ENZO 3
Enzo pone a prueba su sexualidad y se da cuenta que lo que más le atrae es tener un hombre a su lado y solo así es capaz de disfrutar de placer y así tener lo que tanto ha buscado.
ENZO 3
Enzo: decidí no contar nada a nadie sobre mis sueños húmedos, pero cuando estaba solo me preguntaba; ¿por qué tengo éstos sueños, que significado tienen, y por qué se hacen más frecuentes?
Con el paso de los días, mi relación con Efrén fue mejorando mientras que, con mis otros hermanos, la relación era estrecha, pues nuestras conversaciones eran muy pobres. Un día estando recostado en mi habitación, escuché a papá discutir con Sara, su esposa. Me di cuenta de que la discusión fue a causa de mi presencia en esa casa, pues escuché que Sara le decía: ¿cómo es posible que el hijo de esa mujer esté aquí? Si ese muchacho es el fruto de tus infidelidades.
Papá le respondió: no estás obligada a estar a mi lado, cuando tú lo desees, eres libre de hacer lo que creas conveniente. Sara amenazó a papá con marcharse para siempre de la casa. Sara continuó insultando a papá, pero él solo la escuchaba sin responder a sus ofensas. Pues Sara se oía muy molesta.
En una de esas noches en las que no podía dormir por mis pesadillas, escuché a Sara quejándose, pues ella no quería tener sexo con papá, aunque él insistía en hacerlo. Sara gritaba que no podía hacerlo, pues decía que se encontraba bastante irritada, para continuar, papá decía que no era para tanto y que siempre le hacía lo mismo. En ese momento me tapé los oídos, no quería seguir escuchando, pues en mi mente se revelaban imágenes de mi pá teniendo sexo con Sara.
Mientras estaba tapándome las orejas, me puse a pensar en mi orientación sexual, pues no me sentía atraído por las mujeres. Y de repente comencé a recordar lo sucedido con mi hermano, Efrén, esos recuerdos, cuando encontré a Efrén en las caballerizas teniendo sexo con un chico. También lo de mis sueños húmedos, el reciente, donde tuve sexo con papá, tan solo con pensarlo me puse muy caliente. Pero estaba asustado, pues no tenía idea de cómo podría reaccionar papá si se enterase de mis sueños y como me excitaba, no quería perderlo, pues apenas lo había recuperado.
Todos los días me levantaba temprano, para ir aprendiendo cada oficio, que siempre lo hacía junto a papá y hermanos. Permanecía callado, pues no quería perder esa nueva vida, pues me sentía bien estando así, aún me faltaba aprender a montar a caballo, aunque ya lo empezaba a dominar, me faltaba por aprender, por ello, aún me subía en el mismo caballo que el de papá, también a sentirme normal, cuando él me sujetaba de la pierna, sin embargo, a la hora de acariciarme, pensaba en mi hermano Efrén y su verga. Recordando cómo le metía la verga, a aquel chico en las caballerizas. Me gustaba imaginar que ese chico era yo y mi hermano me penetraba, no estaba seguro de mi sexualidad o eso creía, y tenía que averiguar sobre mis preferencias, ya que mis sueños se hacían más frecuentes, pero en lugar de aparecer mi abuelo al final, quien aparecía era Rafael, mi hermano, con su rostro lleno de cicatrices, después de varios días y ya en confianza con papá, empecé a sincerarme.
Enzo: ¿apá? – esa tarde llamé la atención de papá, solo yo le llamaba apá, mis hermanos aún le dicen jefe o padre, como lo hacen desde que recuerdo, ese día picábamos pasto para ensilar.
Agustín: ¿qué pasó hijo? Has estado muy callado, me recuerdas el día que llegaste a esta casa, pero veo que poco a poco te vas adaptando a tu nueva vida. Y te relacionas más con tus hermanos sobre todo con Efrén.
Enzo: ¿qué pensarías si uno de tus hijos fuera gay? – no se dé donde saqué el valor esa ocasión para hacer la pregunta tan directa a papá, y dejar de lado lo que me había dicho.
