya por irse de la casa, pero yo aún tenía curiosidad.
Enzo: ¿Lucas ya te quieres ir? Pensé que te quedarías un rato, pues me gustaría saber más de ustedes dos. – quería saber más cómo fue que tuvieron sexo, dónde fue, todos esos detalles.
Lucas: creo que ya es hora de que me marche, pues tu padre ya se ha marchado ya.
Enzo: no pasa nada, pero si no puedes ya luego me contarás. – Lucas sonrió y se quedó parado aun estirando sus brazos.
Lucas: bueno podría quedarme un rato más, ¿que más te gustaría saber sobre nosotros dos?
Enzo: am, quisiera saber ¿cómo fue su primera vez?, ¿dónde lo hicieron? Digo ¿si me quisieras contar? – Lucas se ruborizó y luego se sentó para continuar con su relato.
Lucas: pues él y yo, teníamos planeado huir y vivir lejos de aquí, ante las personas planeábamos ser un par de hermanos huérfanos, pero en nuestro hogar, una pareja feliz que se amaba, pero los planes cambiaron. Perdona, pero son recuerdos fuertes.
Enzo: no te tortures, si no puedes hablar, lo dejamos para después. – Lucas se atragantó. Suspiró hondo y continuó.
Lucas: ya después de varios días como novios, planeamos dar el siguiente paso, para esto me previne días antes, llevé una casa de campaña al cerro, como a dos horas de camino, un lugar algo alejado, donde solo se podía entrar a pie, quedamos de vernos el domingo por la mañana, en uno de los arroyos donde solíamos vernos, salimos de ahí como a las 6 de la mañana, caminamos un poco más de dos horas hasta llegar al lugar que previamente había preparado, era una cueva abandonada que limpié y adentro armé la casa de campaña. Nos besamos con ternura y cariño, mientras nos decíamos lo mucho que nos amábamos.
Yo le decía que desde el primer momento en que lo vi, me enamoré de él. En ese momento le di una rosa blanca que había cortado del jardín de mi madre, (suspiró profundo) él me empezó a desvestir quitando mi camisa y fue besando cada parte de mi cuerpo, mis labios, mejillas, ojos, cuello, pecho, costillas y abdomen, podía sentir la calidez y suavidad de sus labios.
Enzo: Lucas tenía sus ojos cerrados, mientras me describía esa escena y continuamente suspiraba profundo, se veía que lo amó y que aún lo amaba.
Lucas: cuando terminó de quitar mi camisa, yo también hice lo mismo. Aun llevo sus besos tatuado en mi piel, aun puedo recordar sus labios recorriendo mi cuerpo y besando mis labios, besé cada centímetro de su cuerpo mientras lo desvestía, cuando los dos estábamos desnudos, arrodillados uno en frente del otro, nos besamos con ternura y cariño, le pregunté si estaba listo, él me respondió dándome un tierno beso en los labios, le dije que ese día le haría el amor como nadie más se lo haría, ya que lo amaba, y aun lo amo y lo amaré.
Acaricié con ternura su rostro y lo besé, luego él se recostó boca arriba y yo lo empecé a besar, el rodeó mi cuerpo con sus pies, mientras mi verga quedó entre sus nalgas, rosando su ano, nos besábamos y acariciábamos, mientras nuestros cuerpos desnudos se rosaban el uno con el otro, tallé mi verga en su culito, suave y despacio, haciéndolo suspirar, le pregunté si estaba preparado para ello, me dijo que sí. Se colocó a cuatro patas y luego tomé de mi mochila un aceite que le robé a mamá.
Me unté en mi verga y dejé caer un buen chorro entre sus nalgas, volví a tallar mi verga entre sus nalgas, estuve así por un buen rato con mi verga, cada vez se ponía más dura y deseando entrar en su culo virgen, volví a lubricar mi verga y su culo para iniciar la penetración, apunté mi verga en su culo y le dije; mi amor hoy serás mío y yo seré tuyo para siempre, hoy consumamos nuestro amor, seremos el uno del otro.
