ENZO 5
Por fin uno de los sueños de Enzo se ha hecho realidad, pero también se hizo realidad, los deseos de alguien más, solo falta ver cuales son los planes de Rafael con Enzo.
ENZO 5
Rafael: Héctor ¿has notado medio raro a nuestro hermanito? Verás cada que trato de hablar con él, parece nervioso, tartamudear y encoge los hombros, es medio raro ya que veo que solo cuando está conmigo hace eso, contigo y ni con los demás es así.
Héctor: Siempre han sido raros, pero no sé si te refieres a Efrén o Enzo, es raro que lo notes con eso que eres despistado y loco. Pero creo que te refieres a Enzo.
Rafael: si hablo de Enzo, el güero, cada vez que hablo con él se pone nervioso. ¿Sabes? hace días le pregunté de las morras del bar, me respondió, que no le había gustado la chica y actuó medio raro, ¿será puñal el güero? ¿qué opinas?
Héctor: pues la neta wey, no sé si será o no, creo que te tiene miedo, y pues ya vez que Efrén si le gusta andar de mayate como tú, cabrones putos, primero pensé que te referías a Efrén, pues ya ves como está de pendejo, el que sí es gay es el hijo de Nicandro, el Teodoro, hace días me agarró la verga y me dijo que la tengo grande, me dio un chingo de agüite, pues ahí estaba el Nicandro, y ese cabrón ni siquiera le dio tantita pena.
Rafael: ah también anda de caliente conmigo, me agarró la verga y me dijo que con esa verga sería feliz. Y el día que fui por lo de las pasturas, se me pegaron los dos, Efrén y Teo, de aquí al pueblo hablando puras mamadas y de regreso peor wey, a Efrén se le paró la verga y me daba piquetes ya vez como se pone, le di un madrazo y se fue con ese morro, le dijo que se la agarrara y el cabrón se la agarró, pero le pidió a Efrén que se la sacara, Efrén se la sacó y el otro encantado agarrándole la verga, venía jalándosela a Efrén, luego Efrén le dijo que me agarrara la verga, pero yo le puse un alto, en eso lo veo que se la empezó a mamar a Efrén, le di un aventón al vato, ya venía emputadísimo, cuando llegamos aquí se desaparecieron los dos.
Héctor: Sí y es que en esos días andaba caliente, pues Efrén no estuvo aquí en la casa, ahí no se fue como tres días, a llevar a mamá a la ciudad, éste andaba ganoso esos días.
Rafael: por eso, el día que fui a buscar a mamá, no estaba ahí, de seguro fue a meterle la verga ese día, pues solo estaba el güero, ah vato, el sábado veré si le gusta la verga o no al güero, lo voy a empedar después de vacunar y ahí a ver si cae, si le gusta la verga, ya la hice.
Héctor: pinche carnal, no se te quita lo mayate, cabrón aún es un morro, déjalo que madure tantito más.
Rafael: ah que morrito, ya pesa los 35 kg. ya le cabe la verga, si le gusta la verga, pues yo le daré para que no busque más jajajajaja.
Rafael: aquel sábado por la mañana, fuimos los 5 a vacunar, Héctor, Nicandro, Santiago, Enzo y yo, después de vacunar, nos sentamos a seguir tomando, ya que mientras vacunábamos, nos echamos unas cuantas, yo me encargué de darle cerveza a Enzo, mi meta era dejarlo pedo al wey, así pasó, ya cuando estaba por terminarse la segunda hielera, Enzo preguntó a donde ir a mear, Santiago le dijo que nomás se volteara y meara, yo aproveché y fui a mear a un lado de donde habíamos vacunado, ocultándome de la mirada de los demás, en eso llegó Enzo para mear también y cuando se estaba sacudiendo la verga, dio un paso atrás y se tambaleó, en eso aproveché para agarrarlo por detrás y pegarle mi verga en sus nalgas, pensé que se sacaría, pero no fue así, se quedó ahí apoyando su cuerpo en el mío y con sus nalgas en mi verga, me moví un poco y el güero sonrió, medio tonto, pero no se quitó de ahí, dejó que le pegara toda mi verga, estábamos así, cuando escuchamos que venía alguien, nos acomodamos, tomé a Enzo del brazo, era Santiago que venía a mear también.
