ENZO 7
Enzo y Efrén disfrutan de los roles de activo y pasivo toda una semana.
Enzo 7
Enzo: esa noche papá estuvo acostado en medio de Efrén y de mí, riendo por un rato, hasta que Sara nos llamó para que fuéramos a cenar, los tres nos levantamos y mi padre me abrazó por detrás, cuando nos vio Efrén fue y se colocó delate de mí para que lo abrazara. Papá nos abrazó a los dos, pegando aún más nuestros cuerpos, podía sentir la verga de mi pá y la mía pegadas a nuestras nalgas. Papá me besó el cuello y Efrén giró su cabeza para besar mis labios, papá se unió al beso, besándonos así los tres, aunque el beso fue corto, fue muy placentero, los tres salimos de la habitación acomodando nuestras vergas para disimular nuestras erecciones.
Ese día decidí contarles a todos mis hermanos, mis preferencias, pero no sabía por cuál de ellos empezar, ya que la mitad de ellos lo sabían, pero sentía que me faltaba confesarlo a los que, según mi criterio, los más trabajosos, Héctor y Santiago. Al día siguiente, nuestro padre nos reunió a los 5 hermanos y él, en la bodega, para decidir quién se iría a la finca.
Cada año en vacaciones de verano se siembran las tierras para sacar pastura, y como la otra finca está retirada, suelen irse tres a aquella finca, durante un mes que es lo que tardan en preparar y sembrar las tierras. Pero se van una semana y los fines de semana están aquí, esto lo digo pues ya que es cada año que se hace esa labor, la primera semana se fueron, nuestro padre Héctor y Rafael. En el rancho nos quedamos Efrén, Santiago y yo, Sara se va cada semana con su hermana, dejándonos solos en casa a Efrén y a mí.
Ambos estábamos contestos, ya que nos quedaríamos solos para disfrutar el uno del otro, como lo teníamos planeado, yo aprovecharía para contarle a Santiago de mis preferencias, el lunes por la mañana todos nos fuimos a nuestras labores, pero ese primer día, solo fuimos a trabajar Santiago y yo, ya que Efrén se fue a llevar a Sara con su hermana, regresó hasta el martes por la mañana, listo para irnos a trabajar. Ese día trabajamos los tres ayudados con el tractor, pero desde las 7 de la mañana hasta las 4 de la tarde, con una hora para comer.
Cuando veníamos de regreso, Efrén traía la camioneta y veníamos los tres en la cabina de esta. En ese momento me sentí preparado para contárselo a Santiago.
Enzo: ¿Santiago? ¿qué opinas de los gays? – sin más le solté la pregunta, pues estaba un poco nervioso, pero era mi oportunidad ya que ninguno de los tres podía salir de ahí.
Santiago: ah caray. Pues no nada, mientras no se metan en mis cosas, mis respetos para ellos, no tengo nada en contra, mis respetos.
Enzo: pues es bueno oír eso, ya que yo soy gay. – agaché mi cabeza y esperé la respuesta de éste o su represalia, regaño o lo que fuera. Ya estaba dicho y no había vuelta atrás.
Santiago: jajaja a cabrón, la hubieras suavizado carnalito. Pero pues ya está, ya somos tres. Jajaja tranquilo carajo, antes de sus preferencias y me refiero a ustedes dos, son mis carnalitos mis hermanos pequeños, no hay pedo, si les gusta la verga, yo estoy aquí siempre para los dos, ánimo carajo, no se agüite.
Enzo: en ese momento Santiago nos abrazó a los dos desde la orilla abarcándonos a Efrén y a mí con su mano, luego me agarró mi verga y me dijo; carnalito a mí no me importa si usted mete esta verga en un culo o le meten la verga en el culo. Luego tomó mi mano y la llevó, a la verga de Efrén. Y me dijo; aquí tiene una verga que puede disfrutar, eh. Después llevó mi mano a su verga y dijo; aquí está una verga que puede agarrar cuando quiera, no se agüite por falta de verga. Solo tenga cuidado y no sea exhibicionista. Luego se empezó a reír y dejó mi mano libre, continuó bromeando con los dos el resto del camino, bromas que me hicieron sentirme bien, pues sus bromas no eran en torno a nuestras preferencias, hacía bromas del trabajo y de otras cosas. Obviamente cuando liberó mi mano, la quité de su entre pierna, ya que su verga no dio indicios de erección ni nada a diferencia de Efrén, que al tocársela se le empezó a poner dura.
