ENZO 17
Enzo trata de cumplir con las peticiones pero termina mal y a raíz de ello se siente mal por no haber tenido buenas experiencias, pero los fracasos son parte de la vida y de crecer..
ENZO 17
Enzo: ese día después de la historia de Efrén nos quedamos dormidos, aprovechando la generosidad de Sara al haberse llevado a Efrencito, el hijo de Efrén, nos despertamos casi a las 4 de la tarde, ya mejor de la cruda que teníamos del día anterior, me desperté y fui a la cocina para prepararme algo de comer, ya que me había dado hambre, después de varios minutos llegó Efrén saludándome, y preguntando mi estado, le respondí que mejor, también le pregunté como estaba él, me respondió sonriendo y dijo; bien adolorido todavía. Nos reímos y nos pusimos a comer.
Efrén: ¿notaste algo raro en Rafael?
Enzo: si, se veía pensativo.
Efrén: serio, ya hace tiempo que no tengo nada con él y ¿tú?
Enzo: no, nada.
Efrén: culero. No sabes mentir.
Enzo: jajaja hace días wey, pero fue uno rápido, además nos vio mi compa Santiago, ¿te ha tirado el calzón mi compa?
Efrén: no wey, nunca me ha dicho nada, ¿Qué les dijo cuándo los vio?
Enzo: nomás nos dijo que no había pedo, muy respetuoso, no dijo nada.
Enzo: estábamos terminando de comer, cuando llegó mi hermano Nazario, lo invité a entrar, vio a Efrén en bóxer, y se acercó a mí y me dijo al oído; ¿interrumpí algo? Me empecé a reír y le respondí que no. Que Efrén suele andar por la casa semi desnudo, Efrén se quedó viendo a Nazario, como medio molesto, quizás tenía planes para esa tarde, y la llegada de mi otro hermano le arruinó los planes, nos pusimos a platicar un rato los tres, de repente llegó el señor que me ayuda en la granja de cerdos, para pedirme la noche, ya que tenía unos pendientes.
Salí para hablar con él y ponerme de acuerdo, le dije que se fuera y yo me iría esa noche a velar en la granja de cerdos, me estuvo informando algunos detalles, luego de haberle dado lo de su semana ya que lo necesitaba, entré a la casa y me encontré a Nazario y Efrén besándose, aclaré mi garganta y le comenté a los dos a lo que había venido el trabajador, estuve un rato con ellos y luego me fui a la granja, mi compadre Santiago me estuvo mandando mensajes, todo el día, preguntándome como estaba, que si me sentía bien, etc.
Me despedí de Nazario y de Efrén, ya que quería llegar con luz de día a la granja, pero lo raro fue al irme de casa, Nazario se quedó acompañando a Efrén, llegué a la granja y después de checar unos pendientes, me llegó un mensaje de mi compadre; – Santiago; ¿compa qué hace dónde anda? Le respondí que estaba en la granja, le expliqué que me quedaría a velar esa noche, en un audio. Ya no recibí respuesta de mi compadre. Después de terminar los pendientes me di un baño para recostarme, ya que en la granja tengo baño y mi propia habitación, para los días que requiera quedarme ahí, después de un buen rato escuché el zumbido de una motocicleta, que se detenía en la entrada de la granja, me asomé para ver quién era, vi que quien se acercaba era mi compadre Santiago, salí para recibirlo e invitarle a entrar.
Al abrir la puerta para recibirlo, lo vi ahí parado con una sonrisa nerviosa, su mochila colgada y un six de cerveza en la mano. Santiago es alto, delgado, un poco más moreno, siempre usa pelo rapado, con barba y bigote, siempre bien arreglado, su barba tupida pero corta, aunque está perdiendo el cabello, pues por lo mismo se rapa la cabeza, aun así, se ve apuesto, pectorales marcados, espalda ancha, manos grandes y ojos claros. Tímidamente me saludó, esperando que fuera yo quien iniciara, le invité a pasar y que se pusiera cómodo, mi compadre se puso cómodo, pero algo nervioso y después de un largo silencio, mi compa habló con timidez.