Después de un rato, nos teníamos que ir a casa, pues la cerveza ya se había terminado, nos fuimos los cuatro en la camioneta, como Santiago andaba igual de ebrio que Enzo o quizás más, lo subimos a la camioneta, mi plan era llevarme a Enzo sobre mis piernas, pero éste se subió en la parte de atrás de la camioneta, y por más que le decíamos que se viniera adelante, éste estaba terco a irse en la parte trasera, le dije que se viniera adelante, pero él estaba decidido a irse afuera.
Héctor: vato tráetelo acá adentro, si se va ahí, lo voy a tirar por el camino, ya está demasiado tomado y no creo que se pueda agarrar bien y se nos mata.
Rafael: güero vente acá adentro, ahí te vas a caer, anda vale vente aquí, te vas sobre mis piernas, ven, apenas te puedes sostener, te vas a caer, anda vente. Además, con el aire se te va a subir más.
Enzo: aquí me voy, no quiero irme adentro, aquí me agarro bien, no me pasa nada, mira cómo me agarro. – traté de agarrarme de los tubos de la camioneta, pero mis movimientos eran muy descoordinados y no podía sujetarme bien, en eso Rafa se subió a la parte trasera de la camioneta junto a mí.
Rafael: Al ver que no convenceríamos a Enzo de irse adentro, decidí acompañarlo, por un lado, Héctor tenía miedo que se fuera a caerse, y por otro lado, yo quería hacer algo más con el güero (Enzo) me senté a un lado de él, y le dije a Héctor que arrancara la camioneta, pasé mi brazo por la espalda al güero. A pocos metros de recorrido, con mi mano izquierda tomé la mano derecha de Enzo, la llevé hasta mi verga que estaba media dura, empecé a sobármela con la mano de Enzo y éste a pesar de decir que no con la cabeza, su mano decía lo contrario, ya que por sí solo continuaba agarrándome la verga, aunque mantuvo su cabeza agachada, siguió acariciando mi verga, que ya estaba muy dura pero, por mala suerte ya estábamos llegando a casa, así que acaricié la cara del güero y le dije que lo dejáramos para otro día, me guardé la verga, cuando lo hacía, oí al güero.
Enzo: por favor no le digas a nadie, me dejas en el corral de los caballos, no quiero llegar a casa, no quiero que papá se moleste, además, Sara estará enojada. – tenía arrepentimiento de lo que hice con Rafael, me dio miedo que me descubriese y les contara a todos.
Rafael: No diré nada, y dormirás en la casa, papá no te dirá nada, mi madre pasa molesta por todo, así que por ella no te apures.
Enzo: no, te pido que me lleves a los corrales, ahí dormiré hoy. – no estaba muy seguro, pero algo así me dijo Rafael, cuando se acercó a mi oído; si mi hermanito es gay, eso lo aprovecharé, pues tengo ganas de echarme ese culito joven y buscaré la forma de hacerlo.
Rafael: No digas, eso además ya te está esperando afuera nuestro padre, ya vio que llegamos.
Agustín: ¿qué haces Enzo, de que te escondes, como estás? Ven baja, vamos a dormir ya.
Rafael: No quiere bajarse, dice que tiene miedo de que lo regañes y que lo corras a dormir a las caballerizas.
Agustín: está, loco el cabrón. Anda Enzo bájate ya, que tus hermanos tienen que irse a dormir.
Enzo: no, no, apá ya voy, espera, no te subas por mí, yo puedo, mira, ves como si puedo yo solito, mira cómo me bajo. – me movía tambaleándome mareado, pues me dio miedo ver que papá se quiso subir a la camioneta, pero Rafa estaba muerto de la risa y papá estaba serio, cuando bajé de la camioneta, papá me abrazó y se empezó a reír de mí, mientras se despedía de mis hermanos.
Agustín: y ¿por qué te quieres ir a dormir a las caballerizas el día de hoy? – tenía a Enzo abrazado para que se pudiera mantener en pie de lo ebrio que estaba, lo sujeté de su cintura y se me abrazaba a mí.
