Erick: mi amigo en la escuela, mi amante en la cama… el deseo de pene se apodera de ambos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por chris_32.
Esta es la tercera y última parte de los relatos que he comenzado hace tiempo, una disculpa por la tardanza pero al fin llegó esta parte final, espero disfruten tanto al leerlo como yo al escribirlo y recordarlo. Este es el link de la segunda parte por si no lo han leído http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-16641.html, ahí encontrarán el link para la primera parte de esta historia que comenzó como un sueño y ahora nada lo puede detener…
Bueno, continuando con el relato, toda la noche que pasé junto a Erick, a su lado, abrazándolo, fue como estar en un sueño del que no quería despertar; cuando los rayos del sol comenzaron a aparecer yo ya estaba despierto y pensando en lo que había pasado la noche anterior, yo lo había disfrutado como nunca lo había hecho y sabía que Erick también pero si había sido sólo por el alcohol, si ya no pasaba nada más y terminaba por salir corriendo asustado pensando que yo le había hecho algo… bueno, los niños y los borrachos siempre dicen la verdad y estaba claro que yo le gustaba tanto como él a mí, pero había la posibilidad de que se fuera y ya no me hablara después de eso.
Erick comenzó moverse ya despertando y yo fingí estar despertando también. Lo primero que hizo al despertar fue verme y preguntar que qué había pasado a lo cual le respondí que no sabía. Se dio cuenta de que estaba desnudo y me quedé con cara de extrañado también, preguntando que qué había pasado y qué habíamos hecho en la noche. Se levantó de la cama buscando su ropa que había quedado por todo el cuarto, no encontraba sus bóxers pero al final los encontró y se los puso, siguiendo con el pantalón.
Yo también empecé a buscar mi ropa pero sólo me quedé en bóxer y me puse un pans que encontré, él ya no se puso la playera, se sentó en la cama y me miró para luego decirme:
— ¿Te acuerdas de lo de ayer?
— No mucho, tengo las cosas borrosas —la verdad si me acordaba de casi todo pero no se lo dije—. ¿Tú de qué te acuerdas?
— Me duele la cabeza… y las nalgas —me dijo Erick con un tono bajo cuando dijo nalgas.
— A mí también me duelen…
— Cogimos ¿no? —me interrumpió— medio me acuerdo de algunas cosas, de estar contigo en el bar y después… nos besamos —y ahí se sobresaltó algo preocupándose— no puede ser, ¿nos besamos en el bar?, ¿qué hicimos?, yo nunca había…
— Cálmate, que yo me acuerde salimos bien del bar, pero no me acuerdo de cómo llegamos acá y los besos… esos fueron acá —se volvió a calmar cuando le dije eso, parecía que su preocupación era por quién nos hubiera visto y no por lo que habíamos hecho.
— No le digas a nadie, esto no tenía que pasar, es que, mira… la verdad me gustas pero —cuando escuché que Erick dijo eso ya sin estar borracho ni nada una sonrisa iluminó mi rostro y lo interrumpí.
— Mira, tú también me gustas, la verdad es que mucho, no pensé que yo también te gustara a ti y no te preocupes, no le voy a decir a nadie pero no te entiendo, ¿querías que esto pasara o no? Estoy confundido.
— Pues sí quería, bueno no sé… no así, es que yo nunca había estado con otro hombre, ¿y tú querías hacer esto? —me preguntó entre consternado y sacando una leve sonrisa. Yo me senté a su lado.
— Si alguno de los dos no hubiera querido esto no hubiera pasado nada —le dije a Erick viéndolo, a lo cual él respondió con un “pues sí, eso sí”— y creo que sí me dijiste eso de que nunca habías hecho esto, ¿te arrepientes?
— Pues… no, la mera verdad no, —eso hizo que otra vez me invadiera una felicidad inmensa— bueno, quiero acordarme de más cosas, pero al menos de lo que me acuerdo creo que no me arrepiento.
— ¿Y entonces de qué te acuerdas? —le pregunté con una pequeña sonrisa en mi rostro.
— Pues me acuerdo de unos besos y de tener algo duro en mi boca —y soltó una carcajada—, de unas nalgas muy ricas que cogí, y de los besos… pero no sé si fue verdad.