Santiago: compa disculpe que llegue sin avisar, pero me gustaría hablar con usted, no sé si ¿se acuerde de lo de ayer?
Enzo: no pasa nada. Claro que me acuerdo de lo que pasó, relájese, tenga la confianza para hablar
lo que usted quiera.
Santiago: verá compa, no es tanto hablar, más que nada tengo curiosidad, y desde que inició esa curiosidad pensé en usted, pero por respeto no me atreví a decirle nada, fue hasta ese día que lo vi con mi compa Rafael, que esa curiosidad que tengo, se incrementó mucho más. Espero que esto no cambie nada entre nosotros.
Enzo: puede hablar o pedirlo con toda la confianza, por lo demás no se apure todo quedará aquí, y nada cambiará entre nosotros.
Santiago: quiero tener sexo con usted, me gustaría satisfacer esa curiosidad, si a usted no le agrada y sea cual sea su decisión, no pasará nada, seguiremos igual.
Enzo: wau, pues la verdad compa, también le respeto, pero lo que hagamos aquí, se puede quedar aquí y no pasará nada. – Me acerqué a mi compa y le acaricié la pierna desde la rodilla hasta su entrepierna. Mi compadre empezó a temblar un poco, pero nunca retiró mi mano.
Santiago: ¿compa y si vamos a su habitación? Así estaremos más cómodos.
Enzo: caminamos a mi habitación, mi compadre se tomó su cerveza de un solo trago, estaba nervioso lo podía sentir y ver, pero aun así él quería continuar, con lo que habíamos empezado esa tarde, llegamos hasta mi habitación y solo se sentó en la cama, empecé a acariciar sus piernas y poco a poco fui hasta su verga, veía como mi compadre cerró los ojos, dejándome, que fuera yo quien lo hiciera todo, le acaricié la verga por encima de la ropa, mi compa se recargó hacia atrás apoyándose con sus manos, mientras yo continúe con las caricias, mi compa solo se dejaba que le hiciera lo que yo quisiera.
Le fui desabrochando el pantalón despacio, hasta que lo bajé, él solo se dejaba llevar por mí, sin decir una sola palabra, sentía como si lo estuviera obligando a hacerlo, cuando mi compadre estaba solo con su bóxer cubriéndole el cuerpo, me percaté que bajo esa prenda había mucha carne, pues se podía visualizar un gran bulto bajo su ropa, lo volví acariciar por encima y podía sentir el calor que desprendía, y como su verga aún desconocida para mí, palpitaba bajo su ropa, pero estaba a solo un poco de conocer lo que mi hermano tenía bajo su ropa. Aspiré un olor fuerte, embriagante, me encantó poder oler su sexo.
El contorno de su verga se marcaba en esa prenda ajustada, se podía ver que mi compadre tenía una buena herramienta entre las piernas, le di suaves mordidas y traté de abrazarla con mi boca, pero no me era posible, pensé que era por la prenda, así que decidí quitarla de en medio y conocer por fin lo que mi compa tenía ahí. Me quede con la boca abierta, al ver aquella verga, ese trozo de carne, un garrote moreno, de 22 cm, gruesa, su glande rojo, enorme como un champiñón, su prepucio se bajaba cuando su verga se ponía dura, pasé mi lengua por su enorme glande, y mi compadre se estremecía y gemía de placer, al sentir el rose de mi lengua en su sensible glande, tomé su verga por la parte de arriba y con mi lengua recorrí desde los huevos hasta la punta del glande.
Mi compadre estaba con sus manos apuñadas sobre el colchón, pero no sabía si era de placer o por que se estaba arrepintiendo, pero la erección en su verga decía que, de arrepentirse no, ya que le brotaba pre-semen como fuente, cuando llegué a su glande recogí el líquido con mis labios, estaba un poco salado, pero bueno. Poco después de hacerle sufrir, me metí el glande en mi boca, apenas cabía ese enorme champiñón en mi boca, le agarré la verga de la base, se la empecé a mamar lento, suave, poco a poco fui aumentando la velocidad de las mamadas, y un poco más tarde mi compadre me paró y sacó su verga de mi boca.
