Euforia 3. Otra oportunidad a lado de la carretera
Me llamo ángel, mi infancia estuvo completada por la experiencia que ya conté aquí..
Hace algún tiempo que no me dedicaba a contar sobre mi, o sobre Marcos. La razón es xq ya dije el inicio de mis emocionantes días a lado de la carretera o en su casa.
No sé si a alguno le agrade saber más que esos detalles que les provoca erecciones o la necesidad de saber mi idea de un buen momento sexual. Pero creo necesario ponerlo y esperar que siente bien.
Mi cumpleaños número diecisiete terminó con un dolor de cabeza y una amnesia parcial. Neythan seguía recurriendo a mí cuando se encontraba dudoso de lo que quería, sus padres habían sido alertados de los rumores que desde hace tres años me guiaron a escogerlo para acompañarme en mis salidas con Marcos. Se convirtió en un chico marginado y hasta le molestaban los de mayor edad. Me entristeció cuando me dijo que probablemente se iría a California o a Indiana porque allí tenía familia y amigos de sus viajes. Un fin de semana me llamó y me citó en el centro comercial, cuando lo ví me sentí molesto, tenía el labio partido y la nariz un poco morada al igual que su mejilla.
Un muchacho universitario lo acosaba, prometiendo hacerle la vida imposible. No lo pensé demasiado cuando me dijo el nombre y la descripción del cabron, yo era delgado y con poca musculatura pero las hormonas me dieron cierta confianza. Al día siguiente lo busqué y di con él en las cercanías de la entrada a su vivienda del lado contrario a la biblioteca pública. Polo era bastante alto y moreno con ojos verdes como los míos, practicaba baloncesto por lo que ví. No habia mucho qué hablar, lo sorprendí pues iba viendo un folleto de algún evento cercano a las fechas. Quisiera decir que vengé a Neythan, pero terminé muy mal, y solo pude dar algunos golpes y una patada buena a sus genitales. Mis padres apenas podian creerlo, en mi vida solo me pelee con un chico cuando tenía cinco años. Me impusieron un castigo de un mes, sin celular y sin abandonar mi casa por más de una hora (,de cualquier forma necesitaba recuperarme de los golpes). A la segunda semana me estaba volviendo loco, pero Neythan me visitó para agradecer, el imbécil de Polo ya no había vuelto a perseguirlo ni a golpearlo. También me avisó que un montón de chicas del colegio me esperaban para declararse (de mí todavía no sabían más que Neythan)..
Un día recogí el correo, las cuentas y algunas facturas llegaban con la misma novedad, uno de mis trabajos caseros era hacer cuentas y reportar algún recibo sin pagar. Pero encontré una carta dirigida a mi, de un tal Will D…. Qué tenía sus ojos puestos en mí desde hace un año, se describía de cabello largo y negro, bastante guapo sin exagerar, alto y de cuerpo ejercitado. Pero yo lo tomé como una broma, y tiré la carta. Pero al día siguiente escribió otra vez, preguntando por mi respuesta a su declaración, juraba tener la intención de conocerme y yo a él, incluso de salir si la situación lo permitía.