Agustín: vaya, me tomas de sorpresa, pues es una decisión personal, si alguno de mis hijos es gay y es feliz siendo como es, no tendría nada en su contra ¿Por qué preguntas eso? ¿acaso es algo personal? Si es así, sabes que cuentas conmigo.
Enzo: ¿si fuera gay? ¿me correrías de tu casa? Perdona que te haga estas preguntas, pero últimamente he tenido dudas de mi sexualidad. – ese día me quedé paralizado, no tenía idea de cuál sería la reacción de mi padre. Esperé la respuesta, con mucho temor.
Agustín: te perdí por 10 años, no pienso volver a perderte un solo día, quiero verte feliz y vivo, así que lo demás no me importa ¿Por qué dices que tienes dudas de tu sexualidad? Ya he perdido mucho y no quiero perder más por una cosa sin importancia, mientras estés a mi lado no me importa nada.
Enzo: pues te diré el porqué de mis dudas. Desde hace varios meses y días, he tenido sueños extraños y cuando me despierto estoy mojado o muy excitado. – le describí los sueños a papá, pero sin darle nombres de los que me tomaban y me penetraban, papá se acercó y me sujetó de la barbilla, levantó mi cara para verme a los ojos y me respondió.
Agustín: no te preocupes, haremos algo para que puedas encontrar tu identidad. Es lo que se me ocurre para ayudarte, pero será algo entre nosotros, el fin de semana vamos a ir a un lugar donde podrás aclarar algunas dudas y después de eso, ya veremos que sucede, eso si estás de acuerdo.
Enzo: sí, de acuerdo, vamos a ver, pá cambiando de tema ¿qué fue lo que le paso a Rafael en la cara? él me da miedo, se ve muy rudo, como si fuera un bandolero, un matón desalmado, me da miedo cuando se me queda viendo atentamente.
Agustín: jajaja… nada de eso, él es muy tranquilo, de hecho, los cuatro lo son, los más canijos son; Santiago y Efrén, pero aún así son calmados. Rafael hace tiempo tuvo un accidente, se estrelló contra el vidrio de la camioneta, por eso tiene esas cicatrices, pero es muy buen muchacho, solo es su rostro de maldito y por ello parece ser un bandolero.
Enzo: papá me siguió contando varias cosas sobre mis hermanos, también lo que planeó para aquel fin de semana.
El fin de semana ya después de hacer algunas tareas, papá me mandó a bañar para salir a dar la vuelta, obviamente nos fuimos los seis. Papá, Héctor, Rafael, Santiago, Efrén y yo. Llegamos a un bar, pero no fue en el pueblo donde viven mi abuelo y sus hijos, fue a otro más alejado, entramos y en seguida nos sentamos los seis, yo quedé en medio de Rafael y papá, papá me preguntó cuál de las chicas quería, a mí me daba igual, así que papá decidió, papá llamó al mesero y le pidió que llevara a una de las chicas.
Cuando la chica llegó, comenzó a acariciar a papá, pero papá le dijo que a quien tenía que acariciar era a mí, le dijo que era mi primera vez, que fuera buena conmigo, ésta me empezó a besar y acariciar, permanecí sentado dejando que la chica me acariciara, pero no sentía nada de excitación con sus caricias y besos. Luego llegaron tres chicas. Una de ellas se fue con papá, otra con Efrén y la tercera con Santiago. La chica que estaba a mi lado me besaba y acariciaba y yo sin hacer nada, con mis manos colgadas a los lados, en eso sentí como mi hermano Rafael, tomó mi mano y la guió para acariciar las nalgas y espalda de la chica, mi mano era guiada por Rafael. En aquel momento volteé a verlo para agradecerle el gesto, éste me hizo una seña para que le agarrara las tetas a la chica. Rafael hizo un ademan como si se estuviera acariciando unos senos en su propio cuerpo, lo hacía para que yo se lo hiciera a la chica.
