Escuela de esclavos Capítulo III -David el sádico-
EDE es una serie de 15 capítulos donde Sam, consigue un trabajo como vigilante en una prisión para huir de su pasado como esclavo de su ex novio, en su nuevo trabajo termina ejerciendo como amo con los presos y va descubriendo su lado más sádico..
El camino hasta ahora:
Sam comenzó a trabajar en el turno de noche en su nuevo trabajo como vigilante en la cárcel, allí conoció a Jensen y le atrajo al instante, creyéndose que era un juego le siguió hasta la celda de castigo donde «castigan» a uno o varios presos por noche a la vista de los demás «elegidos» para que aprendan cual es su lugar y cual puede ser su destino si sus «dioses» así lo desean, el hijo de Jensen tiene muy mala reputación y está por llegar de visita…
ADVERTENCIA: En esta serie se relatan escenas de sexo no consentido, humillación, tortura, misoginia, scat, muerte, zoofilia, venta de personas, etc… en definitiva, no todos los capítulos, pero en general la mayoría contienen alguna escena extrema, desaconsejo su lectura a cualquier persona que sea sensible a estos temas, dicho esto, comenzamos.
Escuela de esclavos
Capítulo III
-David el sanguinario-
Me desperté pensando, una vez más en todo lo que había sucedido la noche anterior, Jensen, finalmente me explicó a medias de qué trataba lo de la escuela de esclavos, resultaba que en la cárcel metían en la celda de castigo a los presos que les convenían, realmente, más que una escuela era una granja, previamente seleccionados en la cárcel, todas las sesiones se hacían para “romper el alma” de los presos, si el preso se ajustaba a los cánones que habían establecido y mostraba un comportamiento “tolerable” pasaba a la escuela, en la que serían divididos en distintos tipos, para todos los gustos, twink, hunk, jock, anoréxicos, chubby, pollas grandes, pollas pequeñas… mientras en la cárcel los seleccionadores éramos nosotros, en la escuela eran clientes, gente que pagaba por entrenarlos…
De vez en cuando, en ocasiones especiales, o con clientes VIP organizarían fiestas por invitación… Jensen me pidió que fuera el sábado, es decir, mañana que era nuestro día libre, para que conociera de primera mano cómo se operaba allí
El alcaide y Jensen se habían asociado para montarse un negocio muy productivo…No sólo la escuela (o más bien granja) sino que además grababa nuestras sesiones con cámaras de seguridad en la cárcel y las vendía por internet) lo cual me hizo entender, que, ahora sí, estaba metido hasta el cuello en este asunto, si alguna vez, sobre todo aquella noche, me había llegado a plantear delatar lo que pasaba allí, ya era tarde, yo había participado en ello y había pruebas…
Me sentía atrapado por la situación, pero una parte de mi comenzaba a despertar, realmente, en ese momento entendí que una parte que estaba completamente enterrada en mi interior, luchaba ferozmente por salir a la superficie, no me excitaba el sufrimiento de un esclavo, me excitaba la sensación, ¡no!, el saberme superior a él, el poder que sólo tiene un dios…
Ya en el trabajo me encontré con Jensen en el vestuario, ya estaba completamente vestido, me saludó mientras sacaba un regalo de la taquilla, estaba envuelto en papel rojo brillante con un lazo negro, sonriente me dijo: “Es para mi hijo”
-¿David? ¿Y qué és?- Le pregunté intrigado
-Es una sorpresa, con suerte lo estrena esta noche, vendrá sobre las 00:00, así que tengo dos horas para prepararlo todo
Se le veía entusiasmado con la idea, en mi mente tenía un conflicto enorme, ¿qué tipo de relación tenían? Un padre que va a ver follando… bueno, torturando, a su hijo… me parecía… no sé cual es la palabra, pero no, desde luego no era normal…, pero por otro lado me daba mucho morbo pensar en verle a él follándole la boca… ¡NO SAM!, ¡no está bien!… quizás un trío…
-Sam, veo que a ti no te hace falta mucho para empalmarte, ¿eh? -Me sonrojé al ver que se me notaba la tienda de campaña, desde luego no tenía sentido negarme a mi mismo que me excitaba la idea, es una lección que estaba aprendiendo por las malas últimamente…
Ya en la sala de control, como siempre nos saludaron y entregaron las llaves y una vez más Jensen me ofreció un café…
-Hoy no te hace falta el café, por lo que veo
-¿Cómo?