Enzo: ¿pasa algo? – pensé que estaría arrepentido y en ese momento se iría de casa, pues su actitud era estar callado, pero me dejaba que hiciera con su verga lo que yo quisiera.
Santiago: lo que pasa, que, si continúa así, terminaré muy pronto y me gustaría probar como se siente metérsela a un hombre por el culo. Disculpe compadre, pero me tiene bien caliente, por favor siéntese en mi verga, quiero ver cómo le entra.
Enzo: pensé que se había rajado. Nada más téngame paciencia, su verga está muy gruesa y si voy a batallarle, compa.
Santiago: nada de eso compa, tómese su tiempo ¿le gusta mi verga?
Enzo: compadre esta buena su verga, me agrada, espero que a usted también le agrade, lo que haremos en seguida.
Enzo: quise darle un beso a mi compa, pero lo esquivó, dejé eso por la paz y bajé hasta sus pezones, los empecé a mamar, mientras trataba de dilatarme, pues la verga de mi compa sí que es gruesa y no fue fácil la penetración, después de que consideré estar preparado, me di la vuelta y tomé la verga de mi compa, la apunté en mi culo, pero antes la llené de saliva, por desgracia ahí no tenía nada de lubricante. Cuando entró el glande dolió machín, una punzada que me hizo retroceder, pero mi compa emitió un gemido de placer un largo, hash compa sígale que bien se siente. Me dijo después del gemido que dio, le pedí que me esperara un poco.
Cuando se me pasó el dolor lo volví a intentar, me entró un poco más, mi compa no paraba de suspirar, gemir y gruñir; umm, ohm, ah, arrg, uf. Me pedía que continuara, pero yo aún sentía dolor, mi culo aún no se había acostumbrado al tamaño de su verga, poco a poco fui empujando hasta que me entró por completo, suspiré y me incliné un poco hacia adelante. Mi compadre me tomó de las caderas y empezó a envestirme, mientras gruñía y gemía de placer, al principio fue delicado, pero poco a poco fue aumentando la velocidad, mientras me envestía me decía: aahh compa que bien se siente, que rico aprieta su culito, aahh cuantas ganas le tenía, ¿le gusta mi verga compadre? Yo solo gemía entre dolor y placer no podía contestarle, pues trataba de frenar las envestidas que me daba para evitar el dolor.
En un empujón fuerte que dio mi compa, me fui de frente, lo bueno que estaba el sofá y fui a parar al sofá, de lo contrario hubiera caído de frente, mi compadre al verme inclinado sobre el sofá, se acercó y con sus pies separó mis piernas, luego escupió en medio de mis nalgas, tomó su verga y llevó el escupitajo hasta mi culo, cuando su verga estaba frente a mi culo, empujó con fuerza haciéndome perder el equilibrio, pero mi compadre ya me tenía tomado de las caderas, así que evitó que me cayera, aunque la brusquedad con la que me metió la verga, habría sido mejor que cayera, así me hubiera evitado un poco el dolor.
Continuó envistiéndome, de repente se pegó a mi espalda y empezó a besar mi cuello, dándome envestidas fuertes y secas, presentí que se acercaba su orgasmo, me sujetó de los hombros, aceleró las envestidas y después de unos segundos, jadeando dio tres o cuatro fuertes envestidas para dejar hasta la última gota de leche dentro de mí, por primera vez el sexo no lo disfruté, solo le di placer y le quité la curiosidad a mi compadre, ya que cuando me la sacó, me alegré e hice mueca de dolor, al sentir como salía de mi interior, mi compa me vio y se veía algo apenado, antes de que me dejara que le explicara, salió como cuete de la habitación y de la granja, traté de salir para pedirle que se esperara, pero fui muy lento al vestirme y salir en su búsqueda.
