ENZO 18
Enzo se encuentra estresado y molesto por los últimos eventos que ha vivido, sobre todo la ausencia de su hermano y compadre Santiago, es lo que más le ha taladrado la cabeza y se desahoga al cerrar un trato..
ENZO 18
Enzo: cuando llegué a casa me encontré a Efrén y a Nazario, teniendo sexo, la verdad que yo venía algo asqueado de lo que había vivido, y no quería nada de sexo en ese momento, me di un baño de nuevo, luego me fui a tomar algo de comida y ver tv, esperaba que estos dos ya hubieran terminado cuando saliera de bañarme, pero no fue así, me puse a ver tv y esperar que me llegara el sueño, pero quien llegó primero, fueron ellos dos, mis dos hermanos, por partes diferentes, cada uno me dio un beso, pero no beso cualquiera, fueron en la boca, se sentaron uno a mi derecha el otro a mi izquierda.
Nazario: queremos hablar contigo.
Enzo: ¿en serio? ¿Qué me dirán que? A sí, que son pareja y se quieren casar de blanco.
Efrén: ¿no se puede hablar en serio contigo? Queremos hablar de otra cosa, aparte de casarnos.
Enzo: ¿es en serio, se van a casar, están bien ustedes? – no podía creer lo que me estaban diciendo esos dos, se van a casar, no podía creer lo que escuchaba.
Nazario: no te pongas en modo diva. No seas cabrón, nos casaremos, pero no como tú piensas o crees. Tu sarcasmo hiere. Aun así, te queremos hacer partícipe de nuestros planes, y sí, nos juntaremos, queremos hacer una vida, pero también queremos hacer una despedida de solteros.
Enzo: no, no, no. Esto no lo puedo seguir escuchando, nada más falta que me digan que quieren una fiesta de boda, no sean estúpidos, solo júntense y ya. – mi paciencia era escasa y el nivel de amargura elevado, trataba de no pensar en lo ocurrido, pero me era imposible no hacerlo, me levanté y marché hasta mi habitación, dejándolos con las palabras en la boca.
Nazario: ¿pero? ¿qué diablos le pasa? Esta de un humor insoportable, pensé que se alegraría por lo nuestro, pero hasta parece celoso de lo nuestro.
Efrén: deja que se calme, ya se le pasará, creo que lo agarramos en un mal momento, de lo contrario habría estado riendo y bromeando como de costumbre.
Nazario: bueno pues nunca lo había visto así, espero que se calme, yo me voy, te dejo, a ver cómo está mañana.
Efrén: Enzo ¿puedo pasar?
Enzo: adelante.
Efrén: ¿Qué pasó? Nazario se fue, pero se le hizo extraño verte así, ven wey, ánimo, cuéntame, qué sucede, te conozco y sé que hay algo que no te deja en paz.
Enzo: no preguntes nada, solo quédate aquí, acompáñame, lamento ser tan grosero perdona, ya me disculparé con Nazario, pero hoy no quiero hablar más. – como siempre mi hermano estaba ahí para apoyarme, ya que nuestra vida no era solo sexo, hemos pasado por muchas cosas y seguimos viéndonos como hermanos, me acurruqué en sus brazos, él solo se limitó a consolarme en silencio, con el tiempo hemos aprendido a entendernos.
Enzo: al día siguiente llamé a Nazario, le pedí disculpas, mi mente estaba un poco más despejada, como era sábado me fui a dar una vuelta a la granja, cuando llegué, saludé a don Mauricio, es quien se encarga de velar la granja, dar de comer a los cerdos, a excepción del sábado y domingo que soy yo quien se hace cargo, suelo ayudarlo todos los días y darle el día libre de las 8 am a las 8 pm, que es cuando regresa a velar, cuando terminamos Mauricio se acercó a mí, le dije que ya se podía ir que lo veía hasta el lunes en la noche, pero pidió hablar conmigo, Mauricio es un hombre de unos 60 años, siempre muy respetuoso y se dirigió a mí con respeto.
Mauricio: señor disculpe que lo moleste, pero le quiero decir algo.
Enzo: nada de eso Mauricio, al contrario, puedes hablar con toda confianza.
Mauricio: vera señor, mi hermano Ángel quiere vender sus tierras y yo le dije de usted, que probablemente esté interesado en ellas, son tierras muy buenas que pertenecieron a nuestro padre.
Enzo: pues si estoy interesado, pero sería de ver cuánto terreno es, el precio y ubicación.
Mauricio: Son 12 hectáreas, un poco más, pero buenas 12, están justamente en frente de la casa de su padre, ahí donde vive usted, y del costo sería que hablara con mi hermano.
Enzo: ah interesante son buenas tierras, dile a tu hermano que venga a verme y llegamos a un acuerdo.
