EQUIPO DE ÉLITE I
Las aventuras de un entrenador deportivo y algunos de los integrantes de sus equipos escolares.
Prólogo
Julián Castillo es un maestro de Deportes de mucha experiencia y una larga trayectoria llena de premios en muchas competencias. A sus 56 años ha sabido mantenerse en buena condición, aunque no lleno de músculos como cualquiera pensaría.
Entre sus muchos logros se encuentran los 7 campeonatos de básquetbol que ha ganado el prestigioso colegio donde labora, 8 de volibol y 11 de futbol. Esto le ha servido para ganarse el amor y la confianza absoluta de los directivos y dueños del colegio.
Es conocido por motivar a los integrantes de cada equipo, a tal grado de hacerlos sentir seguros de sí mismos y venciendo de manera más que convincente a sus oponentes en varias ocasiones. Muchos de sus alumnos le tienen cariño y respeto por eso.
Pero hay algo que muy pocos saben sobre este distinguido personaje. Él tiene técnicas de entrenamiento secretas, que muy pocos alumnos logran conocer, solo su élite muy bien seleccionada.
Capítulo 1
Comenzaba el nuevo ciclo escolar, todos los alumnos se encontraban felices de volver a encontrarse con sus amigos, y los de nuevo ingreso se sentían como bichos raros esos primeros días. Salvador Ruiz, un niño de 11 años, había sido transferido al colegio, pues su padre había sido mandado desde las oficinas centrales de la empresa donde trabajaba hacia aquel pacífico pueblo.
Este niño en un principio se sentía solo, pues no conocía a nadie, pero poco a poco fue haciendo amistad con varios niños y niñas, y mucho más después de haber mostrado su don para el básquetbol, además de ser muy guapo según varias de las niñas del colegio, pues era de piel blanca con cabello rubio y lacio, con ojos azules, delgado y de 1.50 de estatura. Era una belleza ese jovencito.
En la segunda semana del curso, ya sentía mucha más confianza, y más al escuchar la charla motivadora del entrenador Castillo en la primera clase. Para esta segunda clase lo hizo mucho mejor, a pesar de ser el más bajito del equipo, siendo seleccionado capitán del equipo por el experimentado maestro.
Salvador, o Chava como algunos le llamaban, siempre se regresaba solo a casa, pues no vivía muy lejos. Ese jueves a la hora de la salida, día en que al equipo de básquet entrenaba, fue el último en salir de la ducha y casi todos sus compañeros ya se habían vestido y retirado. Solo quedaban unos cuantos chicos que fueron despachados por el entrenador rápidamente.
El niño se encontraba con su torso desnudo y mojado, solo cubierto en la parte inferior de su cuerpo por una toalla blanca. Se encontraba en su casillero tomando la ropa que se pondría para retirarse cuando el maestro Castillo le llamó.
– Ruiz. Ven un momento. – dijo el entrenador sentado desde una banca de madera muy cerca de su oficina privada.
El niño obedeció de inmediato la orden del adulto, fue inculcado desde muy pequeño a obedecer a sus superiores.
– ¿Sí, entrenador? – preguntó el niño.
– Siéntate un momento aquí a mi lado. – dijo el hombre palmeando la banca de madera con su mano izquierda para que el jovencito realizara la acción solicitada.
El chico obedeció y se sentó aun escurriendo agua desde su cabello. El hombre dio un suspiro profundo antes de decir lo que pensaba al joven.
– Ruiz, antes que nada. ¿Puedo llamarte por nombre de pila? – preguntó el entrenador.
– Sí, profesor. – contestó el niño.
– Quiero felicitarte por ser el mejor jugador del equipo. Tienes una habilidad nata para el juego como nunca vi en alguno de los cientos de alumnos que he entrenado a lo largo de estos años. – dijo el hombre haciendo sentir al niño importante. – Además que eres también un líder nato. Por eso fue que te nombre capitán del equipo.
– Gracias, profesor. – contestó el niño con una sonrisa en su rostro.
– No tienes porqué agradecer. Tú eres merecedor de ese nombramiento. – le dijo sonriente, volteándolo a ver. – Sin embargo, no todo siempre va todo como queremos.
