ESTEBAN 1 – GRINDR
Me puse una cómoda playera negra, unos boxers color blanco algo apretados para que remarcaran mis nalgas y unos shorts azules algo largos pero que al igual que los boxers eran ajustados a modo de que remarcaban mi trasero..
Me encontraba cursando apenas el primer año de bachillerato, con 14 años, y ya estaba empezando a desarrollarme como cualquier otro niño. Me masturbaba, gran parte por las mañanas ya que mis clases son en el turno vespertino, pero nadamás. Un día estaba viendo porno de costumbre cuando aparecieron en los comentarios sobre una app llamada Grindr.
Curioso fui a instalarla en mi teléfono e hice los pasos para registrarme, use mi correo, cree una contraseña, agregué mi nombre, fotos, información y todo eso.
Una vez dentro agregué a mi perfil. «Niño de 14 años con muchas ganas». Puse mi estatura (1.45), mi peso (49 kg) y mi complexión física (delgado, aunque algo piernon pero la app solo se limitaba a delgado).
En cuestión de minutos la bandeja de entrada estaba llenandose de mensajes preguntando donde estaba o a que me refería con muchas ganas. De todos ellos me llegó uno de un perfil que era cercano, era el tercer perfil cercano de hecho.
«¿Estás cerca?»
«Si, estoy en ***. ¿Tu?
«Estoy en ***. Estamos casi a la vuelta. ¿Qué dices vas a venir?» No quería hacerlo así de rápido, todavía no.
«Vivo con mis papás, ahorita están en casa. No puedo»
«Ok, ni modo. Nunca había tenido sexo con un niño, solo estoy caliente por qué no tengo sexo desde hace como un mes. Ni modo, suerte morro.» No quería perder la oportunidad de perder la virginidad y tanta era mi calentura en ese momento.
«Espera, mis papás ahorita saldrán a un mandado, van a tardar. Si quieres espérame a que me quede solo y voy»
«Bueno mándame mensaje cuando te desocupes morro. +52 ### ### ####. Braulio.» Agregué el número y le mandé un mensaje a Whatsapp
«Hola, soy en niño de Grindr»
«¿Cómo te registro?»
«Esteban»
«Agregado, no te preocupes por nada tengo lubricante por si necesitamos. Vamos a pasarla bien niño.» La idea me estaba matando. Quería ir de una vez más sin embargo tenía que ser paciente.
Mis padres empezaron a alistarse para salir en la noche y yo moría de nervios pues ya quería ir al lugar donde me estaban esperando. Mis padres salieron y yo esperé unos minutos, cuando pensé que ya era seguro tome mi teléfono y escribí.
«Ya salieron, ¿donde es exactamente?»
«Por ***, en una casa verde, es arriba en el lado derecho. El número de la casa es #####»
«Me voy a bañar»
«No te tardes». Ni siquiera había leído el mensaje cuando estaba en el baño. Me lave muy bien el culo y metí un dedo para limpiar bien el interior, deje de limpiarme cuando ya no salía ni un resto de excremento y procedí a salir del baño.
Me puse una cómoda playera negra, unos boxers color blanco algo apretados para que remarcaran mis nalgas y unos shorts azules algo largos pero que al igual que los boxers eran ajustados a modo de que remarcaban mi trasero.
«Ya voy»
Salí de mi casa y me dirijí a la dirección que me indicaban. Realmente estábamos a la vuelta y en ese entonces había temporada de tormentas por lo que cuando salí había aire fresco corriendo; ahora sé que en esos tiempos son para tener sexo, por el clima; y que Braulio solo estaba caliente más no necesitado.
Por segundos, ya entrando a la cuadra donde vivía, iba revisando el número de las casas hasta que tope con el número indicado. Por qué era de noche no alcanzaba a distinguir el color verde de la casa pero esa debía ser, casa número #####, arriba de lado derecho.
Estaba nervioso, ya estaba en frente de la casa, estaba todo apagado y no podía solo darme la vuelta e irme ya había recorrido todo el camino de mi casa hasta ahí. Sin pensarlo me di media vuelta cuando alcance a verlo por la ventana y en eso me llegó un mensaje a Whatsapp
«Ya te vi»
No le contesté solo abrí el mensaje y así como me di media vuelta para irme me di otra media vuelta para regresar a la casa. Estaba tan nervioso que tropecé en las escaleras y el solo abrió la puerta de la casa rápidamente para que pasara.
Al verlo me espante un poco, era algo más grande que yo y cuando me dió la mano para saludar su palma cubría toda mi mano. Luego de un rato descubriría que eso no era algo grande en el.
-Te tardaste un poco
-Si es que me perdí.- Cosa que no era cierta
-Aca está el cuarto.- Yo ya sabía cuál era el cuarto principal pues todos los departamentos en el fraccionamiento donde vivo son prácticamente lo mismo y solo varía el mobiliario.