Empujé un poco y él se quejó de dolor, pero me pidió que no parara, pero que fuera despacio, volví a intentarlo pero con más cuidado, mi verga se introdujo un poco y él grito un poco, aunque fue un grito de dolor, lo disfrutaba, me detuve y dejé de empujar, después de unos momentos volví a empujar un poco, y mi verga se deslizó aún más en su interior, poco a poco y parando varias veces, para volver a intentar, después de varios sacones que se dio, al sentir una punzada de dolor, logré meter mi verga, lo tomé y lo besé, luego le dije que ya estábamos unidos, él sonrió y dejó caer su pecho, pero manteniendo su culo levantado, me recosté sobre su espalda dándole besos en su cuello y orejas, luego comencé a moverme, mi verga entraba y salía de su culo despacio, él apretaba mi verga fuerte, sentía que me la destrozaría, pero ya éramos un par de enamorados haciéndolo por primera vez.
Poco a poco le empecé a dar con más rapidez, sin ser agresivo, lo envestía y él gemía, primero se quejaba un poco, pero luego lo empezó a disfrutar, él solo se movía con mi verga dentro, cuando él se empezó a mover, no aguanté mucho y me vine dentro de él, despacio se la saqué y ya cuando él estaba libre, se empezó a masturbar hasta que se vino, nos limpiamos y después de comer y beber algunas cosas de las que llevábamos, nos abrazamos, los dos permanecimos desnudos, recostados, abrazados, yo atrás y él al frente.
Después de un rato volvimos a repetirlo, pero esta vez fue de frente, aunque volví a batallar para metérsela, esa vez fue menos difícil y duré un poco más para eyacular, lo envestía y lo besaba a la vez, mientras ambos gemíamos de placer al estar haciendo el amor, nos decíamos cuánto nos amábamos y nos besábamos una y otra vez, queríamos comernos a besos, disfrutar cada minuto aquel día. Continuamos haciendo el amor, yo lo envestía sacando casi por completo mi verga y volviéndosela a meter, así duramos un rato, cada momento el amor, se hacía más intensos, nuestros movimientos y besos, más apasionados y encendidos, dimos rienda suelta a nuestros deseos, nuestros cuerpos sudaban, las gotas de sudor de mi cara y pecho caían sobre su hermoso cuerpo moreno y sudoroso, besaba sus labios apetecibles, bien formaditos y hermosos.
Mis envestidas se volvían más lentas y él se empezó a masturbar con frenesí, haciendo que en poco tiempo soltara sus chorros de semen sobre su abdomen y mano, en ese momento apretó mi verga con su culito y yo aceleré un poco más, soltando disparos de leche caliente dentro de él, caí rendido sobre su cuerpo y nos besamos, exhaustos y felices de haber hecho el amor, volvimos a descansar y la tercera vez, solo me la mamó y yo a él, así terminamos los dos, cada uno en la boca del otro, no he olvidado ni un solo detalle de las veces que estuve a su lado, haciendo el amor.
Enzo: vaya que amabas a mi tío.
Lucas: no sabes cuánto lo amo, todos los años le llevo flores, en su cumpleaños, cuando cumple años de muerto, en nuestro aniversario, el día de san Valentín y el día de muertos, siempre rosas blancas, cuando aún era chico, trabajaba para poder llevarle flores, siempre rosas blancas, veces solo me alcanzaba para 3, a veces 5 o lo más que le llevaba eran 7, pero ahora, cada vez son dos docenas o más, nunca amaré a nadie como lo amé a él, mi gran amor, el amor de mi vida, cada que voy a verlo hablo con él, le cuento todo de mi vida, es algo que me hace sentir bien, estando en su última morada, algún día me reuniré con él, de eso estoy seguro.