En ese momento quedamos viéndonos y yo le dije “no sé, ¿fueron unos besos como este?” y me lancé hacia su boca dándole un beso exquisito que él respondió perfectamente; así estuvimos con ese beso que recorrió todos los rincones de nuestras bocas por un momento. Erick me dijo “sí, definitivamente fueron de verdad esos besos” y seguimos besándonos por un buen rato hasta que él dijo que se tenía que ir, debía llegar a su casa pues en la tarde tendríamos que ir a la escuela pero claro que yo no iba a permitir que se fuera, al menos no tan pronto, le decía que se quedara mientras seguía besándolo en el cuello y la boca y recorriendo su pecho desnudo con mi mano, diciéndole “tal vez podamos recordar lo que pasó ayer si nos esforzamos un poco más no crees” y Erick sólo respondía con “es que, pero, ¿y que no hay nadie en tu casa?”. Claro que no había nadie, llegarían hasta la tarde o la noche de ese día, un teníamos toda la mañana para estar ahí, pero Erick seguía diciendo que debía llegar a su casa pero al final lo convencí y seguimos besándonos y dejando que nuestra pasión se desatara.
Caímos en la cama y mi mano se deslizó lentamente desde su cara hasta sus piernas, a su pene, recorrer cada parte de su cuerpo era lo mejor que podía hacer, sentir su respiración y sus manos acariciando mi espalda y sentir sus labios recorrer mi boca. Yo me deslicé hacia su pene en poco tiempo para comenzar a chupar ese manjar y Erick me dijo que quería recordar lo que había pasado la noche anterior, a ver si no había sido un sueño…
Desabroché su pantalón y comencé a inhalar el olor de su entrepierna para hacerlo mío, su pene estaba semiflacido, tal y como me gusta para poder sentir cómo va creciendo y se va poniendo duro dentro de mi boca, así que comencé a chupar mientras Erick se perdía entre quejidos de placer que yo disfrutaba oír, dejé su pene ya con erección y subí a su boca para besarlo, Erick pasaba sus manos por mi espalda y comenzaba a quitar mi pantalón y bóxer cuando pasaba sus manos por mis nalgas, mismas que apretaba con fuerza. Quedamos hincados sobre la cama y Erick comenzó a chupar mi pene con tanto gusto y dándome tanto placer que apenas podía respirar, pasaba de mi pene a mis testículos y subía a mi boca, los dos ya estábamos locos entre tanto deseo; cuando Erick subía para besar mi boca yo bajaba a su cuello y pasaba mi lengua por su pecho y sus pezones, lo cual provocaba que él sacara un gran sonrisa en su rostro y unos suspiros de placer. Seguía chupando mi pene cuando me dijo “te quiero coger, me muero por hacerte mío” a lo cual le respondí “sí papi, hazme tuyo, quiero sentir tu pene dentro de mí”.
Me giró y quedé sobre la cama sosteniéndome con los brazos y dejándole expuesto todo mi trasero para que lo disfrutara y justo en ese instante Erick comenzó a chupar mi culito… wooow, era la primera vez que Erick hacia eso, ya que la noche anterior no lo había hecho, y era delicioso, sentir la lengua de mi hombre recorrer mis nalgas provocó que sacara tantos quejidos que me retorcía de placer. Estuvo comiéndose mi culito por un buen tiempo hasta que sentí que comenzó a meter su pene, lo hacía lento, con calma, como evitando lastimarme, una vez que estuvo todo adentro comenzó a bombear, cada vez más rápido, ahora yo era completamente de él, Erick me dominaba, puso su mano izquierda sobre mi espalda y con su mano derecha me nalgueaba. Me jaló hacia él y me dio un beso mientras me decía que era delicioso, que nunca lo había hecho con otro hombre pero que a partir de ahora ya no me dejaría.
Me quedé en la cama boca arriba y él jaló mis piernas poniéndolas en sus hombros para volver a penetrarme, esta vez lo hizo más rápido… esa posición me encanta porque podía verle la cara mientras me cogía, ver como disfrutaba y ver su cuerpo en todo su esplendor que me estaba dando lo que yo tanto había querido, sentía todo el poder de su pene en mi interior y sólo le decía “sí papi más, más, me encanta como lo haces”.
Tardó un poco así, dándome duro y yo gozando sintiendo su pene dentro de mí, cuando Erick sacó su pene y me dijo con una sonrisa llena de placer “ahora te toca a ti papi, quiero sentir este pedazo de carne y que me hagas tuyo” mientras acariciaba mi pene y se bajaba hacia él para comenzar a chuparlo; yo me retorcía del placer que sentía al tener a Erick entre mis piernas, chupando y chupando como si nada importara.
