Experiencia alemana
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me ponía muy nervioso la idea de irme a vivir a otro país, pero no tenía otra opción, a mi padre le ofrecieron un trabajo en alemania y yo tenía quince años. Cuando llegué a Alemania solo tenía a mi familia y a mi profesor de alemán, me sentía tan solo que salía a pasear todos los días a un parque que estaba cerca de mi casa, siempre lo mismo gente corriendo y familias paseando, odiaba esa imagen de familia perfecta (la mia nuncala fue), me alegra tanto tener una familia en la que cada uno va a a lo suyo.
El pasotismo de toda mi familia me dejo descubrir y jugar con mi sexualidad, siempre tuve una atracción por los hombres y la primera vez que lo experimenté fue a los nueve años:
Máma, he invitado a ILucas a casa a jugar- dije viendola fumar- viene a las cinco.
Vale, yo no voy a estar tengo que hacer algo urgente- dice mi madre con cara de
aburrimiento por la edad.
5:00 pm
¿Qué tal? – pregunté.
Bien- exclama mi amigo- venga, vamos a jugar.
A que esperas – grita él.
5:30 pm
No puede ser estoy tocandole el paquete, que estoy haciendo. Lucas, mi amigo, me besa; el beso que me ha dado es lo mejor que me ha podido pasar.
Estas dudas siguieron hasta hace un año, cuando cumplí los catorce probé por primera vez el chupar una polla y que me la chuparan , desde ese momento tengo claro que me gustan los hombre y que disfruto mucho su compañía .
Tras varias semanas en Alemania decidí buscar a un hombre que me follara y que mejor lugar que el parque. Los tres primero días no tuvieron efectos mis esfuerzos, pero el cuarto día todo eso cambio encontré al chico perfecto. Era un alemán que aparentaba 19 o 20 años, como estaba oscuro y ya la gente se había ido a casa decidí saludarle (con todas las clases de alemán que llevaba ya lo podía hacer)
Con la excitación tenía el pene hinchado y el culo caliente, entonces le hice la señal de chuparle y el acepto. Me llevo entre unos matorrales, me bajo a su entrepierna y me metio su gran verga en la boca. Después de unas cuantas embestidas ya no podía respirar me levante y el se arrodillo, yo no pude aguantar mucho por lo que me corrí en su boca, sentí una corriente atravesando todo mi cuerpo.
Llegó el gran momento me la iba a meter, me abrió de piernas y me empezó a lamer el ojete, sentí como se me dilataba el ano. Entonces decidio meter su gran pene, primero suaves metidas hasta que se convirtieron en brutales embestidas. Sentía dolor y placer, no podía parar de gemir y gritar, de repente tembló y sentí su leche caliente dentro de mi
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