Los tres que estaban con aquellas chichas, nuestro padre y nuestros dos hermanos, se las llevaron a una habitación donde las follaron. Luego Rafael le dijo a la chica que estaba conmigo, que él le pagaría por sus servicios completos, cuando estuvimos en la habitación, ella continuó con sus caricias y todo, pero yo seguía igual, no me excitaba, me quitó la ropa y luego se desnudó ella, por más que la chica me acariciaba, no había nada de nada. Recuerdo que me recosté en la cama y esta empezó a mamar mi verga flácida, pero no había respuesta de esta, cerré los ojos y comencé a recordar a Efrén con su amigo y ahí mi verga respondió, me la mamó por un rato y yo seguía con los ojos cerrados, repasando aquellas imágenes que estaba recordando. Luego la chica me colocó un condón y se montó sobre mí verga, continué con los ojos cerrados, recordando. Mi verga seguía parada y cuando abrí mis ojos y vi a la chica montada sobre mí, mi verga perdió su dureza, me disculpé diciéndole que estaba nervioso, obviamente mentí ya que no estaba nada nervioso y además apenas tenía 11 años.
La chica preguntó algo que no entendí bien, pues me dijo: eres familiar de los burros, no respondí, pues no le di importancia al comentario, ella continuaba mamándome la verga y esta no respondía, entre más la mamaba, parecía hacerse más pequeña. Solo cerré ojos y pensé en mi hermano Rafael y como me había agarrado la mano y esa sonrisa hacía unos momentos, también lo imaginé, pensé en él, lo imaginé tocando mi cuerpo, que me acariciaba, cerré mis ojos y me elaboré toda una escena con él, lo visualicé acariciando mis nalgas y mientras me las acariciaba se empezaba a masturbar. Me imaginé a Rafael tallando su verga entre mis nalgas, también pasaba su verga por mi culo queriéndomela meter, luego, inclinándose sobre mi espalda, pegándome su pecho peludo y besando mi cuello, escuchaba su voz diciéndome: te voy a penetrar, tomaba su verga la apuntaba en mi culo apretado y empujaba despacio, estaba tan concentrado que sentía que aquello que imaginaba era real y podía sentir como su verga entraba en mí, suspiré y un gemido escapó de mi boca, lentamente siguió empujando hasta que la metió por completo y empezó a darme envestidas yo gemía y suspiraba, imaginando que estaba pasando todo aquello, de repente empecé a soltar chorros de leche y escuché el grito de la chica que me sacó de mis sueños.
Chica: Maldita sea, tienes que avisar ¿eres estúpido? ¿qué te pasa?
Enzo: disculpa no fue mi intención, me deje llevar. – aquel día me disculpé varias veces, sin embargo, mi mente estaba confundida, por un lado, lo que imaginé de mis hermanos, por otro, los reclamos de la chica.
Enzo: cuando salí de aquella habitación, estaba desorientado, busqué a mis hermanos, volteaba de un lado a otro, hasta que vi a Héctor levantando su mano, me hizo una señal para que me acercara, fui con ellos, caminé algo confundido, por el ruido, las luces, además de lo sucedido con la chica, apenas me había sentado y de inmediato Rafael me preguntó; ¿cómo te fue con la chica? ¿es fogosa? al verlo me sentí algo avergonzado por mis pensamientos, sin embargo, después de unos minutos le conté lo ocurrido. Obviamente omitiendo algunos detalles, después de haberle contado mi experiencia, se empezó a reír, me dijo que no hiciera eso, ya que, aunque estas chicas se dediquen eso, no les agrada que les traten así. Cuando estuvimos calmados, le pregunté por los demás y me dijo que ya saldrían en cualquier momento, después de un rato viendo a las chicas bailar, salieron los demás, tomamos un poco, bueno, ellos ya que yo tome solo una cerveza.