– ¿A qué se refiere? – preguntó el nene extrañado
– Me refiero a que siempre hay que cerciorarse que todo este correcto. Hablo sobre nuestro cuerpo, pues bien sabes para mantenernos en forma, debemos llevar una dieta balanceada y hacernos exámenes médicos de vez en cuando.
La voz ronca del maestro era hipnotizante en ocasiones. Sabía siempre cómo hablarles a las personas para relajarlas o en ocasiones motivarles.
– ¿Entonces debo hacerme exámenes médicos?
– Mira, yo sé que es repentino, pero es para saber si tu cuerpo no requiere de vitaminas o proteínas. Los exámenes médicos llegan a tardar un tiempo, y un deportista como tú no puede darse el lujo de tardarse tanto. Tu cuerpo trabaja a un ritmo acelerado, más que en el de los demás, por eso necesitamos hacerte pruebas cuanto antes, si no, tendré que suspenderte hasta tener los resultados.
– ¡No, profesor! ¡No haga eso! Amo este deporte y no quiero dejar de jugar. – dijo el niño levantándose y colocándose frente a su maestro.
– Bueno, creo que hay una solución para eso. Hay una prueba que podemos hacer, pero debemos guardar el secreto, ya que no estoy certificado para hacer esta prueba.
– Sí, profesor. Estoy dispuesto a guardar el secreto para poder continuar jugando. – decía el niño contento.
– Bien. Entonces lo haremos ahora mismo para que pueda verificar que estás completamente sano.
– ¡Sí! ¿Qué debo hacer?
El profesor se levantó rumbo a la entrada de los vestidores, cerró la puerta y puso el seguro. Regresó a sentarse en el lugar donde estaba para quedar nuevamente frente a Salvador.
– Tú solo relajarte, debo tomar una muestra de tu semen o, si no eyaculas todavía, una muestra de líquido pre seminal. – dijo esto quitándole la toalla al hermoso nene que tenía delante de él.
Chava se quedó impactado por la acción del hombre, al igual que por las palabras que dijo antes, pero no fue nada comparado a los choques eléctricos que sintió cuando la mano derecha del hombre tomo su flácida verguita.
Julián, con toda la experiencia que tenía, comenzó a estimular el pene del niño, jalando la capuchita de piel para dejar al descubierto la hermosa cabecita en forma de honguito.
El pequeño hizo un intento de retirada, la cual fue impedida por el hombre quien, con su mano izquierda, lo sujeto de la cintura.
– Relájate Salvador, recuerda que necesitamos verificar que te encuentres sano. – dijo el hombre.
Chava se encontraba nervioso, pues, aunque a veces jugueteara con su pene, nunca nadie se lo había tocado, con excepción de su madre cuando lo bañaba de pequeño. Pero el profesor no solo se lo tocaba, sino jalaba su piel de una manera que le provocaba sensaciones raras.
Su respiración comenzó a agitarse, sus ojos se cerraron y abrió su boquita para jalar aire, pues por momentos sentía que le faltaba. Comenzó también a apretar su anito, pues su excitación aumentaba.
El maestro notó que con la estimulación estaba obteniendo los resultados esperados, sonriendo y relamiéndose los labios.
– Muy bien, mi niño. Relájate y disfruta. – decía el hombre. – Ahora voy a hacer algo para que los resultados de esta pequeña prueba sean positivos.
Inmediatamente, el profesor castillo soltó la cadera del pequeño y comenzó a sobar el traserito redondo, de nalguitas firmes y de piel tersa. Luego de un par de minutos de estar sobando, llevó su dedo a la boca de este. El nene se sorprendió un poco pero el profesor con su hipnotizante voz le dijo que chupara bien el dedo medio, y así lo hizo. El nene chupo el dedo corazón del hombre, dejándolo lleno de saliva.
Castillo entonces quitó su mano de la boquita del niño y lo llevó hasta el cerrado culito del nene, quien se sorprendió un poco, volteando en ese instante hacia atrás para ver lo que trataba de hacer el maestro. Cuando giró nuevamente su cabeza hacia el frente para preguntar que le haría, el maestro lo sorprendió una vez más cuando comenzó a chupar el pezón derecho del niño.