Después de ese día mi compa no volvió a mandarme mensajes en días, le di su espacio al no buscarlo, ni le conté nada a nadie de lo sucedido, también en esos días hablé con mi hermano Rafael, me dijo que él y su esposa estaban teniendo un buen de problemas, que ya no aguantaba más, quería un consejo; yo le dije que el menos indicado para dar consejos de ese tipo era yo, le sugerí que buscara a papá, me habló de las broncas con su mujer y como se dio todo aquello, también me dijo algo que no esperaba y que me dejó mudo. Me dijo que estaba enamorado de mí, que me ama, no supe qué responder ya que no esperaba eso de él y de nadie, a decir verdad.
Unas semanas después que mi compa me visitó en la granja, estaba en casa ya descansando mientras revisaba algunos pendientes, cuando tocaron la puerta, esa tarde Efrén salió a comer con un “amigo” pues fui a abrir la puerta y me encontré con mi tío Bruno, con el que menos he hablado y casi no tengo contacto con él, de echo lo único que sabía es que está dejado, y hasta ahí porque Gonzalo me lo contó. Al abrirle me sorprendí por su presencia, nunca pensé que fuera él a buscarme, y menos a mi casa, lo invité a pasar, pero no acepto.
Bruno: perdona que llegue así a tu casa, ¿si te avisó Gonzalo que venía para acá?
Enzo: no pasa nada, eres bienvenido, se le ha de haber pasado, así es Gonzalo, medio distraído.
Bruno: demasiado diría yo, de nuevo disculpa, pero tengo un problema con una vaca y quiero que me eches la mano, pues le hablé a Gonzalo, pero andaba lejos, a Nazario que salió con un amigo y no quiso hacerme el paro, pues pensé en ti antes, pero no quería molestarte.
Enzo: le reiteré que no era molestia, ya que es mi trabajo y así lo dije en mi juramento. También me di cuenta de quién era el amigo con el que se vería Efrén, fuimos a ver la vaca que tenía problemas, no pudimos salvar al ternero, era demasiado tarde, pero logramos salvar a la vaca. Hice mi trabajo y luego le dejé las instrucciones a Bruno, pero cuando me despedí de él, me detuvo para preguntarme cuanto me debía, le dije que nada, ya que lo que apliqué era de lo mismo que tenía ahí, después de haber insistido le dije que luego me invitara unas cervezas, se rio un poco nervioso.
Bruno: deberías de cobrarme, si no me acostumbraré a pagarte con licor.
Enzo: es solo cortesía para ganar clientes, la segunda vez si te cobraré. – obviamente estaba bromeando al igual que lo hacia él, me quise despedir, pero me volvió a detener al dirigirse a mí, pero fue algo raro.
Bruno: Enzo espera, perdón por lo que te diré ¿eres gay verdad?
Enzo: ¡sí! ¿Por qué la pregunta? – era una de esas conversaciones que se dirigen a un solo punto, tener sexo.
Bruno: verás esto que te pediré es, porque te tengo confianza y sé que lo entenderás, mira desde hace tiempo tengo una fantasía, pero no me atrevo a pedírselo a Nazario ya que se burlaría de mí, y si se lo pidiera a Gonzalo, es demasiado sumiso para hacerlo, por ello me gustaría que fueras tú, el que me ayude con esto.
Enzo: lo haré con gusto si me es posible, pero no te aseguro nada. – no me expondría a que me haga daño, pues al decir aquello aparte del morbo que sentí, también sentía un poco de miedo, pues al decir una fantasía, significaba muchas cosas con las que me podría hacer daño o comprometerme, al final del día sigue siendo hijo de mi enemigo, después de haberlo tratado como lo traté, podría ser una venganza y así hacerme daño.
Bruno: me gustaría sentir lo que es ser violado, obviamente siendo de activo y pasivo, pero me gustaría que el pasivo sea dominante, que me someta, y me obligue a todo, me gustaría que me tratarás como si de verdad me estuvieran violando, incluso golpes y cachetadas, que me torturen un poco, sin exagerar.