Me incorporé para poder besar a Erick y después de eso él me dio la espalda apoyándose con sus brazos sobre la cama y dejando expuesto todo su culo para que yo lo gozara, tal y como yo lo había hecho antes… comencé a lamer todo ese manjar, lo cual provocó al instante que el placer invadiera a Erick, estremeciéndose y jadeando por todo lo que yo le hacía; abría ese par de nalgas y lamía con locura ese culito tan delicioso que me estaba obsequiando, apretaba sus nalgas, recorría su espalda y jugaba con su pene; no quería separarme de ahí, pero faltaba lo mejor.
Quedé con mi pecho pegado en su espalda para poder besar su cuello y susurrarle al oído “estás listo bebé, no resisto más, quiero meter mi pene en ti” y él entre jadeos me dijo “sí, listo para lo que quieras hacerme”, “quiero hacerte mío, eso quiero” le respondí. Traté de meter mi pene pero no entró, lo intenté nuevamente y sólo pude meter parte de la cabeza; a pesar de la excitación que ambos teníamos Erick estaba algo tenso, tal vez nervioso, lo cual impedía que pudiera penetrarlo bien (eso no había pasado la noche anterior, pero claro, estaba borracho y ahí estaba completamente fuera de sí y desinhibido). Erick me dijo que con calma, que fuera bueno con él y recordara que yo era el primer hombre que lo penetraba y no estaba acostumbrado a eso; al oír esas palabras me excite más, pensar que yo era el primer hombre que había disfrutado y estaba disfrutando de ese macho me encendió aun más. Lo abracé y le dije que no se preocupara y que se relajara (claro que no lo quería lastimar), que tal vez al principio le dolería un poco pero después lo iba a disfrutar al máximo.
Fui a un cajón para sacar un lubricante que tenía y lo unté tanto en su culito como en mi pene, hice un nuevo intento por meter mi pene y esta vez fue entrando poco a poco hasta que lo dejé a media profundidad, así lo dejé un momento para que se acostumbrara y poco a poco comencé a moverme hasta que comencé a oír que disfrutaba de todo eso, ahí aceleré el ritmo y le metí todo mi pene y Erick ya empezaba a decir “umm sí que rico, ¿así se siente tener un pito dentro?, sigue, sigue” y yo claro que seguía dándole placer a mi hombre para que gozara como nunca antes había gozado.
Me separé de él y me senté a la orilla de la cama para que él pudiera sentarse en mis piernas, se acomodó perfecto sobre mí y ahora su culito ya estaba perfectamente dilatado así que cuando se sentó mi pene entró rápido. Quedamos de frente y mientras Erick subía y bajaba con movimientos rápidos yo lo abrazaba para retenerlo y llevarlo hacia mí, pasando mis manos por su espalda y sus nalgas. Caí de espaldas en la cama y él seguía con mi pene dentro y yo viéndolo cómo disfrutaba saltando sobre mí cuando de repente siento un chorro en mi cara, Erick estaba eyaculando y sus chorros de leche espesa quedaron esparcidos sobre mi pecho y mi cara, parecía que Erick estaba en la guerra porque disparaba con mucha fuerza y en grandes cantidades; yo no pude resistir y descargué todo dentro de él, lo cual hizo que Erick se estremeciera al sentir el calor de mi semen dentro.
Quedamos recostados por un tiempo abrazados sobre la cama y yo sobando el trasero de Erick, y después nos metimos a bañar los dos juntos, ahí volvimos a hacerlo bajo la regadera, le lavé el culito perfectamente y lo volví a penetrar, esta vez usando el jabón como lubricante, ya era sólo de él y para él y él era completamente mío. Salimos de la ducha y se vistió para irse a su casa.
Antes de irse platicamos de todo y me pidió que no le contara a nadie de todo lo que había pasado, me dijo que a él le gustaban las mujeres (él, había tenido novias y también por eso nunca me había atrevido a insinuarle algo) pero que también le gustaba yo, y le había gustado desde hace mucho y estaba feliz por todo lo que había pasado pero era mejor mantenerlo en secreto. Yo accedí pues la verdad a mí no me importaba andar divulgando todo eso. Fue a su casa, se cambió de ropa y nos encontramos en la escuela como si nada.
Erick es bisexual, igual que yo, él ha tenido novias ocasionales y yo también, pero cada que salimos juntos encontramos oportunidad para ir a demostrarnos cuánto nos queremos los dos, dejando que nuestra pasión se desborde… claro, después de su cumpleaños ya usamos siempre protección y las experiencias han ido aumentando en intensidad.
Y esa es la historia de cómo mi amigo descubrió el placer entre hombres conmigo y de cómo desde ese día soy el único que tiene a ese hombre para mí y es el único que me tiene. Ahora quiero proponerle un trío pero no sé cómo decirle o si acepte, ya veremos.
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