Mauricio: vino a buscarlo el día que me cubrió usted, pero me dijo que no lo había encontrado. Señor también para decirle, que ya no podré ayudarlo más, mi mujer está enferma y necesita de mí, me pesa dejar el trabajo, pero solo puedo ayudarlo este mes.
Enzo: ah debió a ver venido cuando salí a cenar. No te preocupes Mauricio, buscaré alguien que me ayude, no te preocupes, si sabes de alguno me lo dices. – no me di cuenta de que alguien más llegara aquella noche ¿si nos vio teniendo sexo a mi compa y a mí? No puede ser otro problema más en que pensar, mis días estaban de mierda.
Aquel día mi mente estaba perdida, no podía pensar nada claro, tenía miedo que el hermano de Mauricio nos descubriera y hablara de nosotros, lo que le podría contar a las personas, por mi mente pasaban muchas cosas, una más incoherente que la anterior, preparé café y en lo que estaba me di un baño, al menos podría despejarme un poco, y tratar de relajarme, pero cuando salí del baño y estaba preparando mi café, llamaron a la reja de la entrada, un auto se paró, tocaba la bocina, me acerqué y vi que era un hombre de unos 40 años, delgado, de traje, no noté nada raro al verlo, solo me acerqué.
Enzo: buenas noches diga ¿Qué se le ofrece?
Ángel: hola, soy el hermano de Mauricio, Ángel disculpe lo tarde, pero mi trabajo me absorbe todo el día, hace unos días vine, pero usted estaba MUY ocupado.
Enzo: ya veo, pase y hablemos. – de inmediato me di cuenta que éste también batea por la zurda, afeminado, tanto su forma de hablar, como sus movimientos, abrí la cerca y le pedí que pasara, le invite un café.
Enzo: estuvimos hablando sobre las tierras que quería venderme, me dijo que, al ser el menor, que tuvo su padre con otra mujer, no era de ahí, y quería vender las tierras que le dejó al morir, ya se las había ofrecido a sus hermanos, pero ninguno pudo comprárselas o no las quisieron, y al ver la oportunidad de venderlas, decidió hacerlo. Reitero, sus movimientos, comportamiento y forma de hablar lo delataban, durante todo momento me estuvo coqueteando descaradamente, yo tenía mis dudas si nos había visto o escuchado, aquel día, en la granja, ese día que estábamos mi compadre y yo, pero quedaron despejadas después de habernos puesto de acuerdo con el trato de las tierras.
Ángel: disculpe el atrevimiento, pero el día que vine como he dicho lo vi muy ocupado jeje, bueno los vi ocupados, me habría gustado unirme a ustedes ya que, perdone, pues se veían muy animados sobre todo usted. Ahí, que bella escena aquel día, yo me fui todo excitado.
Enzo: no pasa nada, nos hacíamos solos y pues tuvimos el descuido de dejar las puertas abiertas, le suplico, guardar silencio, ya sabe, aquí en el pueblo esto es algo grave. – no tenía ni idea que decirle, tenía miedo que fuera al pueblo a decirle a todo mundo, o me chantajeara.
Ángel: no se preocupe, mi hermano me tiene al tanto, de cómo es la gente de aquí, además yo me he dado cuenta, cuando me ve la gente al llegar a algún lugar, unas miradas que quisieran asesinarme ahí mismo, a mi hermano no le gusta que nos vean juntos, pero sí cuando anda caliente, bien que le gusta meterme la verga, hay perdone mi vocabulario. ¿usted es pasivo o activo? Perdone mi atrevimiento, pero así es uno.
Enzo: gracias por su discreción y que entienda por qué se lo pido, inter, disfruto ambos roles, solo que aquel día estaba con un activo, hay que adaptarse ¿usted, que rol es? – algo me decía que era pasivo y tenía razón, no dejaba de insinuarse y con el calentón que traía, no lo dejaría irse sin que probara mi verga.
Ángel: pasivo al cien. Uf solo de pensar en aquel día, me he puesto muy cachondo. Qué pena. usted está muy rico.
Enzo: pues vamos a bajar la calentura y cerrar el trato con una buena cogida, digo si es que usted quiere, que lo hagamos. – no solo bajar la calentura, también reducir el estrés que me cargo desde hace días, por fortuna tenía con quien, en ese momento, así que no lo desaprovecharía, aun no terminaba lo que tenía que decir, cuando ya lo tenía encima, metiéndome mano.
Enzo: se arrodilló frente a mi tocándome la verga por encima de la ropa, me dejé llevar, mi verga ya estaba pidiendo salir de su prisión de tela, que empezó a liberar lentamente, bajando poco a poco mi ropa, así tener en sus manos y boca, lo que tanto quería, y que yo deseaba por que la tuviera, cuando sacó mi verga, se dibujó una sonrisa de oreja a oreja, la acarició lento, recorriendo lento y aspirando, se deleitaba con su olor y tamaño. Acercó su boca a mi verga y con su lengua lamió, recogiendo todo el líquido pre-seminal que me salía, continuó lento comiendo poco a poco cada centímetro de mi verga, los disfrutábamos, los dos, él al comérmela y yo al sentir sus labios sobre mi verga de 18 cm.