Llegamos a casa y al entrar a casa, los juegos, besos, caricias entre Efrén y yo se intensificaron, nos dimos un baño, pero por separado, después de ver la tv entre besos y caricias ambos estábamos en bóxer, los dos estábamos excitados esperando que llegara la noche y poder culminar lo que empezamos hace días, festejaríamos el estar solos esos días. Después de la cena ambos estábamos a mil de calentura, pues nuestros toqueteos, besos y juegos no pararon ni un momento, ambos nos fuimos a mi habitación entre besos y caricias, nos fuimos quitándonos la única prenda que llevábamos puesta.
Ya desnudos en la cama, Efrén me mamó la verga y yo la suya, un 69 espectacular los dos disfrutábamos de nuestras vergas, la de mi hermano morena con algunas venas gruesa y de unos 19 cm o más, pero no me interesaba la medida, pues deseaba poder penetrar a mi hermano por primera vez. Para ambos sería la primera vez en roles distintos, él como pasivo y yo como activo. Ambos nos veíamos y nos reíamos, creo que nos daba morbo y vergüenza estar ahí experimentando algo nuevo los dos y sin saber cómo iniciar.
Luego al estar haciendo ese 69 me atreví a ir preparando a mi hermano, así que pasé mi lengua a su ano, le pasaba mi lengua y Efrén se estremecía al sentir mi lengua pasar por su ano, así que continué comiéndole el culo, le abría las nalgas para meter más mi lengua y luego jugar con uno de mis dedos, intercalando lengua y dedos como lo hizo Rafael conmigo, mi verga estaba en la boca de mi hermano, así que me tenía disfrutando de sus mamadas como él disfrutaba de las mías.
Efrén: hay cabrón que bien mamas el culo, no mames wey, aahh uff, cabrón que machín se siente. ¿Quién te enseño a hacer eso cabrón?
Enzo: nuestro hermano, Rafael me lo enseñó haciéndomelo ¿te gusta wey?
Efrén: no mames wey, me encanta cabrón, lo morro que esta y lo bien que lo haces, me voy a enamorar de ti cabrón.
Enzo: no podemos, somos hermanos, y nuestros hijos saldrían defectuosos. – obviamente estábamos bromeando mi hermano y yo bueno al menos yo lo hacía y creo que él también.
Enzo: después de un rato Efrén me detuvo, pues dijo que, si continuaba así, se vendría y quería que le metiera la verga. Se acomodó y me pasó un tubo de lubricante, me dijo que me pusiera un poco en la verga y luego se lo pasé y él se untó en su culo, se puso a cuatro patas, preparado para que lo penetrara, me coloqué atrás de él y le apunté mi verga en su culo. Empujé un poco y se sacó al sentir como mi verga trató de entrar.
Efrén: ah, espera carnal, me dolió aahh, espera wey.
Enzo: ¿quieres continuar o lo dejamos?
Efrén: no wey, vamos a darle, que hoy me la metes porque me la metes. ¿Solo ve despacio vale?
Enzo: Efrén se volvió a acomodar en cuatro patas y se untó más lubricante, yo me unté un poco más y volví a intentar metérsela, se la apunté y empujé suave, despacio, Efrén se quejaba, pero no me pidió que parara, empujé, logré meterle la punta y paré, su culo estaba bastante apretado, además no se relajaba, y lo apretaba de más por miedo al dolor, traté de empujar un poco más y le dolió así que paré de hacerlo
Efrén: ah duele wey, uff no mames sí que duele.
Enzo: relájate, baja la espalda y solo no aprietes el culo. Harás que me venga rápido, ya entró la punta solo relájate
Enzo: unté más lubricante y seguí empujando entre quejidos de dolor y placer, logré meterle casi toda la verga, pero estaba a punto de venirme, no aguantaría mucho, me detuve cuando la tenía completamente dentro del culo de mi hermano, y éste se empezó a relajar, me dijo que le diera despacio, fue cuestión de dos o tres envestidas para venirme dentro, me disculpé por haber sido tan precoz, pero la presión de su culo y al ser mi primera vez como activo no aguanté mucho, (tenía que trabajar en eso) Efrén me dijo que no se la sacara hasta que él terminara y así a cuatro patas se empezó a masturbar, hasta que eyaculó sobre la cama.
Enzo: perdón es mi primera vez, no aguanté mucho, además estás apretado.
Efrén: wau, no pasa nada, me gustó, lo disfruté, aunque fuera poco, pero descansemos que quiero probar más.
