Ernest, mi repartidor favorito Parte 13

Haciendo trato con Miguel y los hermanitos.
Ver esas fotos de Carlos y ese video me generó muchísima excitación pues el joven repartidor poseía una gran verga de más de 20 cm y muy gruesa con un glande enorme y unos huevotes dignos de un semental.

Aún cuando Ernesto me hizo mucho enojar, ya lo había perdonado, y pensar en su hermanito de 6 años, recién desvirgado o en Ernesto siendo atravesados por semejante tolete sería muy doloroso para ellos, casi un crimen…

Pero, por otro lado, me sentía mal por haber ilusionado a Carlos y no cumplirle; entonces pensé en Miguel, el compañero de Ernesto, que era todo un tragoncito, para ser cogido por el repartidor.

Contento por haber encontrado solución a mi dilema, me dormí abrazado de mis dos niños.
Desperté primero que ellos y les preparé un delicioso y nutritivo desayuno. Los desperté con besos y caricias, ellos sonrieron y se abrazaron a mí. Les pedí vestirse y bajar a desayunar.

Antes de que bajaran le envié mensajes a Miguel donde le preguntaba si estaría dispuesto a dejarse penetrar por Miguel el joven repartidor, y le envié fotos y video del mismo. Inmediatamente me llamó y me dijo:

–¡No manche, don! ¡Ese cabrón parece burro! Ya lo conozco y una vez trató de cogerme pero no le aguanté ni la mitad.
–¿En serio?
–Siiii, no podía caminar y hasta sentarme me dolió durante una semana. Todos mis compañeros le tienen miedo, hasta los de más de 15 años y eso que ya están bien cogidos.
–¡Ah, qué caray…! ¡Entonces no te animas? Es que no quiero quedarle mal, le prometí un culito de 10 años, y pensé en ti.
–No sé, la verdad no me animo. Ofrézcale e Ernestina, mejor…
— Ni pensarlo, él todavía llora cuando lo cojo yo…!imagínate con esa vergota!
–Tiene razón, don…ni él ni su hermanita la aguantarían, están muy tiernos aún.
–¡Anímate, anda! Y te pago el doble, pero me dejas grabar…
–No, ¡tendría que descansar más de una semana de esa cogidota! A menos que…
–¿Qué? Dime…¿a menos que qué?
–Que me dejara cogerme a Ernestina y Joanna (Ernesto y Jonathan) ¡desde hace tiempo les traigo unas ganas! Especialmente a Jona…
— Deja ver si los convenzo, ¿Va?

Y colgué en el momento en que bajaban mis dos amorcitos a desayunar.
Desayunamos y después los invité a chuparme la verga como buenos hermanitos. Quien ha tenido la fortuna de que un niño le haga sexo oral sabe lo rico que es. Pero que dos hermanitos te hagan sexo oral de manera simultánea…uffff!!! Es otro nivel de morbo.

Ellos se coordinaban bastante bien y mientras uno me la chupaba el otro me lamía los huevos o lamían todo mi tronco, uno a cada lado para que, al llegar al glande, uno la metiera en su boca mientras él otro me masturbaba. No tardé mucho en llenar sus lindas caras con mi semen y uno al otro se latieron para limpiarse…¡Se veían tan lindos!

Vimos tv un rato, los puse a jugar videojuegos y cerca del mediodía nos fuimos a un balneario cercano a refrescarnos un poco y comimos allá. De regreso, cansado pero satisfechos mis enanos se durmieron y al llegar a casa despertó Ernesto y cargué a Jonathan hasta la sala para acostarlo con cuidado en un sillón.

Me llevé a Ernesto en silencio a la terraza y le puse a ver las fotos y video de Carlos; cuando terminó con miedo se dirigió a mí:
–¿Es el repartidor, verdad?
–Así es…

