Ernest, mi repartidor favorito Parte 7
Ernesto se entrega por entero a mí.
Después de penetrar parcialmente a Jonathan y correrme dentro de su culito y darle después mi yogurt a beber, se quedó dormidito y aproveché entonces para llevarme a Ernesto al otro cuarto para amarlo como se merece.
Al llegar, lo recosté en la cama y me abalancé, sobre él para abrazarlo, acariciarlo y besarlo un poco, ambos desnudos.
Toqué y acaricié sus genitales y dirigí mis labios hacia ellos, para comérmelos largo rato, le dí la vuelta y puse en cuatro para disfrutar de su anito semivirgen, le dí besos y lamí, metí mi lengua en él y mis dedos, uno y luego dos, ya sin tanta resistencia de su parte.
Me recosté en la cama y le ofrecí mi pene para que lo chupara hasta el cansancio.
Le pedí tomar el tubo con gel y untarlo a lo largo de todo mi miembro y después hice lo mismo en su culito.
–Amorcito, hoy quiero que seas mío por entero. ¿Me dejarías meterte todo mi pene?
–¿Todo? Pero me va a doler mucho, mejor sólo lo que me ha metido, ¿Sí?
–Amorcito, las primeras veces siempre duele, pero te gusta lo rico que se siente, ¿O no?
–Siiii, pero me da miedo…
–Seré muy cuidadoso, te lo prometo…pero hoy quiero llenarte por entero, ser el primer hombre en hacerlo…¿o no me amas como yo a ti? Dímelo y no te molestaré más…
-‘No es eso don Javier es que de verdad tengo mucho miedo pues sé que me va a doler.
–Así es amorcito te va a doler y mucho y créeme que si pudiera evitarlo lo haría pero es necesario, también sé que después te va a gustar y vas a querer que te lo vuelva a hacer una y otra y otra y otra vevezPero dime: si no quieres no lo hago y me voy a dormir con Jonathan ¿Qué te parece?
Ante la mención de su hermanito cedió un poco y se despertaron en él los celos.
–Está bien, don Javier, haré todo lo que Usted me diga, pero quiero que el tiempo que esté aquí de vacaciones ya no invite a mi hermanito a dormir y a jugar con Usted, solamente a mí.
— Mmmh, no seas así…¿Qué te haces con compartirme con tu hermanito? Puedo amar a los dos…
— Sí, pero él ya tiene a mi abuelo para chuparle el pito y que le dé su yogurt, y yo sólo lo tengo a Usted…
–Está bien amorcito durante el tiempo que estaré aquí, esta semana y lo que queda de la próxima solamente te invitaré a ti, pero me vas a dejar amarte por completo y meterte todo mi pene ¿sí? nunca había sentido tan rico como al entrar en tu culito…
–Está bien, don Javier, hágalo…
Y entonces lo recosté en el borde de la cama boca arriba le pedí que alzara sus piernitas a la altura de su pecho para que dejara expuesto y a disposición de mi pene su lindo agujerito y poder disfrutar sus gestos al amarlo y así lo hizo.
Coloqué mi pene en su hoyito que se encontraba abierto un poco, empujé mi glande y sin mucho esfuerzo me deslicé a su interior, sintiendo la suavidad, la estrechez y la calidez de su ano que me recibió.
Al llegar hasta donde se los había metido anteriormente, Él con sus manos me pidió parar un poco y así lo hice mientras se recuperaba un poco y su culito se adaptaba a mi pene. Pasados unos minutos le pedí descansara sus piernas en mi pecho lo tomé de la cintura y le dije:
—¿Estás preparado? quiero meterte lo que te falta…llenarte por completo de mí y que seamos un solo cuerpo…
–Siiii, sí…Yo también lo quiero, pero despacito por favor…
Comencé a empujar mi pene un poco más…
–¡Ay!– dijo él y unas lágrimas salieron de sus ojos—¡ay, espere me duele! sáquemelo por favor…¡Ay, ay, ay!..
–Ay amorcito, es muy poquito lo que te falta toca y lo verás…
Y él tocó con una de sus manitas y efectivamente ya solamente faltaba la base de mi pene por entrar (alrededor de unos 4 cm).
–¿puedo meterte lo que falta? Le pregunté.
Él, con los ojos llorosos asintió así es que empujé hasta tocar con mis vellos púbicos sus nalguitas y sentir cómo mis testículos golpearon en su culito.
–¡Ay, ay! ¿ya entró todo, verdad?
–Sí, amorcito… ¿lo sientes? ¿cómo te sientes??
–¡Ay ay! me siento bien lleno, tengo ganas de hacer popo ¡Ay ay ay!
Dejé que por unos momentos su interior se moldeara y acostumbrara a la sensación de haber sido desvirgado y luego inicié un mete y saca cuidadoso.
Él se quejaba un poco pero después de un tiempo dejó de quejarse y dejó de llorar. En verdad sentía genial el entrar y salir una y otra y otra vez.
Tomé su erecto penecito y mientras lo penetraba lo masturbé un poco…
–¡Ay, ay qué rico! Siento que voy hacer pipí… ¡Ay, ay, ay!– y varias gotas de su semen transparente cayeron en su pecho y estomaguito.