Estaba temblando y tenía las manos frías estaba sentado en la cama esperándolo y a la ves con prisa ya que mis padres no tardarían en regresar, aunque si hubiera estado calmado me hubiera dado cuenta de que tardarían mucho más pues solo habían pasado unos minutos y era probable que todavía ni llegarán a su destino.
Se abrió la puerta del cuarto y entro con un vaso con agua y me lo dio. Estaba tan nervioso que me temblaban las manos.
-No estés nervioso, no va a pasar nada que no quieras.
-Es que nunca había hecho esto, salir de mi casa para entrar en otra.
-Por esto es tu primera vez, para que experimentes si te gusta salir de tu casa para cojer.
Tomé un poco de agua y comenzamos a platicar, me dijo que trabajaba en una farmacia y que vivía solo que salía de su trabajo tarde y con estrés por lo que empezó a desahogarse en el sexo cosa que le funcionó.
La larga espera había acabado se levantó y empezó a quitarse la camisa que traía puesta y empezó a acariciarme la entrepierna haciendome hacia atrás, algo que jamás había experimentado, por mi parte empecé a acariciarle su pecho desnudo que si bien, no estaba firme y plano, realmente me gustaba la sensación.
-Volteate
No pensé dos veces a lo que me dijo y obedecí, me voltee acostado boca abajo dándole la espalda, me presionaba las nalgas por debajo del pantalón que traía. Jugaba con ellas y poco a poco bajo mis pantalones hasta quedar solo en boxer.
-Son muy grandes, una sola mano no tapa una.- No sabía que contestar, por una parte me sentía halagado y por otra me daba vergüenza. Seguía jugando con mis nalgas, golpeándolas, separandolas, dandole besos por encima de la tela del boxer.
Una vez que dejó de jugar con mi trasero me dijo que me quitara la playera mientras se quitaba su pantalón. Cuando me di cuenta los dos estábamos en boxer. Nuestros cuerpos semidesnudos hacían contacto y lo hicieron más cuando me plasmo un beso, uno en el que su lengua guiaba a la mía.
-Parate
Él era el que mandaba y de alguna forma lo sabía, obedecía lo que decía. Me abrazó mientras me daba otro beso mas. Una ves más sus manos se posicionaron en mis nalgas hasta que sentí como uno de sus dedos intento entrar en mi virgen entrada lo que me hizo despegarme de el.
-Te tengo que preparar para cuando te la meta, tienes que dejarte
Yo no dije nada y solo me asentí con la cabeza regresando al abraso con beso. Volvió a intentar introducir un dedo dentro y cuando entro se me escapó un pequeño gemido, él siguió en lo suyo hasta que no dolía casi nada y empiezo a sentir como un segundo dedo busca entrar en mi orificio. No me queje esta vez, estaba dejando que me preparara, cuando entró el segundo dedo me queje acompañado de pequeños gemidos.
Me aventó a la cama y me terminó de quitar el boxer que traía y me sorprendió que lo que me siguío haciendo fuera nada más y nada menos que un beso negro. Yo me sentía en la gloria, lamía bien mi entrada y luego introducía un dedo o dos y los sacaba para que pudiera seguir lamiendo mi orificio.
De repente se levantó pues sus dedos ya entraban con facilidad y se sacó su boxer dejando ver, no tan bien por la poca luz que había una descomunal verga, una sola mano no cubría esa verga que tenía. Hizo presión un poco su punta con mi entrada pero me daba miedo.
-Te la quiero chupar.
El dejo de picarme el hoyo y se levantó quedando al borde de la cama, yo me acomode de modo que estaba boca abajo pero de frente a su magistral miembro.
-Abre la boca, chupa la cabeza nadamás.
Pero yo quería más, no solo la cabeza, así que engullí su verga hasta la garganta y aunque no me pude meter toda si me metí algo más que la mitad
-Puta madre. Tu boquita está caliente. Sigue. No muerdas.
Jamás había hecho antes una mamada, lo único que sabía era que no tenía que pegar mis dientes y que, en efecto, tenía que chupar. El se daba cuenta de mi inexperiencia y por ratos me retiraba su miembro para que lamiera su tronco. Yo iba lento y luego cambiaba la velocidad de la felación a más rápido cosa que le gustaba.
-Ya… ya… ya… volteate…- Decía tratando de empujar mi cara de su miembro pero en mi mente tenía la idea de que si se venía antes ya no podía penetrarme así que intente no separarme de su verga cosa que lo molesto y termino separándome de su verga.
Me dió la vuelta haciendo que le diera la espalda y empezó a meter de nuevo sus dedos. Todo estaba listo, sin darme cuenta ya había lubricado su pene y el ya había preparado mi entrada, no había vuelta atrás, no podía decir que no, el ya estaba demasiado exitado como para dejar pasar la oportunidad.