Un experto mamando la verga, se la metía por completo y la presionaba, saboreándola con su lengua, la sacaba lento y la volvía a tragar, empieza con un movimiento rápido metiéndola y sacándola, de su boca, luego paraba y dejaba salir todas las babas, bañándome los huevos con ellas, veía como movía su cabeza al comerme la verga, de esos que no necesitas follarles la boca porque ellos se la follan solitos, luego fue subiendo poco a poco mientras me desvestía, llegó hasta mi boca y me dio un ligero beso, al cual me rehusé un poco, lo besé en el cuello, un tipo limpio que tenía olor a perfume, pero, no me sentía con la seguridad de besarle.
Lo desvestí también hasta dejarlo desnudo, su pene era pequeño, pero su trasero, oh cielos, un trasero depilado, paradito, redondo y duro, a pesar de su edad tenía un hermoso trasero, que sin dudarlo le di un par de nalgadas, él estaba parado frente a mí, yo sentado sobre una silla, lo apreté contra mi cuerpo para poder acariciar esas hermosas nalgas, redondas y duras, di otro par de nalgadas y éste las paraba más, me pedía que lo penetrara de una vez, fui buscando su ano con mi dedo, hasta que lo encontré, fui lentamente empujando mi dedo, éste entró con facilidad, luego escupí sobre dos de mis dedos, los llevé a su culo, que se metieron fácil, arrancando suspiros a mi nuevo amante en turno.
Me coloqué un condón y poco de lubricante, yo seguía sentado sobre la silla, y éste me montó a horcajadas, poniéndose de puntillas, acomodó mi verga de 18 cm en su entrada y se dio el sentón, mi verga entro con facilidad, recargué mi cabeza en el respaldo de la silla y lo tomé de las caderas, éste se empezó a mover muy rico, adelante atrás, sujetándose de mis hombros, me cabalgaba con un rico movimiento de caderas, haciendo que mi verga entrara y saliera de su culo, mientras me decía; uy papi así dame tu verga, si papá, dame rico, oh papi que buena verga, me encanta tu verga, dame fuerte.
Lo malo de esto es, que él estaba dándose solo y yo solo me dejaba consentir por su culito, que me estaba dando placer, me abracé a él para levantar un poco su cadera y así poder darle yo, empecé a mover mis caderas, dándole envestidas que solo se escuchaba el chocar de nuestros cuerpos, clof, clof, clof…. como yo quedé de frente a la puerta, que de nuevo la dejé abierta, vi llegar a mi padre, no era novedad ya que de vez en cuando papá llegaba a hacerme compañía.
Papá se quedó ahí parado viéndonos tener sexo, coger. Mientras se agarraba la verga, esperando a ser invitado, le hablé al oído a Ángel; ¿te gustaría tener otra verga aparte de la mía? Me respondió; sí pero que sea de carne y no de plástico, mejor si es un macho como tú, me reí un poco y le dije a papá; venga compa únase a nosotros, obviamente no le diría que era mi padre, ni había necesidad de hacerlo, Ángel voltea a ver quién era y cuando vio a papá, sonrió con satisfacción, papá se desnudó y éste lo veía con unos ojos de lujuria, salió la sonrisa malévola de papá.
Agustín: vamos a ver si es verdad que deseas la verga de dos machos, putita, ven acá.
Enzo: papá tomó del pelo a Ángel, prácticamente lo arrastró hasta ponerlo en cuatro patas, y le dijo; vamos zorra, tendrás verga por el culo y la boca, que es lo que deseas. Papá levantó la cabeza de éste y le metió su verga de 21 cm en la boca, mientras yo le follaba el culo, lo tomé de las caderas y lo envestía, así como papá le envestía la boca, sacándole lágrimas, arcadas y babas, parecía disfrutarlo, ya que se dejaba que papá lo follara de esa manera, mientras yo continuaba dándole por el culo, después de un rato cambiamos de lugar papá y yo.
Papá lo agarró de las caderas y no fue tan suave como yo, empezó a follarlo fuerte y violento, mientras yo le follaba la boca, lo tomé de las mejillas y le penetraba la boca, viendo como papá lo tenía de las caderas, dándole fuertes envestidas, después de un rato papá le dijo; vamos puta que a este culo le caben dos vergas a la vez, móntate en mí. Papá se tumbó boca arriba y Ángel lo montó metiéndose la verga de papá de un solo sentón, papá lo abrazó y me dijo; vamos compa métale la verga, que este culo tragón lo está deseando.