Enzo: no quiero que tengas problemas con Sara por mi culpa, que me vea como ando y tengas problemas con ella, deja que duerma en las caballerizas, así no pasara nada malo. – papá me sostenía, pues estaba bastante ebrio, luego se empezó a reír y a acariciar mi cabeza mientas olía mi pelo.
Agustín: no te preocupes, siempre tengo broncas con ella, pero por hoy no te preocupes, Sara se quedó con su hermana, solo estamos los tres, ven a darte una ducha que hueles a vaca y alcohol, ven te ayudo.
Enzo: papá me preparó un café y me lo llevó al baño, me acercó mi ropa y mi hermano Efrén me ayudó a vestirme, pero entre risas y bromas como hermanos que somos, Efrén me acompañó a tomarme el café y seguía riéndose de mí, después nos fuimos a dormir, ya estaba quedándome dormido, cuando papá entró en mi habitación, pues cuando no está Sara, él duerme en mi cama. En ese momento le comenté a papá, que me sentía culpable, pero que se lo diría por la mañana, pues ya tenía bastante sueño y estaba cansado. Por la mañana, aún acostados, papá me dio un beso, y le dije lo sucedido del día anterior, me respondió que no me sintiera mal y me dijo que hiciera lo que yo crea es lo correcto, pero siempre con cuidado y que nadie me tiene que obligar a nada, lo abracé y besé, lo llené de besos, papá me dijo que me vería en la noche, ya que Sara llegaría hasta el martes, el domingo por la noche después de hacer el amor con papá, nos quedamos dormidos hasta la mañana del lunes.
Héctor: padre buenos días, oye hoy fui a ver el corral, las vacas no tenían agua, ¿si mandaste a Efrén a limpiar el pozo?
Agustín: pues sí, lo mandé el jueves, pero no supe si fue o no, ya que yo fui a otras cosas que tenía pendiente, pero anda y te llevas a Enzo para que le digas como limpiar el pozo y en donde está.
Héctor: padre yo y Santiago entregaremos los becerros, pero Rafael va a ver unas vacas y pasará por el pozo, mejor que él le diga.
Agustín: si está bien, le dices a tu hermano que pase por Enzo, yo le diré que se prepare.
Rafael: padre, buenos días, ¿está listo el vato? Vamos para regresar temprano, apúrale.
Agustín: buenos día, ya está listo, le dices como limpiar el pozo para que él se encargue cuando no podamos, lo cuidas que no se asuste, dice que te tiene miedo, que tienes cara de bandolero.
Enzo: pá no diga eso, me da vergüenza. – me puse colorado de vergüenza y papá muy divertido se reía, Rafael me veía con esos ojos que dan miedo.
Rafael: vato estoy feo, pero no soy malo, solo tengo la cara de malo, más no lo soy, ven sube al caballo.
Enzo: no le hagas caso a papá, solo lo hace para molestarme, y de paso divertirse.
Agustín: llévalo, pero cuídamelo, no quiero que le pase nada.
Rafael: descuida te lo cuidaré bien, te lo regreso en una pieza. – le sonreí a nuestro padre y le agarré la pierna al güero.
Agustín: esa risita de cabrón que tiene, Enzo no confíes en él, es medio mañoso el cabrón ese.
Enzo: pá, ya basta, que no me siento nada cómodo con tus comentarios, solo lo haces para divertirte con mis gestos. – papá se reía de mis gestos y también Rafael lo hacía, pues se dio cuenta que estaba bromeando conmigo, pero aquí la víctima era yo, pues cada vez me ponía más colorado.
Enzo: llegamos a el famoso pozo y Rafael me dijo como limpiarlo, y mientras me explicaba y ayudaba a hacerlo, acariciaba mi pierna, espalda y nalgas, de forma seductora, cuando vi la cara de mi hermano, se estaba relamiendo los labios, parecía que deseaba hacer algo más. En ese momento me sentí algo nervioso, después de eso continuamos nuestro camino. Tenía que acompañar a mi hermano ya que solo llevaba su caballo, papá no quiso que me llevara el que monto yo, pues decía que, al estar entre las vacas, no lo podría controlar del todo, Rafael tenía que estar monitoreando unas vacas que están en días de parir, Rafael me dijo que me montara sobre la silla del caballo, él iría en la parte de atrás, cuando él subió, se acercó a mí por la parte de atrás, luego se abrazó a mi pegándome su cuerpo al mío.