Enzo: cuando Lucas terminó, sus ojos se llenaron de lágrimas, al recordar cómo es que le lleva flores todos los años, y me consta ya que cuando papá me llevó a ver la tumba de su hermano el día de muertos, estaba un jarro lleno de rosas blancas, muchas rosas blancas, papá me dijo que quien se las traía era la mayor alegría que tuvo su hermano. Lucas se despidió y regresó a su casa, yo me quedé con esa historia de amor.
Pocos días después de la historia de Lucas, llegué a casa temprano, al entrar, vi a papá sentado en la sala, aquel día había algo diferente en él, saludé como de costumbre y le pregunté si todo estaba bien, me dijo que si, lo acompañé un rato viendo tv, poco después llegó mi hermano Efrén a casa, entró sin saludar y se fue directamente a donde estaba papá, se paró frente a nuestro padre y sin más ni más, casi gritando se dirigió a nuestro padre.
Efrén: pero ¿qué es lo que piensas padre?, ¿qué no te das cuenta que le has hecho daño a mamá?, ¿no has medido las consecuencias de tus actos? siendo tú, el que siempre nos dice que debemos controlarnos.
Agustín: haber tranquilízate y dime ¿qué es lo que te pasa por qué de repente vienes a gritarme? Ya que no entiendo tu actitud.
Efrén: me llamó mamá, dijo que la abandonaste y las has dejado sola, después de haberle gritado y tratado como una basura, ese no eres tú papá ¿por qué haces eso a mamá?
Agustín: no tengo por qué hablar mal de tu madre, como ella no tiene por qué hablar mal de mí. Me cansé y después de una discusión de las que acostumbrábamos tener, tomé en serio las peticiones de Sara y me salí de la casa, la discusión comenzó a raíz de haber comprado las tierras del viejo Domingo.
Efrén: disculpa padre, mi madre me habló llorando. Y me he alterado, pero ¿qué harás?, ¿dónde vivirás? no quiero que estés solo.
Agustín: repararé la casilla que tenía el viejo Domingo, ahí viviremos Enzo y yo, mientras él esté soltero, compre esas 80 hectáreas para dejárselas a ustedes dos, a ti y a Enzo, pero hasta que me muera.
Enzo: mientras Efrén y nuestro padre estaban hablando, me entró una llamada de Gonzalo, pidiéndome ayuda para atender a un paciente de urgencia, entré y les comuniqué que tenía que salir a cubrir una urgencia, que llegaría más tarde, papá y Efrén se veían más calmados, yo me salí de casa a ver la urgencia, cuando me disponía a salir, me volvió a llamar Gonzalo para decir que no me moviera, que todo estaba bajo control y no sería necesario que me moviera, justo cuando terminé la llamada, me habló mi hermano Héctor para preguntarme por papá, le expliqué lo que había ocurrido, después de hablar un poco, cuando me explicó él lo que había pasado, entre nuestro padre y Sara, terminamos de hablar y me regresé a casa.
Cuando estaba de regreso, papá y Efrén ya no estaban en la sala, continué con mi camino para darme un baño, pero al pasar por la puerta de la habitación de papá, escuché besos y ruidos raros, me detuve para ver aquella escena, y para mi suerte la puerta estaba entre abierta, me asomé un poco, papá y Efrén se besaban. Me quedé ahí para verlo como tenían sexo, era un morbo enorme, Efrén fue bajando por el cuerpo de papá, se arrodilló frente a él, le agarró la verga de 21 cm a mi padre, se la lamió un poco y volteó a ver a papá, le preguntó que, si le gustaba, papá respondió que le encantaba verlo así comiendo su verga. Éste ni tardo ni perezoso se comió la verga de papá, se metía la punta y la sacaba, luego le besaba el glande y volvía a repetir la acción así varias veces.