Coloco la punta de su verga de 19cm en mi entrada, se sentía viscoso y frío por lo que me dió escalofríos.
-Despacio, es mi primera vez.- Nunca le dije eso por lo que se sorprendió al escuchar aquella confesión.
-Por eso tú culito está bien apretadito. No te espantes vas a ver qué vas a quedar bien preñado y deseoso de más morro.- Dicho esto hizo presión para que entrara la cabeza
-Espera, espera, lento.- No era dolor lo que sentía, era un ardor más bien, uno fuerte
-¿Te duele?
-Me arde.- Se levantó de la cama y volvió como por unos 3 minutos y cuando regreso me unto una crema, era lubricante, y me empezó a meter dos dedos sin mucha dificultad pues ya estaba lubricado.
-Ponme tu ahora.- Me dió el frasco y yo no sabía cómo untarlo así que solo hice lo que el hizo, tome la crema y empecé a masajear su verga con el lubricante mientras él seguía untandome lo poco que le había quedado en sus dedos. Tanta fue mi inexperiencia que hasta le unte los huevos cosa que él se quedó extrañado.
Una vez más me puse boca abajo y el encima mío, unto su verga bañada en lubricante en mi raya y empezó a masajear su miembro contra mi trasero. En uno de esos restriegos hizo presión un poco dentro de mi entrada y una ves más podía sentir como entraba la cabeza.
-Despacio, despacio.- Está vez no me escucho y siguió en lo suyo metiendo un poco más su verga.
-No, no, espera, no quiero, ya… ya…- Pero él no escuchaba. Ágilmente, con sus piernas, separó las mías haciendo que la distancia entre ambas nalgas se hiciera mayor por lo que se le hacía más fácil al introducir su verga. Yo apretaba mi entrada pero el ya estaba dentro.
-No aprietes pendejo. ¿No ves que de todos modos ya estoy adentro? Solo haz como si estuvieras haciendo del baño para que entre más fácil.- Intenté no apretar pero me era casi imposible ya que un ardor me recorría desde la entrada de mi culo, aunque, si me empecé a relajar y cuando ya estaba listo hice lo que pidió, hice como si fuera al baño cosa que se dió cuenta y sin pensarlo dos veces me metió el resto que faltaba por entrar.
-No, ya no, déjame.- El no decía nada y solo daba grandes suspiros. Yo me quejaba e intentaba levantarme pero me era imposible con el acostado sobre mi espalda. Aún no acostumbraba a su verga cuando empezó un vaiven y algo en mi empezó a sentirse lleno.
-Despacio, así, despacio.- Está vez no le estaba pidiendo que parará, no me dolía sino que me ardía pero poco a poco fue disminuyendo el ardor ya que su verga se deslizaba muy bien dentro de mi culo (gracias al lubricante)
Entraba y salía poco a poco, cuando el ardor desapareció por completo hice un movimiento con mis caderas, como si lo hubiera hecho de forma natural.
-Ahora si, prepárate niño. Se viene lo bueno.- A decir verdad yo ya sabía que así no íbamos a estar toda la noche y que en algún momento lo haría salvajemente y bueno, a eso se refería.
Yo no me había dado cuenta pero al parecer no había metido por completo la verga ya que sentí que otro poco más entro de golpe y esta vez sí me queje, incluso grite pero era en vano querer safarme o levantarme ya que él era mucho más grande que yo y más fuerte.
-Espera, así no, no.- Mis quejas volvían pero esta vez las ignoro. No emitía ni una palabra, el seguía en lo suyo. Sostuvo mis dos brazos con una mano suya y con la otra me levantaba el vientre de modo que quedara en una poción de perrito y empezó una vez más unas embestidas.
Mi ano ardía pero a la vez disfrutaba la sensación de sentir una verga en mi culo por primera vez, sentía como estaba de húmeda por el lubricante y como estaba fría, mi interior caliente hacia que esa verga se pusiera caliente dentro de mi también.
Las embestidas fueron más rápidas constantemente, en ocasiones eran lentas y ahí aprovechaba para sacarmela casi por completo para que posteriormente la metiera hasta los huevos. Yo podía sentir cada centímetro entrar y salir, todo era muy rico y yo estaba en un éxtasis hasta que siento una mano invasora sobre mi verga.
-No es justo que solo yo me este divirtiendo ¿cierto?.- Empezó a masturbarme con una mano mientras que con la otra masajeaba mi trasero. Ya me había masturbado antes pero la sensación de tener una mano que no fuera la mía simplemente me encantó.
-Más rápido.- Suplique
-¿Qué cosa niño? No soy adivino
-Metela rápido. Quiero que me bombees el culo.