-El café, vienes empalmado de casa, estoy seguro que estás deseando bajar
-No entiendo… ¿qué tiene que ver el café con el empalme? Jensen se sentó sobre la mesa delante de mí, con las piernas abiertas mientras le daba sorbos al café
–¿No te has dado cuenta de que cada vez que te doy un café te empalmas?
-Sí, pero eso es porque tú me pones…- a estas alturas no me avergonzaba decirle lo que sentía, pues fui suyo desde el primer momento que le vi
-Este café es especial… yo le pongo siempre una “ayudita”, recuerdas lo que le inyectamos ayer al preso… que en paz descanse- dijo mientras se llevaba la mano al corazón y hacia una mueca de risa sarcástica. -Pues nuestro café lleva un poquito de eso, no creo que hayas tenido erecciones tan potentes y largas como las de estas últimas noches.
Por un segundo me ofendí muchísimo, pero eso me duró, un segundo, pues sabía que si había réplica, la conversación iba a derivar en lo mismo… “pero lo has disfrutado, ¿no?” y la respuesta era un rotundo sí.
Bajamos a la sala como siempre, pero ésta vez Jensen y yo bajamos unas maletas y las dejamos en medio, también bajamos un barril vacío y dos sillas…– ¿Para qué es todo esto? –Estaba loco de ganas por empezar
-No sé qué va a querer usar mi hijo…, ya debe estar en la puerta, voy a por él, tú selecciona dos presos y déjalos de rodillas bajo la ducha, yo quiero uno menudito y poca cosa, ¡sorpréndeme!-
Y se fue corriendo… Escudriñe entre las celdas buscando al más menudo que hubiera, quería satisfacer a Jensen y aunque había varios candidatos cogí a uno negro, tenía un cuerpo no muy definido, casi parecía adolescente, unos labios carnosos y gruesos, que parecieran que hubieran sido hechos a medida para envolver una polla, además tenía un culo respingón y pequeño que de verdad apetecía hundir la cara en él…
Y para mí cogí otro por el estilo, éste era más bien un estilo skater, fibrado, con las caderas muy marcadas, una polla bastante normalita y el pelo a la altura de las cejas.
-Ya estamos aquí!- Venía sonriente con tres garrafas de leche, por lo menos de 3 litros cada una, junto a él venía David, era más guapo en persona, tenía el pelo algo más largo que en la foto, justo por debajo de los hombros, con mechas rubias, ralla a un lado, era un típico surfero de ojos claros, tenía una mirada tan fría como la de su padre.
-Así que tu eres Sam, ¿no?, vaya menudo recibimiento- Dijo mientras me acariciaba la polla, ya que yo ya estaba completamente desnudo…Era bastante afeminado al hablar y gesticular.
-Lo siento… es que no lo puedo evitar, no sé como lo hace tu padre…- Dije, ahora sí, algo avergonzado mientras mi polla se convulsionaba con el sólo roce delicado de la mano de David… «No entiendo como éste chico podría llegar a ser peor que Jensen…» Pensé para mí.
-¡Bueno! Vosotros sentaos y disfrutad del espectáculo- dijo él mientras se quitaba la ropa rápidamente.
-¡Espera David! Tengo un regalo de bienvenida…– Le dio el paquete rojo; David lo abrió apresuradamente como un niño pequeño abre un regalo de Navidad, abrió la caja que contenía el regalo y de ahí sacó un arnés con un dildo blanco, de un tamaño descomunal, prácticamente era como un antebrazo, pero tenía como brillantes que destelleaban a lo largo de toda la mitad inferior.