Rafael me levantó un poco metiéndose en la silla del caballo, quedamos los dos sobre la montura, pero obviamente yo estaba sentado sobre él, la verga de Rafael estaba dura, pues la podía sentir a través de la tela de nuestras prendas. Estaba montado sobre la verga de mi hermano, podía sentirla frotarse entre mis nalgas, gracias a los movimientos del caballo, cuando éste me pegó más a su cuerpo, le dije; por favor no le digas a nadie de esto. Me respondió que no le diría a nadie. Y continúo acariciándome y besando mi cuello. Me puse muy excitado y caliente, pues dejé que me hiciera lo que él quisiera sobre el caballo, en esa posición no podía hacer mucho, pero ya estaba en sus manos, sabía que al llegar pasaría algo más.
Vimos las vacas y a Rafael se le notaba la verga parada y al parecer no traía ropa interior. Bajamos a un arroyo, yo ya estaba perdido de lujuria y deseo al igual que mi hermano, pues cuando llegamos al lugar se empezó a desvestir, y efectivamente no traía ropa interior. Cuando lo vi desnudo, me quedé viéndolo atento al cuerpo de mi hermano. Él movía su verga mostrándola e invitándome a agarrarla,
Enzo: esto quedará entre nosotros, sé que lo deseas tanto como yo, pero tenme un poco de paciencia. – me daba miedo que le contara a los demás.
Rafael: así será, de aquí no sale nada. Quiero estar contigo y hacerte el amor; pues tenía mis dudas si te gustaba o no, la verga, pero veo que, si te gusta, desde el día que tomamos después de vacunar las vacas, he estado esperando la oportunidad.
Enzo: tengo poca experiencia en esto, me gusta hacerlo, pero no quiero salir lastimado, por favor te pido me tengas calma, no seas agresivo. – le dije eso, pues deseaba tener sexo con él, aunque lo he hecho con papá, me da miedo que me traten diferente y me hagan daño al hacérmelo, por mi poca experiencia y mi corta edad, mi hermano al estar desnudo, mostró su cuerpo delgado, fibrado, moreno claro con el pecho y abdomen lleno de vellos, sus costillas se le notaban en los costados y su barba pegaba con los vellos del pecho, sus piernas largas marcadas fuertes, sus ojos brillantes y su cara cicatrizada, su verga morena, erecta, poco menos gruesa que la de papá.
Rafael: lo haré suave para que ambos lo disfrutemos. – me acerqué y le di besos en el cuello, sus orejas y después en su boca, que se la comía como si no hubiera un mañana, el güero correspondía a mis besos y dejaba que lo besara a mi antojo y lo acariciara como yo quisiera, después de varios besos, me separé un poco de él.
Enzo: Rafael se acercó a mí, me besó el cuello, orejas y luego en la boca. Correspondí a sus besos y caricias, luego se separó un poco mí, pasé mi mano por todo su cuerpo acariciando sus costillas, por su cuerpo delgado se le marcaban, Rafael seguía acariciando mi cuerpo con ternura y delicadeza, pasaba su mano por mi cara y la otra por mi espalda hasta llegar a mis nalgas, mientras yo seguía con su pene duro en mi mano aún masturbándolo, Rafael me dio la vuelta, me inclinó, besaba mis nalgas, así fue despacio hasta llegar a mi culo que lo empezó a lamer y morder suavemente, pasaba su lengua, me hacía estremecer, al sentir como devoraba mi culo, metía su lengua jugaba con sus labios en mí, apretaba mis nalgas con sus manos, yo ya estaba a punto de venirme, así que me separé un poco y le expliqué a Rafael; que si continuaba haciéndome esas mamadas de culo, me haría venirme muy rápido.
Éste sonrió y volvió a besarme y yo a acariciar su pene, después de un rato fui bajando, recorriendo con mis labios el pecho y abdomen, mientras recorría su cuerpo con mis labios, me di cuenta de lo delgado que es mi hermano, al sentir sus costillas, continué hasta llegar a su verga, una verga delgada y recta que apuntaba al cielo de 19 cm, algunas venas que se le marcaban, pero su glande se destacaba al ser más gordo y grande que el resto de su verga, la empecé a mamar lento, me daba gusto chupándole solo la cabeza y así la metía cada vez más a mi boca.