Esa noche regresamos a casa muy tarde, el domingo por la mañana me desperté y al salir de mi habitación, me percaté de que no había nadie despierto, ni siquiera la esposa de papá, fui a la habitación de mi hermano, Efrén. Lo vi ahí acostado todo despatarrado, solo llevaba puesto su bóxer, me quedé ahí parado frente a su cama, viéndolo a detalle, jamás me había fijado en el cuerpo de un hombre hasta ese día. Efrén a diferencia de nuestros hermanos, es más bajo que de todos, pero su cuerpo es bastante velludo, igual que sus piernas, delgado, su con cuerpo suave o eso me imaginé y aunque no está marcado, tiene buen cuerpo, y bajo su ropa, se dibujaba su verga, que al parecer estaba erecta, me quedé embobado viéndolo dormir. Pero en eso Efrén, abrió sus ojos y me vio ahí frente a su cama.
Efrén: ¿He qué pasó? ¿qué haces ahí, viéndome?
Enzo: ha discúlpame, es que me he levantado y la casa está sola, pensé que no había nadie, así que entre a ver si estabas aquí, pero ya veo que si estás. – me puse algo nervioso ya que estaba disfrutando de ver ese cuerpo semidesnudo, me había excitado, además me gustó verlo así.
Efrén: ah está bien. así es mamá, cuando papá se pone así, nos deja solos, que hagamos nosotros la comida, se molesta ver a mi padre y a nosotros ebrios o crudos, de seguro está con una de sus nueras, ellas hacen los mismo con nuestros hermanos, anda ve a dormir un rato, ya en la tarde vamos a ver el ganado, si quieres algo de comer, ve a la cocina.
Enzo: seguiré durmiendo, nos vemos un rato más, sigue descansando. – me regresé a la habitación, pensé en entrar a la de papá, pero me fui directo a mi habitación.
Enzo: al día siguiente acompañé a papá a trabajar, ayudándolo con algunas cosas en las que podía, me preguntó cómo la pasé con la chica, a él le conté con todo detalle, papá se quedó serio y me dijo; vamos a ver qué pasa y luego lo solucionamos. por ahora tenemos que trabajar, sentí que papá me había ignorado.
Toda esa semana, Sara estuvo molesta con papá, solo nos servía de comer y se marchaba, Efrén renegaba y preguntaba a Sara por qué se portaba así con él, pero Sara no le respondía, papá se quedaba callado, desde que le conté a papá de la chica, lo veía pensativo, un poco distante conmigo, no quise continuar preguntándole cosas ni nada, solo trabajábamos. Él me decía que hacer y de vez en cuando una conversación corta, pero nada personal.
Día después Sara se sintió mal, le pidió a Efrén que la llevara al hospital. Mientras nosotros fuimos a trabajar y cuando regresamos, Efrén llamó para decir que regresarían hasta el día siguiente, pues tenían que hacerle unos exámenes a su madre, papá me informó lo sucedido, luego de un rato cenamos, al terminar la cena, me fui a una hamaca, después de un rato de estar en aquella hamaca, papá se acercó adonde estaba y se sentó cerca de mí.
Agustín: ¿y cómo te sentiste después de estar con la chica? Me refiero si con eso lograste disipar tus dudas.
Enzo: (suspiro) no, la respuesta es no, sería cuestión de comparar la experiencia vivida con una mujer y vivirla con un hombre, pero me da miedo, estabas muy callado, pensé que estabas molesto conmigo, te he notado serio, pensativo ¿te pasa algo?
Agustín: tienes razón, tienes que vivirlas y así comparar, solo de esa forma te darás cuenta lo que te gusta, lo serio y pensativo es por problemas con Sara hijo, nada serio, lo mismo de siempre, ella se pone de un humor de la chingada, eso me pone de malas, pero son problemas de pareja, nada que ver contigo y miedo a ¿Qué?
Enzo: miedo a que cuando lo quiera probar con un hombre, que al final no lo quiera hacerlo o me duela, y que me eche para atrás. Mi miedo es; que me quiera obligar a hacerlo, eso no me va a gustar y es a lo que temo, que no me deje y me lo quiera meter a fuerza, además me gustaría ver, si también me gusta meterle la verga a un hombre, aún no sé lo que me pueda gustar más.
