Esto me pasa por salirme de clases
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Chaketo.
Hola, aquí Rodrigo, esta vez vengo a relatarles otra de mis experiencias.
A mis 17 años recuerdo que me salía de la escuela para no cursar las últimas horas, saltaba una barda y la libertad ya me estaba esperando. A veces me iba a vagar por la ciudad, otras veces me la pasaba en los locales de videojuegos con los amigos, pero fue un día en que todo estaba de lo más aburrido cuando me sucedió esto.
No había nada que hacer así que decidí entrar a un ciber café el cual tenía dos plantas, la recepción y unas cuantas computadoras y el piso de arriba donde había alrededor de 10 computadoras. A mí me gustaba el piso de arriba porque a esas horas podía ver algo de porno y sobarme la verga por encima del pantaloncillo corto de deportes.
Pero ese día casualmente solo había algunos turistas en la parte de abajo y la parte de arriba se encontraba sola. Así comencé a calentarme viendo paginas porno hetero, ver como esas enormes vergas entraban y salían de aquellos coños me ponía mas arrecho y yo me tocaba con disimulo mi verga dura, la acariciaba despacio, la apretaba, pasaba mis dedos lentamente acariciando aquel pedazo de carne entre mis piernas.
No podía mas, estaba tan caliente que metí una de mis manos para jalarme la verga, me encontraba tan caliente que no me di cuenta cuando otro muchacho entro y se sentó casi al lado mío.
Lejos de darme pena eso me puso más caliente, pues el otro chavo aunque se veía mayor que yo parecía interesado en el espectáculo que le estaba brindando, pues pude darme cuenta como me miraba de reojo.
Saque mi mano del pantalón pero continúe acariciándome disimuladamente, mirando a mi acompañante de vez en cuando hasta que se animo a hablarme.
-Oye veo que tanto porno te ha puesto cachondo.
-Lo siento, es que estoy muy caliente y tenía ganas de una buena chaqueta.
-Lo se, llevo rato mirándote y veo que tienes un enorme problema entre manos.
Me estire en la silla dejándole ver mi paquete que formaba ya una casa de campaña en mis pantaloncillos de deporte.
-Tengo un enorme problema amigo, pero tu podrías ayudarme ¿Qué dices?
Sin decir nada mi acompañante dirigió su mano hasta mi bulto el cual palpo con su mano para después apretarlo.
-Eres un chavito muy caliente.
Con una sonrisa en la cara baje un poco más mi pantalón de deporte y le deje ver mi verga. Mi acompañante la tomo con su mano y la jalo un poco.
-Chúpala, te va a gustar.
Mirándome a los ojos se metió toda mi verga en la boca de golpe. Yo lo miraba y veía lujuria en esos ojos, se comía toda mi verga de golpe, lamia mi glande, el tronco y después se volvía a meter mi verga hasta el fondo de su boca.
Y ahí estaba yo, un chaval en uniforme con los pantalones abajo en una sala de cibercafé disfrutando de una deliciosa mamada.
No pude mas, lo tome por el cabello y dirigí el ritmo de la mamada, hacia movimientos como si me follara esa deliciosa boca, sentía esa adrenalina de ser descubierto en cualquier momento y eso me excitaba mas.
-Ya me voy a venir. ¿Los quieres en tu boca?
-Damelos en mi boca, quiero comérmelos.
El chico acelero el ritmo de la mamada y me hizo correrme delicioso. Mi verga llego hasta el fondo de su boca donde ahí solte varios chorros de mi leche caliente. Lo hice tragar todo hasta dejarme la verga limpia.
-Eres un cabron, me ha gustado mucho. No hay nada mejor que la leche de un adolescente.
-Mamas de puta madre, si no es molestia me gustaría repetirlo.
Intercambiamos nuestros números de celular y me entere que se llamaba Carlos y tenía 28 años. Había dejado de ser un desconocido para convertirse en un buen amigo mamador al que después me terminaría cogiendo por un buen tiempo.
Espero que les haya gustado mi relato,
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