Escudero en el Castillo (relato erótico medieval)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Matthew Settle era el hijo de un caballero de pequeña fortuna que vivía en el sur de Inglaterra. Su padre murió durante una batalla así que fue su madre quien le crió. Ella le enseño a comportarse y a actuar correctamente y le enseño todo lo que podía enseñarle pero no podía instruirle sobre el arte de la guerra y la caballería así que esta dama vendió sus joyas, le compró un caballo a su hijo y le financió el viaje para ir al castillo del conde Roland donde aprendería a ser caballero. A sus 14 años, Matthew, era un joven no demasiado alto y un poco enclenque pero tremendamente atractivo: Tenía el cabello rubio y rizado y unos grandes y profundos ojos verdes. Su cuerpo adolescente estaba aún por desarrollarse excepto su tremenda verga que ya media 19cm. en reposo.
Llegó al castillo del conde una mañana de otoño. El cielo estaba gris y no llovía pero hacía muchísimo frío. Llegó y se presentó como el nuevo escudero del señor, lo que el pensó que despertaría la envidia de la gente que le mirarían celosos de su suerte pero en vez de eso los hombres que le miraban trataban de aguantar la risa y las mujeres no le miraban a la cara. Le condujeron a una estancia de piedra con varios camastros y le dijeron que esperara hasta que el conde le hiciera llamar para lo que tubo que esperar todo el día, hasta que por fin, a la hora de la cena, le hicieron subir unas interminables escaleras de caracol y le llevaron a una estancia donde vio algo que le dejó impresionado.
Estaba en la habitación del conde y este le estaba esperando completamente desnudo. Se encontraba de espaladas a Matthew así que este pudo recrearse mirando su musculosa y bien definida espalda y su voluminoso trasero. Era evidente que había estado haciendo ejercicio y su cuerpo brillaba a la luz de las llamas que ardian en la chimenea. El conde debía tener no mas de 26 años y era increíblemente alto. Llevaba el pelo castaño muy largo y le llegaba hasta media espalda. Mattthew no sabía que hacía allí. El criado que le había acompañado se había retirado mientras él observaba el cuerpo de su patrón. Se mantuvo allí de pie a la espera de que algo pasara pero viendo que el conde no se había percatado de su presencia decidió carraspear ligeramente para hacerle ver que estaba allí.
El conde se giró de golpe y se quedó mirando a Matthew al que se le abrieron los ojos como platos y se le desencajó la mandíbula al ver lo que tenía delante. La poya del conde estaba completamente erecta y era enorme. El jamás había visto a nadie que la tuviese mas grande que el pero ese pene debía medir al menos 27cm. y le estaba apuntando directamente a él. Y por si eso no fuera suficiente hay que decir que si la espalda del conde resultaba increible de lo musculosa y definida su torso era aún mejor los pectorales eran mas grandes que sus dos manos juntas y los abdominales estaban perfectamente definidos. El cuerpo del conde resplandecía y en su cara se dibujó una expresión de satisfacción al ver la expresión del joven escudero.
-Escudero- Dijo el conde con voz ronca- Acércate aquí. Voy a encargarte tu primer trabajo a mi servicio.-Matthew, aún aturdido, obedeció al instante.- Arrodíllate- le ordeno el conde cuando Matthew se hubo acercado lo bastante y este volvió a obedecer- me vas a jurar lealtad y a partir de ahora vas a ser como mi esclavo. Repite estas palabras: "Yo juro hacer todo lo que mi señor me ordene, chuparle la verga y abrirle mi culo cada vez que me lo pida."
Matthew, con la voz temblorosa repitió esas palabras:-Yo… juro hacer todo lo que mi señor me ordene, chuparle la verga y… y abrirle mi culo cada vez que me lo pida.
– Muy bien, pues siendo así te nombro oficialmente mi escudero.- Dijo el conde poniéndole la poya primero en un hombro y luego en el otro como hacen los reyes con la espada al nombrar un caballero. Y así, sin previo aviso, el conde le metió el pene en la boca a Matthew este sintió como le atravesaba toda la garganta pero, aún así, mas de la mitad de la poya no había conseguido meterse en su pequeña boca. Sintió que se atragantaba e intentó apartar al conde pero este aún se excito mas. Le agarró fuertemente la cabeza y empezó a empujar para ir metiendo centímetro a centímetro su enorme verga en la boca del chico y cuando Matthew empezó a sentir que se iba a ahogar el conde empezó a retirar lentamente su pene hasta dejar solo el glande introducido en la boca del chico.
-Lame y besa esta poya, chaval, asegúrate de engrasarla bien antes de que ta meta por ese pequeño ano que tienes.
Matthew obedeció y se dedico a lamer el pene de su señor y tratando de que quedase lo mas lubricado posible. A pesar de lo brusco del encuentro Matthew se estaba empezando a excitar. Su pene iba creciendo por momentos y le apretaba dentro del calzón. El conde, entre gemidos de placer, miro hacía arriba mientras el chico le seguía practicando la felación y Matthew aprovechó este momento para sacarse su propia verga y empezó a masturbarse. Sentía que estaba apunto de correrse y de su pene le salía gran cantidad de liquido preseminal. No se dio cuenta pero sin querer le salpicó en los pies al conde el cual bajó la vista rápidamente y sonrió.