-¡Muchas gracias!-Abrazó a su padre mientras saltaba de alegría tirando el arnés al suelo- ¡Pienso estrenarlo esta noche!-Seguía sin entender como ese chico con esa actitud tan infantil de niña pija podía ser más duro que su padre…, pero estaba a punto de descubrirlo
–Los brillantes son diamantes, cuídalo bien, que me ha salido caro…, pero sobre todo disfrútalo– Le dio un cachete en el culo y se sentó en una de las sillas, mientras me señalaba con la otra mano que me sentara en la silla contigua…
-Bien, bien… qué tenemos por aquí…- empezó a hurgar en la maleta…-Lo primero es lo primero- Dijo sacando un dildo doble llevándolo a los dos presos que esperaban de rodillas en la ducha… -Ya sabéis lo que tenéis que hacer, una mitad para cada uno- les dijo con una voz infantil, como la que se usa para hablar a los niños pequeños…, cogió el dildo por la mitad y los presos sin rechistar se metieron en la boca su correspondiente mitad, sin usar las manos, ya que estaban atados con las manos a la espalda…, no tardó mucho en empezar a vomitar el esclavo negro, salió un chorro tan potente que le cayó dentro de la boca al que había elegido para mí y automáticamente él también empezó a vomitar, David movía el puño que sujetaba el dilo de una boca a otra, follándose las dos gargantas a la vez, todo eso sin perder la sonrisa maléfica, primero iba lento y profundo y después muy rápido, aprovechaba cada arcada de ellos para meterle todavía más el dildo
-¡Que pareja tan bonita!- una vez más usaba su tono aniñado…-Daros un besito –empezó a juntar las dos caras hasta que el dildo no podía verse, mientras no paraban de salir chorros cada vez más claros….
-Bueno, ¡ya están listos Papi! Ahora como recompensa por lo bien que lo habéis hecho, tomad…– Les entregó una garrafa de leche a cada uno- Veis esas pollas de allí? Las quiero ver bañadas en leche, así que ya sabéis
Sin mediar palabra, los presos empezaron a beber las garrafas sin descansar, sólo cada pocos segundos para tomar aire…, Entre tanto, David se fue a las jaulas y volvió con dos hombres, uno era bastante grande y musculoso, con una buena polla, pero no tan grande como la de Jensen y otro era muy menudo y fibrado, parecía más bien un jonky…, ambos venían maniatados, con las manos por delante, David cogió al jonky y le dijo que se tumbara en el suelo, así lo hizo, entonces se sentó sobre su pecho y empezó a pajear al preso grande, cuando la polla del preso estaba bien dura, empezó a lamer el glande suavemente mientras seguía pajeándole con una mano y le acariciaba los huevos con la otra, tras un rato así, de repente le dijo…-Agarrame la cabeza y empieza a vacíarme por dentro si quieres vivir- una vez más usó la voz aniñada…
El preso le clavó la polla hasta los huevos con tanta furia que pensé que le iba a salir por el cráneo, siguió follándole la garganta a un ritmo medio, pero profundo, se la sacaba hasta la mitad y volvía a meterla, cada vez que la metía chorros de vómito caían sobre el preso pequeño…
-El sonido del amor…-Dijo Jensen haciendo referencia a las arcadas interminables que hacían los dos esclavos mientras se tragaban nuestra polla y soltaban literalmente litros de leche y por supuesto a los que hacía su hijo mientras vomitaba sobre la boca abierta del esclavo…
-Bueno, no está mal- dijo con naturalidad David sacándose esa enorme polla de la boca. Se levantó y me miró, entonces se acercó a la maleta y cogió una correa, se acercaba lentamente hacia nosotros, caminando como si imitara a una modelo en una pasarela arrastrando la hebilla de la correa.