Enzo: ¿qué te pasa eres un goloso? – nos reímos y descansamos cerca de 30 minutos para seguir con una ronda más
Enzo: pasado casi los treinta minutos, Efrén me agarra la verga y me la empezó a mamar una vez más, no hizo falta que me la mamara por mucho, para que ésta reaccionara de inmediato, cuando sus labios tocaron mi verga, ya estaba dura de nuevo, lista para uno más, éste se montó sobre mí y llenó de lubricante mi verga y un poco más en su culo, luego se la apuntó en él y se empezó a bajar poco a poco. Efrén cerró sus ojos y dando gemidos entre dolor y placer, que más que dolor, placer.
Efrén: aahh, oohh, aahh, aahh, ahí wey, uff, oh si, ah siií oh….
Enzo: aahh sí, así despacio, uff que bien se siente, oh
Enzo: entre resoplidos y gemidos de placer de ambos, por fin mi verga se metió por completo en el culo de mi hermano, se inclinó sobre mí, le tomé la cabeza y lo empecé a besar, primero era suave, pero la intensidad fue aumentando y poco a poco, los besos más apasionados fueron dando más calor a la situación, haciendo que empezara a mover mis caderas y envestirlo a un ritmo moderado, pero los gemidos eran apagados con nuestros besos. Mis movimientos eran más enérgicos cada vez, pero cuando paré de mover mis caderas, fue Efrén que se encargó de moverse, clavándose mi verga en su culo una y otra vez.
Le pedí que parara, pues estaba por venirme y ésta vez quería aguantar un poco más, así que nos movimos y antes de volver a metérsela, le mamé su verga un poco, pero Efrén quería que continuáramos, así que se puso boca arriba y le volvía meter la verga, ésta vez fue más rápido y menos doloroso, de echo solo era placentero, su culo estaba dilatado y él relajado, lo penetré casi de una sola estocada suave, se le fue toda mi verga, en ese tiempo mi verga aún no terminaba de crecer, así que no era muy grande, sujeté sus piernas con mis manos, apoyándolas en mi pecho, empecé un vaivén, con ritmo suave, entrando y saliendo lento, mientras veía la cara de satisfacción que ponía mi hermano, acompañado de sus gemidos que cada vez me prendían más.
Luego me acerqué para besarle sin dejar de envestirlo, solo se escuchaba el sonido de nuestros cuerpos pegando el uno con el otro y los besos que nos dábamos con pasión, ahogando los gemidos de ambos, estaba a punto de venirme, así que le pedí que cambiáramos de posición, me acosté boca arriba y él se volvió a montar sobre mí, clavándose mi verga una vez más aquella noche, antes de empezar a darle, fue él quien empezó a moverse sobre mí, con energía y ritmo rápido, queriéndose clavar hasta el último milímetro de mi verga, mientras gemía a todo lo que daba, no podía aguantar más y me vine por segunda vez dentro de él.
Una vez más se la dejé adentro hasta que se vino Efrén sobre mi pecho y abdomen, nos besamos y reímos como tontos enamorados. Nos recostamos un rato y luego de darnos un baño, ya que estábamos sudados y pegajosos, volvimos a la cama para dormir, pero después de un rato de charlas y cotorreo, riéndonos de lo anterior, nuestras vergas volvían a estar duras, pero ésta tercera vez, solo fue un 69 y una vez más sacamos la leche ese día, yo descargué en la boca de Efrén y él en la mía, ya era muy tarde cuando nos quedamos dormidos, después de tres descargas de ambos, una noche de experiencias placenteras.
Al día siguiente los golpes en la puerta y el grito de Santiago nos despertó, aún desnudos abrazados en mi cama, ambos nos sorprendimos, pero Santiago estaba riéndose de nosotros parecía molesto, pero a la vez divertido de vernos en esa posición, nos apuró para que fuéramos a trabajar, sin darnos tiempo de nada. Después de comer, nos dio una regañada y luego nos aconsejó, dándonos a entender que no cogiéramos (tener sexo) tanto por las noches, obviamente no hicimos mucho caso ya que Efrén y yo aprovechamos esa semana, teníamos sexo todos los días, ejerciendo ambos roles, entre los dos.
La semana fue corta, pero llena de placer, me gustó ser activo y Efrén me propuso hacer un trío con Teo, obviamente acepté, pero sería más adelante, ya que esa semana solo la queríamos para ambos, esto surgió después de un día que Teo fue a buscar a Efrén, el viernes llegando a casa aprovechamos el poco tiempo que teníamos, antes de que llegaran los demás y tuvimos sexo, esos días solo dábamos una comida al día ya que solo queríamos estar pegado el uno del otro, haciendo caso omiso de lo que nos decía Santiago, pero cuando nuestro padre llegó, Santiago le contó el incidente del miércoles.
Continuará ………….
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!