–Mi amorcito, mira tú ya te viniste y yo no…
—¿Le falta mucho aún, don Javier?
–No creo, estás bien rico y apretadito… no creo durar mucho, se siente bien rico– y comencé un mete y saca un poco más rápido y con una estocada final me abracé a él mientras regaba el interior de su anito con mi semen.
Esperé un poco a que mi pene disminuyera su tamaño para poder sacarlo con facilidad. Enjugué sus lágrimas, lo besé, le di las gracias y y le dije lo feliz que me había hecho, lo rico que había sentido.
El no dijo nada solo se abrazó a mí, y de nuevo, momentos después mi pene comenzó a reaccionar ante el contacto suave de su piel.
Le pregunté
–Ernesto, ¿quieres que hagamos el amor otra vez amorcito? Mira, mi pene ya está listo para jugar de nuevo.
–No, no, no, no don Javier mire me arde mi culito y me duele mucho es mejor… ¿Y si mejor se lo mamo y me bebo su lechita?
— Está bien amorcito.
Fuimos al baño y nos lavamos muy bien. Lo senté en el inodoro y pujó como si fuera a hacer popó. Expulsó mi semen mezclado con un poco de sangre y heces fecales, se lavó muy bien yo igual y regresamos a la cama.
Le pedí ponerse a gatas de nuevo para besar su culito y nalguitas y luego ponerle pomada anestésica en su irritado ano para disminuir su dolor.
Me recosté en la cabecera de la cama, abrí mis piernas, tomé mi erecto pene con una mano y con la otra lo invité a acercarse y mamarme la verga hasta deslecharme.
Lo cargué y conduje de vuelta al cuarto donde habíamos dejado a Jonathan y abrazado con Ernesto de cucharita nos dormimos.
A la mañana siguiente los desperté, ayudé a vestir y peiné. Bajamos a la cocina y desayunamos para llevarlos a la escuela y despedirme de ellos.
A media mañana recibí una llamada de la Sra. Lupita, mamá de Ernesto y Jonathan y me preguntó acerca de ellos y si se estaban portando bien.
Yo le dije que todo estaba bien y que ellos se estaban portando de lo mejor.
Me dijo que esperaba llegar antes de la hora de la salida de clases pues ya habían dado de alta a su papá y venían ya de regreso.
–Y, Don Javier…¿Va a seguir ocupando a Ernesto por las noches?
–Si Usted lo permite, por supuesto que sí, Ernesto es un niño muy lindo y muy amable. Me encantaría viniera a hacerme compañía por las noches en estos días que restan de mi Estancia aquí.
–Cuente con ello, oiga, ¿Y Jonathan qué le pareció? Apenas hace poco supe que mi papá lo pone a hacerle sexo oral. Y fíjese, todo empezó en una ocasión en que mi hijo jugaba videojuegos en su cuarto, acostado bocabajo en la cama en trucitas y al verlo, dice mi papá que se le paró su pene, lo sacó de sus bóxer y se lo acercó a la boca y le pidió chuparlo y Jonathan, obediente, lo hizo hasta que mi papá se corrió en su cara y boca.
Mi papá se asustó y Jonathan también y empezó a llorar, mi papá lo consoló pero a lis pocos días y viendo que no había dicho nada lo puso a mamar de nuevo…
–Jonathan también es muy lindo y merece todo el amor del mundo, pero Ernesto es celoso y lo prefiero a él.
–Ah, muy bien, como Usted diga, don Javier…
Y nos despedimos. Efectivamente, me habló rato después para decirme que ella iría por sus hijos a la escuela y agradecerte las atenciones y cuidados que tuve con ellos.
Disfruté aun de algunas noches más de amor y placer con Ernesto, y de la dulce compañía de su hermanito el siguiente fin de semana.
Fue muy doloroso despedirme de ellos pues no querían dejarme ir ni yo separarme de ellos.
Los abracé y aspiré su dulce olor a niño, a inocencia y les prometí pronto volver a verlos.
F I N
Epílogo: Agradezco a quienes me leyeron, a quienes con sus comentarios me hicieron continuar con esta saga, y a quienes por telegram me compartieron igual, sus comentarios y vivencias…
¡Saludos y nos leemos pronto!
Ufff… que delicia de relato… Esta parte me puso a 1000… No sabes como he disfrutado mientras me masturbaba.
Excelente relato como siempre… Una pena que lo termines aquí.
Como sigue?? Necesito mas… Me encanta esta historia.
Acabo de terminar de leer el relato y he venido rápido a comentar… No puedo creer que lo termines aquí, me encantado leer esta historia y deseo que nos sigas contando mas historias como esta.
Me encanto esta historia… Una lastima que se termine aquí, ya que, gracias a ti, he disfrutado de unas buenas pajas mientras la leía.
Buen relato… Ojala sigas escribiendo y deleitándonos con tu forma de escribir y con tus relatos.
No… No puede ser el final… Necesito más 🔥
Hola a todos!!! Mil gracias por sus comentarios…pronto, y porque ustedes lo piden, la secuela de esta historia…
Saludos!!!
Por qué necesitamos saber más, Nos dejas el suspenso