-¡Esto hay que animarlo un poco Sam!- La hebilla impactó contra la espalda de mi esclavo, haciendo que gritará de dolor con mi polla atravesándole la garganta, sentí todas las vibraciones en el glande, para luego hacer lo mismo con el esclavo negro…
–¡Vamos chicos! ¡Vosotros sabéis hacerlo mucho mejor!– Decía mientras intercalaba correazos entre uno y otro provocando las carcajadas imparables de Jensen y que se me subieran las pelotas hasta la base de la polla, con cada correazo una nueva marca, en algunas empezaban ya a brotar la sangre, entonces David paró, ató la correa al cuello de la que ya era mi puta… no, mi propiedad… y me dio la correa. Sin apartar la mirada de mis ojos se puso en cuclillas y empezó a lamer lascivamente las heridas que había provocado en mi esclavo, tras unas cuantas lamidas se levantó, se dio media vuelta y se fue con sus esclavos que seguían exactamente como los había dejado.
-Fóllame- Le dijo al esclavo grande, mientras se metía entre sus brazos; El esclavo grande lo levantó a pulso mientras David se encaramaba abrazándose a su cuello, no atinaba a meterla, así que David le cogió la polla y se la metió el mismo… Empezó muy suave, pero tardó poco en empezar a follarlo violentamente, los gemidos de David se escuchaban en toda la sala, mientras miraba al techo, en un momento dado, ordenó a su esclavo que parase…
-Te veo muy flacucho… ¿porqué no le limpias la polla a mi nuevo amigo?- Sonó intrigantemente simpático…El esclavo pequeño le comió la polla durante unos segundos y cuando David la volvió a introducir en su ojete completamente dilatado y palpitante, situó su cabeza justo entre los huevos con la lengua fuera mientras el esclavo grande seguía follándose a David, se escuchaba el ojete de David dilatarse y contraerse con cada embestida, cuando él mismo se la sacó tenía medio intestino fuera…, se bajó de él y le dio un beso en la frente…- ¡Muy bien, muchacho! Dijo mientras le acariciaba la cara con un tono condescendiente- ahora vamos a probar algo distinto…- Fue hacia el barril que habíamos traído antes y lo empezó a llenar de agua mientras decía a sus esclavos que se acercaran, cuando estuvo suficientemente lleno le obligó a que se follara al esclavo pequeño – Sin piedad- Dijo en tono sombrío
El esclavo empezó a clavarle la polla como nunca había visto, se escuchaban los choques de huevos en toda la sala, el esclavo grande, en un momento dado agarró al esclavo pequeño de los pelos y le hundió la cabeza en el barril, mientras tanto David se masturbaba ante la escena, el esclavo pequeño empezó a convulsionar mientras se ahogaba siendo brutalmente follado, David le ordenó parar.
-Acabamos de empezar… y nadie te ha dicho que puedas tomar decisiones propias- usó otra vez el tono sombrío…, –pero te voy a perdonar porque me gusta tu polla- Volvió el tono infantil…
-Vamos a probar a hacerlo más lento…, ¿te parece? -Le dijo mientras le envolvía la cara en una camiseta blanca; El preso grande volvió a las clavadas profundas, pero esta vez eran más lentas.