Agustín: pues te puedo echar la mano en una, pero en la otra no, no quiero saber que se siente que te la metan, pero sí te puedo ayudar para que tú la sientas. Así podrás saber que se siente tener una verga adentro, ahí sí, puedo echarte la mano, jejejeje.
Enzo: ¿es broma verdad? – yo estaba nervioso y podía notar también algo de nervios en papá, ¿Pero era eso verdad? ¿acaso papá quería ayudarme? ¿Y ser el primer hombre en meterme la verga?
Agustín: ¿piensas que es broma? Si soy yo con quien experimentes eso, serias tú el que se la clavara solo, y si no te gusta, pues pararíamos y no habría ese miedo a ser obligado, no te obligaría a continuar contra tu voluntad.
Enzo: claro que lo creo ¿qué ganarías tú al ayudarme a disipar mis dudas? – ¿Por qué papá me ayudaría en mi problema?, ¿qué es lo que ganaría él al ayudarme con lo mío?
Agustín: verás, también me gustaría probar ese lado de la sexualidad y qué mejor que con mi hijo, de hecho, ya desde hace tiempo que he tenido esa curiosidad, pero tú sabes cómo están las cosas aquí, como habla la gente, nunca me atreví a proponérselo a alguien, sé que el hijo de uno de los trabajadores se mete con chicos, vaya que es gay, pero no me atreví a insinuarle por temor a que me descubrieran o me señalarán, además no es de fiar ese muchacho.
Enzo: entiendo, pero ¿cómo le haríamos, si lo hacemos? Digo me da un poco de vergüenza y creo que contigo puede ser que pase igual, quizás quieras planearlo mejor, y así podamos hacerlo.
Agustín: no, lo planeado nunca sale, vamos hagámoslo ahora mismo, sígueme.
Enzo: caminamos hasta mi habitación, seguí a mi papá, apagó todas las luces y caminábamos en medio de la oscuridad, seguí a mi padre tropezando en el camino, llegamos a mi habitación escuché a papá tumbarse sobre mi cama, escuché la voz de papá que me decía; desnúdate, Enzo, y empieza a tocar mi cuerpo y has lo que desees. Mientras yo me desvestía, mi papá hizo lo mismo.
Enzo: subí gateando a mi cana y lo primero que toqué fueron los pies de papá, que solo llevaba puestos sus calcetines, aunque estaba nervioso, deslicé mis manos por los pies de papá y fui subiendo despacio, mientras sentía el calor de su cuerpo en mis manos, continué hasta llegar a su abdomen, donde junté mis manos, papá no tiene abdomen plano es rellenito, pero sin ser demasiado panzón, yo diría que un poquito de peso extra, que se convirtió en musculo, ya que su cuerpo es firme, cuando mis manos se juntaron en su abdomen, bajé un poco mi mano derecha hasta encontrarme con la verga de papá, estaba medio parada, se sentía bien, estaba tocándolo, podía sentir su calor y su textura, pues solo podía sentirlo con mis manos, ya que estábamos en penumbras, no podía ver, pero sabía dónde tocar, cuando papá sintió mi mano, se reacomodó en la cama, lo empecé a masturbar, papá inhalaba y exhalaba, mientras su pene se ponía cada vez más duro.
Apenas podía abarcar el pene de mi padre y lo sentía grande, pero debido a la oscuridad, no pude ver el tamaño, solo le percibía algo grueso, continué masturbándolo, pero deseaba llevarlo a mi boca, en eso recordé las palabras de mi padre, dándome permiso de hacer lo que quisiera, aún así, le volví a preguntar.
Enzo: ¿apá puedo hacer lo que sea?
Agustín: mientras no me metas la verga por el culo, has lo que quieras. Me está gustando la suavidad de tus manos, al acariciar mi verga.