Enzo: ¿qué tienes en mente? – traté de disimular mi lado oscuro y la verdad que es algo que no he practicado, me hacía algo de ilusión poder hacerlo, pero no estaba seguro con eso de torturarlo y tratarlo mal, no es una de mis fantasías y no me sentía seguro de lo que me estaba pidiendo.
Bruno: pues me gustaría estar atado de pies y manos, ojos vendados y que llegues, me desgarres la ropa con alguna navaja o con tus manos, me trates un poco mal, yo dejaré que me ates y me sometas, pues que le des vuelo a tus fantasías.
Enzo: uff vaya pues no te prometo gran cosa, pero podríamos intentarlo, ¿cuándo y dónde lo haríamos?
Bruno: hoy mismo y aquí, tengo todo lo necesario en mi despacho, llévame hasta a ella, como si me llevaras a la fuerza y así iniciaríamos.
Enzo: lo tomé de las manos sujetándoselas por detrás, y así lo llevé hasta su despacho, me quedé con la boca abierta, nunca pasó por mi mente lo que Bruno tenía en su guarida del sexo, me sorprendí y asusté al ver cómo era aquel lugar. Látigos, grilletes que venían del techo, silla de tortura, columpio, correas, esposas, grilletes en una pared, todo lo necesario para divertirse un poco, se veía que le gustaba divertirse con hombres y mujeres, ya que tenía muchas cosas con las que podríamos jugar ese día, jamás me vi como alguien dominante a ese nivel, pero estaba por descubrir algo, ese día.
Lo até a los grilletes que venían del techo, tapé sus ojos, le coloqué un abrebocas, me desvestí dejándome solo los zapatos, el cinturón y me coloqué un sombrero que estaba ahí, el cinturón llevaba una pistola realista que al pegarla al cuerpo daba pequeñas descargas eléctricas, encendí algunas veladoras que había sobre una mesa, en una caja había condones, también dos dildos pequeños y un dilatador anal, lubriqué y limpié el dilatador anal, después de ponerle un condón y me lo introducir, le dejaría ahí para más tarde, di un par de azotes a Bruno, luego lo tomé de la barbilla y le dije; vaya sorpresa, mira que tenemos aquí, todo un pervertido sexual, veremos si eres capaz de aguantar el ritmo. Para todo esto acordamos una palabra clave, para detenernos en caso de que algo no nos gustase.
Volví a dar unos azotes en el culo de Bruno, este emitió un chillido apenas audible por la mordaza que tenía puesta, quité la venda de sus ojos, y le di un par de bofetadas, le agarré del cuello de la camisa y halé con fuerza, que la rompí en varios pedazos, me inspiré en lo que me había contado mi hermano. Luego le desgarré los pantalones con unas tijeras, y le di varias descargas con la pistola, unos en las costillas y otros en sus nalgas, rompí su ropa interior, tomé un dildo que se lo metí por el culo, obviamente todo lo hacía con condón, pues no sabía que uso se les daba a esos objetos.
Con la cera de las velas, la fui chorreando sobre su cuerpo, que parecía que le gustaba el sadomasoquismo, luego, acaricié su verga, dando fuertes apretones en los huevos y éste lo disfrutaba, al ver las reacciones que tenía, no dejaba de gemir, al momento que suplicaba, me suplicara que no le hiciera daño, que lo dejara en paz, cuando le metí el dildo, suplicaba que parara, que no lo penetrara, pero todo era parte del juego, ya me había comprometido a hacer realidad su fantasía, a mí no me estaba calentando, mi verga permanecía flácida sin siquiera reaccionar, me di cuenta que eso no era lo mío, ni como activo ni como pasivo, pero al él parecía gustarle, lo torturé un poco y él lo disfrutaba, pero yo no, su verga estaba dura al sentir como lo dominaba y lo hacía sentir todas esas humillaciones, le quité la mordaza y lo solté.