Las sensaciones se agolparon en su mente, su cuerpo, su sistema nervioso. El hombre no había dejado de masturbarlo mientras hacía todo lo demás.
El nene comenzó a temblar, sus manitas se posaron sobre la cabeza del hombre y de su boquita se escapaban gemidos llenos de pasión, los cuales eran cada vez más y más fuertes.
– ¡Aaaahhhh! ¡Prooofee! ¿Qué me hace? – preguntó el nene sintiendo como el dedo del maestro avanzaba y se retiraba en un movimiento constante, hasta sentir que entraba completo en su cuevita trasera.
– Eso mi nene, veo que te está gustando, los exámenes darán positivo el resultado.
– ¡Mi colita! ¿Qué le hace a mi colita?
– Tu déjate llevar. – diciendo esto, el hombre se dedicó a chupar ahora el pezón izquierdo del nene.
– ¡Aaaahhh, aaaahhh! ¡Ooohhh! ¡Peeerooo..!!
– ¡Shh! Relájate, chiquito.
– ¡Aaaahhh! ¡Ooohhhh! ¡No pare! ¡Sigaaaa!
Esas palabras fueron música para sus oídos. El niño había reaccionado como él esperaba, así que aceleró el movimiento de su mano derecha, masturbando al pequeño de manera un poco más salvaje; su mano izquierda aceleró también y ahora las embestidas contra el nene eran un poco bruscas; con su boca comenzó a chupar y succionar más fuerte los pezones, mordiéndolos ligeramente.
El nene entonces sintió unas fuertes descargas eléctricas que recorrieron su cuerpo, arqueando su espalda y contrayendo su tierno culito.
– ¡AAAAHHH! –gritó el niño.
El hombre percibió esto y más cuando sintió que del pene del niño brotaba una sustancia viscosa y transparente. Detuvo sus movimientos y soltó al pequeño, dejándolo descansar en la banca.
Olió la sustancia y la probó con su lengua, siendo observado por Chavita. Luego en un frasquito de cristal vertió el líquido, que no era mucho, y se lo mostró al pequeño, pues debía aparentar todo muy bien.
– Perfecto Chava. Por como olí y saboreé, creo que estas saludable, pero aun así haré las pruebas para ver cómo estas de salud. – dijo serio el maestro. – Recuerda no decirle a nadie, pues no estoy certificado para hacer las pruebas. Ve a cambiarte y retírate a casa.
Salvador fue a su casillero, se vistió y salió del lugar, dirigiéndose a su hogar, con sentimientos de culpa y algo confundido, mientras el entrenador se encontraba en su oficina masturbándose mientras olía y lamía el líquido seminal del nene, deseando a su vez que el siguiente encuentro con el precioso niño no tardara tanto en darse.
* NOTA *
Hola a todos.
Este es el primer capítulo de una nueva saga que planeo hacer. Esta vez será completamente gay, algo que quería hacer desde que inicié mis otras sagas, las cuales tienen episodios con relaciones homosexuales breves.
Si es de su agrado comenten y dejen cualquier opinión que tengan. Si veo que les gusta, continuaré, sino con este primer capítulo terminaré la saga y me dedicaré a otras.
Saludos a todos.
Siguele amigo me gustan las sagas y si es posible un poco mas largas ok aun asi es un buen relato amigo…. 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉
Esta rico tu relato, sigue con la segunda parte porfa
hola mi estimado se ve buena la saga y me gusta para ser de las largas x favor sigue y espero que sea cada vez mas morbosa salu2
Woow esta riquísimo, continua con esa saga me corrí bien rico 😋 🤤
Super excitante tu relato, me corrí al igual que al nene, y eso q lo dedeaste el no a Mi, sigue contando, oye es que saben rico los nenes y más de 4 o 6 añitos, aprietan mmm, rico, sigue contando, q no dejaré de leerte para jalar mela.
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Hola, escríbeme a telegram @ab_1405
Excitante y muy bien escrito. Leeré el siguiente que tienes publicado.
Es muy excitante esos momentos sigue asi amigo 😎😎😎