Estiven y yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Quedé huérfano de madre desde los 3 años, cuando completé 5 años mi padre emigró a España dejándome al cuidado de mis abuelitos maternos, ellos vivían humildemente en las afueras del pueblo criaban gallinas y tenían algunas vaquitas, por las tardes después de la escuela acompañaba a mi abuelita al pueblo a vender los huevitos y leche en casa de sus amigas y en las tiendas de abarrotes, ella entraba al banco a recibir las remesas de mi padre que me enviaba mensualmente desde hace cuatro años de estar allá, yo me quedaba jugando en el parque a las canicas, estampitas o a los trompos con los chicos del lugar, por lo general era el perdedor y tenía que cumplir penitencias que eran muy rudas como doblar mi cuerpo para recibir patadas de los otros chicos, otras veces me hacían giran sobre el pasto montándose todos los chicos sobre mi humanidad, mi abuelita me llamaba la atención muy fuerte porque mi ropa se ensuciaba, cuando llegamos a casa mi abuelo me dio unos manotazos por lo de la ropa sucia y de inmediato me mandó a que me bañara, estaba mi abuelo con la señora Aurora esperando a mi abuela para que le arregle un vestido, esa señora era muy intima amiga se podría decir casi como su hermana.
Entré a mi cuarto a quitarme la ropa quedándome en calzoncillo de manga ancha con botones al frente como se usaba en la época, salí por la puerta de atrás a la letrina, empujé la puerta de zinc y vi a Estiven, con su pija bien grande llena de pelos que la hacía orinar, tenía quince años, alto, piel morena clara, labios finos, pelo lacio negro, ojos achinados, era el último hijo de doña Aurora, siempre visitaba mi casa y jugaba pelota conmigo, ya antes me había rozado su pija por mi trasero y yo me dejaba porque me gustaba mucho esos toques de sus manos por mi cuerpo.
Al principio se sorprendió yo me disculpé por haber entrado así, me brindó una sonrisa aprobando mis disculpas y siguió botando orina, yo me quedé viendo fijamente esa pija grande velluda como en otras ocasiones, Estiven la agitaba y luego se la guardaba en el pantalón, sobó mi pelo y acarició mis mejillas con sus manos Estiven no dejaba de ver mis piernas y mi traserito bien paradito que tenía, me abrazó por detrás sobándome los brazos y parte de mi trasero, pegué mi cara a su pecho se puso a oler mi pelo sentí su cálida respiración yo me dejaba llevar por él con los movimientos de sus manos en mi espalda, me soltó y fue a la puerta mirando el exterior por unos segundos y regresó donde estaba, se arrodilló frente a mi dándome un abrazo confirmando nuestra amistad, sentí sus manos que de nuevo recorrían mi traserito pero ahora por dentro de mi calzoncillo, Estiven lo hacía tan suave y delicioso sobre todo por mis lomos y caderas que de un de repente mi pijita se estiraba agaché mi mirada a verme que la tela de mi calzoncillo hacía punta por mi pija que también se dio cuenta Estiven hurgándome el calzoncillo y sacando mi pijita me dio como vergüenza mirando que Estiven me la sobaba, se agachó a olérmela trató en algo de escurrir mi prepucio pero como lo tenía virgen solo salió la punta algo me gustó por esa corrida, me dijo que si quería sentir más rico pero con la condición que no se lo dijera ni a mis abuelos ni a nadie porque iba a ser nuestro secreto, yo por mi humilde inocencia simplemente agaché mi cara saliéndome una sonrisa, Estiven me volvió a acariciar el rostro para que me animara al ratito le dije que si con mi cara, tomó mi pijita con los dedos sobándola muy deliciosamente hasta tal punto que esa nueva sensación que tenía me hacía poner la carne de gallina, mi trasero latía de gusto porque mi pijita se estiraba más, ni corto ni perezoso Estiven me quitó el calzoncillo sentándome sobre la tasa de la letrina abriéndome de piernas, pegó la punta de su lengua en mi glande que algo salía, eso lo recuerdo perfectamente era extrañamente delicioso para mí lo que Estiven me hacía, yo sabía dentro de mí que era incorrecto eso que me estaba haciendo, pero me gustaba y me dejaba llevar por esos lamidos de lengua por el tronco de mi pijita y por mis pelotitas