Mientras se la mamaba, éste empezó a gemir al sentir la calidez de mis labios sobre su glande, quería metérmela completa, así fui metiéndome más su verga poco a poco metía más y más, hasta donde la podía aguantar, mi hermano seguía acariciándome y me detenía un poco, cuando la tenía lo más adentro que podía, me despegaba de ella tosiendo y teniendo arcadas, pero me gustaba hacerlo pues volvía a intentarlo. Después de varias repeticiones, mi hermano, me acomodó y volvió a mamarme el culo, intercambiando primero con un dedo y luego su lengua, después dos dedos y su lengua, hasta que metió tres de sus dedos y jugaba, intercambiando sus dedos y su lengua en mi ano, cuando estuve preparado para ser penetrado, mi hermano me recargó sobre una meseta de piedra que estaba al borde del arroyo, me colocó sobre esa piedra dándole la espalda y con mi culito dilatado expuesto.
Me quitó sus dedos y escupió en mi culito, para dar una mamada antes de meterme su verga, con sus pies abrió un poco los míos y apuntó su glande gordo en mi culo ya lubricado y dilatado, despacio fue haciendo un poco de presión para que fuera entrando, en un momento sentí un poco de dolor y al parecer Rafael lo supo ya que se detuvo, volvió a escupir su verga e intentó de nuevo. Al momento en que su glande atravesó mi culo, sentí como si un botón entrara a presión, podía sentir el grosor de su cabeza dentro de mí. Solo me limité suspirar y emitir un pequeño quejido entre dolor y satisfacción, Rafael se detuvo y pegó su cuerpo al mío, me besó el cuello, las orejas y así fue buscando mis labios, mientras me besaba, no dejó de acariciar mi cuerpo con sus manos ásperas, sobre todo en mis pezones que no dejaba de acariciar, dejándomelos duros de la excitación, también siguió empujando su verga, despacio me fue embistiendo hasta que logro metérmela todos sus 19 cm, solo dejó de besarme para decirme.
Rafael: yo sabía que a mi hermanito le encanta la verga. Veo como la disfrutas y me encanta tu culito, es mejor de lo que me imaginé. Me gusta tu culo, ya tienes toda mi verga dentro, güerito.
Enzo: ah continúa, pero despacio, me gusta tu verga, sentir como está dentro de mí y nunca pensé que fuera a ser de esta manera estar contigo.
Rafael: ¿entonces también tú deseabas estar así conmigo eh?
Enzo: varias veces soñé que tú me metías la verga, pero nada es como lo soñé, es mucho mejor.
Rafael: pues a partir de hoy, hermano tendrás mi verga cuando la desees. Además, quiero meterte la verga, pero montados en un caballo para que con el galope lo disfrutes más con mi verga dentro de ti.
Enzo: Rafael continuó besándome y moviendo sus caderas, entrando y saliendo de mi interior, yo gritaba de placer y sentía como caía el sudor de Rafa sobre mi espalda, eso me prendía más sentir las gotas de sudor tibias y las envestidas que me daba. Primero fue lento, despacio entrando y saliendo y poco a poco fue aumentando la velocidad, metiéndola cada vez más rápido, de repente se frenó y cambiamos de posición, él se recostó sobre la roca y me pidió que me montara sobre su verga. Ésta se deslizaba dentro de mí con suavidad y rapidez, mi ano ya estaba acostumbrado a su verga y todo era placer, me tomó de las caderas, metiendo y sacándola de mi culo, luego empezó a mamar mis pezones, mientras me seguía taladrando con fuerza, su cuerpo bañado en sudor, podía sentirlo al tocarlo, me estaba tratando tan bien y dándome tan rico que por más que quise, no pude contenerme y me vine sobre su abdomen llenándolo de mi leche, que se mezclaba con su sudor, en eso sentí que Rafa aceleró más sus envestidas y pude sentir cuando soltó chorros de semen en mi interior. Mi cuerpo se desvaneció sobre el de él y nos besamos con locura, aún con la verga de mi hermano dentro de mí, así nos quedamos por un rato, hasta que su verga salió de mi culo.
Continuará …………….
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