Enzo: continué acariciando el pene de papá y luego fui acercando mi boca hasta su pene, lamí suavemente su glande, probé ese líquido que sale del pene cuando andamos excitados y me gustó, ya que poco a poco fui probando más y más, hasta que le estaba chupando la cabeza del pene, a papá parecía gustarle mucho, ya que estaba muy excitado, podía sentir como con sus manos acariciaba mi cabeza y empujaba su pelvis para meter más su pene en mi boca, continué haciéndolo y cada vez me metía un poco más su verga a mi boca, era mi primera experiencia haciendo todo esto, así que era muy torpe para hacerlo, en dos ocasiones papá me pidió que no le tallara su verga con los dientes, continué haciéndolo con torpeza, pero ya le estaba tomando el ritmo y la forma de hacer que papá disfrutara de la mamada que le estaba haciendo, después de un rato yo quería algo más. Quería probar la penetración, ya que era el propósito, saber si me gustaría a o no, aún así, sentía algo de miedo el no poder y el dolor que podría sentir al meterme la verga de papá por mi colita.
Me sentía listo para intentarlo, así que llené bien el pene de papá de saliva, para intentar metérmelo, ya había leído algo en internet, desde que sentí curiosidad por mi sexualidad. Así que unté mis dedos de saliva, los llevé a mi ano y los empecé a frotar en mi culo, para poder relajarlo un poco y así tratar de meterme la verga de papá en mi colita, después de un tiempo de haber hecho aquel masaje, saqué de mi boca el pene de papá y continué subiendo, hasta que mi cara quedó a la altura de la de papá, quise darle un beso, pero me detuve, solo besé sus pechos, me dio miedo al rechazo de parte de papá, si lo besaba en la boca, me posicioné a horcajadas sobre el cuerpo de papá y tomé su pene lleno de mis babas, lo empecé a frotar sobre mi culo, varias veces lo pasé, pues aún me sentía con algo de miedo al ser penetrado. En eso papá me dijo que colocara algo de crema u otra cosa para lubricar y así sería más fácil la penetración, por suerte suelo usar aceites para el pelo, tomé un poco de aquel aceite, primero lo esparcí sobre el pene de papá y luego puse un poco en mi culito.
Volví a juego de tallar el pene de papá en mi culito por un rato, hasta que sentí la necesidad meterme su pene en mi culito, la respiración de papá y la mía, se podían escuchar por la excitación y adrenalina que ambos estábamos experimentando, tomé su pene con mi mano y ya dispuesto a ser penetrado por primera vez, traté de relajarme y apunté su glande en mi culito, bajé un poco y sentí una punzada tremenda, me detuve al sentir ese dolor, pero quería seguir con la penetración, papá no decía nada, me dejó a mí solo, que fuera experimentando. Después de un corto tiempo el dolor se fue, así que bajé un poco más, aquella sensación entre dolor y deseo me hacían querer continuar, logré que entrara el glande del pene de papá, pero mis piernas estaban temblorosas, despacio reposé mi peso en el cuerpo de papá, mis manos sobre la cama, sin que se saliera lo que ya había entrado, mis gemidos entre dolor y placer, era lo único que se escuchaba en las penumbras de la habitación, empujé mi cuerpo hacia atrás, metiendo un poco más del pene de mi padre, mi cuerpo reposaba sobre el pecho de papá y mi cara junto a la de él, podía sentir la respiración de papá, quise meterme más el pene de papá, pero al intentarlo se salió lo que ya había avanzado, papá tomó el aceite y lo esparció bien en su pene.
Mi padre agarró su pene y lo empezó a tallar en mi culito, dejándome mi culito impregnado de aceite y tomó un poco más de aceite y lo esparció en su pene, lo apuntó a mi culito, sostuvo su pene sólo para que no se zafara de nuevo, cuando intentara metérmelo, fui empujando y esta vez el dolor era mínimo, así que continué empujando hacia atrás, metiéndome cada vez más el pene de papá, aún sentía dolor, pero el placer y la curiosidad me impedían que parara, continué empujando y de repente papá exhalo al sentir como mi culito estaba devorando su verga.