Luego empezó a mamarme la pijita llenándola toda de saliva, le dije que deseaba orinar me paré para orinar dándole la espalda con mi cuerpo desnudo que aún sentía algo de pena y recelo de que me viera desnudo, Estiven me tomó de los hombros por detrás acariciándome la espalda pasándome el dedo delicadamente por las nalgas hurgándome suave el ano, me preguntó si me había gustado le supe responder que sí, me dijo que me bañe y que lo espere que al rato venía a seguir con nuestro secreto, que había otra cosa mucho más rica que las que me hizo y que dejara apegada la puerta, Estiven salió y yo me puse a bañar, yo sentía otra sensación cuando el agua escurría mi cuerpo tomaba mi pijita con los dedos enjabonados veía cómo crecía dándome un placer único, estaba ya terminado mi segunda enjabonada cuando entra Estiven algo presuroso quedó por unos instantes viéndome bañar me pasó la toalla mientras yo me secaba vi como se sacaba el pantalón y el calzoncillo, tomó agua enjabonada pasándola por la pija su glande que era grueso y brillaba con la espuma del jabón las manos de Estiven me hicieron abrir las piernas de lo sentado que estaba, su glande pasaba por mi pija entre mis pelotitas lo que me quedó grabado para siempre en mi mente fue cuando pasó el glande por mis labios, aún puedo mentalmente percibir aquel olor de ese jabón de rosas tan popular en la época, a petición suya abrí mi boca y ya todo su glande estaba dentro descansando sobre mis labios y mi lengua fue cortito el mete y saca, todo el glande de Estiven tenía mis babas, hizo que doblase mi cuerpo dejándole al descubierto mi traserito él me lo calentaba con el roce de sus dedos enjabonó la raja de mis nalgas vi por detrás que se enjabonaba el pene
Me gustó mucho el roce de su glande por entre mis nalgas luego sentí un liquido baboso algo tibio que se escurría por mis nalgas y llegaba a mi espalda, fue el primer semen que recibí de su parte lo vi levantarse tomando un balde escurriendo agua por la zona del semen me pasó jabón y salió de la letrina muy sonriente, yo seguí bañándome pasándome el jabón ente mis nalgas porque me había quedado un poco del semen de Estiven.
Cuando iba a su casa con mi abuela a dejar huevos o leche, Estiven me encerraba en su cuarto, luego de dejarme desnudo me hacía acostar en la cama con brazos y piernas abiertas mirándole acercárseme con su pija moviéndola en la ingle junto a mi pijita después se acostaba sobre mi cuerpo después me hacía que ponga mis piernas sobre sus hombros y me rozaba el trasero con el glande su pija, me cogía a filo de cama llenándome de saliva mi pecho con las chupadas que me daba, Estiven se acostaba sobre mí acostumbrado a pasarme el pene por mi trasero, siempre quedaba mi trasero con semen de Estiven que chorreaba por fuera de mis nalgas, a veces me cogía muy rápido porque mi abuela estaba de visita por corto tiempo.
Otras veces jugábamos a la pelota detrás de mi casa por el gallinero o en el pequeño establo de vacas allí era donde me revolcaba con él desnudos sobre nuestra ropa tendida, dejándome llevar por sus deseos sexuales esos eran los lugares que nos hacían sentir libres de hacer el amor a plenitud, le pedía que fuéramos al baño y que me enjabonara el trasero para sentir más delicioso su cogida así que ya enjabonado me tendía en el piso de la letrina esperando para sentir el cuerpo de Estiven sobre mi cuerpo, ansiaba mucho que su pene me roce deliciosamente todo mi cuerpo, en otras veces me tendía en la cama con mi trasero con crema que Estiven me ponía ya me daba de metidas cortas de su glande en mi ano, también me gustaba mamarle el pene después que Estiven se lo limpiaba con jabón o cubierto de esa crema con olor a rosas que era de su mamá.
