Ese chaval me marcó
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Llegué al lugar de siempre, con mis amigos de siempre en busca de unas cervezas. Lo vi, cómo había pasado el tiempo, lo encontré convertido en un robusto y delicioso hombrecito. Me dirigió una mirada fulminante y sonrió, yo le correspondí con un par de guiños coquetos, llegaron las primeras birrias, como le llamamos en Honduras y esa noche ya no pasó más, pero algo me dejó intrigado de aquel chaval. Me llamo Alfredo y en ese entonces tenía unos 27 años. Aníbal, el chaval que describo en el párrafo anterior, tendría unos 17 años por cumplir la mayoría de edad. Esa noche que les conté no hubo más que miradas, lástima fue un tiempo perdido je, je. No recuerdo cuantos días transcurrieron, pero una noche de esa época navideña ambos íbamos en asiento trasero del auto de un primo, nos lanzamos en la busca de algo de tomar, ambos ya andábamos un poco ebrios, él más que yo, sin embargo había ganas todavía. La actitud que Aníbal mostró la vez anterior que coincidimos me hizo tomar una decisión atrevida, le coloqué la mano en la pierna y casi de inmediato la puse en su verga, él me la quitó, me dijo que estaba a punto de vomitar y en efecto, llegamos a nuestro destino y se desahogó. No encontramos nada en el pozo y abordamos nuevamente el auto, esperé un poco y me lancé de nuevo al ataque, fui directo a su verga y la palpé un poco despierta, al parecer me estaba esperando. Cuando lo toque dio un quejido, yo aparté mi mano por medio que nuestros acompañantes me descubrieran. Pero no resistí mucho, ustedes saben que en esas circunstancias y cuando ya se abrió una puerta, es imposible detenerse. Envié mi mano a su entrepierna y !sorpresa! estaba completamente erecto, pero daba quejidos más fuertes, casi gritos, yo acariciaba una cabeza que se sentía realmente deliciosa. Mantuve mi mano hasta que su escándalo me permitió, después me confesó que quería saber si yo estaba bromeando. Al llegar a una fiesta, nos queríamos quedar en el carro, pero los amigos no nos dejaron, al bajar ambos estábamos como carpa de circo, a él se le notaba mucho más. No pensé perderlo de vista para ver que pasaba, pero fui imposible, llegaron las cervezas, vinieron los saludos de muchos amigos y al final no pasó nada, pero me hice una paja terrible al llegar a casa. Lo imaginaba metiéndome algo que aunque no había visto, sí lo toqué. Días después iba camino a casa de mi hermano, que por ese entonces tenía un expendio de bebidas enfrente, de repente me salió al paso, yo me puse nervioso, es que había mucha gente, sin rodeos me dijo: "Aquel día me dejaste picado". Yo sonreí y le dije que en ese momento no se podía, me señaló la casa de mi hermano y me dijo, "entremos a ahí y te voy echar un polvito bien rico". Me calenté, pero había demasiada muchedumbre, entonces por fin le pedí el número de celular, eso nos acercó. Ya comunicados, dejamos la acción para la noche del 31 de diciembre. Ese día salí temprano de mi casa, estuve con mis aleros y en casa de una chava que me gustaba hasta pasada la media noche. Esa era la hora indicada para que él pudiera entrar a mi casa, me dirigí allí y todo estaba servido, los vecinos acostados, en mi casa dormidos y en la calle poca luz. Lo llamé y le indiqué que tenía que irse por una puerta trasera que da a la calle. Lo esperé con la puerta entrecerrada, cuando lo vi asomar, me dio un escalofrío realmente quería estar con ese chaval. Cerré sin poner el seguro y segundos después el entró, hubo un silencio incómodo hasta que me preguntó si se podía sentar en una hamaca, cuando lo hizo, me acerqué y acaricié su verga sobre el pantalón. estaba como piedra, daba saltos ese portento, yo pude sentir la fuerza de su adolescencia en la palma de mi mano. Se puso de pie y yo comencé a desabrochar su pantalón, estábamos en penumbra, casi no lo veía, pero podía sentir aquella herramienta caliente en mi mano, quería me cogiera, y le pregunté si quería hacerlo. "Ponete en cuatro" me dijo. Obedecí en el instante, me bajé todo, entonces sentí sus manos, marcadas por el trabajo del campo, en mis nalgas, fue una sensación increíble, sus dedos apenas me rozaban, ese me relajo. Yo estaba muy húmedo y escuché que él se puso un poco de saliva en su pija, sentí su barra caliente en la entrada de mi orificio pese a la oscuridad y con maestría apuntó, me la metió suave, con delicadeza, yo en las nubes. Comenzó un delirante mete y saca. Aumentamos el ritmo, yo me movía como loco y él me taladraba con toda la fuerza de sus 17, sentía cada centímetro de su verga en culo, nunca hubo dolor, lo estábamos disfrutando a lo loco, me dio unos 10 minutos nunca bajamos el ritmo el culeaba y me movía, hasta que terminó, no botó mucha leche, pero me ensartó hasta el fondo cuando lo hizo, se quitó con cuidado. Yo me levanté, jadeábamos, más yo, hablamos un poco y a pesar de las tinieblas, la luz de mi celular me hizo ver que su erección estaba casi intacta. !ohh Juventud! mandé mi mano hacia su verga y esta recobró la poca vitalidad que había perdido en ella, ¿Quieres más? le dije, "dale pue" contestó. Me coloqué igual que la vez anterior, me penetró con facilidad, otra vez me arrancó un suspiro y empezó a darme con una velocidad endemoniada, sacaba casi toda su verga y la volvía a meter. Qué delicia. Me estaba matando de placer, nunca había disfrutado de una verga así, es que su forma de moverse era la de un cogedor experimentado, era obvio que no era su primera vez con un hombre. Los últimos minutos en este segundo asalto, ya me ardía un poquito, ese chaval me daba como un salvaje y su barra no perdía intensidad, pero le llegó la hora y nuevamente arremetió con fuerza, quería atravesarme. Hablamos un poco y percibí la intención que quería seguir, pero yo ya no podía. Hasta ahí lo había disfrutado mucho, pero una penetración de destrozaría el orto. Su verga no pasaba de los 16 cms y un poco gruesa, pero como la usaba el chaval. Nos despedimos, como a los 20 minutos recibí un mensaje diciéndome que había estado muy rico, vaya pensé aparte de buen cachador me salió muy dulce. Cogimos por un tiempo más, tengo otras historias con él, incluso cuando de repente no lo volví a ver y entonces me apareció una invitación en Facebook, ahora ya no hablamos, le perdí el contacto, ya contaré otras, es mi forma de recordarlo. Nota: Lo único que no es real de este relato son los nombres. Otra nota: Disculpen no hay besos, ni cosas de enamorados, a mi me gustan así los relatos, pero sobre todo, fue que así sucedió.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!