Debo admitir que me sentí halagado y hasta emocionado, claro que después de aceptar la posibilidad de ser un tipo imbécil jugando conmigo. Contesté cortamente, pidiendo algo más que un papel lleno de cursis palabras. Lo cité al día siguiente, a eso del medio día cuando mis padres se iban por horas. Me senté en el pórtico a esperar, vestí con un short con franjas de cebra y una camiseta verde oscuro. Pasaban autos, chicos en bicicleta y trausentes paseando en la vía. Faltando cinco minutos para la hora señalada, una camioneta blanca se detuvo al otro lado de la calle, y luego lo ví bajar de ella, dijo la verdad, era bastante guapo y con las descripciones de antes. Usaba un pantalón de mezclilla ceñido por sus piernas musculosas y largas, además de llevar zapatos de vestir y un suéter delgado y abierto sin nada debajo. El saludo fue incómodo, él tenía al menos veintitrés años, lo conocía, era el hijo del dueño de un taller de autos muy cerca de mi calle, también trabajaba ahí. En un principio fue una charla bastante normal, se comportó como un hermano mayor molestando con la visión de mis heridas en el rostro, aún tenía las vendas en mi nuca y en mi antebrazo derecho. Pero después me dijo que me estuvo observando la última vez que acompañé a mi papá al taller, también mencionó haberme visto con mi «tío» Marcos en una ocasión, por su forma de hablar supe que ya sabía de mis salidas. Él hablaba mucho, de sus días de instituto, de la resistencia a aceptar que los chicos le gustaban, dijo ser bisexual, obviamente ya habia tenido sexo con varias tipas, y me obligó a decirle sobre mis gustos personales, nada sexual aún. Fue bastante agradable, en un buen rato ya había decidido que quería tenerlo arriba de mí jaja
De vez en cuando bajaba la mirada a su bulto, sin importarme si lo notaba. Le hice la propuesta de dejarle entrar, obviamente para comerme sus bolas a lamidas, y averiguar la longitud de su polla. Pero declinó con amabilidad.
Casi diario acudió para charlar a las mismas horas, se quedaba una o dos horas contándome de su día y el mecanismo de los autos o sus prácticas de inicio. Hizo pasar dos semanas del castigo, cada vez me gustaba un poco más y él me recordaba lo mucho que yo le interesaba.
El último sábado de mi lapso de recuperación me vestí con un pantalón de vestir gris, y una camisa de manga corta. William insistió en qué debiamos salir, la ruta fue el centro comercial, luego el lago congelado y el cine de la plaza central.
Ya íbamos de regreso, la tarde terminó y hacía un frío bastante molesto, temblaba en mi asiento mientras nos acercabamos a ese lugar donde todo comenzó con Marcos, que por cierto pronto volvería de su viaje a Australia.
-Puedes detenerte aquí? No me siento bien.. -le pedí a William, se orilló en un espacio de tierra antes de dar una curva en U, los autos pasaban cada diez minutos sin prestarnos atención.
-Todo bien?
-Si, es un buen lugar para pasar el rato.
No quería hacerme el tonto por mucho tiempo, acerqué mi mano a su pierna y fui subiendo hasta dar con su pene bajo ese pantalón. Acariciaba de arriba a bajo, logrando ponerlo duro.
-Seguro que quieres esto? -me preguntó haciendo su asiento hacia atrás, su cabello estaba cubierto por una gorra pero la arrojó al tablero.
-Queria desde que nos vimos la primera vez. También quieres cojerme no?- me subí a sus piernas con las mías a los lados, bastante incómodo pero mis nalgas fueron separadas por sus manos. Nos besamos superficialmente, se había afeitado y su barbilla era suave cuando bese desde su boca hasta la manzana de Adán, lamía tomando mi tiempo, moviendo mi culo encima de esa dura verga que quería tener dentro. Nos pasamos atrás, sabiendo bien lo que hacía. William se acostó con las piernas abiertas, dejando que yo abriera su pantalón y bajando junto con los interiores, hice lo mismo, pero admiré su pene largo un buen rato, tenía una cabeza grande y morena, con vellos en la base y cubriendo las bolas negras, un tatuaje cruzaba vertical de una flecha fracmentada.
–Si te gusta?
—Bastante, si me cabrá? _yo sabía que cabía si o si. El pequeño espacio no me dejó hacer mucho, liberé mi verga y la junté a la suya, debería sentirme avergonzado por la diferencia de tamaño, pero las junté y comencé a jalar de arriba a bajo, besando ese pecho musculoso. Algunas luces me dieron a la cara, pero ningún auto se detenía a ver lo que pasaba dentro. Cuando me aburrí de lo mismo, me levanté quitando mis zapatos y el pantalón con prisa, mi culito guiñó ansioso.