Con el tiempo crecía nuestra audacia para cogernos en forma reservada, nuestra confianza creció mucho, ya cuando Estiven tenía 19 años, en ese tiempo yo estaba en el último año de primaria cuando fui a su casa a dejar unos huevos y leche que su abuelita le había encargado a mi abuela, Estiven me recibió algo dormido rascándose la pija dentro de su calzoncillo que era todo lo que tenía puesto, me hizo pasar diciéndome que estaba solo en casa y que deje los encargos sobre la mesa de comedor fue en ese instante que me abrazó por detrás sentí el bulto de su pija sobre mi trasero Estiven me conducía a su dormitorio besándome el cuello en repetidas ocasiones que yo me dejaba porque ya me estaba calentando del deseo, le obedecí cuando dijo que me quitara la ropa, lo hice sentado en la cama, Estiven ya tenía su pija gruesa a mil que se masturbaba en mi delante poniendo crema en su pija que la hacía brillar, me puse boca abajo sobre la cama sin que me lo dijera yo ya sabía que Estiven tenía que ponerme crema en mi trasero, eso me hacía estirar mis piernas y luego relajar mi trasero para recibir entre mis nalgas esa pija gruesa de Estiven, solo se escuchaba mis pujes que botaba mi aliento con fuerza, de improviso sentí un fuerte dolor, me daba cuenta que Estiven quería meterme toda su pija yo me resistía pidiéndole de favor que ya no siguiera porque el dolor que sentía era intenso pero Estiven parecía desaforado logrando muchos mete y saca yo no pude más y me salió el llanto de lágrimas, ese momento en que sometió mi ano fue eterno pude sentir como me abría mi ano acalambrándome del dolor, apretaba mis dientes, hacía puños con mis manos sujetándome fuerte de las sábanas, mis lágrimas corrían por las mejillas, Estiven solo me decía que ya casi acababa que aguante porque mi trasero le pertenecía, al poco tiempo sentí un empujón que me desgarró todo mi ano dilatado de tanta embestida que cuando terminó dejándome su semen en mi espalda yo me quedé quieto con un latido ardiente en mi ano, me pasó papel higiénico por el ano lo vi con sangre y semen recosté mi cara sobre el colchón para seguir llorando, yo sabía que me había roto el ano y me sentía otra persona llena de temor y recelo, desde ese momento pensé que era muy serio lo que me hizo y sentía como culpa, me puso más crema y cuando ya sentí que algo del dolor pasaba me fui a casa, Estiven me rogó que no contara de los sucedido, alcancé a ver el papel higiénico en el piso lleno de sangre y caminé con dificultad a mi casa, de inmediato me metí al baño a limpiarme el trasero con jabón y bastante agua eso me ardía mucho pero se me quitaba con la crema que me regaló Estiven .
Caminaba con dificultad y mis abuelos me preguntaban que tenia simplemente les decía que me había caído jugando pelota con los chicos del pueblo, el dolor me duró unos tres días por un buen tiempo Estiven no llegó a casa, tuve que verlo en una de esas vistas que mi abuela hacía a la casa de Estiven, la primer impresión fue de miradas esquivas con recelo y algo de vergüenza.
Pero nuestra confianza de nuevo fue creciendo con los juegos de pelota que hacíamos nos escondíamos al principio me daba miedo que me hiciera doler pero las cogidas siguientes me cogió suave haciéndome sentir placer gozando de lo rico de sus embestidas.
Mis tíos y mi primito Fabio tenían la costumbre de visitar periódicamente a mis abuelos, Estiven me sorprendió detrás del gallinero que estaba desnudo con mi primo dándole pija por su traserito, a mi primito le gustaba eso ya lo tenía acostumbrado porque me lo cogía todas las noches en mi cama en la que dormíamos juntos, a veces se inquietaba cuando le ponía mi pija un poco adentro del ano, volviendo al hecho, esa ocasión Fabio y yo nos sorprendimos vistiéndonos rápido, Estiven dijo que no iba a contar a nuestros familiares a cambio de que nos dejáramos, Fabio y yo teníamos todavía algo de inocentada y sabíamos que se veía mal que nuestros familiares se enteraban porque eran muy rudos para el castigo, sobre todo mi abuelo, eso le hice notar a Fabio con algo de miedo en mis palabras, así que aceptamos mi primito y yo solo moviendo afirmativamente la cabeza agachada con mirada al piso, al poco rato caminamos a un lugar más apartado de la casa por unos montes tupidos y un claro que se veía en una casa abandonada donde a veces cogía con Estiven y Fabio, Estiven nos hizo desvestir puso a mi primo sobre mí para que la pija de Fabio pase por mi trasero, a Fabio le gustaba eso de montarme, Estiven se quitó la ropa abrió sus piernas sentado en el suelo con su pija cerca a mi boca que empecé a mamárselo al tiempo que mi primo me cogía el trasero y Estiven le metía los dedos en el trasero de Fabio, después Estiven lo sentó a Fabio con las piernas abiertas con su pene cerca de mi boca para que le mame la pijita
Estiven se acostó en mi cuerpo yo mamaba la pija de Fabio y estiven metía su pija en mi ano mi cuerpo se movía para adelante y para atrás mi primito no quiso que siguiera mamando su pijita al ratito el semen de Estiven estaba dentro de mi ano, limpiamos nuestro cuerpo y salimos del lugar.
Una tarde en que salió mis abuela con mis tíos a hacer compras al pueblo aproveché para cogérmelo a Fabio en el establo, ya lo tenía desnudito acostado en el suelo dándole con mi pija dentro de su trasero cuando nos vio mi abuelo dándonos una soberana paliza, no lo volví a hacer con mi primo y con Estiven lo iba haciendo de a poco por temor a que me descubriera de nuevo, la última vez que Estiven me cogió fue a tres días de la llegada de mi padre al pueblo, vino con la intención de legalizar mis papeles y llevarme a España, salí de mi país a los 14 años llevándome el recuerdo de las deliciosas cogidas de Estiven mi primer amor.
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