Luego papá lo tomó de la cabeza y fue él quien metía y sacaba su verga de la boca de Efrén, su boca se mantenía abierta, mientras mi padre se la follaba, metiéndosela toda y luego la sacaba, lo repitió varias veces, las babas de Efrén salían por la comisura de sus labios, llenaban todo el trozo de carne y huevos de mi padre, él permanecía con la boca abierta dándole total libertad a mi padre, para que la follara a su antojo. Después de varios minutos, papá lo haló del pelo y se besaron por un momento.
Luego papá lo aventó sobre la cama, boca abajo, le abrió las piernas y hundió su cara entre sus nalgas haciéndolo gritar de placer. Ese día escuché algo que jamás había escuchado de papá; aguanta perra, querías verga y la tendrás, eres toda una putita hambrienta de verga. Efrén lo disfrutaba ya que no paraba de gemir, también Efrén le respondía a papá; ah sí, dame tu verga, eres mi macho, quiero que me preñes, quiero que me comas el culo y después me lo partas, si así mi macho, cómeme el culo, préñamelo, padre hágame su puta, por favor ya métamela, quiero que me partas el culo. Me quedé impresionado de escucharlos.
Papá lubricó su verga de 21 cm y también el culo de Efrén y antes de metérsela le dijo; toma puta aquí está lo que tanto deseas. Apuntó su verga y de una sola estocada se la metió toda, Efrén gritó de dolor, pero le pidió que no la sacara diciéndole: ah padre, que rico dolor, tu verga me encanta, me gusta cómo me la metes de un solo tirón, dame más, dame duro padre. Papá empezó el mete y saca, primero despacio sin sacarla por completo, así lo estuvo bombeando durante varios minutos, dándole despacio, luego fuerte, de repente, se la sacó por completo y la volvía a meter de un solo empujón haciendo que Efrén gimiera fuerte, papá acompañaba sus gemidos con fuertes bufidos cada que metía la verga.
Cuando cambiaron de posición, lo colocó boca arriba, se la volvió a clavar de una sola estocada metiéndola de un solo golpe, le besó por unos segundos y empezó a darle más fuerte, los huevos de papá, grandes y peludos, chocaban contra las nalgas de Efrén, haciendo ese sonido de plof, fuertes que se escuchaban y resonaban en la habitación, en eso papá cargo a Efrén y se recostó en la cama para que éste lo montara, Efrén montaba a mi padre como loco clavándosela completa de un solo sentón, la sacaba casi por completo para volver a clavársela de un solo empujón, luego se empezó a mover subiendo y bajando, sus caderas sobre la verga de mi padre, veía como la gran verga de papá se deslizaba adentro y afuera, del culo de Efrén que no paraba de gemir, papá lo tomó de las caderas y lo penetraba con velocidad, por un buen rato hasta que su verga salió por completo.
Papá se paró y haló a Efrén para empotrarlo contra la pared, se la volvió a clavar, metiéndola de un empujón hasta el fondo, la verga de Efrén estaba dura y en cada envestida que le daba papá, la verga de Efrén daba un salto regando pre semen por doquier, mientras papá lo envestía fuerte, Efrén comenzó a eyacular sin tocarse, y papá empezó a gemir y bufar dando aun con más rapidez en el culo de Efrén, papá continuó así hasta que se vino, pero en eso, su verga se salió expulsando los últimos chorros de leche sobre las nalgas y piernas de Efrén. Exhaustos se besaron y cayeron en la cama.
Empujé la puerta y les dije a ambos; que buen espectáculo, papá ya regresé, me masturbaré y me daré un baño, me dejaron caliente con su actuación. Me reí de ellos y papá me tiró con su almohada. Meses después papá se fue a vivir en las nuevas tierras que le compro al viejo Domingo, y me dijo que cuando terminara mi carrera, podía irme a vivir a su lado, para ese entonces aun no sabía qué haría con mi vida y mi carrera, meses después terminé la carrera. Me titulé con mejor promedio, un orgullo para mi padre y todos mis hermanos. Papá vivía entre el pueblo y el rancho, así que mientras encontraba qué hacer con mi vida, me fui a vivir con mi padre.
Continuará ……………
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