Ernest, mi repartidor favorito Parte 2
Continúan nuestros juegos: confesiones de Ernesto.
Traigo a Ustedes la segunda parte de esta saga, esperando sea de su agrado.
Después de convencer a Ernesto de mostrarme sus genitales y de comérmelos al igual que su anito, lo llevé a la sala, me senté a su lado y ahí me dijo:
–Don Javier, ¿puedo tocar su pene y besarlo y chuparlo como Usted lo hizo con el mío?
–Claro que sí, mi niño, puedes tocarme, besarme y chuparme todo lo que quieras…
Y abrí mis piernas para facilitarle el acceso a mis genitales.
Él , con timidez, dirigió sus manitas a mi pene y lo tocó un poco, luego, lo tomó entre sus manos y me masturbó un poco. Sonreía al ver aparecer y desaparecer mi glande al ser manipulado por él.
Mi pene comenzó a liberar presemen y él me dijo:
–Don Javier, mire, se está orinando…
–No es orina, Ernestito, es un líquido que nos sale a los hombres cuando nuestro pene está feliz. Si quieres, lo puedes probar con tu lengüita, anda…
Y dudando un poco, pero dispuesto a complacerme, acercó su boca, sacó un poco la lengua y la pasó por mi glande para lamer mi presemen. Al hacerlo, sentí una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo. Lo saboreó y se lo pasó.
–¿Te gustó?, le pregunté
–Sí, sabe bien. ¿Entonces su pene está feliz?
–Siiiii….muy feliz, Ernestito. Y más feliz lo vas a hacer si le das muchos besos y lo metes en tu boquita y me lo chupas…
–Pero no me va a caber, don Javier,. Lo tiene muy grande.
–Lo que te quepa, anda, hasta donde puedas…
Mi pene mide alrededor de 17 cm, y no es muy grueso. Así que abrió su boquita y se metió en ella mi glande y un poco más. Le pedí bajarse y subir con su boca a lo largo de mi pene para que este le diera más presemen y él, obediente, así lo hizo.
Le pedí sacara su lengua y me lamiera mis testículos y recorriera, despacio, todo mi tronco de arriba abajo. Él así lo hizo sin problema alguno y me lo chupaba magistralmente, haciéndome sentir maravillosamente bien, ante lo cual me vino una sospecha.
–Ernestito…¿te puedo preguntar algo?
–Sí, don Javier, dígame…
–¿Ya habías chupando antes algún pene, verdad? Me doy cuenta porque no te dio asco hacerlo ni arcadas al meterlo más en tu boquita y porque, además, lo chupas muy rico…
Él, dejando de chuparla se ruborizó un poco, agachó su cabecita apenado y con voz a punto de soltar el llanto me dijo:
–Siiii, don Javier, perdón…un tío, hermano de mi mamá hace tiempo me ponía a mamárselo, el me decía cómo hacerlo. Al principio me daba asco, pero después me empezó a gustar…
–No tienes porqué pedir perdón ni querer llorar, es algo muy común que los tíos usen así a sus sobrinitos. ¿Y lo sigues haciendo con él?
–No, ya no, hace como dos años mi mamá llegó temprano del trabajo y nos encontró desnudos en su cuarto, a él a mí y a mi hermanito, nos tenía a los dos lamiendo su pene mientras él nos acariciaba las nalguitas y nuestros culitos… mi mamá se enojó con él y consiguió que mi abuelo lo corriera de su casa.
–Ah, ¿Y ya no se lo mamas a nadie más?
–Siiii, a tres de mis amigos y a un primo de uno de ellos que va en la secundaria. Pero no lo tienen tan grande, ni grueso, ni tan peludo como el suyo.
–Ah, ok…¿No quieres que mejor nos vayamos a la recámara para estar más cómodos?
–Me gustaría, pero ya casi me voy, mi mamá me dio permiso hasta las 9, y ya casi son.
Yo, no queriendo traicionar su confianza o espantarlo, acepté seguir en la sala, pero me recosté en el sillón boca arriba y le propuse ponerse sobre mí para que siguiera chupando mi pene hasta eyacular y a la vez Yo pudiera disfrutar con mis labios, lengua y boca, de su tesorito oculto entre sus dos nalguitas ricas.
Él se acomodó y mientras yo exploraba de nuevo con mi nariz y lengua su hoyito, él me chupaba de manera soberbia mi pene, hasta que, no aguantando más la calidez, suavidad y estrechez de sus labios, me corrí con siete potentes disparos de mi semen qué él, gustoso, devoró y hasta lamió mi pene para no dejar rastro de semen en él.
Mientras nos vestíamos, sonó el teléfono. Era su mamá, para preguntarme si no ocupaba más a su hijo.
Le dije que no, puse en manos de Ernesto un billete de gran denominación y de nuevo lo quiso rechazar, diciendo que era mucho, y que su mamá y abuelo iban a sospechar algo…
–No te preocupes, mientras llegas a tu casa, le voy a hablar a tu mamá y a pedirle permiso de que te deje venir algunas tardes más…digo, si tú estás de acuerdo…
–¿En serio, don Javier? ¿Le gustó mi trabajo?
–¡Me encantó! Nos falta limpiar el patio, podar y regar las plantas, y también podemos jugar un poco como hoy lo hicimos, claro, si tú quieres y te gustó lo que hicimos…
–Sí, don Javier, nos vemos mañana…¡Buenas noches! Qué descanse…
–Soñaré contigo, Ernesto…
Y lo besé y di unas nalgadas, lo abracé y me despedí de él…
CONTINUARÁ…
Como sigue?
Gran relato… como sigue?
Que delicia de relato… como sigue?
Ufff… menuda excitación… me encanta como escribes.
Buen relato… como continua?
Como sigue?
Como sigue? necesito mas…
Menuda excitación…. Ojala subas pronto otra parte.
Como sigue?
Como sigue? me encanta como escribes.
Ojalá inviten al hermanito.
Gracias por sus comentarios! Pronto subiré la quinta parte…
Mi telegram es @EduRu64
Saludos!
Excelente relato te felicito quiero más 💦💦