_Espera _dijo William, sacando un sobre y lo abrió, se colocó el condón con los dedos, haciendo brillar su falo moreno y punzante. Al colocarme encima, la punta caliente y lubricada dió un masaje a mi pequeño hollo, luego mis piernas fueron separadas por sus manos duras. Di ligeros sentones, probando la disponibilidad de mi ano. Tuve que forzarlo un poco, porque estaba tan caliente que involuntaria mente apretaba, y cuando el glande traspasó me dejé caer mientras sostenía el resto del grueso tronco, atrapando sus genitales como si mi mano fuera una liga. Will abría los labios, disfrutando de la profundidad de mi esfinter. Terminé ensartado por completo, la sensación de ardor seguía siendo la misma que con Marcos, o los otros. Pero era tolerante, me apoyé de sus hombros subiendo hasta sacarlo, luego me metía aquello otra y otra vez, aprendí que eso encantaba, también a mi. Cuando mi ano recibía con gusto su verga, empecé a moverme con soltura. Realmente me encantó ser follado por ese muchacho, era diferente a los otros, ya no solo era placer, me sentía muy agusto, como si fuera un amigo de toda la vida. Prácticamente me recosté en su hombro, cerrando los ojos y soltando quejidos cuando su polla se enterraba sin consideración. Sus bolas golpeaban las mías en ocasiones, el chapoteo distintivo continúo por varios minutos, tenía un aguante sorprendente. En un momento sentí que salía, cambiando su verga por dos dedos largos, raspando un poco fuerte.
_Que rico culo tienes _me dijo bastante ahogado, los dos sudamos y creí que ya era el final. Pero me cargó para llevarme del otro lado, terminando con mi espalda sobre el asiento y las piernas dobladas. Volvió a cojerme, metiéndose de un golpe. Fue duro, sentía su extensión resbalar depreisa, además que mi pene lo atrapó y lo estimuló al mismo ritmo. Naturalmente me vine muy rápido, gritando un poco y rasguñando su espalda y sus nalgas duras. Pero el estaba lejos de terminar, puso mis piernas sobre sus hombros y se subió por encima, dejando caer su cuerpo, mi culito apenas resistía las metidas de su negro pito, tanto que volví a ponerme duro y quejándome mas fuerte. Will me pidió permiso para introducir su dedo índice como una adición sabiendo que tenía antecedentes mayores a él, lo permití sin más. Continuando con la mejor cojida que había recibido, no miento, se movía delicioso, la cabeza gorda de su polla atinaba siempre en mi culito sin buscar.
_ya me vengo _continuo otro poco, y su pinga saltó varias veces cuando finalmente soltó el semen. Se tranquilizó y salió, se retiró el preservativo lleno y lo lanzó fuera. Pero se dedicó a darme besos y a morder mis tetillas rosas con suavidad. Después bajó a mi erección babeante, lamiendo y mamando cada vez con más ganas. Al poco tiempo me vine, llenando su boca de semen. Volvió a subir, uniendo su boca a la mía, ahí probé restos de mi esperma, fue aún más rico.
Nos vestimos murmurando sobre lo ocurrido, hice saber lo mucho que me había encantado. Sentía esas extrañas mariposas en el estómago, cosa rara, porque ni siquiera con Marcos pude sentirme así.
El camino fue entretenido, me pidió que le contara sobre Marcos, mi primera vez, creí que le molestaría, pero fue todo lo contrario, su verga se levantó sobre la tela de su pantalón, también sobre las otras ocasiones, pero me quedé sin tiempo cuando llegamos a mi residencia. Charlamos sobre otra próxima salida, pero me interrumpió antes de contestar. Me pidió la oportunidad de ser su novio, que yo le había gustado desde hace algunos años, y que esa noche lo convenció para proponerse a tenerme en esa forma. Me dejó pensarlo, porque yo aún veía a Marcos y era una decisión complicada. Nos despedimos como si fuera un hermano mayor, deseando un buen sueño y una sonrisa cualquiera.
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