Aquel tipo me pidió que lo follara junto con papá, me enfundé un condón, puse lubricante y apuntando mi verga hice presión, poco a poco mi verga se fue deslizando hasta que le entró toda, tenía ambas vergas en el culo, gemía y gritaba de placer; aahh, sí oh, cielos, que machos tan ricos, denme sí mis machos, siií aahh, sí denme fuerte oh… Me agarré de sus hombros y le empecé a dar suave, sentir la presión de su culo contra mi verga y la de mi padre, el rose de nuestras vergas se sentía bien, aunque habría sido mejor sin condones, pero ambos teníamos puesto uno cada uno.
A sus 55 casi 56 años papá, tenía una potencia y fuerza que admiro hasta hoy, papó lo levanto un poco y empezó a moverse, clavando su verga una y otra y otra vez en el culo tragón de Ángel, que no paraba de gemir y gritar del placer que sentía, papá detenía sus envestidas y luego mi turno de darle, luego paraba yo y papá le daba, de repente los dos dándole envestidas, cada que se salía una u otra verga del culo de Ángel, pedía que se la volviéramos a meter, después de un rato hizo presión con su culo y llenó de leche el abdomen de papá.
Por varios segundos continuamos dándole hasta que ya no podía más, y nos pedía que nos corriéramos, pues ya no tenía tanta dilatación en su culo, pero papá seguía dándole, no lo dejó que se zafara de sus brazos, estaba decidido a seguir dándole, pero este ya no aguantaba más, lo pusimos en cuatro patas y papá lo clavó por el culo y yo por la boca, no duré mucho en venirme ya que para él era algo incómodo, me vine en su boca, se tragó toda mi leche, cuando papá lo vio tragarse mi leche, empezó a acelerar y envestía con fuerza el culo de Ángel, que no paraba de gritar, por las envestidas fuertes que le daba papá, hasta que se vino.
Papá sacó su verga, se sacó el condón cargado de leche, y le pidió a Ángel que abriera la boca para vaciar su leche del condón en ella, éste se tragó la leche, luego papá le ordenó que nos limpiara los restos de nuestras vergas, la mía ya la había limpiado solo faltaba la de papá, Ángel cayó rendido en el piso y volteaba a vernos, sonriente y decía; qué placer, qué machos, qué cogida de culo y boca me han dado, lástima que no sea de aquí, de lo contrario, estaría encantado de tenerlos cada noche. Papá sonrió y se acercó a Ángel, le revisó el culo y dijo; mira compa le dejamos el culo bien rozado y abierto, el día de mañana nos seguirá recordando, dirá qué vergas tan sabrosas, qué abierto y rosado me dejaron esos machos, me reí un poco. Nos despedimos, Ángel y yo quedamos de vernos el lunes para cerrar el trato y que las tierras pasen a mi nombre, se despidió, papá y yo nos quedamos ahí viéndonos por un momento.
Enzo: sabes siento que conmigo eres condescendiente y tranquilo en el sexo. – papá nunca se ha portado así cuando está conmigo, y sentía que no era el mismo al tener sexo conmigo que con alguien más.
Agustín: tú eres mi Enzo, contigo soy diferente porque lo disfruto, hacerlo como la primera vez, te disfruto a ti no tanto el sexo, pasa algo semejante con tu hermano, pero siento que el día que yo sea brusco contigo, no seré yo mismo, contigo hago el amor, y con los demás es solo sexo.
Enzo: ¿y Efrén? – ¿dónde queda mi hermano porque con él lo has hecho así?, ¿acaso con él no haces el amor?
Agustín: él no ocupa, ni ocupará el mismo lugar que tú, para mí, él es buen sexo, si lo amo y lo amé, pero él no es tú. Vamos a dormir que estoy cansado, no quiero estar solo esta noche, quiero estar al lado de alguien a quien de verdad quiero, Sara sigue igual, no podemos cambiar y es mejor que lo dejemos. Tenemos que poner fin a esto, antes de que nos hagamos más daño.
Enzo: ¿se divorciarán? – me quedé sin palabras, ¿acaso papá pensaba divorciarse? Pues solo ellos saben lo que hacen ya no son niños para estar al pendiente de ellos.
Agustín: así es hijo llegamos a un acuerdo mutuo, nos dejaremos ya de una vez, bien divorciados, esto no tiene remedio, vamos a dormir.
Enzo: papá y yo nos fuimos a dormir y al día siguiente por la mañana después de desayunar, papá se fue a ver algunos pendientes, luego comimos con Efrén y Nazario, papá se quedó con ellos para cenar, yo regresé a la granja para velar, obviamente papá se quedaría a dormir ahí mismo, pues ya que es su casa, pero esa noche me llevé otra sorpresa, que no esperaba que volviera a suceder.
Continuará …….
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