-Jajaja. Si resultaste ser un putito después de todo ¿no?.- Fue más rápido incluso más que la vez anterior, yo gemia y toda la habitación eran gemidos míos y respiraciones profundas que dábamos ambos. Esta vez sacaba su verga casi por completo y la metía de golpe lo que me hacía dar grandes gemidos. Sus embestidas eran tan fuertes que empecé a pujar.
-Tu culo se siente tan bien que te es imposible no pujar ¿verdad?
-Si.- Yo no podía pensar muy bien con cada apuñalada que recibía mi culo.
-Ya eres un niño grande ahora, ¿cómo se siente mi verga?
-Me gusta mucho.- Yo decía sin dejar de pujar ni de gemir
-Y a mí este culito, nunca me e comido uno virgen. Puta madre niño, te voy a preñar. No puedo más.- Regreso su mano una vez más a mi verga para masturbarme. Ambos estábamos demasiado exitados, su pecho en mi espalda y su boca besando mi oreja bajando poco a poco por mi hombro, mordiendolo de forma que me dolió.
Empezó a hacer gemidos muy fuertes anunciando su acabada. Así fue como, golpeando cinco veces mi culo con su verga hasta el fondo, se vino. Una vez que paro pude sentir como se venía, si bien no sentí su esperma recorrer mi entrada, pude sentir como su verga palpitaba con cada venida que daba. Y todo daba indicio a que de levantaría y ahí terminaría todo.
-Quedate así un rato, que se salga solita.- Decía casi suplicando.
-No te has venido tu. Todavía no acabo.- Sujeto mi verga y mientras me masturbaba con la otra hacia fricción en mi glande cosa que me estaba volviendo loco. Mis gemidos eran fuertes y en cuestión de segundos me vine en su mano. Yo, aún con su verga semi flácida dentro, apreté el culo haciendo que el también diera un gran gemido.
-¿Te lastime?.- Decía yo torpemente.
-No, es que se sintio rico.
-Que bueno.
Su pene salió de mi por sí solo y se levantó para acostarse al lado mío.
-¿Realmente te quite la virginidad?. Pregunto entre extrañado y lleno de felicidad.
-Si, eres la primera persona con la que lo hago.- Recorrí mi mano hasta su verga flácida y al sentirla no pude evitar preguntar. -¿En serio me metiste todo esto?
-Si niño, cada vez que quieras hacerlo ven, solo avísame por mensaje.- Por mensaje. Había olvidado que mis papás regresarían, salí del cuarto y busque mi teléfono para ver la hora. «9:19», solo a once minutos de que regresarán.
-Me tengo que ir.- Dije sonando apresurado y con algo de miedo.
-¿No te vas a limpiar? Ten papel al menos. Ahí está el baño.- Señalando una puerta casi pegada a la puerta de la recamara.
-Gracias.- Me metí pero no cerré la puerta ya que no lo veía necesario. Mientras me limpiaba podía sentir la mirada que Braulio me estaba dando. Una muy profunda. Terminé de limpiarme y aunque había algunos restos de sangre realmente no le tome importancia ya que no me había dolido y menos me había disgustado. Me vestí y me arregle el cabello.
-Ya me voy.- Dije preparado para salir.
-Deja veo que no allá nadie.- Sin dejar de asomarse por la ventana que daba a la calle hizo señas de que podía salir sin problema.
-Adiós.- Antes de salir me tomo por sorpresa dándome un beso mientras que metía su mano por debajo de mi boxer tocando mi ano recién abierto.
-Te deje muy abierto, ve con cuidado.- No pensé dos veces y salí de ahí, el miedo volvía y de los nervios tropecé los dos últimos escalones. Con rapidez regrese a mi casa. No se me dificultaba al caminar por lo que era muy fácil disimular.
Mis padres llegaron y ayude a bajar las cosas. Y la noche transcurrió normal. A la media noche fui al baño a depositar los restos de esperma que me quedaron. Revise mi teléfono para encontrar un mensaje diciendo «Te espero pronto» a lo que conteste con un «Igual»
Esto fue hace apenas dos años cuando tenía 14 años de edad. Desde entonces empecé a aprender nuevas cosas sobre mi cuerpo y sobre las vergas que al día de hoy puedo decir muy seguro de mi que ya soy un experto en el sexo.
Aún no se si pueda llegar a continuar mis experiencias pero si desean mandarme un mensaje pueden hacerlo por Instagram al usuario @essantos1114 o por Telegram al usuario @mighel12. Por favor indíquenme si está bien relatado, es mi primer relato.
Buen relato, no sé sintió tan largo y me gusta que no busques palabras rimbombantes. Espero subas más de ellos
Me gusto sigue contando amigo.. 🙂 😉 🙂 😉
Gracias por contarnos. Por favor sigue… <3
me gusto mucho tu hostoria