Entonces comenzó a llorar y se abrazó a mí rogando no dejarlo qué se lo cogiera a él ni a su hermanito…
–La tiene muy grande, y gruesa…¡más que la suya! No me a caber, don, ¡Por favor, no! Hago lo que quiera, pero eso no…¡por favor!
–Sh, sh…tranquilo, amorcito, ya te dije que te perdoné. Te quiero mucho como para permitir que ese moreno te haga daño.
–¿Entonces para qué me enseña eso?– Dijo, dejando de llorar y sonriendo un poco.
–¿Recuerdas a tu amiguito Miguel, el de la playa? Alguien me pasó su número y acabo de hablar con él y está dispuesto a dejarse coger por el repartidor a cambio de que tú y tu hermano se la chupen y se dejen coger por él…¿Qué dices? Es eso o dejar que el negro te reviente el culo…tú decides…
–Está bien, si no hay otra solución. Comparada con la del negro, la de él no está tan grande…
–¿Ya se la viste?
–Siiii, hace unas semanas nos la enseñó a mi hermano y a mí en los baños y les dijo a sus amigos que nos estaba cogiendo a los dos…pero eso no es cierto…
–Ah, ok…Deja hablarle entonces para decirle que están de acuerdo…
–Pero…¿Y mi hermanito?
–Por el no te preocupes, yo lo convenzo. ¿No te gustaría ver cómo se lo coge el negro a Miguel? Así tú podrías amenazarlo con contarlo si te sigue molestando a ti y a tu hermanito…

–Siiii, ¿Pero a nosotros no nos la va a meter el negro, verdad?
–Claro que no, amorcito…no te preocupes.

Y tomando el teléfono llamé a Miguel y luego a Carlos para ponernos de acuerdo. Carlos consiguió quien lo cubriera como repartidor.

Cité a Miguel a las 8 de la noche y a Carlos a las 10. Puntual llegó Miguel y yo, que ya había convencido también a Jonathan de sacrificarse por su hermano, lo recibí y pasé a la recámara donde lo esperaban los dos hermanitos.

–Ahora sí, perritas, van a ser mías las dos…ya ven, les dije que me las iba a coger y hoy es el día…

Y se desnudó rápidamente y comenzó a agarrar y acariciar los culitos de los dos hermanos y a meter en uno y otro sus dedos.
Luego, los puso a mamarle su verga para que la llenarán de saliva y poder penetrarlos mejor.
Les pidió ponerse a gatas en la cama y parar sus colitas para deleitarse con la vista de esos hermosos culitos.
Eligió cogerse primero a Jonathan, se colocó atrás de él y puso su pene en su orificio, empujó y metió, sin consideración alguna, todo su pito en el niño de 6 añitos, provocando su llanto.

–¿Y Usted, don? ¿Nomás va a ver, o qué? ¡Cójase a Ernestina mientras yo me cojo a su hermanita.
La verdad es que yo estaba más que excitado y me dirigí a Ernesto para lubricar con mi lengua su orificio y luego lo penetré suavemente.

Jonathan, entretanto, había dejado de llorar y sonreía y gemía al ser taladrado una y otra vez por Miguel. Yo iniciaba un mete saca con Ernesto y después de un tiempo ví que Miguel ponía a Jona en el borde de la cama para levantar sus piernitas y empezar a cogerlo de nuevo.

Le propuse a Ernesto hiciéramos lo mismo y éste aceptó. Y así, uno al lado del otro, los comimos mientras ellos se tomaban de la mano y gemían de placer.

Miguel se corrió en la pancita de Jona y yo hice lo mismo en Ernesto. Pusimos a los dos hermanitos a lamer el estómago del otro y tomarse nuestro semen.

Intercambiamos hermanitos y mientras Miguel iniciaba a cogerse a Ernesto, yo hacía lo propio con Jonathan a quien debí dilatar con gel anal anestésico para poder penetrarlo. Acabamos dentro de los dos niños y nos metimos los cuatro juntos a darnos un buen baño y juguetear un poco.
Casi eran las 10 de la noche cuando tocó Carlos a la puerta y envié a Jonathan a abrirle, desnudito de nuevo…

Carlos, al ver contonearse a Jonathan pidiéndole lo siga, frotó instintivamente su verga y se relamió sus labios anticipando el placer por venir…

C O N T I N U A R Á…

PasivoX7 Dice:

20 junio, 2024 en 6:33 am

UUff… que rica ha estado esta parte… Menudo calentón me has provocado y que buena paja me he hecho. Estoy todo mojado del semen que he soltado.

Albert_JF_22 Dice:

20 junio, 2024 en 7:19 am

Excelente relato… como sigue?

AgusCD25 Dice:

20 junio, 2024 en 8:05 am

Que gran relato, me encanta como los 2 hermanitos disfrutan juntos de las vergas de sus machos y como reciben su ración de lechita como buenas putitas… 🔥💦