-Parece que esto te gusta, ¿Eh, putita? Pues vamos a hacerlo bien.- Y dicho esto el conde cogió a su escudero, lo puso boca abajo y mientras Matthew le seguía chupando la verga el se puso a hacer lo propio con la del chico.- Tienes una buena herramienta, hacía tiempo que no tenía a un escudero con un pene decente. Cualquiera se lo hubiese imaginado, con lo pequeñito que eres el pene que tienes. Jaja.- Y dicho esto siguió chupando la poya de su escudero. Matthew jamas se había sentido mejor. Una vez una chica de su aldea intentó chupársela pero a Matthew le pareció horrible y la obligó a parar. Esto no tenía nada que ver, el conde, con su enorme boca, se metía su pene casi entero dentro y lo chupaba de una manera muy satisfactoria y parecía que lo estaba disfrutando: Gemía y paraba cada cierto rato a decirle que lo hiciera mas rápido. De pronto, sujeto a Matthew con una sola mano y con la que le quedaba libre le rasgó por completo los calzones dejando ala vista el pequeño culo prieto del chico. En esta posición, andó hasta la cama donde, dándose la vuelta, se tiró de espaldas y mientras el joven seguía chupándole la poya el empezó a jugar con su ano. Lo lamía y metía su lengua dentro. Matthew se retorcía de placer, jamás había sentido algo tan fantástico. El conde empezó a meterle los dedos en el ano. Eran unos dedos grandes y le metió tres de golpe. Matthew pegó un ligero gritito de entre dolor y placer y aquello pareció excitar mas a Roland cuyo pene parecía tener vida propia y se movía solo, a punto de eyacular.
-Muy bien chico, parece que con la boca lo haces mejor que la mayoría.- De pronto, el señor, tiró a Matthew sobre la cama y le puso con el culo mirando para arriba- Veamos como va la cosa por detrás.
Por primera vez Matthew sintió miedo, era virgen y estrenarse con semejante monstruosidad le aterraba profundamente pero, paralelamente, sentía un fuerte deseo de sentir aquella poya de casi 30cm. dentro de él. Al final, su lado mas sexual acabo venciendo y rápidamente, Matthew separó las piernas, abrió sus nalgas y puso el culo en pompa, deseando recibir aquel enorme pedazo de carne.
-¡Ja! Ya ve que tienes ganas, ¡zorrita! Veremos si opinas igual después…- Y dicho esto empezó a meter su pene en aquel apretado ano virgen. Matthew sintió un dolor indescriptible. Cada centímetro que se adentraba mas en él le dolía mas. Pero aquel dolor le hizo sentir mas placer del que había sentido en toda su vida. Estaba tan excitado que no pudo aguantarlo mas y, aún sin tocarse, de su poya empezaron a salir borbotones de semen y se corrió por encima de toda la cama del conde. Este, al verlo, empezó a reírse y le penetró con aún mas fuerza. Cuando toda su verga ya estaba introducida en su ano se paro un momento. Durante unos segundos lo único que se movió en la habitación fue el fuego. Y luego, lentamente, Roland empezó a sacar su pene. Y cuando ya estaba casi fuera comenzó con las embestidas, Fuertes, despiadadas, brutales, perforando el ano de Matthew una y otra vez, la sacaba casi entera para volver a introducirla una y otra vez, con todas sus fuerzas, sin preocuparse de causarle dolor al chico al que agarró de repente de la camisa y lo cogió con sus musculosos brazos levantándolo de la cama y pegándolo a su pecho. A Matthew no le llegaban los pies hasta el suelo así que estaba literalmente suspendido en el aire con aquella poya entrando y saliendo de su culo. Seguía tan excitado que, a pesar de haberse corrido hacia pocos minutos, se puso a masturbarse y en poco tiempo se volvió a correr.
El semen salió disparado hacia arriba y calló por todo su torso y en su cara. El conde comenzó a lamer los restos de semen de la cara del imberbe muchacho y, cunado hubo acabado, le dio la vuelta sobre su poya para mirar a Matthew a la cara y empezó a lamerle el semen que tenía en el pecho. El escudero se dio cuenta de que Roland también se había manchado de semen en la cara y se dispuso a lamerle también. Esto pareció encantar al conde que, al poco rato, tiró a Matthew sobre la cama, se sentó en su pecho y eyaculó por toda su cara.
-¡¡¡Oh si!!! ¡¡¡Joder, ME CORRO!!!- Gritó el conde. la cara de Matthew quedó enterrada bajo una gran cantidad de semen, una enorme cantidad. Intentó coger todo el que podía con la boca pero era tanto que, al poco, ya ni podía abrir los ojos. El conde empezó a lamer su propio semen de la cara del chico y luego lo escupía en la boca de este. Cuando pareció cansarse se tumbo al lado de Matthew. Ambos respiraban con fuerza después del esfuerzo de tan intensa actividad. La ropa de Matthew estaba destrozada y desperdigada por toda la habitación. No se había dado cuenta a penas pero el conde se la había rasgado toda durante el sexo.
Al levantarse y ver que se había quedado sin ropa de repente fue consciente de lo que acababa de pasar. No iba a ser escudero, iba a ser zorra.
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