Enzo: discúlpame bruno, pero esto no es lo mío, no me excita por más que lo intento, quizás no sea lo mío, en verdad traté de hacerlo, pero no puedo, y será una mala experiencia.
Bruno: lo entiendo, veo que no te ha excitado nada todo esto, pero si me gustaría follarte si me dejas, y luego tú me folles a mí, ¿te parece?
Enzo: si está bien, pero no usemos nada de lo que hay aquí.
Bruno: bueno, solo usaremos el columpio y el potro.
Enzo: me subí al columpio, Bruno sacó el dilatador anal que tenía dentro, luego empezó a mamarme el culo, suave jugaba con su dedo y lengua, a la vez haciendo que mi culo deseara tener esa verga dentro, la verga de Bruno es delgada, de unos 18 cm, blanca, las venas de color verdoso, sobre salen en la piel clara de su pene, un glande rosado, una verga que apunta al techo recta. Después de haberme dilatado más de lo que ya estaba, se colocó un condón y lubricó su verga, la fue metiendo despacio poco a poco, la verdad con mucha suavidad, hasta que la metió por completo, luego cuando estuvimos acoplados, se metió el dilatador anal en su culo.
Me empezó a besar y a mover las caderas lento, despacio, haciendo el típico mete y saca mientras continuaba besándome, luego que mi culo se acostumbró a su verga, se acomodó y con la ayuda del columpio empezó a envestirme y a gemir de placer, me agarraba a las cuerdas del columpio para aguantar las envestidas y no salir disparado al piso, mientras me penetraba, besaba mis pies, piernas, abdomen, cuello y boca, poco a poco me empezó a envestir con más rapidez, tanto que estaba a punto de terminar, cuando estaba en eso, sacó su verga de mi interior, se quitó el condón y se vino sobre mi cara. Me pidió que nos recostáramos en la cama, en lo que se recuperaba.
Después de varios minutos, me agarró la verga y la empezó a mamar lento, dándose su tiempo lamía mi glande y luego mis bolas, regresaba y se la metía casi por completo en su boca, mientras volteaba a verme, así fue durante un buen rato, se acomodó en el potro y puso sus nalgas en alto invitándome a que lo penetrara, me acomodé atrás de él, retire el dilatador, le mamé el culo, luego metí mis dedos y cuando estuvo preparado, le metí mi verga gruesa de 18 cm, Bruno gimió y gritó; uumm que rico que buena verga, dame por el culo, es la primer verga real que tengo dentro, oh que bien se siente, aahh que rico es esto, dame sigue.
Lo tenía de las caderas dándole verga a Bruno mientras él continuaba suplicándome por más verga, y pidiéndome que no parara, le di por un buen rato, veía como entraba y salía mi verga en su culo, hasta que cambiamos de posición, se fue al columpio y mientras le volvía a meter la verga, lo empecé a besar, nos comíamos nuestras bocas y lengua, sin dejar de envestirlo, meterle toda la verga y ayudado por el columpio se la metía hasta el fondo, dando placer enorme a Bruno, que de la excitación se empezó a masturbar mientras yo continuaba dándole, de repente soltó varios chorros de leche que pararon sobre su abdomen, a mi aun me faltaba para terminar, pero sería incómodo para él que continuara, follándolo, le saqué la verga, tiré el condón y me masturbé en su cara hasta que mi leche le bañó la cara.
Nos recostamos y después nos dimos un baño, hablamos de varias cosas, antes de regresar a casa con una nueva experiencia, que no me gustó y luego de eso, me gustó tener sexo con Bruno, ahora ya estaba, había tenido sexo casi con todos mis familiares, bueno mis hermanos y tíos, solo me faltaba Lucas. De mis sobrinos son pocos, ya que los que son mayorcitos son, los hijos de Héctor, Rafael y Santiago, el hijo de Héctor es 5 años menor que yo, el de Rafael 6 años menor y mi ahijado 8 años menor que yo, con los hijos de Lucas que el mayor en realidad es mi tío y no mi sobrino, como todos creen.
Continuará ……………..
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