-Más rápido- Inquirió David mientras le tiraba un cubo de agua sobre la camisa…-Más rápido- Otro cubo de agua, al esclavo se le escuchaba intentar respirar a través de la camiseta mojada, pero no podía, eso mi hizo recordar la correa que tenía atada al cuello de mi esclavo, empecé a apretar, mi esclavo ya no vomitaba nada, no le quedaba nada que echar, sólo babas y mocos que corrían por mis pelotas, y por supuesto lágrimas, no sé si por el esfuerzo o por la aceptación de su lugar en la vida desde ese momento…
El esclavo grande cada vez iba más lento entre tosidos y jadeos, hasta que acabó en el suelo… Automáticamente Jensen empujó hacia atrás a su esclavo tirándolo al suelo de espaldas dirigiéndose hacia su hijo…
-Tranquilo papá, ya me encargo yo…- Jensen le dijo a su esclavo que volviera a su posición, pero le costó bastante ya que había caído boca arriba estando maniatado por detrás…, ante su tardanza, Jensen empezó a darle patadas en las pelotas y en el culo, según se iba levantando…
-Strike 1…-Le dijo a su esclavo mientras se volvía a sentar…
David se puso el arnés que le había regalado su padre y sin quitarle la camiseta de la cabeza empezó a follarselo a toda velocidad, mientras reía escandalosamente, la sangre salía a borbotones del ojete del preso grande…, tardó poco en volver en sí y empezar a gritar de dolor…, entonces David empezó a ir lento, disfrutando del momento… había hecho un charco de sangre debajo de su preso, él miraba a su obra y sonreía lleno de orgullo mientras el preso se retorcía de dolor…
David le quitó suave y lentamente la camiseta de la cara al esclavo grande…
-¿Quieres que pare? –Le dijo con una sonrisa maliciosa…
-Sí por favor, mi dios…– Lloriqueo el esclavo.. Las circonitas del dildo habían rasguñado el intestino del esclavo, un rato más y no lo habría contado…
-Póntelo y fóllale la garganta- Le dio el arnés al esclavo grande para que lo hiciera…, entre tanto se acercó a mi con otra garrafa de leche…
-Tómate tu leche, que es hora de dormir…- mi esclavo abrió la boca para dejar que David le diera la leche a chorro, acabó casi toda la garrafa una vez más…; David agarró la cabeza del esclavo y la presionó contra mi pelvis con mi polla bajando por la garganta del mismo y se sentó sobre su cabeza, mientras me ponía los brazos sobre los hombros contoneaba sus caderas como si me estuviera cabalgando, mientras gemía de placer, yo sentía las contracciones del esclavo intentando respirar, entre su nariz completamente aplastada contra mi abdomen y la leche saliendo por donde había entrado bañándome de nuevo en ese líquido blanco…
David empezó a pajearse con una mano mientras con la otra me acariciaba el pelo… mi esclavo estaba convulsionando y cada vez más débil, yo no aguantaba más, esas convulsiones eran mejor que cualquier vibración… y los movimientos de cadera que hacía David me hacían querer correrme ya…-Me corro… ¡Me corro!
Solté la lefa dentro de la garganta de mi agonizante esclavo mientras él se ahogaba en lo que ahora era una mezcla de lefa con leche y babas -Bueno, contigo ya he cumplido…- Me dio un beso en la nariz y se levantó para volver con sus esclavos…, al levantarse, mi preso calló al suelo completamente inmóvil…
El esclavo pequeño tenía el pecho y la garganta completamente bañados en una mezcla de sangre y babas… David se puso detrás del esclavo pequeño y lo desató…, el grande dejó de follarle la garganta…
Miró al esclavo grande con otra sonrisa maléfica y le dijo: “mátalo” El esclavo pequeño intentó huir, pero el grande lo agarró del pelo y lo empotró contra la pared, empezó a chocarle la cabeza contra la pared hasta que se quedó medio atontado, entonces empezó a follarle el culo mientras le asfixiaba con el hueco de las cuerdas que quedaba entre sus manos, con cada empalamiento del arnés el charco que se iba formando crecía y el esclavo pequeño poco a poco perdía las fuerzas, hasta que finalmente se desplomó en el suelo….
–Ahora ven… – El esclavo fue obediente y fue sin importarle lo que acababa de hacer… -De rodillas… -el esclavo se arrodilló para que David se le corriera en los ojos, se sujetaba los párpados con ambas manos…, viendo el panorama Jensen se levantó y fue a correrse también en él…, soltaron unas lefadas que le bañaron la cara al completo, cuando hubieron terminado Jensen fue a por el cuchillo y la tinta… a la vez, David se arrodilló para lamer todo el semen que había en la cara del esclavo, incluido el de Jensen…
-Lo has hecho muy bien esclavo- Jensen apareció por detrás y sin mediar palabra ni hacer preguntas le tatuó el número 28 con el cuchillo y la tinta. -Bienvenido a la escuela de esclavos…
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