Episodio IV: Michel en su casa estaba y de sorpresa me llevo que además de un buen consejo, que le doy y que mucho necesitaba.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por camaron64.
Para saber más, le pregunto paso algo mientras yo no estaba, él como siempre desesperado, para llegar donde quería me dijo que el papa de Oscar lo necesitaba y se lo llevo.
Con cara de lágrimas, dice que tenía ganas de llorar y pregunto por qué, pues su mejor amigo se fue y se sentía muy solo, digo yo Oscar no es tu amigo, sino que es tu primo que para no decir otra cosa le digo y cuantas veces mas lo han hecho desde que me fui y no hace un mes de esto, todas las noches y lo extraño mucho, me dijo con sollozos, bueno mi querido Miche para comenzar cuando es que Misleidy debe llegar del trabajo, me dice que como es medio día, debe venir a las 4, bueno si por la tarde viene, vámonos para el rio que traigo un calor inmenso.
Una trusa rota se puso, con el culito fuera y me dijo que, así mismo hasta el rio se iría no te daría pena si alguien más te viera y con total naturalidad me dijo que no que pena no tendría si en el rio encuero siempre se bañan.
Comienzo tras de él andar y no me deja de sorprender como entre sus dos nalguitas se veía algo con brillo salía y era miel lo que tenía pues era bien seguro que yo a él me lo comería ya estaba preparado solo que no sabía si yo lo aceptaría, pues sin Marco se sentía un poco desamparado, como en la ocasión anterior, hiso lo mismo antes de llegar al rio ya desnudo estaba pues solo faltaban 20 m para el rio.
Un viso de bellos muy finos que, al finalizar su columna, iban directo a la comisura de sus dos nalguitas, la diferencia de colores en alguna medida desaparecía, me daba a entender que muchas veces estuvo al sol desnudo con su primo Oscar jugando al futbol en el patio de la casa, se notaba todavía que algo de diferencia quedaba, del contraste del blanco de las nalgas, al moreno de la espalda, me pregunto como pude caer en semejante determinación de comerme aquello que tanta lujuria provocaba.
No quiso meterse en el agua hasta que no me comiera aquel par de nalgas, en esta ocasión los dos solos me desenfrenen con él, en el piso me tire y sin mucho pedirle, cuando mi cabeza se apoyó por completo al piso, se me arrodillo en el suelo dejando su culito bello en mi cara reposar y desde su rabito y huevitos hasta su rosado culito fui a dar de besos y lenguazos, como de preparado estaba, me comienza a zafar la portañuela dejando al descubierto mi verga que bien erecta estaba, se la mee en la boca chupándola y aunque limpia no estaba deseaba saborearla, se notaba que en deseos ardía, antes de incorporarse para sobre ella sentarse, le pido que en agua nos metiéramos, quería de esa manera disfrutarlo y antes de metérsela dilatarlo, estuvimos de acuerdo los dos y en el agua nos metimos.
Al rato de revolotear en el agua, me abrasa son sus piernas en la cintura y con su mano derecha se acerca mi verga a la comisura de su rosado culito y comienza así la obra de la divina penetración, dejando caer su cuerpecito en el agua, quedando horizontal lo sujeto de su cintura y comenzamos a forcejear, de su rostro alegría y dolor se veían, pasando así un rato, me dispuse a meterlo completo y arrancó un gemido de él, me dice que aunque le duele desea seguir, sabe que al comienzo siempre es así, se relaja y respira hondo, poco a poco siento que se me escabulle completamente dentro del, comenzamos así a bombear y no paso mucho rato dentro de él me vacié y tanta fue la satisfacción que estuvimos así por largo rato.
Luego al terminar y de regreso a casa le digo: prepárate que para la mía te llevo y cuando de entero me grito que cuanto le guastaría conocer de mi pueblo y mi familia, pero eso si en mi casa con mi mujer vivo y tienes que tener cuidado como te comportas pues en mi casa no se duerme desnudo, ni se puede andar en pelotas, me dijo eso no importa siempre que este a mi lado eso lo había soñado y le gustaba la idea solo que su mamá debía aprobarlo, ya lo tiene bien claro solo que no sabe que estoy aquí.
Un poco más tarde y del rio habíamos salido y ni siquiera se puso la trusa, por todo el camino venia, meneando la colita que de suspiros me traía, con su rabito alegre de lado a lado lo traía y sus nalguitas irradiaban un rosado que antes no veía, de la comisura de sus nalguitas salía algo de mi esperma que antes había dejado allí, le digo ben aquí, que así a tu casa no puedes llegar y me dice que quería aguantar, con mi leche todo lo más que pudiera y se limpia con la mano y de lo que obtenía se lo frotaba en las nalgas, pero eso si enseguida que lleguemos te bañas pues tu mamá no te debe ver así, de lo contrario no te dejara ir, con migo a mi casa, está bien me dice y enseguida que llegamos me pide que lo bañe yo mismo, trabajo no me costó ya desnudo estaba se metió para la parte posterior de la cocina del campo y con jabón y agua aseo su cuerpecito y entre besos y carisias lo restriego a poquitos.
Él muy orgulloso estaba pues para mi casa iría, lo seco meticulosa mente y al comprobar que su culito todavía dilatado estaba, le paso la lengua y al introducirla siento algo de sabor a miel todavía, eran la 2:30 todavía y Misleidy se tardaba un ahora más en regresar, me lo llevo para la cama para vestirlo y se sienta en el borde y despacito mete su manito para sacarme la verga y metérsela en la boca y era de una en otra las mamadas que me daba, no se la metía toda, pues le producía arqueadas y al ratico de estar así me vengo del todo dentro de su boca y con gusto se la tragaba, me dice el a mí, que rica estaba pues nunca la probo y no sabía que sabor tenia y al parecer muy buena le sabría.
Que bien resulto todo pues al rato Misleidy apareció que de la plaza regresaba, al verme en la casa dijo, que fui traído por los dioses, rápido le pregunto a Michel si había comido y este le respondió que sí, que estaba todo muy rico.
Le digo que me lo llevaba que venía a recogerlo y sin mucha dilación, recogió sus cositas y me pidió que de si de ser posible fuera, algo le consiguiera, para su ropa interior, no tienes que preocuparte tengo un nieto que dejo muchas cosas nuevas, bien que pudieran servirle y de esa forma quedo.
A la mañana siguiente nos ponemos en camino y no demoro mucho en que apareciera un buen amigo que transporte nos dio, a las tres horas llegamos al destino señalado y mi esposa muy admirada a Michelito le pregunto, niño de donde tú eras y él le respondió de un lugar muy desierto, donde yo fui su salvación, aquello dio mucha gracia y para mi asombro quedo, que mi esposa por fuerza, con su mama se quedaría, pues mal se sentía y debía a ella cuidarla, de pronto le digo yo si deseaba que la acompañara y muy tranquila me dijo, tienes en que preocuparte, si necesito llamarte por si algo sucediera no te preocupes que así ella lo hiciera, purísima casualidad que a mi casa viniera con este ángel de hermosura para que de esta manera con él solo pudiera estar y sin preocupación alguna hasta el fondo de su pequeño ser hallar razón para tanta locura.
Que pocas no fueron para tanta hermosura.
Continuara: esperando la satisfacción de todos los que de esta manera se satisfacen con mis anécdotas.
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