Tardé un poco, para conseguí meterme por completo la verga de papá. Cuando lo logré me incorporé y quedé sentado sobre el pene de papá, posé mis manos sobre su pecho, me movía lento sobre la verga de papá, poco a poco el placer fue en aumento, su verga entraba y salía de mi culo despacio, suave. Papá se dejó llevar asegurándose que su verga se mantuviera dentro de mí, me seguí moviendo lento, disfrutando de aquella primera vez y de la verga de papá, como su pene estaba alojado dentro de mí, esa sensación de tenerlo dentro, me hacían estar al máximo de calentura, esa primera vez, fui aumentando mis movimientos.
Mientras más me movía, más gemidos y resoplidos escuchaba de papá, cuando aumenté mi ritmo de clavarme en el pene de papá, y ya no había nada de dolor, papá me tomó de las caderas y me empezó a envestir más rápido, de lo que yo me auto clavaba, me hacía gemir de placer, al sentir como entraba y salía su verga de mi culito, eché para atrás mi cuerpo que estaba sostenido por las manos de mi padre y cerré los ojos. Luego de no sé cuánto tiempo, sentí que papá empujaba más fuerte, gemía haciendo más largos los, oh ah, ah, sacudiendo su cuerpo y teniendo unos espasmos que anunciaron su eyaculación, me dejó sentado sobre su verga y solo le escuché decirme; te toca, aún tenía la verga de papá dentro de mí, cuando comencé a masturbarme, en pocos segundos eyaculé sobre el pecho y abdomen peludo de papá.
Rendidos nos quedamos en la cama, yo me recosté a un lado de papá, me sentía extraño pero contento, me agradó tener sexo y ser penetrado por primera vez, aunque tenía mi culito irritado y adolorido, estaba contento soñando despierto, pero los ronquidos de papá me regresaron a aquella realidad.
Como siempre nos invaden los pensamientos, una lucha entre lo “correcto y lo incorrecto”, ¿cómo saber si fue o no correcto haberlo hecho con papá?, ¿qué pensará la gente?, ¿mis hermanos? ¿mi padre?, cuando sepa que lo disfruté demasiado, estuve dándole vueltas a mis pensamientos hasta que me quedé dormido y desnudo a lado de mi padre. Desperté cuando papá me abrazó pegando su cuerpo desnudo al mío, vi la hora y apenas eran las 4 de la mañana, el deseo sexual volvió y más al sentir el cuerpo de papá pegado al mío con su erección entre medio de mis piernas.
En aquel momento me giré y fui directo, la verga de papá, se la mamé como si fuera la última vez que lo haría, después de varias mamadas, papá despertó y acarició mi cabeza, me dejó que continuara, luego de un buen rato, papá me preguntó; ¿quieres que te la vuelva a meter? gracias por despertarme así hijo, sin decir una sola palabra, me di la vuelta dejando mi culo a la voluntad de papá. Me levantó la pierna y lubricó su verga, la apuntó en mi culo, lentamente me la fue metiendo, una vez más, pensé que ya no habría dolor después de la primera vez, pero no fue así, aunque papá fue cuidadoso, el dolor estaba presente, aún así, dejé que continuara, ya que el dolor era soportable, debo decir que después de que me acostumbré a su verga, disfruté una vez más de su verga, que aquella segunda vez dejó su leche dentro de mí, cuando terminamos papá se fue a dar un baño y a vestirse, yo hice lo mismo y después de desayunar nos fuimos a trabajar, no me di tiempo de pensar si estaba bien o no lo que pasó aquella vez en la noche y por la mañana.
Continuará ………………..
Muy buen relato… como sigue?
Uff menuda excitación tengo… necesito mas.
Excelente relato… como sigue?
Me encanta el relato.
gran ralto como sigue
Uuuufff… Va excelente!!!
Queremos mas capítulos
Buen relato, amigo, pero solo una observación, dices que Enzo se puso a pensar sobre lo que vio a su hermano Efrén con otro chico en los establos, pero eso no lo has contado, quizas no publicaste esa parte.